¡He vuelto!, ¡Sí!, y ahora con una nueva historia del Origen de los Guardianes, ¿Qué tal no?, por el momento tengo varios capítulos ya listos, cinco en total, lo que voy hacer es que cada viernes, trataré de subir, pero no debe ser problemas ya que ahora viene ¡Navidad!
Gracias por su atención y espero que les guste esta nueva historia, si hay algún error de verdad lo siento, trató de corregirlos, El Origen de los Guardianes NO me pertenece, la historia o el fic que van a leer sí, igual con los personajes que no conozcan.
Si van a traducir la historia consultármelo primero igual si se alguien lo va a publicar en otra página.
¡Gracias y di no al plagio!
PRÓLOGO
Ya es tiempo de crecer, de madurar, de seguir adelante con nuestra vida.
Los adultos pretenden que, al crecer uno olvide todo, completamente todo, desde fábulas asombrosas hasta guardianes legendarios.
¿Por qué nos hace esto?, seguramente quieren que nos parezcamos a ellos, pero si hay alguien que todavía cree en magia y un final feliz seria como un desequilibrio en el mundo o… tal vez no.
CAPÍTULO IAsómate para verlo, está afuera, quien cree lo ve, quien no, pierde la oportunidad, asómate a verlo porque es real, hace que la tierra este envuelta por un manto blanco y frío, hace que prendas el fuego en las noches, hace tus días una alegría, es él, ve a jugar porque se va ir y tú niñez también, no pierdas el tiempo, asómate a la ventana y ve a jugar que la infancia se va volando con el pasar del tiempo, es ahora, no lo dejes ir porque una gran aventura en tú camino podría cerca estar.
Adoro la nieve, es fría, rica y me hace sentir tan… bien, giró en mi propio eje mientras los copos danzantes caen desde el cielo- Joder, el que haya inventando esto es la persona más increíble del mundo -Caí a la nieve después de mi sexta vuelta y empecé a reír divertida.
Como cuando tuve cinco años, empecé a hacer un ángel de nieve, para luego, con cuidado, salir de ahí y ver mi "obra" de arte.
- Hacía tanto que no hacía esto -Me dije a mi misma para luego ver al cielo-¡A la mierda! -Grité al ver que la luna reinaba en el firmamento, salí corriendo como alma que lleva el diablo directo hasta mi apartamento- Me van a matar, me van a matar -Dije entre susurros mientras me abrazaba puesto que los grados estaban descendiendo muy rápidamente.
- ¡He llegado! -Dije entrando a mi apartamento- ¿Hola? -Pregunté incrédula, luego de entre las sombras salto una mota blanca- ¡No, Chester, basta! -Gritaba mientras aquella motita blanca y hermosas me saltaba por todos lados para que lo cargara- Ya está bien -Dije agarrándolo en un salto en el aire, Chester empezó a besar la cara mientras yo me negaba, lo solté en el piso y fue directo a buscar su juguete favorito, el cual yo lo llamó "Perolito".
Reí divertida al ver como Chester era feliz, para luego ir a mi habitación y tirarme en mi cama, Chester enseguida se subió tambien y lo apapache como si fuera un peluche.
- Un día te voy a llevar a la nieve, Chester -Dije cuando ya estaba sentada en mi cama y Chester me miraba intrigado- Pero antes debo comprarte un sweater, como no tienes tanto pelo, seguro y te congelas -Le acaricie la cabecita- Ah… mírenme, hablando con un perro -Me paré- Es cuestión de tiempo que yo empiece a hablar… -Me callé de inmediato al ver lo que hacía y reí divertida.
Miré el reloj negro que tenía en mi pared-A penas son las siete de la noche-Dije en un suspiró, para luego recibir un mensaje, "¿A quién en su sano juicio se le ocurre enviarme un mensaje?", me pregunté, para luego abrirlo y leerlo.
Tía Moira
¡Hola Michie!, ¿Cómo estás?, ¿Estás muy ocupada?, tú tío y yo vamos a salir esta noche y necesito el favor de que me cuides a James y Sophie, sino puedes ya veremos qué hacer.
Viernes, 07:05p
Suspiré, debía cuidar a mis pequeños primos, aunque no me importaba puesto que adoraba muchísimo a los niños, sobre a todos James por sus ocurrencias y a Sophie por su inocencia.
