¿Qué pasa cuando los papeles se intercambian?
NA: Sango es una chica bastante liberal, no le gusta seguir los convencionalismos sociales, y es una feminista acérrima.
Miroku en cambio es un chico tradicionalista, y como muchos hombres desea enamorarse y poder formar una familia en un futuro.
Ninguno de los personajes me pertenece, no hago esto con fin de lucro, y tampoco quiero ser escritora.
Fanfic nacido en una tarde lluviosa, donde no tenía Internet, y la inspiración me ha llegado….fic hecho por mi, no me he basado en ninguna novela, y si se parece en algo a alguna otra es pura coincidencia.
-Diálogos-
-pensamientos-
NA Notas de autora.
Capitulo I
Perfiles.
Sango.
Es una exitosa periodista de 28 años, que labora en la sección de sociales de un prestigioso diario de Japón, ella es una mujer independiente, ambiciosa y feminista, siempre en contra de la corriente, es muy liberal, a la que no le importa el qué dirán, sus amores han sido muchos, ella no cree en el amor, ella solo se divierte con sus "amigos".
Su frase preferida: "Porqué hacer feliz a uno, cuando se puede hacer feliz a muchos"
Ella vive en su lujoso apartamento en Tokio, se codea con la crema y nata de la sociedad japonesa.
Pero tras esa careta de rebeldía se esconde la verdadera Sango, aquella que una vez lloró en demasía por un amor que la dejó marchita, tanto de alma como de amor, ella en sus años juveniles, se entregó en cuerpo y alma a una persona que le pagó en la peor forma: la infidelidad.
Su pena se vio agraviada con la muerte de sus padres, una noche, en que se encontraba tan deprimida, la noche después del sepulcro de sus padres, ella había tomado la resolución de quitarse la vida, se hallaba en un callejón sin salida, simplemente ya no quería vivir, y el no tener a nadie a su lado la deprimió tanto, que de no ser por la intervención de su amiga de la infancia, Kagome Higurashi, su objetivo se hubiese visto cumplido, después del fallido intento de suicidio se enfrascó en su mundo, para después renacer de las cenizas como los fénix, con una nueva actitud ante la vida.
Cabe señalar que de ahí en adelante ella ya no confió en los hombres, comenzó a salir con muchos chicos durante sus años universitarios pero siempre era lo mismo, los tomaba y los dejaba, era esa su venganza contra los hombres, más tarde tomó la decisión de no ser como las demás chicas, ella no se casaría nunca, no tendría hijos jamás, y se juró a si misma que no se enamoraría más, ya no le importaría nada, solo su carrera y su trabajo.
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El alba de la mañana iluminaba el dormitorio de estilo minimalista, en un rincón una gran cama cubierta por sábanas color marfil, en ellas se encuentra envuelto un bulto difícil de distinguir, de pronto un ruido de alarma comienza a sonar insistentemente (onomatopeya de un despertador: TITITITITITTITTITITITITITTITITIITITITTITTITITITITITITITTITITITTTITTITI)
La chica envuelta en la sabana, abre los ojos de golpe, y pega un gritito. El chico a su lado, se niega a aflojar el amarre de su brazo que se apodera de la breve cintura de ella.
-¡Suelta Kojiro!- dice Sango Oda en tono molesto.
-Vamos preciosa, repitamos lo de anoche.-dice el chico en tono perezoso.
-¡Oh no querido! no repetiremos nada, así que haz el favor de soltarme, que hoy a primera hora tengo una reunión muy importante.-dice Sango, al tiempo que le da un pellizco al individuo en la parte interna del húmero.
-¡Auch!-se queja el chico.-Eso no era necesario Sango.
-Pero te lo haz ganado a pulso, ahora haz el favor de vestirte y marcharte de mi casa por favor.-le dice ella en tono cortante.
-¿Me llamarás?-pregunta el joven, mirándola fijamente.
-Sí, si.-responde Sango que busca en un pequeño cuarto, lleno de ropa para toda ocasión, algo que ponerse.-Ahora vete, gracias.
