Disclaimer: Esta historia es mía, aunque los personajes pertenecen a
J.K.Rowling.
Hola! Este es mi primer fic, me está costando un poco hacerlo, aunque creo
que me va a quedar bien (jeje). Soy muy optimista y además escribo
rápido!!!!!!!!!!!
Harry Potter y La Orden del Fénix
Capítulo 1 Reencuentros
Era un día como tantos otros en el número 4 de Privet Drive. Harry, el sobrino de la familia que vivía en esa casa, y que solía pasar allí sólo las vacaciones de verano, se levantaba de la cama después de haber tenido una horrible noche. Últimamente, exactamente desde la tercera prueba del campeonato de los tres magos, Harry no dormía bien, tenía sueños intranquilos que nunca podía recordar y siempre se despertaba con un pinchazo en la cicatriz, aunque no solía recordar aquello.
Sólo llevaba un par de días en casa de sus tíos y ya quería que empezara el colegio, ya que sus tíos no le podían comprender pues repudiaban todo lo que no fuera "normal" y Harry no lo era ya que era un mago, y uno de los buenos.
Se levantó, era un día nublado, aunque había mucho resol. Cuando Harry se asomó por la ventana para tomar un poco de aire fresco tuvo que retroceder. El sol en sus ojos le hacia daño, supuso que era por tener los ojos claros. Bajó a preparar el desayuno como hacía de costumbre. A su tía le extrañaba este hecho, puesto que desde el primer día cuando bajaba se encontraba todo preparado y limpio, y ella ni siquiera le había pedido que lo hiciera. Por su parte Harry pensaba que si sus tíos estaban contentos, o mejor dicho menos enfadados, no le molestarían y le dejarían en paz. Por lo que había podido comprobar, en los días que llevaba en la casa, su "táctica" había funcionado. No hablaban mucho entre ellos, se limitaban a saludarse cuando se cruzaban por los pasillos de la casa o cuando salían o entraban de la cocina. En las comidas nadie hablaba.
Cuando regresó a su habitación se encontró con dos lechuzas, una era Hedwig y la otra era negra y no la había visto antes, aunque supuso que se la había enviado Sirius. Cogió la carta que llevaba Hedwig, la desató y comenzó a leerla. Era de su mejor amigo en Howards (el colegio para magos al que Harry iba):
Hola Harry!!!!
¿Qué tal? Yo estoy muy bien, llegamos a casa sin problemas. Por aquí está todo muy tranquilo aunque hay algo que me inquieta; ayer cuando me desperté vi que había mucha gente en casa, como si estuvieran en una reunión, y cuando bajé a desayunar antes de llegar a la cocina mi madre me dijo que luego me subiría el desayuno, aunque antes de irme puede ver a dos personas en la cocina, ¿¿a que no adivinas quienes eran??? Hocicos en su forma humana y el profesor Dumbledore.
Además cuando me fui noté que echaron un hechizo silenciador a la cocina porque no puede escuchar nada más.
¿Sabes algo de Hermione? Me dijo que igual se iba con ese maldito de Krum a Bulgaria, aunque no la culpo ya que yo fui quien la animó a que se fuera con él de vacaciones.
Bueno no sé que más contarte ya que solo hace unos pocos días que no nos vemos. Recuerdos
Ron
PD: Mi madre me ha dicho que es muy poco probable que Dumbledore te deje venir este verano a mi casa.
Harry se alegró mucho por saber algo de su amigo, aunque realmente le apenaba no poder pasar con él las vacaciones, y más aún tener que pasarlas con los Dursley. Se obligó a sí mismo dejar de pensar en aquello, porque no iba a llegar a ningún lado. Recordó que había otra lechuza y le desató la carta de la pata. En un principio pensaba que era de Sirius, aunque no podía imaginar cuanto se equivocaba. Nada más abrir la carta la cicatriz le empezó a pinchar.
Querido Harry,
Supongo que se te hará raro recibir una carta mía pero quería darte una última oportunidad de unirte a mí. Si no aceptas morirás junto con todos tus amigos, y será por tu culpa por no querer unirte a mí. Será tu culpa igual que la muerte de Cedric Diggory lo fue. Espero que me envíes la lechuza con tu respuesta. Cómo vea que le lechuza viene con algún mago desearás haber muerto hace muchos años ¿entendido? Lord Voldemort
Harry se metió la carta en el bolsillo del pantalón. Estaba hundió en un mar de dudas y preocupaciones, no sabía que hacer ni que decir. Tenía muy claro que no se iba a unir a Voldemort, notó pequeños pinchazos en el brazo y vio como la lechuza negra se estaba impacientando así que escribió una breve carta:
Querido Tom, No sé para que gastas tus energías si sabes que no me uniré a ti por nada del mundo, así que ya puedes venir a buscarme y matarme porque no conseguirás que me alíe a ti. Sabes que ya te he derrotado más de una vez, y que estaré dispuesto a hacerlo cuantas veces sea necesario.
Te odia
Harry Potter
Acabó la carta y se la ató a la lechuza para que se la hiciera llegar a Voldemort. Pensó en escribir a Sirius o a Dumbledore para contarlo lo sucedido pero sólo habían pasado dos días no quería andar quejándose por todo así que decidió no hacerlo, o por lo menos no aquel día.
Estaba furioso, furioso con Voldemort y sobre todo furioso consigo mismo. Aunque sabía que Voldemort le había dicho lo de Cedric sólo para fastidiarle, Harry pensaba que era verdad, que de no haber insistido tanto en que cogieran la copa juntos ahora Cedric estaría vivo. Se sintió mal así que cuando su tía le llamó para que bajará a comer decidió quedarse en su habitación pensando. Las horas se le pasaron rápido, y pronto fue la hora de dormir. A pesar de que no había comido nada desde el desayuno no tenía hambre, se sentía un poco mal, como mareado.
Se durmió pronto. Abrió los ojos y se encontró volando en una lechuza de color negro. Cuando llegó a su destinatario Harry se bajó y pudo ver aquellos inconfundibles ojos rojos. Vio que leía una carta y se sorprendió mucho al ver que era la que él le había escrito pocas horas antes. La cara de Voldemort al abrir la carta emitía una ira incontrolable. Harry supuso que no le hizo mucha gracia que le llamara Tom, y menos lo que ponía después, aunque no pudo saberlo ya que la cicatriz le empezó a doler terriblemente. Empezó a chillar de dolor y, antes de volver a la realidad, oyó como Voldemort lanzaba el cruciatus a alguien. Notó como unos brazos lo sacudían. Al abrir los ojos se encontró con la cara de su tío Vernon. No alcanzó a ver más ya que se desmayó.
