Disclaimer: El juego no me pertenece, es de AkaneAi, yo simplemente traduje y describí el juego.


Envenenado.

Prologo.

Estoy seguro de que sabes lo que es un veneno…

A veces tiene el poder de matarte rápido, pero otras veces tú no tienes ni la más mínima idea de que estás envenenado…

Y se apodera de ti lento… lentamente…

―Sí… Mello y Near son brillantes, pero su relación no es la mejor ―comentó Roger, con sus gafas medio caídas sobre el puente de la nariz, y los brazos tras la espalda―. Hay una gran competencia entre ellos, especialmente de parte de Mello. Supongo que no será de mucha ayuda… Pero estoy preocupado porque la situación es tan parecida a la de ese tiempo. realmente no muchos habían estado en Wammy's durante los tiempos de A y B, pero quienes sí, no dudaban en que aquello podría volver a repetirse en Near y Mello. Después de todo, se parecían demasiado.

―Eso es verdad. Sin embargo, deberíamos comenzar a tratar con respecto a eso.

―Haré lo que has sugerido antes, y observaré el progreso ―hizo una pausa antes de continuar, torciendo un poco la boca―. Estoy seguro de que Near no se opondrá, pero Mello es un poco impredecible.

―Eso será un punto a favor después de todo. ―dijo el hombre frente a Roger, sonriendo levemente.

Se encontraba en la sala común de Wammy's House. Un chocolate estaba en su mano, y lo degustaba mientras se apoyaba contra la pared que daba hacia fuera de la habitación. Asomaba un poco la cabeza para observar a quien se encontraba dentro de esta.

"Aquí estoy otra vez… Sin quererlo. Desde la distancia. A veces me pregunto si esta es alguna forma retorcida de masoquismo… Debo estar realmente enfermo." Pensaba el chico de cabello rubio, mientras miraba de reojo al otro, que se encontraba a tan solo unos metros. "Allí está él. Near, numero 1."

El albino estaba sentado sobre el blanco piso de la sala, su cabello y su ropa mezclándose de manera casi hipnótica con este. Una pierna se encontraba bajo su cuerpo, manteniendo la mayor parte del peso, mientras que la otra, contra su pecho, le daba cierta apariencia inocente. El puzzle que tenía frente a él no había sido completado aún, y varias piezas, aun sueltas, se apilaban a su costado esperando por formar parte del rompecabezas blanco.

"Yo. Mello, numero 2."

El rubio no quitaba la vista de Near, de los movimientos que su mano ejercía al colocar las distintas piezas (¿Distintas? Eran básicamente idénticas: todas blancas), de cómo su cabello caía sobre su frente al inclinar la cabeza, o las mangas de su camisa blanca, que casi cubrían todo su puño.

"Podría entrar… pero lo dejaré así"

Mello no tenía idea de cómo, pero todos los días, sin excepción, terminaba llegando a ese mismo lugar. Jamás entraba, solo observaba a Nate ordenar su puzzle hasta que su chocolate se acababa. No entendía exactamente la razón de dicha conducta. Después de todo, no era secreto que él despreciaba al primer sucesor. Más, aun así, siempre llegaba allí: tras el muro, mirando a su peor enemigo.

"Near, pálido, sin emociones, el niñito perfecto. El que no me puede ver. Estoy seguro de que sabe que estoy aquí, pero decide ignorarme." su ceño se frunció un poco, con molestia "Algún día tendría que romper su complacencia… Yo debería sacarlo de ese mundo en el que él está." pensó con determinación "Para mostrarle quien soy yo." el sonido del chocolate al quebrarse lo sobresaltó a él mismo "…Y eso es lo que me repito a mi mismo todos los días. Día tras día…" Bufó. "Pero estoy cansado de esto" comió rápidamente la barra de cacao "Ojalá pudiera elegir en qué y en quien pensar. Tener más control sobre mis emociones, sobre mi propia vida" inhaló profundo "Tener a Near cerca hace que me sienta como en una prisión, incluso respirar se me hace difícil." Miró al albino, que ya estaba hasta al menos la mitad de su juego. "Pero admitir mi debilidad así, es algo que no puedo hacer."

―Mello, Near. Me alego de encontrarlos a ambos aquí. ―la voz de Roger hizo pegar un bote a Mihael, casi al punto de soltar su chocolate. Near, en cambio, continuó con lo suyo.

―…Solo estaba caminando por aquí cuando… ―trató de excusarse rápidamente el rubio.

―Quiero hablar con ustedes dos, por favor, vengan a mi oficina. ―dijo de manera amable el hombre qué, aunque no anciano, se le notaba el paso de los años en el cabello canoso y en la cara arrugada.