Una vez que Sango se hubo duchado, se arropó, en un elegante traje sastre, compuesto de un pantalón y un saco negro, debajo de éste resaltaba una prenda blanca con un escote en V, que los fríos días de noviembre podían provocarle un dolor de pecho, por estar demasiado descubierta.
Se dirigía con paso ligero hacia su vehículo, un BMW estacionado frente al imponente edificio residencial, una vez hubo llegado hasta él se adentró y se dispuso a conducirlo.
Minutos más tarde, se adentraba en una edificación de aproximados 10 pisos, donde en lo más alto colgaba una gran barra que tenia como eslogan un escrito que rezaba lo siguiente: "EL DIARIO DE TOKIO".
Subió al elevador que la llevaría al 6to piso, donde se encontraba su oficina, que era una de las más amplias que había en el lugar, una vez ahí, tomó posesión de su asiento, y comenzó a revolver los cajones de su escritorio, pues necesitaba algunos papeles, su labor se vio interrumpida por la voz de su secretaria que se encontraba en el quicio de la puerta, una señora de edad madura la miraba dubitativamente.
-¿Sí Kaede?-preguntó Sango, mientras seguía revolviendo papeles.
-Tiene una llamada, señorita, es de Kagome Higurashi.-dijo la señora.
-Esta bien, la tomo.-suspiró la joven dejando su trabajo.
-Dime Kagome.-respondió Sango, una vez que se hubo colocado el auricular en la boca.
-Hola Sango.-respondió la voz al otro lado.
-¿A qué se debe la llamada?-preguntó sin rodeos la chica.
-Tan directa como siempre.-dijo Kagome, para agregar.-Necesito que vengas a Osaka, este 16 de diciembre, y no acepto un no como respuesta.
-Kagome, francamente no sé si tengo ocupada la fecha, pero no te aseguro que vaya.-dijo Sango.
-Me voy a casar ese día, y tú tienes que estar ahí, porque eres mi dama de honor, así que no acepto un no, yo no sé qué harás pero lo tendrás que posponer.-dijo la futura novia.
-O.O ¡Qué tu qué!-gritó Sango, mirando el auricular como si lo viera por primera vez.
-nn Quería que fuera un sorpresa, pero como sé que si no te doy una razón con peso, inventarías cualquier pretexto para no venir.-dijo la voz, riendo al otro lado.
-¡Kagome! Tienes que contarme todo, cómo pasó, quién es el tipo, ¿estas embarazada? O.o.-preguntó Sango en tono de reproche.
-Si quieres saberlo vente unos días antes de la boda, me harás muy feliz Sango.-dijo la cándida voz de su amiga.-Te quiero mucho, nos vemos.
-¡No me cuelgues Higurashi!-exclamó la periodista, demasiado tarde ya, solo se escuchaba el monótono sonido del teléfono.
-Enana del demonio, solo tu sabes qué fibras tocar.-dijo la chica, con una pequeña sonrisa y una alegría en el pecho. Pues aunque ella estuviera en contra del matrimonio, si eso hacía feliz a su amiga del alma, la hacía feliz a ella también.
-Decidido, me iré el 10 de diciembre, después de todo tengo que conocer al tipejo que tendrá como esposo Kagome y hacerle saber que si le ocurre algo malo, lo haré pagar con creces.-pensaba la chica después de la reunión, había revisado su agenda y se dio cuenta que tenía ocupados los 6 primero días de ese mes, y tomó la sugerencia de Kagome de irse unos días antes de la boda.
Miroku.
Rico empresario hotelero, proveniente de buena familia, con costumbres muy arraigadas, él es un hombre de 33 años, se puede decir que lleva una vida sin problemas, su negocio ha pasado de generación en generación, la cadena de hoteles de la cual es dueño, fue inicialmente de su abuelo, y ha sido así como ha ido creciendo.
Sus únicas dos ambiciones en ésta vida son la de formar una familia y claro está encontrar a una persona que lo llene emocionalmente, como para realizar su primer objetivo.