Le envié un mensaje a mí tía diciéndole que si podía ir, que no tenía más nada que hacer, me cambié el abrigo blanco que tenía, debido a que estaba lleno de nieve y por consiguiente se estaba mojando, por uno negro, me puse un gorro negro y unos guantes blancos, sin duda lucía muy bien.
- Te vas a quedar y quiero que cuides la casa -Chester estaba sentado frente a la puerta-Volveré más tarde ¿Sí?- Desde luego Chester no me respondió y suspiré- Debo dejar de hablar contigo o me tomaran por loca -Me agaché y acaricie su cabecita, para luego salir del apartamento, otra vez, y dirigirme a la casa de mi tía.
Las calles, a esta hora, había muy poca gente, quizás algunas parejas paseando a la luz de la luna y gatos apreciando, pero no habían niños, llegué a una casita verde con una cerca blanca y una gran árbol en la parte trasera.
Me acerqué, toqué el timbre y esperé un poco- ¡Hola querida! -A mi tía se le notaban un poco de años, no tantos puesto que mis primos aun eran pequeños- ¿Cómo has estado?, espero y no hayas tenido que dejar de hacer tus cosas.
- Para nada tía, sabes que adoro de cuidar a James y Sophie.
- Losé, losé, pasa, pasa -Dijo, pase dentro de la casa, todo seguía tal cual como la vi la última vez- Es increíble que ya llevas un mes en Canadá -Dijo, le sonreí- ¡Niños, Michie acaba de llegar!
- ¡Ya voy! -Escuché la voz de James nada más.
- Muy bien, recuerda tienen que comer, Jaime tiene que hacer su tarea y Sophie tiene que hacer un dibujo para mañana, deben bañarse, cepillarse los dientes y dormir.
- Descuida tía, sé como tratar a estos pequeños vándalos -Ambas reímos- Hola tío -Este sonrió para luego tomar la mano de su esposa.
- Volveremos a las diez u once de la noche, ¿Está bien? -Solo asentí- Llámanos en caso de emergencia.
- Descuida, no habrá ninguna, tía -Dije mientras me quitaba mis guantes y los ponía en una mesa y mi gorro en el perchero.
- Muy bien, adiós -Dijo ella y ambos se fueron, suspiré y me di cuenta que los niños no bajaban.
- ¿Jaime estás bien? -Pregunté mientras subía las escaleras.
- ¡Sí, Michie! -Escuché la voz de James desde su cuarto.
- ¿Sophie está contigo? -Pregunté.
- Sí -Dijeron los dos, reí y abrí la puerta lentamente.
- A ver pequeños delincuentes -Dije con los brazos en jarra y con una sonrisa- ¿Qué…?
Me quedé está tica al ver que el cuarto de Jaime estaba cubierto de nieve- ¡¿Pero qué…?!
Jaime abrió sus ojos como platos y Sophie me miraba con una sonrisa- ¿Qué haces aquí? -Preguntó James.
- ¿Por qué hay tanta nieve aquí? -Pregunté.
- Mmm… -Jamie observó algún punto de la habitación- Deje… la ventana… ¿abierta?
- Muy bien… quiero que limpies todo esto… mientras tanto -Me acerqué a Sophie que se divertía en la nieve del piso, me agaché y la cargué- Voy a ir darle un baño a Sophie, luego haré algo de comer.
- ¡Oh!, ¿Puedes hacer ravioles? -Preguntó James.
- Eso tarda mucho, Jaime -Me giré para luego salir de la habitación.
- ¡Chile con carne! -Gritó él desde su cuarto.
- ¡Está bien! -Dije dirigiéndome al baño- Mírate que estás llena de nieve, rubia.
- ¡Hehehe!, ¡Nieve!, ¡Nieve! -Decía divertida mientras me miraba- ¡Estoy cubierta de nieve!
- Ya lo creo -Dije mientras llenaba la tina de agua caliente, Sophie miraba divertida como la tina se llenaba de agua caliente.
- ¿Y Chester? -De repente preguntó.
- En casa, supongo que durmiendo un poco -Dije mientras cerraba la llave de agua caliente y abría la fría- Veamos -Dije mientras me ponía frente a Sophie- Estira los brazos.
- ¿Por qué? -Preguntó.
- Para que toques el techo -Ella se puso de puntitas y le quité su camisita, luego la senté y le quité sus medias junto con los jeans, cuando el agua estaba en término medio, cerré el agua fría y metí a Sophie dentro.
