Saludos a todos, Ramuko-san al habla presentándoles mi primer fanfic de Yuru Yuri aunque planeo trabajar en algunos más, espero que les guste. No olviden decirme qué les pareció :)
Ni Yuru Yuri ni sus personajes me pertenecen, le pertenecen a Namori.
Capítulo 1 – El manga
A Kyoko se le había ocurrido usar sus propias habilidades y las de sus amigas en algo más que la diversión del Club de Entretenimiento, haría un equipo de justicia para ayudar a la gente. Pensó en aquello debido a los recientes acontecimientos que se habían suscitado en la ciudad: un nuevo grupo de villanas amenazaba con acabar con la tranquilidad de los inocentes ciudadanos.
Reunidas en la sala del club de té, las cuatro miembros oficiales del club, discutían los pormenores acerca de la decisión que habían tomado.
—Ayudar a la gente es demasiado considerado como para que se te haya ocurrido a ti — decía Yui, ligeramente sorprendida.
—Kyaa, Kyoko-senpai, tu sentido de la justicia es tan alucinante — los ojos de Chinatsu brillaban de emoción.
—Lo sé — canturreó la susodicha.
—Aunque pensándolo bien — continuó su mejor amiga —. Estás abusando de nosotras, pues tu único poder es sonar como alarma antirrobo.
—¡Eres cruel, Yuii! — Kyoko hizo un puchero divertido —. No aprecias lo importante que puede ser una alarma en caso de peligro. ¡Puede salvar sus vidas!
—De hecho solo nos delataría — replicó ella.
—¡Yo te protegeré, Kyoko-senpai! — la muchacha de cabello rosado le abrazó con fuerza.
—¡Sí! Akari quiere ayudar a la gente — la chica de poca presencia juntó ambas manos, emocionada ante la idea.
—¡Vamos a elegir un nombre! — exclamó la rubia levantándose de un salto.
—¿La liga de la justicia? — dudó Chinatsu, sin hacer mucho esfuerzo.
—Eso ya existe — objetó Yui.
—¡La Sexy Comando Kyoko y sus heroínas!
—¿Y por qué lleva el nombre de la que menos ayudará? — de nuevo Yui.
—Pero ahora que Akari lo piensa, ¿no será peligroso? — dudó la pelirroja —. ¿Qué poderes tienen esas villanas?
—Buena pregunta, Akari — Kyoko levantó el dedo índice y mostró su cuaderno de dibujo, pasando hoja por hoja los gráficos que había preparado —. Trabajé en esto durante las clases.
—¿Y lo dices con tanto orgullo?
"La primera se llama Oppai Gakki, pero no dejen que su nombre les engañe; a pesar del tamaño de sus pechos es capaz de camuflarse en cualquier tipo de material. A la segunda le dicen Baka, una chica hiperactiva que tiene súper velocidad, aunque parece depender mucho de Oppai Gakki. La tercera, NoseBleed, le provoca sangrados nasales a las demás personas… no me parece tan peligrosa…"
—Hasta ahora cualquiera de ellas te mataría — observó Yui con su clásico tono replicador.
"La última, a la que más atención debemos ponerle, la Tsundere. Parece inofensiva a simple vista pero tiene súper fuerza… el otro día destruyó un edificio de un puñetazo".
—¿Y por qué hacen eso? — Akari se notaba horrorizada.
—La única que sabe sus verdaderas intenciones, es ella — Kyoko señaló el dibujo que había hecho de la última.
—Está bien, lo haremos — asintió Yui —. No podemos permitir que siembren el pánico entre gente inocente.
—¡Yo también! — levantó una mano Akari, emocionada.
—¡Entonces está decidido! ¡El Club de Entretenimiento ahora luchará por la justicia!
—Kyoko-senpai, ¡eres tan hermosa y confiable! — de nuevo Chinatsu con los ojos brillosos.
Las cuatro se levantaron y salieron de la sala a toda velocidad con una cinematográfica pose. Kyoko fue por delante, Chinatsu se elevó por los aires y le alzó con ambos brazos sosteniéndole de los hombros, Akari fue por la derecha y se hizo invisible después de un ligero efecto de sonido "¡Akkarin!", Yui solo corrió por el lado izquierdo sin hacer nada especial.
Kyoko levantó ambos brazos y exclamó —. ¡Ready! ¡Sexy Comando Kyoko´s Heroes, let´s fight!
Yui blanqueó los ojos —. ¿No habíamos descartado ese nombre?
….
….
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—¿Qué demonios? — la voz de Chinatsu inundó la sala del club de entretenimiento —. Kyoko-senpai, ¿qué es eso acabas de mostrarnos?
—¿Por qué soy la única que no hace nada especial? — Yui levantó una ceja.
Akari tenía los ojos redondeados y la frente azulada, mientras Kyoko estaba sentada frente a sus amigas con expresión triunfal y egocéntrica, mostrando las hojas que contenían la nueva obra de manga que acababa de crear.
—Como ya pasó el Comuket de este año decidí tomarme un descanso de mi doujin de Mirakurun y hacer una historia corta usándonos de protagonistas, me inspiré en una película que vi ayer — explicó la rubia con entusiasmo y orgullo —. ¡En este manga tendremos súper poderes y pelearemos contra las chicas del Centro de Estudiantes!