Miroku es una gran persona, para él el amor es sagrado, y se debe respetar, sus novias no han sido muchas, a comparación de las de su hermano Totori, aunque es mucho menor que él, de apenas 29 años su historial amoroso rebasa por mucho el de Miroku, que apenas cuenta con 3 novias en sus 33 años de vida.
Él en sus relaciones siempre era muy duradero, pero nunca se había sentido tan enamorado como para casarse, pues él se decía que cuando contrajera matrimonio sería para siempre, no por un rato. Actualmente estaba con Yuca, amiga de la familia, pero sentía que algo faltaba, no sabía qué.
Su vida la ha vivido siempre en Osaka, adora la bahía de ese lugar, la ingenuidad de la provincia, sus estudios en cambio fueron en Tokio, la capital pero para su fortuna no pasó tanto tiempo ahí, pues el bullicio de la ciudad no le es muy agradable.
Uno de sus grandes amigos de toda la vida es el mujeriego de Inuyasha Kusano, que próximamente contraería nupcias con una chica llamada Kagome H. él que había jurado y perjurado jamás enamorarse porque si lo hacía cometería una de las tonterías de las que se arrepentiría y mucho. Pero después de que su enferma relación con su ex novia Kikyo, que estaba con él solo por su dinero, terminara, Kagome apareció como caída del cielo.
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-Hola amor ¿como estás?- preguntó una linda chica de apenas 25 años, a un atractivo hombre que se encontraba recostado en un sillón grande, frente a su escritorio.
-Hola Yuca.-respondió el joven otorgando un pequeño beso.
-Bueno, supongo que ya estás listo, así que vamos.-dice Yuca.
-Yuca, en verdad discúlpame, pero antes de irme tengo que arreglar un papeleo, necesito dejar firmados varios de ellos, son muy importantes.-decía Miroku, mientras revolvía los papeles.
-¡Pero tu me prometiste ir a almorzar hoy conmigo!-exclamó la chica emberrinchada.
-Claro amor, pero primero tengo que resolver este asunto.-dice el apuesto joven.
-Miroku tu siempre antepones el trabajo a todo, ya no sé si es por responsable o porque eres un adicto al trabajo.-dijo la chica seriamente.
-No soy adicto al trabajo Yuca, simplemente es mi deber…además no tardaremos más de 10 minutos.-dijo Miroku algo molesto por el comentario de su novia.
Después de haber esperado para arreglar el papeleo, Yuca y Miroku salieron de la oficina de éste, localizada en un lujoso hotel, situado en una playa de hermosos parajes costeños, se dirigieron a la puerta para salir pero Miroku decidió que lo mejor sería almorzar en el hotel, aunque Yuca no estuvo muy de acuerdo, terminó aceptando.
-Miroku, tengo que hablar contigo, es algo muy serio.-decía Yuca al joven que miraba el menú.
-Llevamos exactamente 3 años de novios, y creo que ya es tiempo de ampliar nuestro noviazgo a tal vez algo más formal ¿No te parece?-dijo Yuca, al ver que Miroku no le prestaba la atención necesario, dijo.
-Quiero que nos casemos Miroku.
-¿Eh?-balbuceó el chico desorientado.
-Lo que has escuchado, ya es tiempo.-declaró la mujer, para agregar enseguida.- ¿O no quieres, porque si es así, no sé para que estamos perdiendo el tiempo en este noviazgo que no llevará a ningún lado.
-Yuca, el matrimonio para mi es algo de suma importancia, ¿Ok? Yo no puedo decidirlo así como así, es algo que tengo que pensar, y por el momento aún no he decidido llevarlo a cabo.-dijo Miroku a su novia que lo miraba incrédula.
-Sé perfectamente que tú te tomas esto con mucho cuidado, también sé que te lo tomas con mucha calma, pero con demasiada, diría yo, ¡Miroku por dios! Llevamos 3 años de novios, y aún no te decides, ¿no crees que 3 años sea tiempo suficiente para decidir si la persona que está contigo es la indicada?
-Lo sé, lo sé, pero yo lo que no entiendo es porqué tienes tú tanta prisa en que nos casemos.-dice Miroku tratando de cambiar la conversación a un terreno menos peligroso.