Agarré un poco de jabón líquido y lo eché en el agua, acto seguido batí el agua y salieron burbujas.
- ¡Burbujas, burbujas! -Decía mientras trataba de atraparlas y reventarlas.
- A ver Sophie -Agachada cerca de la tina, empecé a lavar el cabello revoltoso de mi prima, luego agarre una manguerita- Cierra los ojos -Ella lo hizo y después pace el agua de la manguerita por su cabecita, repite la acción con el champú una vez más, luego el acondicionador y por último el jabón, puse a Sophie en una toalla rosa, ella se abrazó a esta y le empecé a cerca su cabecita.
Fui al cuarto de la niña, todo era rosa y había muchos dibujos de hadas por todas partes- ¿Qué pijama quieres? -Pregunté, ella se sentó en su camita y me miraba intrigada, saqué una batita azulada con un corazón morado en el centro de esta, su ropita interior unas medias blancas.
Como pude y dándome mucha lucha, le puse el pijama a Sophie la cual se fue directo a la sala, baja después de dar un suspiró, si iba a tener un hijo sería dentro de mucho, mucho tiempo.
Vi como Sophie estaba frente a la televisión con está prendida, veía algún canal para su edad, subí de nuevo para ir al cuarto de Jaime y decirle que se fuera a bañar.
- Hahaha… ¿De verdad crees eso?
- …
- Es mi prima… dudo mucho que…
Toqué la puerta- ¿Jaime con quién hablas? -Dije mientras entraba, estaba dándome la espalda y giró su cabeza.
- … -Miró nuevamente a la nada mientras me recargaba en la puerta esperando su respuesta- ¿Jack Frost?
Empecé a reír, por eso adoraba a James, tenía unas ocurrencias muy infantiles- Seguro -Dije acercándome y abrazándolo- ¿Y qué te dice "Jack Frost"? -Le pregunté.
De nuevo Jaime miró a la nada- Que eres muy simpática -Dijo él con una sonrisa, volví a reír divertida mientras me acostaba con Jaime, para luego empezar a hacerle cosquillas- ¡No, basta! -Decía entre risa- ¡Para! -Gritaba.
Me senté en la cama del niño y luego él mientras se limpiaba las lágrimas de alegría que caían rebeldemente por sus ojitos, después sentí un poco de frío, y me abracé inconscientemente.
- Hace mucho frío -Opiné mientras me levantaba de la cama y cerraba la ventana del cuarto de James- Un día vas a coger una pulmonía si sigues así.
James rió divertido- Aunque la cierre, Jack hará que haga más frío.
- Sí, Jaime, lo que tú digas -Dije con ironía, para luego abrir los ojos como platos- ¿Qué…? -Pregunté al ver como caían copos de nieve dentro del cuarto de Jaime, rápidamente me acerque al niño y lo abracé con mucho miedo puesto que esto no era normal.
- ¿Q-Qué…?
- Es Jack Frost -Dijo Jaime- Vamos, Michie trata de creer en él, ¿Sí?
- Es que Jaime, yo… -Empezó a hacer mucho frío- ¡Esta bien!, ¡Esta bien!, ¡Sí, creo!
Jaime rió divertido- Debes creer con el corazón.
- Mmm… ¿Sabes?... debo hacer la comida… ¿Me pediste chile con carne, no? -Me paré apresuradamente y salí del cuarto del niño, suspiró- Okey… imaginación, todo fue mi imaginación -Me enderecé- Vete a bañar James -Dije, escuché un pequeño "Sí" desanimado y fue a la sala donde la pequeña rubia seguía viendo tele, suspiré y fui a la cocina donde preparé la cena.
Cuando estuvo lista los tres comimos en completo silencio, Sophie se veía un poco cansada y Jaime tenía una cara de decepción absoluta, me sentí un poco mal por lo ocurrido antes- Jaime… no has tocado tú comida -Le dije.
- No tengo hambre -Dijo mirando su plato.
- Oh vamos, siempre te ha gustado mi comida -Dije para tratar de convencerlo, pero este no dijo nada, pensé en otra cosa- Oye… te prometo que está noche trataré de creer en Jack Frost.
- ¿De verdad? -Su cara se llenó de ilusión y le sonreí.
- Claro -Dije- ¿Qué tal difícil puede ser?
¡Espero comentarios para ver si la continuo o la quito!, ¿Sí?,
¡Hasta la próxima!
