Prólogo.
Año 2050.
Siempre se ha sabido que el ser humano desprecia a lo que desconoce. Más si lo que desprecia es una raza que tiene mismos sentimientos hacia él.
La Tierra, que a pesar de todo aún sigue siendo un prometedor planeta, está dominada por dos razas que siempre se han creído superiores a todo: El hombre (ningen) y el monstruo/demonio (Youkai).
Ambas razas han existido desde el principio de los tiempos, ambas razas han ido evolucionando tanto en cuerpo como en mente; y ambas, han sido rivales desde que supieron de la existencia de la otra.
El Youkai, quien ganó primero el entendimiento y el habla, se aprovechaba del ser humano y se alimentaba de él. El humano, aún en su irracionalidad, intentaba defender su vida, y las de los que le importaban.
En el tiempo en que el hombre ganó el entendimiento y el habla, se volvió aún más ignorante, pues veía al Youkai como castigo de los dioses y rara vez hacía algo para defenderse de él. El Youkai seguía glorioso por este planeta.
Pero llegó el día en el que el hombre se dio cuenta de la realidad e hizo del Youkai su enemigo eterno. Entre los siglos XVI y XVII, el hombre, por su gran capacidad de reproducción, predominaba en la Tierra y se dedicaba principalmente a la conquista de territorios y a la matanza del youkai. El youkai defendía su territorio y también trataba de matar a su mayor enemigo. El conflicto llevó a la casi total extinción de la raza youkai, por lo que dicha especie se vio obligada a esconderse los siglos posteriores.
Hasta principios del siglo XX, el hombre, a falta de fuerza física semejante a la de su antiguo – y hasta entonces "extinto" – enemigo, se dedicó a perfeccionar sus armas. Y cada nación que se fue formando con el paso del tiempo, quería extender su territorio; lo que provocó los actos más atroces de los cuales el planeta ha sido testigo, y el surgimiento de enfermedades para las que, hasta nuestros días, no hay cura posible.
Y, finalmente, el conflicto entre ambas razas volvió a estallar.
En el año 2010, los youkais aparecieron de nuevo sobre la Tierra. Los humanos de aquél entonces, que tan sólo creían que estos seres eran de los cuentos de hadas, respondieron sin piedad. El resultado es el hoy: El planeta, casi sin energía, sin vida. La gente, despiadada y cruel con cualquiera que se atreva a cruzarse con un monstruo; sin importar si se trata del padre, la madre, el hermano e incluso el propio hijo. La mezcla de razas, los hanyou (mitad demonio) sin hogar, desterrados tan sólo por su sangre de ambos bandos. El agua agotándose cada día más; y las enfermedades, matando a todo ser vivo lentamente.
¿Es que acaso ya no hay esperanza?