-¿Porqué? Te voy a decir porqué, 1º. Llevamos 3 años saliendo y ni anillo me has dado. 2º ¿Cómo se que en verdad esto va en serio, 3º Porque no me puedo quedar esperando hasta que a ti se te de la gana…………… Si no te quieres casar conmigo o no estás seguro de tus sentimientos hacía mi, ¡dímelo!-la chica estaba que echaba chispas por los ojos, en ese momento.
-Pero qué hay de malo en esperar, Yuca.-Rebatió Miroku.
-El problema no es ese, el problema aquí es que tú no sabes lo que quieres.-dijo la chica mirando hacía otro lado.
La discusión quedó zanjada cuando en ese momento irrumpió el mesero, que pedía las órdenes, después de que él se fuera, un incómodo silencio se apoderó de la mesa de los novios, y solo se escuchó el tintinear de los tenedores en la vajilla, la chica se dispuso a comer, tratando de olvidar la discusión reciente.
Después de que hubiesen terminado de almorzar, ella se despidió de manera fría y cortante, alegando que tenía que pasar a ver a algunas amigas que hacía mucho no veía. Él por el contrario, se dirigió a su despacho, se encerró en él y pidió que no le molestaran, lo que le había dicho su novia, había hecho mella en su corazón.
Tal vez ella tenía razón, ¿pero en verdad él no sabía lo qué quería? Algo dentro de su mente le dijo que sí, pero que simplemente no había dado con ello aún.
Un momento después se hizo la pregunta que tanto temía responder: ¿En verdad amo a Yuca? No podía mentirse así mismo, la respuesta definitiva y contundente fue un rotundo NO.
No la amaba, lo sabía, la quería sí, compartir con ella tres años de su vida era tiempo suficiente para que desarrollara un cariño por ella, pero no la amaba, no sentía lo mismo que sintió con su segunda novia, Yamara, pero ahí los papeles se intercambiaron, él estaba loco por ella, pero ella no, y ahora con Yuca era viceversa.
-No puedo hacerle esto a Yuca, ella no tiene porqué esperarme, si yo no la amo ni la amaré, si no lo he hecho en este tiempo, no lo haré jamás.-Pensaba Miroku.
-Esto se tiene que terminar, no puedo seguir atándola a mí, decidido romperé con nuestro noviazgo.
Miroku fu interrumpido por el sonar de su celular, al ver quien llamaba contestó.
-¿Ahora qué?-fue la cortante pregunta.
-Pues llamaba para preguntarte si el puedes reservar para mi boda un cuarto de tu hotel, es para la dama de honor de mi prometida.-dijo la voz al otro lado.
-No creo que haya problema.-contestó Miroku.
-Bueno y por lo del salón…-dijo el hombre pero fue interrumpido por Miroku.
-Si ya sé, lo quieres arreglado en forma circular con alcatraces en las mesas y con lirios colgando de lado a lado, también con vajilla de plata y solo se servirá champán, me lo has dicho quinientas mil veces Inuyasha, creo que estás demasiado nervioso con tu próxima boda.-dijo Miroku en tono desesperado.
-Bueno la verdad es que sí, uno no se casa todos los días ¿sabes?-respondió el aludido.
-Lo sé tonto, ¿eso era todo?-preguntó Miroku.
-No, te iba decir que cambiamos el menú, se servirá solo marisco, espero que no sea ningún inconveniente.-dijo Inuyasha.
-¬¬º No es ningún inconveniente, avisaré a la organizadora.-dijo Miroku.
-Ok, gracias, nos vemos.-se despidió el chico.
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Hola!
Aquí yo con una nueva idea XD tenia ganas de escribir (o intentar escribir) un fic de Sango y Miroku. Y aquí lo tienen, es algo inusual, al menos no he visto publicado uno parecido.
Espero les agrade, y me dejen algún comentario, sugerencia o crítica. Será bien recibida.
Aprovecho para promocionar mi otro fic de IxKag. "Corazón Salvaje".
