Disclaimer: glee no me pertenece, ni sus personajes. Asique es responsabilidad de Ryan Murphy y de FOX si les intoxico con mis palabras, porque es SU culpa que desvaríe por glee. Aunque en este caso es culpa de Chris Colfer y Darren Criss... por ser la guinda de mi torta.
Last Friday night...
… There's a stranger in my bed …
La conciencia, como nunca, me cayó encima cómo un balde de agua fría en la cabeza. Metafóricamente hablando, claro. Un balde de agua fría en ese momento hubiese sido algo que agradecer, considerando el martilleo ardiente que sentía en mi frente y mi nuca.
Algo -probablemente los vestigios de razonamiento lógico de la noche anterior- me decía que no era una buena idea despertar. Quería, realmente deseaba con todas mis ganas, hacerme caso a mi mismo, y no llegar al estado de vigilia. Pero ya estaba hecho, ya se habían puesto en curso las consecuencias pertenecientes a la endemoniada resaca.
Maldije en mi mente a la luz asesina que se colaba por la orilla de la cortina cuando abrí los ojos. Luego, con la peor de las disposiciones, me enderece en la cama, para más tarde -cuando cesara de dar vueltas la pieza- poder erguirme con más naturalidad, debido a que mi cuerpo, en las condiciones que se encontraba, necesitaría más de un paso para terminar de incorporarse a la vida de nuevo.
Las sabanas olían terriblemente a alcohol, perfume y ...humano, una pésima combinación, que me hacia sentir como si estuviera en un motel o algo por el estilo.
Cuando ese pensamiento cruzó por mi cabeza, me llamó la atención un hecho de elemental importancia: No estaba en mi cama, y mucho menos en mi pieza, y no reconocía un ápice donde estaba metido. De hecho, ni siquiera estaba usando mi propia ropa.
Me atoré al tomar demasiado aire en una sola bocanada.
"Tranquilo Colfer, todo tiene una explicación. Solo recuerda lo que pasó anoche y estarás bien..." me tranquilicé.
Busqué entre mis recuerdos más recientes, y , como si alguien los hubiera borrado a propósito – o algo, llamado alcohol- no encontré nada más que una perturbadora imagen de mi mismo en el espejo de un baño desconocido. Esa definitivamente no era una imagen muy aliviadora para tener de ultimo recuerdo.
Alarmado, decidí que ya iba siendo tiempo de que ignorara los malestares y me levantara a buscar respuestas, no podía quedarme flotando en esa cama desconocida a ojos cerrados como un idiota, y si no era capaz de recordar como había terminado allí, al menos tenía que intentar deducirlo de mi entorno.
Claro, mi intención inicial era pararme, pero luego del primer intento de moverme supe que era bastante más irrealizable de lo que sonaba ser en mi mente, asique solo me senté un poco más erguido en la cama, y después de soltar un quejido en correspondencia con el dolor generalizado que sentí, hice un escaneo visual de la habitación.
Las paredes, de un oscuro azul, estaban tapadas con afiches de todo tipo. En la pared a mi lado derecho había un pequeño escritorio lleno de papeles desparramados, una lampara, y sobre el, un estante con un par de libros añejos y más hojas desordenadas. Pasé mis ojos por la ventana, por una silla en la esquina de la habitación, y luego me encontré con un collage de fotos de distintos tamaños en la pared de enfrente, pero no pude distinguir ningún rostro debido a la distancia y la poca iluminación. Bajo el collage había un mueble con puertas de vidrio que tenía un equipo de música en su interior, a su lado izquierdo la puerta de entrada, y luego de ella, un ropero de dos puertas completamente abierto, que parecía estar vomitando el cumulo de ropa amuñuñada que había en su interior. Finalmente, apoyada en el costado del ropero, visualice una verdadera pista: una guitarra. No cualquier guitarra, no, yo reconocía perfectamente esa en particular. Era la guitarra preferida de Darren, la que llevaba a todos lados como si fuera su bolso de viaje.
La idea de que mi amigo estuviera en el mismo lugar que yo fue aliviadora.