Su tío no le tenía mucho aprecio, aunque no lo iba a dejar así. Llamó a una ambulancia.
Cuando Harry abrió los ojos se encontraba en un hospital, aunque supuso que era muggle puesto que estaba lleno de máquinas conectadas a su cuerpo. Estaba sólo en la habitación. Miró su reloj pero este no funcionaba desde la segunda prueba, así que esperó. En un principio pensó en levantarse pero sentía que le faltaban las fuerzas, que le pesaba todo el cuerpo. Mientras miró en busca de un reloj vio algo que le asustó bastante. Estaba en la unidad de cuidados intensivos y ahora que lo pensaba no recordaba porque estaba allí. Sintió que se quedaba sin fuerzas y volvió a desmayarse. Se despertó al oír a un médico revisarle, aunque no quiso abrir los ojos. Llevaba un minuto escuchando al médico cuando oyó algo que le heló la sangre:
Desmaius
No supo que hacer. Estaba en un hospital fuera de la protección mágica de Privet Drive, sin su varita e indefenso. Tenía mucho miedo, aunque al final se armó de valor y abrió los ojos.
Profesor Dumbledore??????- preguntó Harry extrañado. Vio que iba acompañado de un perro que comenzó a transformarse en su padrino- Sirius?, me habéis dado un susto de muerte.
Habló en un susurro ya que no tenía muchas fuerzas, y tras decir esto se desmayó. Despertó dos segundos más tarde cuando Sirius le zarandeó para despertarle.
Estás bien Harry? - preguntó Sirius muy preocupado mientras le daba un gran abrazo.
Te diría que sí pero no tengo fuerzas para mentirte, tengo que hablar contigo y con usted profesor cuanto antes- acababa de recordar lo ocurrido, aunque no entendía porque había acabado en el hospital- por cierto, que hacen así vestidos?- intentó reírse pero pensó que mejor guardaba la imagen de Sirius y Dumbledore vestidos de muggles para otra ocasión, pues no pensaba que era oportuno reírse en ese momento.
Todo a su debido tiempo, ¿te ves con fuerzas para salir de aquí por tu propio pie?- le preguntó Dumbledore.
Sí-mintió Harry
¿Seguro?- le pregunto Sirius. Harry notó como le temblaba la voz
Sí, seguro -volvió a mentir Harry.
Pues vamos -dijo Dumbledore
En cuanto Harry se puso de pies notó como le temblaban las piernas se mareó y volvió a desmayarse. Sirius ya se lo esperaba, así que le cogió al vuelo le puso la capa invisible, se cubrió el también con ella y salieron.
Cuando Harry abrió los ojos volvió a sentir esa sensación de no saber donde estaba y miro hacia los lados angustiado. En un primer momento pensó que Voldemort lo había cogido, pero después desechó esta idea ya que estaba en un lugar demasiado cómodo, entonces recordó con quien se había ido. Se encontraba mejor aunque todavía no tenía fuerzas suficientes para levantarse y lo sabía. Notó que tenía fiebre y un paño húmedo en la cabeza. Mientras pensaba todo esto un hombre con cara cansada salió del cuarto de baño y al ver a Harry despierto se abalanzó sobre él y comenzó a llorar. A pesar del hecho de que Harry no tenía gafas pudo reconocer inconfundiblemente a la persona que estaba abrazándole y le abrazó también.
Sirius me estás haciendo daño, me puedes decir que ocurre- le dijo Harry
Lo siento -Harry notó que a Sirius le temblaba la voz y estaba llorando.
Sirius no me asustes y dime que pasa por favor, ¿estáis todos bien verdad?- preguntó Harry con miedo en la voz
Sí nosotros estamos bien, pero tú... - entonces le abrazó y comenzó a llorar más fuerte.
Yo estoy bien no te preocupes - le contesto algo fastidiado Harry cuando vio que su padrino lloraba así por él, aunque muy en el fondo se sentía feliz de que alguien se preocupara por él.
No Harry no es verdad y lo sabes, casi no sales de esta, el tío del hospital muggle lo dijo y todo ha sido por mi culpa por no haberte protegido más. Cuando Bella te vio salir en ambulancia y me avisó me temí lo peor, no soportaría perderte - volvió a abrazar a Harry y siguió llorando a gusto.
Ya está Sirius, sabes que me duele verte así, estoy bien, o bueno lo estaré en cuanto duerma un poco, ¿vale? - le intentó animar Harry
Que querías decirnos -recordó Sirius de pronto - espera voy a llamar a Dumbledore y así nos lo dices a los dos, ¿estás de acuerdo?
Harry asintió por toda respuesta. Sirius desapareció y regresó diez minutos más tarde con Dumbledore.
Hola Harry, ¿te encuentras mejor? - le pregunto Dumbledore con esa voz dulce que solía poner y que reconfortaba mucho a Harry.
Sí, me encuentro mejor -respondió, aunque dudó que le creyeran- Bueno supongo que están aquí para oír lo que me ha pasado así que ahí va. Anteayer (Harry ya había descubierto que había estado un día completo inconsciente) recibí dos cartas. Una era de Ron y la otra pensé que era tuya, Sirius. Así que abrí primero la de Ron. Cuando abrí la que pensaba que era tuya me pinchó la cicatriz aunque no le presté atención -de repente cayó en la cuenta de que no se había quitado los pantalones y que la carta seguía en su bolsillo - esperen un momento - rebuscó en el bolsillo y efectivamente ahí se encontraba la carta- miren creo que es esta.
Dumbledore y Sirius se extrañaron de que tuviera la carta encima pero en cuanto les entregó la carta ambos olvidaron esto y comenzaron a leerla.
Cuando Harry vio que habían acabado de leerla les siguió contando lo que había pasado. Empecé a pensar y noté que la lechuza que me había traído la carta me picaba en el brazo como esperando a que le respondiera, así que no tuve más remedio que hacerlo. Más o menos lo que le puse en la carta fue que no pensaba unirme a él
Harry, por favor serías tan amable de decirnos exactamente lo que le pusiste - dijo Dumbledore con voz amable.
Bueno... -Harry se sonrojó un poco- la verdad es que me sé lo que ponía en la carta de memoria; "querido Tom, No sé para que gastas tus energías si sabes que no me uniré a ti por nada del mundo, así que ya puedes venir a buscarme y matarme porque no conseguirás que me alíe a ti. Sabes que ya te he derrotado más de una vez, y que estaré dispuesto a hacerlo cuantas veces sea necesario. Te odia" y luego firmé con mi nombre - cuando acabó de contarlo estaba bastante rojo de vergüenza, aunque agradeció que Sirius y Dumbledore no le regañaran por haber desafiado a Voldemort de aquel modo, es más vio como intentaban ocultar, bastante mal, una sonrisa de orgullo.
