Disclaimer: Los personajes son de J.K.


Casa Malfoy.

Un rubito de tres años, dormía plácidamente en su cama. Entre sus sábanas de cuadros azules y blancas. En la mesita de noche tiene un libro que mamá le lee todas las noches hasta que se queda dormido, un vaso de agua por la mitad y su inhalador porque heredó esa enfermedad muggle respiratoria de mamá.

Todo iba bien en sus sueños en el que a él le regalaban una escoba nueva y la probaba en el jardín. Todo iba perfecto hasta que el cielo se nublaba y unas gotas frías empezaban a caer sobre su blanca piel. Decidía bajar hasta el césped y en cuando posaba un pie en éste notaba como si la tierra empezara a tirar de él. Se estaba hundiendo, como si la tierra lo tragara y no podía hacer nada para evitarlo. Le gritaba a sus padres, que lo miraban desde la puerta de casa con una sonrisa, para que lo ayudasen, pero ellos no cmabiaban su mueca de tranquilidad y lo miraban ser tragado por la tierra.

Se levantó con la frente húmeda y las manos temblorosas. Miró a su alrededor y respiró tranquilo al ver su habitación. Bajó de la cama y caminó hasta el pasillo. Todas las luces de la casa estaban ya apagadas y supuso que sus papás ya se habían ido a dormir. Así que atravesó el pasillo con pasos apresurados. Abrió la puerta despacio y asomó la cabeza.

Lo primero que vio fue la espalda de papá. Con un dedo la tocó y él ni se enteró. Volvió a tocar la espalda de su padre y éste se giró sobre saltado. Scorpius dio un paso atrás y Draco frunció el ceño al ver allí a su hijo. Se sentó en el borde de la cama, mirándolo y pasó las manos por el pelo.

-Papá, tuve una pesadilla. -le dijo Scorpius, tímidamente, en voz muy baja para que su madre no se despertara. Draco esbozó una sonrisa de lado.

-Solo era un sueño, Scorpius. -le recordó su padre. El niño asintió, dándole la razón.- ¿Tienes miedo? -su hijo volvió a asentir.- ¿Quieres quedarte a dormir? -y por tercera vez consecutiva, volvió a asentir.- Ven.

Draco le dio la mano a su hijo que, de un salto y con ayuda de su padre, se subió a la cama. Su madre, Astoria, al notar movimiento en la cama, a su lado. Abrió un ojo y sonrió al ver a su único hijo allí.

-¿Qué pasó? -preguntó Astoria, abriendo sus brazos para que su hijo se acomodara entre ellos. Scorpius se acostó al lado de su madre y la miró con sus ojos azules bien abiertos.

-Me comía la tierra, mamá. -le dijo Scorpius, haciendo que su madre soltara una risita y Draco los mirara con una sonrisa tímida de lado.- No te rías que no tiene gracia.

-Venga, que mañana tenemos que ir a comer a casa de los abuelos. -dijo Astoria, cerrando los ojos de nuevo.

-Otra pesadilla. -musitó Scorpius.

Su madre no lo escuchó, pero sí su padre, que estaba totalmente de acuerdo con él. Scorpius se quedó dormido entre los brazos de su madre, Draco abrazó a Astoria por la espalda y así mismo se despertaron al día siguiente para ir a la Mansión Malfoy a comer.