Miré luego a mi alrededor más cercano: La cama donde me encontraba sentado era verdaderamente un campo de batalla, entre sabanas arrolladas, frazadas mal puestas, cojines, peluches, un zapato, un vaso vacío... un desastre de esos que cuesta creer que hayan sido producidos por una sola persona, y de pronto, como si fuera un objeto más dentro del caos, me encontré con mis piernas desnudas, y las seguí con la vista hasta dar con mi pelvis cubierta por unos boxers -que no eran de mi propiedad- y mi torso con una sudadera blanca de manga corta, que se parecía mucho a una que le había visto puesta a Darren tan solo unos días atrás. Aunque eso bien podía ser parte de mi sugestión.
Sintiéndome aun más confundido que cuando desperté - y ahora genuinamente curioso- busque con la vista mi ropa por toda la pieza, encontrándola al instante. Y como no, si estaba desparramada por todo el piso, y de una peculiar forma que llamaría la atención de cualquier par de ojos: Mi chaqueta, mi camisa, mis zapatos, mis jeans, mis boxers, haciendo un camino de migas hasta la cama, como en Hansel y Gretel, justo del lado donde yo me encontraba. Era, por decirlo a medias, algo sospechoso.
Deseando que solo fuera una ilusión óptica, mis ojos retornaron al punto de inicio donde estaba mi chaqueta tirada junto a la puerta, buscado lo que en un principio había creído era mi bolso. Analicé el color de la tela, y descubrí que no podía serlo por dos razones: porque era de color verde musgo, y la tela que estaba en el piso era de un intenso rojo a cuadros; y porque ese bolso que creí ver, de hecho, me lo habían robado hacía ya más de una semana, cosa que al parecer mi cerebro aun se negaba a asumir.
No tuve que hacer mucho esfuerzo para recordar que esa era la camisa que Darren llevaba puesta el día anterior, lo que me provoco un violento estrujamiento de tripas. -Por alguna razón, la palabra sospechoso no terminaba de encajar en la situación. Mejor la describía ATERRADOR- Seguí escudriñando el suelo, y me encontré con el resto de la ropa que mi amigo y compañero de trabajo llevaba junto con la camisa a cuadros roja: Sus jeans, sus mocasines fucsias, sus calcetines y la sudadera que siempre se pone debajo de las camisas. Todo estaba justo allí, bordeando parte del camino de mi propia ropa.
Me estremecí ante la escena de película porno que me rodó por la cabeza.
"Imposible, imposible, imposible... ABSOLUTAMENTE IMPOSIBLE."
Sacudí la cabeza de un lado al otro para disipar mis pensamientos, con un funesto resultado. Ahí estaba la resaca otra vez, haciendo su parte, dándome un hachazo en la nuca y mareándome a más no poder. DIOS, como me dolía cada mínimo movimiento. Mi cuerpo se sentía como si anoche hubiera corrido una maratón y luego me hubiera atropellado un camión. Estaba hecho un verdadero desastre, combinando perfectamente con la habitación en la que estaba. Aunque creo que llamar a todo eso "desastre" fue, de hecho, ser demasiado amable.
Me dolía cada musculo del cuerpo, a tal punto que no me sentía capaz de moverme más de tres centímetros de una sola vez; mi estomago era un caos infernal, mis jugos gástricos parecían estar centrifugando lo que no comí anoche, porque subían y bajaban por mi esófago como un río que amenazaba con desbordarse en cualquier momento; me ardían los ojos, y los sentía hinchados y palpitantes de sangre, cosa que según yo no tenia nada que ver con el alcohol en mis venas; y, por supuesto, me dolía la cabeza, SE ME PERTIA EN DOS, como si tuviera un cuchillo incrustado, que con cada movimiento se enterraba un poco más.
Entre tanto dolor, nausea, y falta de conexión cerebral, una sola sensación corpórea me llamo realmente la atención, un dolor punzante y molesto que había estado ignorando por causa de la confusión del contexto. Un dolor en un lugar impensado...
Mi... trasero.
"¿que mierda...? "
Traté de ignorar las ganas de vomitar para concentrar mi mente en ese perturbador asunto. Yo conocía solo tres causantes de dolor de trasero: estitiquez, colitis, y... sexo anal.
Me estremecí nuevamente con mayor violencia que antes, hasta el punto de sacudir los hombros notoriamente.
La ultima opción se repitió en mi mente como un eco macabro que me taladraba los tímpanos. Ese... concepto, luego de dejar atrás la inocencia de la pubertad, se había convertido en mi trauma personal. El solo pensarlo me aterraba y me dejaba paralizado, por lo que la idea de practicarlo en un futuro cercano era algo bastante imposible.