Y después ¿qué pasó? - la cara de Harry se puso seria ante esta pregunta cosa que los mayores notaron.
Bueno, aunque sé que no debería hacerle caso creo que tiene razón en lo de Cedric, él no hubiera muerto de no haber sido porque me empeñé en que cogiéramos la copa juntos. No comí ni cené porque me encontraba un poco deprimido. A decir verdad, creo que cuando me fui a dormir tenía un poco de fiebre.
Harry nadie te culpa de la muerte de Cedric, todos sabemos que hubieras hecho cualquier cosa por salvarlo, pero tú no tienes la culpa tú no hiciste nada, fue Voldemort quien lo mató él es el culpable no tú - le dijo Sirius muy seriamente.
Será mejor que nos sigas contando lo que pasó, luego hablaremos de este tema -dijo Dumbledore.
Haber donde iba... ah! Pues me dormí y soñé que iba encima de la lechuza que me había traído la carta. Llegamos a una casa y cuando la lechuza le entregó a Voldemort la carta yo me bajé de ella. Cuando leyó la carta se enfureció mucho, a mí me empezó a doler la cicatriz terriblemente. Lo único que alcancé a oír antes de que me despertaran fue a Voldemort lanzando el crucio a alguien. Luego desperté, me sentía muy mal y la cicatriz me dolía mucho. Antes de desmayarme lo único que pude ver fue la cara de mi tío. Cuando volví a recobrar el conocimiento estaba en la unidad de cuidados intensivos en el hospital, intenté buscar a alguien pero no tenía fuerzas y me desmayé. Luego aparecisteis vosotros y ya sabéis que pasó.
¿Por qué no nos contaste lo de la carta?, podría haber sido algo peligroso - le regañó Sirius
Pensé en hacerlo, pero no quiero preocuparos con tonterías como esa, además no puedo empezar a quejarme ya, han pasado muy pocos días desde que me fui de Howarts y vosotros tenéis mejores cosas que hacer- contestó Harry. Empezó a sentirse otra vez mareado. Hablar tanto no le había sentado muy bien. En parte se había desahogado, pero ahora se sentía peligrosamente cansado.
Sirius fue a contestar pero Dumbledore habló primero:
Antes quiero aclarar lo de Cedric, si no te importa Sirius - dijo Dumbledore
Claro que no
Pero Harry no escuchaba, empezó a pensar en Cedric, lo que le produjo un gran dolor. No quería desmayarse delante de los dos magos, aunque no pudo evitarlo.
Cuando despertó se encontraba mucho mejor. Había recobrado la mayor parte de sus fuerzas, y se veía capaz de levantarse. Vio que sus gafas se encontraban en la mesilla de noche y se las puso. Pudo ver con más claridad. En un sillón que estaba al lado de la cama estaba Sirius. Tenía unas ojeras horribles, parecía que no había dormido en mucho tiempo. Harry rió, roncaba bastante fuerte. Fue al baño sin despertar a Sirius. No le costó mucho encontrarlo ya que sólo había dos puertas y una daba hacia fuera. Se aseó. Tenía mucha hambre y no quiso despertar a Sirius así que salió de la habitación esperando encontrar la cocina y algo de comida en ella. No tardó mucho en encontrarla ya que alguien cocinaba y la comida despedía un rico olor a comida. A Harry se le hizo la boca agua y sin pensarlo dos veces entró en la cocina. En un principio no vio a nadie en ella puesto que su mirada se había clavado en la mesa. Había un montón de comida, ni siquiera pensó antes de sentarse y comenzar a comer. Grave error. Había una mujer cocinando el desayuno para ella y para Sirius estaba despaldas a la mesa y no pudo oír a Harry, aunque cuando se dio la vuelta pegó un grito impresionante al ver al muchacho ahí sentado. Ante esto Sirius se despertó y al no ver a Harry y al haber oído a la mujer gritar se asustó muchísimo. Bajó tan rápido como pudo y vio a Harry que seguía comiendo, tenía tanta hambre que no había oído el grito, y a Bella (la mujer) recuperando la respiración y muy sonriente.
Me has dado un susto de muerte, jovencito -le dijo Sirius a Harry en tono de burla.
Lo siento pero estabas tan mono durmiendo, hasta roncabas -le contestó Harry también en tono burlón sin apartar la vista de la comida.
Sirius rió al ver que su ahijado estaba en buen estado y que había
recuperado el sentido del humor. Entonces vio a Bella y esta le susurró
que todavía no se habían presentado, que ella estaba tan tranquila
preparando el desayuno cuando se ha dado la vuelta y ha visto a Harry
sentado y comiéndoselo todo. El grito que Sirius había oído supuso que
había sido por la sorpresa que se había llevado Bella al ver a una
persona sentada en la mesa comiendo sin parar. Entonces Sirius carraspeó
y dijo:
Eres un maleducado Harry, mira que irrumpir aquí sentarte en la mesa empezar a comer como un glotón y no presentarte a la preciosa dama que me estaba preparando a MÍ el desayuno que TÚ estás comiendo.
Ante estas palabras Harry se dio la vuelta y entonces vio que había otra
persona en la cocina. Se puso muy rojo y consiguió decir:
Lo siento, no la he visto... un momento yo a usted la conozco, bueno no a usted a su madre, supongo, ¿es hija de la señora Figg?- Harry iba a seguir hablando pero entonces Bella y Sirius se echaron a reír.
Veo que no te has dado cuenta de donde estás, ¿verdad Harry? - consiguió decirle Sirius cuando paró de reír.
No la verdad es que no me he fijado tenía tanta hambre, era como si no hubiese comido en una semana por lo menos, por cierto ¿qué día es hoy?, ¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?- pregunto Harry mientras miraba por una ventana.
Las caras de Bella y Sirius se pusieron serias de repente pero Harry no
lo notó. Estaba mirando por la ventana de la cocina y entonces se dio
cuenta de que estaba en la casa de la señora Figg aunque no olía a
repollo, no había gatos y en sí la casa no era la misma, pero estaba
situada donde antes estaba la casa de la señora Figg. Entonces Harry se
dio cuenta de...
Un momento, usted es la señora Figg -dijo Harry justo cuando Sirius le iba a contestar a las anteriores preguntas.