—Que tienen apodos muy literales — replicó Yui.
—M-Mi poder es ser invisible — comentó Akari sin quitar su expresión de horror.
—Akkarin~ — canturreó Kyoko.
Chinatsu tomó las hojas de las manos de la muchacha y lo hojeó a la rápida con esa expresión de maligna molestia al ver su propia tonta forma de comportarse con la autora. Pero de pronto, su rostro se iluminó al ver los cuadros en los que aparecía Yui.
—Debo aceptar que captaste la esencia de Yui-senpai a la perfección — dijo, mientras se ruborizaba y releía la frase "no podemos permitir que siembren el pánico entre gente inocente" —. Kyaa, Yui-senpai tu sentido de la justicia es tan alucinante.
—Moo, si yo tuve la idea — se quejó la dibujante —. ¿Por qué es genial solo si lo hace Yui? — sacudió la cabeza y levantó un pulgar —. No importa, Chinatsu-chan; al menos en esta historia serás mía~
—Ya déjala en paz, Kyoko.
—¡No puedo esperar a que las chicas del Centro de Estudiantes lo vean!
—¿Eh? Kyoko-chan, ¿se los vas a mostrar? — Akari aun lucía perturbada.
—¡Pues claro! ¡Son las coprotagonistas!
—No creo que les guste ser las villanas… y menos aun sus apodos — comentó Yui.
—Estoy segura de que Ayano amará su habilidad de tsundere súper fuerza — dijo Kyoko con los ojos brillando de emoción.
—Yo no estaría tan emocionada.
Kyoko no dijo más, se levantó de un salto, le quitó su trabajo a Chinatsu y salió abruptamente de la sala del club de té; como siempre hacía. Yui solo resopló, esperando que no le causara problemas a la vicepresidenta del Consejo de Estudiantes; ella era tan tímida y Kyoko tan impertinente, que hasta sentía pena por Ayano, pues sabía que a ésta le gustaba su amiga.
Dudó un momento y se puso de pie.
—Será mejor que vaya a ver que Kyoko no le cause problemas a Ayano — resopló.
—Moo, Kyoko-senpai siempre está metiéndote en problemas, Yui-senpai — replicó Chinatsu cruzándose de brazos y mirando a un costado, molesta —. Ella ya puede cuidarse sola, siempre está alejándote de mí y quitándote el tiempo en que podrías estar conmigo.
—¿Y qué tal si vamos todas? — propuso Akari.
—¡Oh, qué gran idea, Akari-chan! — el brillo regresó a los ojos de la maligna chica.
Mientras tanto, los rayos del sol se asomaban tímidamente a través del cielo nublado e iluminaban la ventana de la sala del Consejo de Estudiantes. Las chicas pasaban su día como cualquier otro, Sakurako y Himawari como siempre discutiendo, pues la primera no tenía intenciones de hacer más trabajo de la cuenta y para variar solo se la pasaba molestando a la segunda quien no se medía a la hora de regañarle y recordarle lo lenta que era. Ayano pensaba en el pudín de frutas que tenía guardado en la nevera mientras ordenaba los papeles entre charla y charla trivial con Chitose.
La chica de lentes tenía una sonrisa dibujada en el rostro, sonrisa que se hizo más grande cuando de forma fortuita se dio cuenta de que faltaba el formulario de alguien.
—Ah, Ayano-chan, Toshinou-san no entregó su formulario — le informó a la chica que dio un respingo y se sonrojó al instante.
—¿E-en serio? — sonrió con orgullo —. C-creo que no tengo opción, tendré que ir a la sala de su club a-
No pudo terminar la frase, pues la puerta de la sala se abrió de un tirón, dando paso a la alocada Kyoko que levantó en alto el manga que había dibujado —. ¡SUGIURA AYANO! — exclamó mientras todas las sorprendidas miradas se clavaban en ella.
—T-Toshinou Kyoko — se sobresaltó la aludida —. ¿Q-Qué haces aquí?
—Vengo a mostrarles algo que hice~ — irrumpió en la sala dando saltitos y giros.
—Se te olvidó entregar tu formulario — se cruzó de brazos la otra.
—Ah, lo traeré después — se encogió de hombros —. Por lo pronto, deben ver esto — plantó en la mesa las pocas hojas que había avanzado del manga.
—¿Qué? ¿Qué? ¿Qué es eso, senpai? — Sakurako se acercó pues había despertado su curiosidad.
—¡Jojo! — Kyoko puso ambas manos en la cintura mientras la hiperactiva chica comenzaba a hojear, Himawari se inclinó para ver también —. Es un manga que he estado dibujando y en el que voy a usar a las chicas del Club de Entretenimiento y las del Consejo Estudiantil como protagonistas, es un descanso de mis doujin de Mirakurun en los que tengo que esforzarme el doble.
—¡Oh! ¡Mira esto! ¡Mi apodo es Baka y soy una villana! ¡Y tengo súper velocidad! ¡Senpai, esto es genial! — Sakurako levantó el pulgar y Kyoko le devolvió el gesto, entusiasmada.
