Games for kids
-.-.-.-.-.-.-.
Ren tenía ese pequeño muñeco de felpa en sus manos. Bufó un poco pensando en donde ponerlo esta vez. La verdad no le gustaba tirarlos. Tal vez lo pondría en el cuarto de su hermana. A ella no le desagradaban esos muñecos. En verdad Ren Tao, detestaba el 14 de febrero. Era por mucho un día caótico, siempre estaban tras de sí las colegialas locas, las vecinas de la pensión Asakura y una que otra colada que se le declaraba. Muchas empezaban con lo regalos desde días antes. Al menos los chocolates, los caros, los comía. Todos lo demás era un desperdicio. Solo durante el tiempo que habia tenido una relación con alguien habian sido agradables.
La única que parecía entender que Ren estaba harto de esa fecha era Jeanne; por eso le gustaba al Tao, ella si era lista. Ella se había ido a Francia, cuando detecto el mal humor del Tao por el aire, lo único malo es que sin ella por estas fechas, las mujeres lo acosaban más de lo normal.
No se podía tener todo en la vida, eso ya bien lo sabia… desde que había entendido que su verdadero amor, solo sería un sueño, estas fechas solo le causaban cierta urticaria. El amor… no era lo suyo.
Caminó por el pasillo de la pensión hasta que tocó, antes de entrar, en el cuarto de su hermana. Al notar que nadie le contestó, pensó en entrar y simplemente dejarlo en la cama.
-Es un lindo tigre el que tienes ahí- Ren se dio la vuelta y se encontró justo la persona que tenia dos meses estaba evitando. Y que por lo visto ya se había dado cuenta. Evitarlo tan evidentemente ya sería una falta de respeto. Además tampoco quería verse como un cobarde después de que terminaron su relación.
-hummm si tú lo dices- el Tao habló con desinterés mirando al Usui, extrañaba ver esos ojos azules.
- ¿Es de otra de tus admiradoras?- el Usui le sonrió un poco, por lo visto el ya había superado todo. Era paradójico, puesto que cuando el Tao y el Usui tenían una relación, cierto Ainu hacia reverendos dramas al ver como las señoritas se arremolinaban sobre el cuerpo de su chino.
-¡ahh! cállate- la verdad el Tao extrañaba esos berrinches donde acababan en alguno de los futones de los dos haciendo cosas nada pudorosas.
-Deberías estar feliz- … esa una genial frase, tomando en cuenta que no se estaba usando sarcasmo alguno. O al menos así debía lucir. Para ambos casos.
-Como si tú no tuvieras admiradoras- el Tao no tuvo otra opción más que contestar ya que de lo contrario esa sensación ácida en el estomago lo molestaría todo el día.
- jeje… no te diré que no, pero Damuko las espanta- Corrección, Ren se había sentido peor con ese comentario. Sí, Damuko, el nombre a todos sus ex problemas amorosos. Maldito Horokeu, el debería dejarla descansar en paz y huir juntos a un país lejano.
-humm- ya no le iba a contestar de mala gana, lo mejor era irse.
-¿Estás aun enojado verdad?- Horo no era muy listo a veces o al menos eso pensaba Ren. ¡Claro que seguía molesto! No es como si en un par de meses olvidaran toda su relación. Pensaba que saliendo con Jeanne, todo acabaría y asunto solucionado, pero la verdad aun le dolía y eso lo hacía enojar. Mucho.
- Solo déjame en paz- el Tao pensó que se había movido pero casi dos minutos después notó que sus pies seguían justo en el mismo lugar, solo bajó la mirada. Ya no lo quería ver. Cuando noto que el peluche que tenía en sus manos, estaba con Horo, volvió a mirarlo. El estaba ahí mirando aquel juguete con curiosidad - si te gusta quédatelo-
-No… es tuyo, de todas formas no quiero algo que te den tus fans- el Usui arrugo la nariz con un poco de molestia. No lo iba a admitir, pero en verdad aún odiaba a las seguidoras de Ren. Si antes le molestaban ahora era peor. Justo ahora cualquiera de ellas, como Jeanne, podían estar cerca de él y tener una oportunidad. El simplemente no.
-Como si importara- y justo ahí, salió aquel sentimiento de tristeza y frustración que estaba guardado y que no quería demostrar.
-A mi aún me importa… - Horo solo susurró, lo amaba… claro que lo amaba, más que nada pero tampoco era como si "amar" a alguien fuera una razón entera para seguir juntos. Ya lo había comprendido y Ren también.
-Siempre dices cosas que están de más- no podían seguir viéndose, esas miradas llenas de amor, deseo y sueños que compartían ya estaban de sobra. A lo que el Usui solo cambio el tema usado aquel peluche como escusa.
- Cuando era niño yo no tenía con que jugar, si te regalan algo no deberías menospreciarlo- el Tao lo miró curioso. No tenía muchos detalles de cuando el Usui era pequeño y siempre le gustaba saberlo.
- Todos los niños tienen algo con que jugar…- le dijo mirándolo a los ojos esperando que el otro dijera que jugaba con su hermana… o en el peor de los casos con su "querida" noviecita.
- Yo jugaba con piedras – El Tao lo miró con los ojos abiertos de par en par mientras el Usui lo miraba con una cara muy seria.
-jajaja eres un idiota-
- no es mentira, mis papás no eran ricos como los tuyos pregúntale a Pilika – el tao Pensó que mejor ya no se reía. El Usui tenía "esa cara"
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
14 de febrero por la mañana, Horokeu Usui sabía que iba a estar de malas todo el día. Hasta donde recordaba, todos los días de San Valentín los pasaba con Ren. Tal vez no se daban nada, pero sabía que era especial para los dos. Lo mejor de todo es que cuando salía con Ren podía mirar feo a cuanta niña se le acercara. Solo esperaba que Jeanne no se apareciera.
Bajo de mala a tomar el desayuno, mientras veía por la ventana el costal de cartas de amor que Ryu metía a la casa. Si duda muchas de esa eran para Ren… y claro las de Hao, las de Lyserg y las… de él.
Se rascó el trasero con fastidio, recordando que Ren odiaba que hiciera eso, y luego solo bajó y comer. Lo único bueno de ese día. Justo cuando estaba por llegar al comedor sintió como su cara chocaba con algo… no le dolió así que supuso que era algo suave.
-Toma…. Lo compré para ti- Horokeu sonrió… y tomó aquel lobo de peluche que el Tao se estaba dando. Pocas veces le había hecho un presente era curioso que ahora que ya no eran más que amigos le diera algo.
-gracias Ren- le contesto mirando el sonrojo que tenía el chino. Sin duda era hermoso.
-Y ponte a jugar con él ¡no quiero que digan que mi novio jugaba con piedras!- Horokeu abrió los ojos un poco sorprendido… había dicho "su novio" es que acaso le estaba pidiendo que regresaran… tal vez había sido una confusión. Se lo preguntaría después de besarlo.
Holaa como tan... estoy de prisaa bueno con cariño para mi Sushiroll~~