Por fin te has dado cuenta, ¿eh?, aunque no se te ocurra llamarme así, llámame Bella como todos. Supongo que te estarás preguntando porque ahora soy tan joven, ¿verdad? - Harry asintió- Bueno me auto lanzaba un hechizo envejecedor y creaba una ilusión de manera que tu pensaras que era una muggle amante de los gatos. Ya lo siento cariño, pero si tus tíos hubiesen descubierto que yo era una bruja o que te lo pasabas bien conmigo seguro que no te hubiesen dejado venir más así que tuve que aburrirte durante tanto tiempo. Lo siento- Harry rió.
Tranquila, lo entiendo. Bueno ¿qué día es hoy?, ¿cuánto tiempo he estado inconsciente?- volvió a preguntar Harry.
Hoy es Lunes. Llevas una semana inconsciente desde que te ingresaron el martes hasta hoy.
Harry puso cara de asombro. Sabía que había estado un tiempo inconsciente
pero no pensó que había estado toda una semana desde el domingo a la
noche que fue el día que tuvo el sueño.
¿Tanto? - preguntó un poco extrañado- y ¿todavía os extrañáis de que tuviese hambre? - bromeó Harry.
Te dábamos un suero mágico, sino estarías muerto, tonto - se rió Sirius.
Ya, pero no es lo mismo que saborear la comida. ¿Me vais a decir que me pasa? - preguntó de repente
¿Qué? - dijo Sirius
Pues eso, llevo una semana inconsciente, tengo derecho a saber que me pasa ¿no creéis? - habló Harry mientras cogía un cacho de tostada. Harry hablaba como si fuera la cosa más obvia del mundo, como quien dice que el fuego quema o el agua moja.
Bueno... eh- Sirius no sabía que decir. Evidentemente le ocultaban algo.
Creo que mejor será que primero comas y luego ya hablaremos de eso.
Pasa algo, ¿verdad? - se empezó a preocupar Harry- decírmelo ahora, ya no tengo hambre- y dejó la tostada en el plato, se levantó y se puso al lado de los dos mayores.
Mejor vamos al salón y nos ponemos cómodos, y tú quita esa cara de preocupación, no te estás muriendo - bromeó Bella a Harry.
Después de decir esto salió de la habitación, Sirius la siguió y por último iba Harry.
Sentaos - dijo Bella
No me pasa nada, ¿no? - dijo Harry con miedo en la voz.
Ni no, ni sí - dijo Sirius muy serio.
¿Qué? Puedes ser más explicito, es que no sé que clase de respuesta es esa - dijo Harry.
Pues no sabemos lo que te pasa, los médicos muggles no tienen ni idea y los magos tampoco. Por eso estábamos muy preocupados, porque tú no despertabas y no sabíamos si ibas a despertar algún día - una lágrima cayó por la cara de Sirius, aunque se apresuró en quitársela- lo único que hacías era gritar pedir ayuda, a tus padres, a Ron, a Hermione, a Dumbledore, a mí, y... luego te subía la fiebre... - estaba hablando Sirius cuando Harry le interrumpió.
¿Y? - Sirius puso cara de desconcierto - has dicho a mi y... te has cayado y luego has seguido hablando, y ¿qué? ¿qué ibas a decir?
Bueno no sé si tendría que decírtelo - dijo Sirius.
Es mejor que lo hagas - le corto Bella.
Discutías con alguien muy fuerte - dijo finalmente Sirius. Entonces de repente Harry recordó todo, aunque prefirió descubrir lo que sabía Sirius y luego ya le contaría la verdad.
¿Y? ¿Qué pasa por que discutiera?,por cierto, ¿con quién discutía?- preguntó Harry Con Voldemort. Tú te solías burlar de él. Le llamabas Tom, le provocabas, entonces te daban como espasmos, te salían moratones y te comenzaba a subir la fiebre. Parecía que te estaban echando el cruciatus - su cara se ensombreció y otra lágrima cayó por su cara.
Recuerdo, que de ven en cuando veía a Voldemort. Pero él no me podía ver, tan sólo me podía oír, llevaba un día espiándole cuando lanzó un crucio a la persona que estaba detrás de mí. No me aparté porque pensé que a mí no me podía afectar, pero me equivoqué. Cuando me atravesó el brazo me empezó a doler todo el cuerpo como si me hubiese dado en realidad, y la cicatriz me quemaba como si me fuese a partir la cabeza en dos. Entonces pasó algo extraño que ni yo me puedo explicar; por una milésima de segundo aparecí en la habitación para después volver a desaparecer. Voldemort me vio y averiguó lo que pasaba. Me empezó a hablar y a mandar cruciatus. Era muy raro porque los echaba contra una pared que estaba enfrente de mí, aunque antes de decir crucio murmuraba algo y entonces rebotaban en la pared y me daban a mí - contó Harry algo apesadumbrado recordando el dolor de su cuerpo.
¿Recuerdas algo de lo que dijo? - preguntó Sirius
Entonces Harry recordó:
Hay que avisar al profesor Snape, sé que está haciendo de espía para Dumbledore, y Voldemort también lo sabe. Ha planeado tenderle una trampa y matarlo esta misma tarde. Tenéis que encontrarle. También lo oí decir que iba a matar al profesor Lupin. Se lo ordenó a Malfoy padre, y luego me juró que. - pero no pudo acabar la frase ya que Sirius y Bella ya habían salido del salón a todo correr.
Harry pensó que habían ido a avisar a Snape, a Lupin y supuso que de paso avisarían a Dumbledore y le contarían lo ocurrido. Se quedó pensando, intentando recordar algo más sobre Voldemort, pero tenía la cabeza bloqueada, tenía esa sensación de culpabilidad por no haberles dicho a Sirius y Bella que Voldemort le había dicho que sabía donde estaba y que le iba a ir a buscar. Entonces ocurrió algo, la cicatriz le empezó a quemar a Harry terriblemente. Intentó gritar pero no le salía ningún sonido de la boca. Estaba realmente asustado. Lo único que se le ocurrió hacer fue dejar una nota a Sirius y a Bella. Les puso:
Queridos Sirius y Bella, Si leéis esta carta será porque me ha pasado algo. Cuando os fuisteis me comenzó a doler la cicatriz mucho. Supongo que es porque Voldemort está cerca. Si leéis esta carta me habrá cogido. No os preocupéis por mí. Sirius: No hagas ninguna locura si me pasara algo. Por favor no estés triste por mí. Diles a Hermione y Ron que les quiero mucho. Y por favor si no salgo de esta lo único que pido es que por favor sigáis adelante. Os quiero mucho,
Harry Pott
No pudo escribir más puesto que el dolor no se lo permitía. Se sentía con ganas de vomitar. Cogió la varita, que le había traído Sirius junto con el resto de sus pertenencias, y se la guardó. Se armó de valor y miró por la ventana y entonces...
