Extención de responsabilidad: Ni Samurai Champloo ni ninguno de los personajes me pertenecen.
Yo recomendaría ver los capítulos 13 y 14 antes de leer esto, porque es un filler (el punto de vista se adivina fácilmente). Está terminado. Las citas las he traducido de los subtítulos en inglés, así que supongo que no serán literales.
Mi otra historia, Girasoles, la borré porque era muy floja y no tenía ni idea de cómo seguir. Si algún día se me ocurre algo volveré a publicarla. Muchas gracias a todos los que dejasteis críticas y comentarios (: , de verdad lo siento.
Nunca te olvidas del olor del mar, pero nunca puedes recordar exactamente cómo es hasta que vuelves a olerlo. A lo mejor pasa lo mismo con los girasoles.
"Los estoy protegiendo hasta que lleguen a Nagasaki."
Pues claro que es mentira. Jin no necesitaría protección ni con los dos brazos rotos. Estoy aquí por ella, Mukuro, y sé que lo sabes perfectamente por esa mirada entre divertida y asqueada que me echas cuando me dices cuánto me he ablandado. Protegiendo. ¿Tan mal queda? No quiero que hables de lo negra que tengo el alma si Fuu puede oírte. Hijo de puta.
Sé que tú lo intuyes, Kohza, por esa boquita entreabierta que se te pone cuando te preocupas. Competencia, te estás diciendo. No es justo, piensas, nunca es a mí a quien le pasan cosas buenas. En fin, siempre te quejaste demasiado, y nunca tuviste el valor de intentar cambiar nada. A mí nunca me pasó nada bueno tampoco, hasta ahora. A lo mejor, con un poco de suerte, me está pasando algo bueno por primera vez en mi puta vida; algo mejor que una pelea, un vaso de sake y un par de polvos.
Fuu, tú no eres como ella. Por eso tú sí viajas conmigo. Tú te quedaste sola y tuviste el valor de no permitirlo, de ponerte en marcha para lo que fuera que necesitaras. Ese samurai apestoso de los cojones. O dos guardaespaldas cabrones que pasaran de ti. Que tomaran decisiones estúpidas una y otra vez, para intentar salvar a su honor de ser despedazado del todo por los perros. Por los demás.
La cago, claro. La muerte es una dentro de otra dentro de otra dentro de otra, y siempre estoy solo. Todos lo estamos. Así que da igual, ¿no? Da igual estar solo vivo que muerto. A las estrellas les da igual toda la mierda que pasa en el mundo; tampoco pueden ver nada. Pero ahora... ahora me está pasando algo bueno. Quizá.
Y entonces tú me salvas el culo entre grititos histéricos y una cara de decisión que me asusta un poco. Ya no te basta con tirar un par de bombas en un patio. Tienes que traerme de vuelta de la muerte y darme el dolor de cabeza más bestia de mi vida.
"Tengo mucha hambre."
Pues claro que es mentira, joder. Tengo la tripa llena de agua salada y unas ganas de vomitar que ni las resacas de mis trece años. Pero estando aquí no me dejarías levantarme, y menos ir a por ese cabrón de Mukuro. Así que vete, vete a mendigar calamares a algún pescador, y ásamelos en el fogón; juega a cuidarme mientras esperas que vuelva a casa.
Me levanto y me arrastro fuera como puedo. Yo no perdono, me digo. Yo no perdono. Pero está muerto, maldita sea. Y la idea de alguien vengando mi muerte sabría a algo (¿dulce, podría ser?), Jin, si no me estuvieras soltando quién ha sido la mayor cobarde. La mayor traidora. Yo no perdono.
Siempre escondiéndote, ¿eh? Como un roedor asustado refugiado entre las patas del gato que lo tortura. Toda tu vida para aprender una lección que todavía no has aprendido, como me demuestras al suplicarme que termine contigo. Sabes que yo, a diferencia de Jin, sí soy capaz. Y el que elija no hacerlo es lo que más te duele; no el tener que vivir hecha trizas. Porque, ¿sabes? Tú sí estarás sola siempre.
Yo, a lo mejor, no.
¡R&R, porfa! ¡Hasta otra!