―Entendido. ―dijo Near, parándose perezosamente, poniendo sobre el tablero las piezas que aún le faltaban por colocar.

Mello solo lo observó caminar hacia la oficina de Roger con paso cansado. Cinco segundos más tarde, hizo lo mismo.

Al entrar, Near se sentó sobre el piso y continuó con su puzzle. Cualquiera pensaría que no tenía interés en escuchar, pero Mello sabía que él era mejor que eso.

"Supongo que es lo mismo cuando hablo con él." Se permitió pensar el chico de ojos azules.

― ¿Qué sucede, Roger? ―preguntó Mello, un poco impaciente.

―Bueno… ―comenzó el hombre, con cierta nota de duda en su voz―. Tengo un nuevo proyecto para ustedes.

"¡Sí!" pensó con emoción el rubio "Una nueva oportunidad de vencerlo."

Supuso que el sentimiento se reflejó en su rostro, porque el hombre torció un poco la boca antes de continuar. No sabiendo como el otro reaccionaria. Se frotó las manos y agregó:

―Sin embargo, esta vez será un poco diferente… ―Mello levantó una ceja, demostrando su confusión―. Esta vez no serán proyectos separados. Ustedes deberán hacer esto juntos.

Uno… Dos… Tres segundos en donde la expresión medianamente tranquila de Mihael cambiaba a una de turbación.

― ¿¡Qué!? ―pestañeó rápidamente― ¿Juntos?

El hombre suspiró. No había estado seguro de la exacta reacción del niño, pero sí esperaba un escándalo de su parte. Solo pedía a Dios que no golpeara a nadie.

―Sí… Ambos, tú y Near.

El rubio lo observó con la boca medio abierta, aún impactado. Tragó saliva y frunció el ceño.

―Pero… Roger, no creo que esto funcione. Tú sabes que nosotros no nos llevamos bien. ―miró al albino, que lejos de parecer sorprendido (o de mostrar emoción, siquiera) continuaba con su puzzle.

―Mello… ―dijo como advertencia, no queriendo aceptar ninguna queja―. Ustedes deberán trabajar en esto durante la mañana, y enviarme un reporte todos los días después de cada sesión.

―Entendido. Está bien para mí. ―escucharon que dijo Near, aún encogido sobre sí mismo, y con la vista en su juego. Mello abrió desmesuradamente los ojos, todo estaba funcionando muy deprisa.

"No puedo decir que no ahora, ¿verdad? Solo significaría que voy a perder sin siquiera hacer nada." Pensó con la ira emanando de cada poro de su piel.

―De acuerdo… Bien, lo haré. ―aunque en su rostro no se mostraba más que molestia, aceptó.

―Bien, no espero ningún problema de parte de ustedes. ―sentenció finalmente Roger.

Mello y Near habían vuelto a la sala donde se encontraban antes de que Roger los citara. Uno en frente del otro, solo mirándose. La gente caminaba a su alrededor, pero ninguno de los dos prestaba atención a algo que no fuera su oponente. El de cabello blanco subió una mano y la colocó cerca de su oreja, para seguidamente comenzar a enredar un mechón incoloro en su dedo índice. El rubio solo lo observaba con enojo "contenido".

Near, sorpresivamente, cortó el silencio.

― ¿Deberíamos empezar ahora? ―preguntó con indiferencia, solo logró que el de ojos azules frunciera más el ceño.

―Sí… ―aunque se encontraba molesto, no podía dejar pasar la oportunidad de vencer a su rival. Además, cuanto antes empezara antes terminaría, ¿verdad?―. No hay razón para dejarlo para más tarde. Iré a la librería ahora.

Nate soltó su cabello y bajó la mano hasta su pecho, la manga de la camisa la cubrió casi por completo con esa acción.

―De acuerdo, iré también.

Ninguno se movió. Cada uno sumergido en sus propios pensamientos.

―… ¿Qué tal si cada uno trabaja por su cuenta y luego reunimos los trabajos para entregárselos a Roger? ―preguntó Mello, considerando que no era mala alternativa.

―Creo que eso no es lo que Roger quiere que hagamos… ―dijo el albino, observando con precaución al otro.

―Lo sé, lo sé… ―bufó―. Era solo una estúpida sugerencia.

Acto seguido comenzó a caminar hacia la salida de la sala con paso rápido. Tomó el corredor izquierdo, que lo llevaría a la librería. Near, sin cambiar su expresión, lo miró. Luego simplemente suspiró y comenzó a ir hacia donde el otro, pero más lento.


Espero que les agrade la manera en que contaré la historia, ojalá sea de su agrado y los entretenga.

Besos y saludos.