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Harry Potter y La Orden del Fénix
Capítulo 1 Reencuentros
Era un día como tantos otros en el número 4 de Privet Drive. Harry, el sobrino de la familia que vivía en esa casa, y que solía pasar allí sólo las vacaciones de verano, se levantaba de la cama después de haber tenido una horrible noche. Últimamente, exactamente desde la tercera prueba del campeonato de los tres magos, Harry no dormía bien, tenía sueños intranquilos que nunca podía recordar y siempre se despertaba con un pinchazo en la cicatriz, aunque no solía recordar aquello.
Sólo llevaba un par de días en casa de sus tíos y ya quería que empezara el colegio, ya que sus tíos no le podían comprender pues repudiaban todo lo que no fuera "normal" y Harry no lo era ya que era un mago, y uno de los buenos.
Se levantó, era un día nublado, aunque había mucho resol. Cuando Harry se asomó por la ventana para tomar un poco de aire fresco tuvo que retroceder. El sol en sus ojos le hacia daño, supuso que era por tener los ojos claros. Bajó a preparar el desayuno como hacía de costumbre. A su tía le extrañaba este hecho, puesto que desde el primer día cuando bajaba se encontraba todo preparado y limpio, y ella ni siquiera le había pedido que lo hiciera. Por su parte Harry pensaba que si sus tíos estaban contentos, o mejor dicho menos enfadados, no le molestarían y le dejarían en paz. Por lo que había podido comprobar, en los días que llevaba en la casa, su "táctica" había funcionado. No hablaban mucho entre ellos, se limitaban a saludarse cuando se cruzaban por los pasillos de la casa o cuando salían o entraban de la cocina. En las comidas nadie hablaba.
Cuando regresó a su habitación se encontró con dos lechuzas, una era Hedwig y la otra era negra y no la había visto antes, aunque supuso que se la había enviado Sirius. Cogió la carta que llevaba Hedwig, la desató y comenzó a leerla. Era de su mejor amigo en Howards (el colegio para magos al que Harry iba):
Hola Harry!!!!
¿Qué tal? Yo estoy muy bien, llegamos a casa sin problemas. Por aquí está todo muy tranquilo aunque hay algo que me inquieta; ayer cuando me desperté vi que había mucha gente en casa, como si estuvieran en una reunión, y cuando bajé a desayunar antes de llegar a la cocina mi madre me dijo que luego me subiría el desayuno, aunque antes de irme puede ver a dos personas en la cocina, ¿¿a que no adivinas quienes eran??? Hocicos en su forma humana y el profesor Dumbledore.
Además cuando me fui noté que echaron un hechizo silenciador a la cocina porque no puede escuchar nada más.
¿Sabes algo de Hermione? Me dijo que igual se iba con ese maldito de Krum a Bulgaria, aunque no la culpo ya que yo fui quien la animó a que se fuera con él de vacaciones.
Bueno no sé que más contarte ya que solo hace unos pocos días que no nos vemos. Recuerdos
Ron
PD: Mi madre me ha dicho que es muy poco probable que Dumbledore te deje venir este verano a mi casa.
Harry se alegró mucho por saber algo de su amigo, aunque realmente le apenaba no poder pasar con él las vacaciones, y más aún tener que pasarlas con los Dursley. Se obligó a sí mismo dejar de pensar en aquello, porque no iba a llegar a ningún lado. Recordó que había otra lechuza y le desató la carta de la pata. En un principio pensaba que era de Sirius, aunque no podía imaginar cuanto se equivocaba. Nada más abrir la carta la cicatriz le empezó a pinchar.
Querido Harry,
Supongo que se te hará raro recibir una carta mía pero quería darte una última oportunidad de unirte a mí. Si no aceptas morirás junto con todos tus amigos, y será por tu culpa por no querer unirte a mí. Será tu culpa igual que la muerte de Cedric Diggory lo fue. Espero que me envíes la lechuza con tu respuesta. Cómo vea que le lechuza viene con algún mago desearás haber muerto hace muchos años ¿entendido? Lord Voldemort
Harry se metió la carta en el bolsillo del pantalón. Estaba hundió en un mar de dudas y preocupaciones, no sabía que hacer ni que decir. Tenía muy claro que no se iba a unir a Voldemort, notó pequeños pinchazos en el brazo y vio como la lechuza negra se estaba impacientando así que escribió una breve carta:
Querido Tom, No sé para que gastas tus energías si sabes que no me uniré a ti por nada del mundo, así que ya puedes venir a buscarme y matarme porque no conseguirás que me alíe a ti. Sabes que ya te he derrotado más de una vez, y que estaré dispuesto a hacerlo cuantas veces sea necesario.
Te odia
Harry Potter
Acabó la carta y se la ató a la lechuza para que se la hiciera llegar a Voldemort. Pensó en escribir a Sirius o a Dumbledore para contarlo lo sucedido pero sólo habían pasado dos días no quería andar quejándose por todo así que decidió no hacerlo, o por lo menos no aquel día.
Estaba furioso, furioso con Voldemort y sobre todo furioso consigo mismo. Aunque sabía que Voldemort le había dicho lo de Cedric sólo para fastidiarle, Harry pensaba que era verdad, que de no haber insistido tanto en que cogieran la copa juntos ahora Cedric estaría vivo. Se sintió mal así que cuando su tía le llamó para que bajará a comer decidió quedarse en su habitación pensando. Las horas se le pasaron rápido, y pronto fue la hora de dormir. A pesar de que no había comido nada desde el desayuno no tenía hambre, se sentía un poco mal, como mareado.
Se durmió pronto. Abrió los ojos y se encontró volando en una lechuza de color negro. Cuando llegó a su destinatario Harry se bajó y pudo ver aquellos inconfundibles ojos rojos. Vio que leía una carta y se sorprendió mucho al ver que era la que él le había escrito pocas horas antes. La cara de Voldemort al abrir la carta emitía una ira incontrolable. Harry supuso que no le hizo mucha gracia que le llamara Tom, y menos lo que ponía después, aunque no pudo saberlo ya que la cicatriz le empezó a doler terriblemente. Empezó a chillar de dolor y, antes de volver a la realidad, oyó como Voldemort lanzaba el cruciatus a alguien. Notó como unos brazos lo sacudían. Al abrir los ojos se encontró con la cara de su tío Vernon. No alcanzó a ver más ya que se desmayó.
Su tío no le tenía mucho aprecio, aunque no lo iba a dejar así. Llamó a una ambulancia.