Como pude, me paré de la cama, y caminé hasta lo que pensé debía ser un pequeño baño privado de la habitación. Abrí la puerta, entre, y me pare justo enfrente del lavamanos, analizando la imagen reflejada en el enorme espejo sobre este.
Era exactamente igual al ultimo recuerdo fresco y vivido que tenia, donde en mi rostro se dibujaba una expresión que hasta ese momento no podía definir, una cara que no me encajaba de forma natural. Aunque, bueno, a causa de la laguna mental que estaba experimentando, ya nada me encajaba de forma natural. No existía relación aparente entre la pequeña y recatada fiesta en casa de Lea, mi cara indescriptible en el espejo, y el despertar en un lugar desconocido.
Quizás estaba dando demasiadas cosas por sentado. Quizás, lejos de acercarse a todo mi proceso mental, las cosas eran mucho más simples. Nada me aseguraba que, por haber visto la guitarra y la ropa de Darren en el piso, estaba precisamente en su casa. Nada podía asegurarme que lo que me había pasado a mi – despertar en una cama que no era la mía- no era lo mismo que le había pasado a él. Quizás estaba perdido en alguna parte, al igual que yo.
Ese pensamiento me consoló por un momento, y lo disfrute mientras duró, porque sabía que sería tan efímero como el control que estaba teniendo de mi motricidad.
Caminé dando tumbos hasta el inodoro, me bajé los boxers, y levanté la tapa, pero perdí el poco equilibrio que había conseguido acumular, y termine sentándome de golpe en el. En ese momento sentí uno de los peores dolores que e sentido en mi vida, y escuche como la piel se rasgaba como un pedazo de tela viejo dentro de mi. Quise gritar del dolor, pero el miedo a ser escuchado por quien-fuera-que-sea el dueño de la casa fue más fuerte, y me silenció antes de emitir el sonido que se apretaba en mi garganta.
Como un intercambio justo, dejé que mis ojos se aguaran, y me permití derramar un par de silenciosas lagrimas.
No solo era la herida física, también era parte manifiesta del estado de pánico al que estaba entrando.
Mientras trataba de anular de alguna forma el dolor, sentí un liquido cálido escurrir por mi piel, y supe de inmediato lo que era. Lo comprobé luego, cuando en el papel higiénico que tenia en la mano encontré una enorme mancha roja.
"...Sangre..."
OMG. Muchas malas palabras para lo que considero un FIC romántico.
Dios, como amo hacer a Chris Colfer hechar puteadas. Me encanta.
Perdon si eso no encaja mucho en su adorable ser, pero no me gusta verlo como un "mi pequeño pony"... para eso, amigas, tenemos a Kurt Hummel, quien a llegado a la supremacía en la escala de unicornios y arcoiris -excepto cuando se pone celoso de Sebastian, aunque hasta eso lo hace con algo de brillo divo. Bitch. SO TALENTED.
Creo que de todas las cosas que hago con un deje de locura, escribir CrissColfer es la más... persistente. He llegado a no conciliar el sueño con una maldita escena rodando en mi cabeza, y simplemente vuela y revolotea en mi cerebro tan rápido que no alcanzo a ordenarme para escribirla. Es como tener uno de esos sueños con los que te dices " hummm... debería escribir un libro o hacer una película con esto"... y cuando lo tratas de recordar bien se a esfumado. Es invariablemente frustrarte.
Estoy delirando, lo siento. Culpen a Darren... ¿como se supone que escriba algo no-chiflado si estoy viendo su interpretación de "Teenage Dream" y es tan ENDEMONIADAMENTE INTENSA.
Si, gracias Darren, como siempre eres mi maldita musa de pelo en el pecho y pestañas de Elizabeth Taylor con complejo de cheewie.
I fukin love you, y Chris Colfer tambien debe amarte, te manda mensajes subliminales en cada foto que se saca. Prueba de ello es que tiene un cheewaka-bolso o algo por el estilo. Date cuenta hombre, las fans SIEMPRE TENEMOS LA RAZON. HACEPTALO Y EL MUNDO SERA UN LUGAR MEJOR.
Saludos, perdón por la locura momentánea, es así como canalizo mi euforia después de ver un capitulo de Glee que casi me sacó lagrimas. Nos leemos pronto, y...
Dios, como anhelo sus reviews, aunque sean amenazas de muerte o quejas formales...(por favor, no demandas... son peores que el bulling)
LOVE YA.
KONO._.