Cuando Harry abrió los ojos se encontraba en un hospital, aunque supuso que era muggle puesto que estaba lleno de máquinas conectadas a su cuerpo. Estaba sólo en la habitación. Miró su reloj pero este no funcionaba desde la segunda prueba, así que esperó. En un principio pensó en levantarse pero sentía que le faltaban las fuerzas, que le pesaba todo el cuerpo. Mientras miró en busca de un reloj vio algo que le asustó bastante. Estaba en la unidad de cuidados intensivos y ahora que lo pensaba no recordaba porque estaba allí. Sintió que se quedaba sin fuerzas y volvió a desmayarse. Se despertó al oír a un médico revisarle, aunque no quiso abrir los ojos. Llevaba un minuto escuchando al médico cuando oyó algo que le heló la sangre:
Desmaius
No supo que hacer. Estaba en un hospital fuera de la protección mágica de Privet Drive, sin su varita e indefenso. Tenía mucho miedo, aunque al final se armó de valor y abrió los ojos.
Profesor Dumbledore??????- preguntó Harry extrañado. Vio que iba acompañado de un perro que comenzó a transformarse en su padrino- Sirius?, me habéis dado un susto de muerte.
Habló en un susurro ya que no tenía muchas fuerzas, y tras decir esto se desmayó. Despertó dos segundos más tarde cuando Sirius le zarandeó para despertarle.
Estás bien Harry? - preguntó Sirius muy preocupado mientras le daba un gran abrazo.
Te diría que sí pero no tengo fuerzas para mentirte, tengo que hablar contigo y con usted profesor cuanto antes- acababa de recordar lo ocurrido, aunque no entendía porque había acabado en el hospital- por cierto, que hacen así vestidos?- intentó reírse pero pensó que mejor guardaba la imagen de Sirius y Dumbledore vestidos de muggles para otra ocasión, pues no pensaba que era oportuno reírse en ese momento.
Todo a su debido tiempo, ¿te ves con fuerzas para salir de aquí por tu propio pie?- le preguntó Dumbledore.
Sí-mintió Harry
¿Seguro?- le pregunto Sirius. Harry notó como le temblaba la voz
Sí, seguro -volvió a mentir Harry.
Pues vamos -dijo Dumbledore
En cuanto Harry se puso de pies notó como le temblaban las piernas se mareó y volvió a desmayarse. Sirius ya se lo esperaba, así que le cogió al vuelo le puso la capa invisible, se cubrió el también con ella y salieron.
Cuando Harry abrió los ojos volvió a sentir esa sensación de no saber donde estaba y miro hacia los lados angustiado. En un primer momento pensó que Voldemort lo había cogido, pero después desechó esta idea ya que estaba en un lugar demasiado cómodo, entonces recordó con quien se había ido. Se encontraba mejor aunque todavía no tenía fuerzas suficientes para levantarse y lo sabía. Notó que tenía fiebre y un paño húmedo en la cabeza. Mientras pensaba todo esto un hombre con cara cansada salió del cuarto de baño y al ver a Harry despierto se abalanzó sobre él y comenzó a llorar. A pesar del hecho de que Harry no tenía gafas pudo reconocer inconfundiblemente a la persona que estaba abrazándole y le abrazó también.
Sirius me estás haciendo daño, me puedes decir que ocurre- le dijo Harry
Lo siento -Harry notó que a Sirius le temblaba la voz y estaba llorando.
Sirius no me asustes y dime que pasa por favor, ¿estáis todos bien verdad?- preguntó Harry con miedo en la voz
Sí nosotros estamos bien, pero tú... - entonces le abrazó y comenzó a llorar más fuerte.
Yo estoy bien no te preocupes - le contesto algo fastidiado Harry cuando vio que su padrino lloraba así por él, aunque muy en el fondo se sentía feliz de que alguien se preocupara por él.
No Harry no es verdad y lo sabes, casi no sales de esta, el tío del hospital muggle lo dijo y todo ha sido por mi culpa por no haberte protegido más. Cuando Bella te vio salir en ambulancia y me avisó me temí lo peor, no soportaría perderte - volvió a abrazar a Harry y siguió llorando a gusto.
Ya está Sirius, sabes que me duele verte así, estoy bien, o bueno lo estaré en cuanto duerma un poco, ¿vale? - le intentó animar Harry
Que querías decirnos -recordó Sirius de pronto - espera voy a llamar a Dumbledore y así nos lo dices a los dos, ¿estás de acuerdo?
Harry asintió por toda respuesta. Sirius desapareció y regresó diez minutos más tarde con Dumbledore.
Hola Harry, ¿te encuentras mejor? - le pregunto Dumbledore con esa voz dulce que solía poner y que reconfortaba mucho a Harry.
Sí, me encuentro mejor -respondió, aunque dudó que le creyeran- Bueno supongo que están aquí para oír lo que me ha pasado así que ahí va. Anteayer (Harry ya había descubierto que había estado un día completo inconsciente) recibí dos cartas. Una era de Ron y la otra pensé que era tuya, Sirius. Así que abrí primero la de Ron. Cuando abrí la que pensaba que era tuya me pinchó la cicatriz aunque no le presté atención -de repente cayó en la cuenta de que no se había quitado los pantalones y que la carta seguía en su bolsillo - esperen un momento - rebuscó en el bolsillo y efectivamente ahí se encontraba la carta- miren creo que es esta.
Dumbledore y Sirius se extrañaron de que tuviera la carta encima pero en cuanto les entregó la carta ambos olvidaron esto y comenzaron a leerla.
Cuando Harry vio que habían acabado de leerla les siguió contando lo que había pasado. Empecé a pensar y noté que la lechuza que me había traído la carta me picaba en el brazo como esperando a que le respondiera, así que no tuve más remedio que hacerlo. Más o menos lo que le puse en la carta fue que no pensaba unirme a él
Harry, por favor serías tan amable de decirnos exactamente lo que le pusiste - dijo Dumbledore con voz amable.
Bueno... -Harry se sonrojó un poco- la verdad es que me sé lo que ponía en la carta de memoria; "querido Tom, No sé para que gastas tus energías si sabes que no me uniré a ti por nada del mundo, así que ya puedes venir a buscarme y matarme porque no conseguirás que me alíe a ti. Sabes que ya te he derrotado más de una vez, y que estaré dispuesto a hacerlo cuantas veces sea necesario. Te odia" y luego firmé con mi nombre - cuando acabó de contarlo estaba bastante rojo de vergüenza, aunque agradeció que Sirius y Dumbledore no le regañaran por haber desafiado a Voldemort de aquel modo, es más vio como intentaban ocultar, bastante mal, una sonrisa de orgullo.
Y después ¿qué pasó? - la cara de Harry se puso seria ante esta pregunta cosa que los mayores notaron.
Bueno, aunque sé que no debería hacerle caso creo que tiene razón en lo de Cedric, él no hubiera muerto de no haber sido porque me empeñé en que cogiéramos la copa juntos. No comí ni cené porque me encontraba un poco deprimido. A decir verdad, creo que cuando me fui a dormir tenía un poco de fiebre.
Harry nadie te culpa de la muerte de Cedric, todos sabemos que hubieras hecho cualquier cosa por salvarlo, pero tú no tienes la culpa tú no hiciste nada, fue Voldemort quien lo mató él es el culpable no tú - le dijo Sirius muy seriamente.
Será mejor que nos sigas contando lo que pasó, luego hablaremos de este tema -dijo Dumbledore.
Haber donde iba... ah! Pues me dormí y soñé que iba encima de la lechuza que me había traído la carta. Llegamos a una casa y cuando la lechuza le entregó a Voldemort la carta yo me bajé de ella. Cuando leyó la carta se enfureció mucho, a mí me empezó a doler la cicatriz terriblemente. Lo único que alcancé a oír antes de que me despertaran fue a Voldemort lanzando el crucio a alguien. Luego desperté, me sentía muy mal y la cicatriz me dolía mucho. Antes de desmayarme lo único que pude ver fue la cara de mi tío. Cuando volví a recobrar el conocimiento estaba en la unidad de cuidados intensivos en el hospital, intenté buscar a alguien pero no tenía fuerzas y me desmayé. Luego aparecisteis vosotros y ya sabéis que pasó.
¿Por qué no nos contaste lo de la carta?, podría haber sido algo peligroso - le regañó Sirius
Pensé en hacerlo, pero no quiero preocuparos con tonterías como esa, además no puedo empezar a quejarme ya, han pasado muy pocos días desde que me fui de Howarts y vosotros tenéis mejores cosas que hacer- contestó Harry. Empezó a sentirse otra vez mareado. Hablar tanto no le había sentado muy bien. En parte se había desahogado, pero ahora se sentía peligrosamente cansado.
Sirius fue a contestar pero Dumbledore habló primero:
Antes quiero aclarar lo de Cedric, si no te importa Sirius - dijo Dumbledore
Claro que no
Pero Harry no escuchaba, empezó a pensar en Cedric, lo que le produjo un gran dolor. No quería desmayarse delante de los dos magos, aunque no pudo evitarlo.
Cuando despertó se encontraba mucho mejor. Había recobrado la mayor parte de sus fuerzas, y se veía capaz de levantarse. Vio que sus gafas se encontraban en la mesilla de noche y se las puso. Pudo ver con más claridad. En un sillón que estaba al lado de la cama estaba Sirius. Tenía unas ojeras horribles, parecía que no había dormido en mucho tiempo. Harry rió, roncaba bastante fuerte. Fue al baño sin despertar a Sirius. No le costó mucho encontrarlo ya que sólo había dos puertas y una daba hacia fuera. Se aseó. Tenía mucha hambre y no quiso despertar a Sirius así que salió de la habitación esperando encontrar la cocina y algo de comida en ella. No tardó mucho en encontrarla ya que alguien cocinaba y la comida despedía un rico olor a comida. A Harry se le hizo la boca agua y sin pensarlo dos veces entró en la cocina. En un principio no vio a nadie en ella puesto que su mirada se había clavado en la mesa. Había un montón de comida, ni siquiera pensó antes de sentarse y comenzar a comer. Grave error. Había una mujer cocinando el desayuno para ella y para Sirius estaba despaldas a la mesa y no pudo oír a Harry, aunque cuando se dio la vuelta pegó un grito impresionante al ver al muchacho ahí sentado. Ante esto Sirius se despertó y al no ver a Harry y al haber oído a la mujer gritar se asustó muchísimo. Bajó tan rápido como pudo y vio a Harry que seguía comiendo, tenía tanta hambre que no había oído el grito, y a Bella (la mujer) recuperando la respiración y muy sonriente.
Me has dado un susto de muerte, jovencito -le dijo Sirius a Harry en tono de burla.
Lo siento pero estabas tan mono durmiendo, hasta roncabas -le contestó Harry también en tono burlón sin apartar la vista de la comida.
Sirius rió al ver que su ahijado estaba en buen estado y que había
recuperado el sentido del humor. Entonces vio a Bella y esta le susurró
que todavía no se habían presentado, que ella estaba tan tranquila
preparando el desayuno cuando se ha dado la vuelta y ha visto a Harry
sentado y comiéndoselo todo. El grito que Sirius había oído supuso que
había sido por la sorpresa que se había llevado Bella al ver a una
persona sentada en la mesa comiendo sin parar. Entonces Sirius carraspeó
y dijo:
Eres un maleducado Harry, mira que irrumpir aquí sentarte en la mesa empezar a comer como un glotón y no presentarte a la preciosa dama que me estaba preparando a MÍ el desayuno que TÚ estás comiendo.
Ante estas palabras Harry se dio la vuelta y entonces vio que había otra
persona en la cocina. Se puso muy rojo y consiguió decir:
Lo siento, no la he visto... un momento yo a usted la conozco, bueno no a usted a su madre, supongo, ¿es hija de la señora Figg?- Harry iba a seguir hablando pero entonces Bella y Sirius se echaron a reír.
Veo que no te has dado cuenta de donde estás, ¿verdad Harry? - consiguió decirle Sirius cuando paró de reír.
No la verdad es que no me he fijado tenía tanta hambre, era como si no hubiese comido en una semana por lo menos, por cierto ¿qué día es hoy?, ¿Cuánto tiempo he estado inconsciente?- pregunto Harry mientras miraba por una ventana.
Las caras de Bella y Sirius se pusieron serias de repente pero Harry no
lo notó. Estaba mirando por la ventana de la cocina y entonces se dio
cuenta de que estaba en la casa de la señora Figg aunque no olía a
repollo, no había gatos y en sí la casa no era la misma, pero estaba
situada donde antes estaba la casa de la señora Figg. Entonces Harry se
dio cuenta de...
Un momento, usted es la señora Figg -dijo Harry justo cuando Sirius le iba a contestar a las anteriores preguntas.
Por fin te has dado cuenta, ¿eh?, aunque no se te ocurra llamarme así, llámame Bella como todos. Supongo que te estarás preguntando porque ahora soy tan joven, ¿verdad? - Harry asintió- Bueno me auto lanzaba un hechizo envejecedor y creaba una ilusión de manera que tu pensaras que era una muggle amante de los gatos. Ya lo siento cariño, pero si tus tíos hubiesen descubierto que yo era una bruja o que te lo pasabas bien conmigo seguro que no te hubiesen dejado venir más así que tuve que aburrirte durante tanto tiempo. Lo siento- Harry rió.
Tranquila, lo entiendo. Bueno ¿qué día es hoy?, ¿cuánto tiempo he estado inconsciente?- volvió a preguntar Harry.
Hoy es Lunes. Llevas una semana inconsciente desde que te ingresaron el martes hasta hoy.
Harry puso cara de asombro. Sabía que había estado un tiempo inconsciente
pero no pensó que había estado toda una semana desde el domingo a la
noche que fue el día que tuvo el sueño.
¿Tanto? - preguntó un poco extrañado- y ¿todavía os extrañáis de que tuviese hambre? - bromeó Harry.
Te dábamos un suero mágico, sino estarías muerto, tonto - se rió Sirius.
Ya, pero no es lo mismo que saborear la comida. ¿Me vais a decir que me pasa? - preguntó de repente
¿Qué? - dijo Sirius
Pues eso, llevo una semana inconsciente, tengo derecho a saber que me pasa ¿no creéis? - habló Harry mientras cogía un cacho de tostada. Harry hablaba como si fuera la cosa más obvia del mundo, como quien dice que el fuego quema o el agua moja.
Bueno... eh- Sirius no sabía que decir. Evidentemente le ocultaban algo.
Creo que mejor será que primero comas y luego ya hablaremos de eso.
Pasa algo, ¿verdad? - se empezó a preocupar Harry- decírmelo ahora, ya no tengo hambre- y dejó la tostada en el plato, se levantó y se puso al lado de los dos mayores.
Mejor vamos al salón y nos ponemos cómodos, y tú quita esa cara de preocupación, no te estás muriendo - bromeó Bella a Harry.
Después de decir esto salió de la habitación, Sirius la siguió y por último iba Harry.
Sentaos - dijo Bella
No me pasa nada, ¿no? - dijo Harry con miedo en la voz.
Ni no, ni sí - dijo Sirius muy serio.
¿Qué? Puedes ser más explicito, es que no sé que clase de respuesta es esa - dijo Harry.
Pues no sabemos lo que te pasa, los médicos muggles no tienen ni idea y los magos tampoco. Por eso estábamos muy preocupados, porque tú no despertabas y no sabíamos si ibas a despertar algún día - una lágrima cayó por la cara de Sirius, aunque se apresuró en quitársela- lo único que hacías era gritar pedir ayuda, a tus padres, a Ron, a Hermione, a Dumbledore, a mí, y... luego te subía la fiebre... - estaba hablando Sirius cuando Harry le interrumpió.
¿Y? - Sirius puso cara de desconcierto - has dicho a mi y... te has cayado y luego has seguido hablando, y ¿qué? ¿qué ibas a decir?
Bueno no sé si tendría que decírtelo - dijo Sirius.
Es mejor que lo hagas - le corto Bella.
Discutías con alguien muy fuerte - dijo finalmente Sirius. Entonces de repente Harry recordó todo, aunque prefirió descubrir lo que sabía Sirius y luego ya le contaría la verdad.
¿Y? ¿Qué pasa por que discutiera?,por cierto, ¿con quién discutía?- preguntó Harry Con Voldemort. Tú te solías burlar de él. Le llamabas Tom, le provocabas, entonces te daban como espasmos, te salían moratones y te comenzaba a subir la fiebre. Parecía que te estaban echando el cruciatus - su cara se ensombreció y otra lágrima cayó por su cara.
Recuerdo, que de ven en cuando veía a Voldemort. Pero él no me podía ver, tan sólo me podía oír, llevaba un día espiándole cuando lanzó un crucio a la persona que estaba detrás de mí. No me aparté porque pensé que a mí no me podía afectar, pero me equivoqué. Cuando me atravesó el brazo me empezó a doler todo el cuerpo como si me hubiese dado en realidad, y la cicatriz me quemaba como si me fuese a partir la cabeza en dos. Entonces pasó algo extraño que ni yo me puedo explicar; por una milésima de segundo aparecí en la habitación para después volver a desaparecer. Voldemort me vio y averiguó lo que pasaba. Me empezó a hablar y a mandar cruciatus. Era muy raro porque los echaba contra una pared que estaba enfrente de mí, aunque antes de decir crucio murmuraba algo y entonces rebotaban en la pared y me daban a mí - contó Harry algo apesadumbrado recordando el dolor de su cuerpo.
¿Recuerdas algo de lo que dijo? - preguntó Sirius
Entonces Harry recordó:
Hay que avisar al profesor Snape, sé que está haciendo de espía para Dumbledore, y Voldemort también lo sabe. Ha planeado tenderle una trampa y matarlo esta misma tarde. Tenéis que encontrarle. También lo oí decir que iba a matar al profesor Lupin. Se lo ordenó a Malfoy padre, y luego me juró que. - pero no pudo acabar la frase ya que Sirius y Bella ya habían salido del salón a todo correr.
Harry pensó que habían ido a avisar a Snape, a Lupin y supuso que de paso avisarían a Dumbledore y le contarían lo ocurrido. Se quedó pensando, intentando recordar algo más sobre Voldemort, pero tenía la cabeza bloqueada, tenía esa sensación de culpabilidad por no haberles dicho a Sirius y Bella que Voldemort le había dicho que sabía donde estaba y que le iba a ir a buscar. Entonces ocurrió algo, la cicatriz le empezó a quemar a Harry terriblemente. Intentó gritar pero no le salía ningún sonido de la boca. Estaba realmente asustado. Lo único que se le ocurrió hacer fue dejar una nota a Sirius y a Bella. Les puso:
Queridos Sirius y Bella, Si leéis esta carta será porque me ha pasado algo. Cuando os fuisteis me comenzó a doler la cicatriz mucho. Supongo que es porque Voldemort está cerca. Si leéis esta carta me habrá cogido. No os preocupéis por mí. Sirius: No hagas ninguna locura si me pasara algo. Por favor no estés triste por mí. Diles a Hermione y Ron que les quiero mucho. Y por favor si no salgo de esta lo único que pido es que por favor sigáis adelante. Os quiero mucho,
Harry Pott
No pudo escribir más puesto que el dolor no se lo permitía. Se sentía con ganas de vomitar. Cogió la varita, que le había traído Sirius junto con el resto de sus pertenencias, y se la guardó. Se armó de valor y miró por la ventana y entonces...
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