—Debo aceptar que son dibujos muy buenos, senpai — comentó Himawari —. Parece que le pusiste mucho emp- — se quedó paralizada al leer su propio "nombre villano", "Monstruo pechugón".
—¡Captaste la esencia de Himawari! ¡Oppai Gakki! ¡Oppai…! ¡Kyaa! — la chica recibió un golpe en plena cabeza que le dejó un gran chichón.
—¡Calla, Sakurako!
—Muestren, muestren — pidió Chitose con amabilidad. Con una mano sobando su cabeza por el dolor, su aprendiz le pasó el manga.
Ayano vio de reojo, aunque moría de la curiosidad no podía mostrarse interesada en las cosas que Toshinou Kyoko hacía; iría en contra de sus principios. De rato en rato, también observaba a la artista que seguía mostrándose con aquella egocéntrica expresión y ese entusiasmo que le caracterizaban. Sin embargo, la palabra "Tsundere" en uno de los cuadros llamó su atención.
—Oh, Ayano-chan, destruiste un edificio con tu súper fuerza y parece que le causas muchos problemas a la gente — rió Chitose.
—¡¿Eh?! — la pelirroja se puso de pie y se dirigió a Kyoko —. ¡¿Por qué somos las villanas, Toshinou Kyoko?! ¡¿Y ese apodo?! ¡¿Tsundere?!
—Es el orden natural de las cosas, Ayano — explicó la aludida con un claro tono competidor —. Tú y yo somos rivales por naturaleza — levantó un puño en el aire —. ¡Yo, sexy comando Kyoko, presidenta del Club de Entretenimiento; te retaré a ti, tsundere vice-presidenta del Consejo de Estudiantes!
—¡Y sigues con lo de tsundere! — regañó la otra con el rostro enrojecido de vergüenza, pero decidió cambiar de estrategia. Rió de forma malévola —. ¿Qué hará una chica que solo suena como alarma antirrobo frente a mi súper fuerza?
—Ese es el detalle — dijo Kyoko aun orgullosa, luego cambió de tono al instante por uno dulce, sonrojándose y poniendo sus manos en sus mejillas —. Chinatsu-chan me salvará, seré completamente dependiente de ella en esta historia; ella me protegerá.
—¿Eh? — la vicepresidenta palideció mientras una sombra azul aquejaba su rostro y el brillo de sus ojos se desvanecía. Ya había olvidado que a Toshinou Kyoko le gustaba Yoshikawa Chinatsu porque se parecía a Mirakurun.
—Calma, Ayano-chan — con una sonrisa de condescendencia, Chitose le dio palmaditas en la espalda.
—¡Me niego a ver tus dibujos, Toshinou Kyoko! ¡No te di permiso de usar mi cara! ¡No me interesa! — explotó la chica con su clásico tono molesto —. ¡No me gusta! — con torpeza, arrancó los papeles de las manos de Chitose y extendió el brazo hacia Kyoko —. ¡Te lo puedes llevar, Toshinou Kyoko!
La susodicha hizo un gracioso puchero y frunció el ceño.
—¡Acabas de lastimar mi alma de artista! ¡Eres cruel, Ayano!
Salió corriendo de la sala del Consejo y se aventuró por el ya vacío pasillo de la escuela. Ayano aun sostenía los dibujos y resopló mientras salía tras ella, se quedó parada a la altura de la puerta y le gritó, Kyoko ya doblaba la esquina para bajar las gradas.
—¡Olvidas tus dibujos, Toshinou Kyoko!
Pero un estruendo acalló su llamado, un estruendo entre gritos de chicas y golpes secos que hicieron eco en las paredes de la escuela y que provenían de los escalones. Ayano abrió los ojos de par en par; asustada corrió hacia el lugar de donde provenía aquél escándalo. Chitose y las demás salieron en seguida.
—¡T-Toshinou Kyoko! ¡¿Qué pasó?! — vociferó.
Llegó por fin y se encontró con una particular imagen: Akaza-san y Yoshikawa-san estaban pegadas a la pared con expresiones horrorizadas, Funami-san se había quedado a medio camino y se sobaba la espalda, adolorida. Toshinou Kyoko estaba tirada boca abajo al pie de los escalones con un gran, gran chichón en la cabeza.
Lo que había ocurrido era muy sencillo de imaginar: en plena huída despavorida y al doblar la esquina para poder bajar, Kyoko se había chocado con Yui, Chinatsu y Akari quienes iban a darle encuentro para que no le causase problemas a las chicas del Consejo; pero habían llegado muy tarde y le habían provocado un accidente a su amiga.
—¡Kyaa, Yui-senpai! — Chinatsu corrió a auxiliar a su "amada" quien se levantaba con pesadez.
—Gracias, Chinatsu-chan.
—¡Kyoko-chan! — Akari bajó para poder ayudarle, se arrodilló en el suelo y levantó a Kyoko, quien aun estaba inconsciente, con baba saliendo de la comisura de su boca y sus ojos perdidos en el más allá.
—T-Toshinou Kyoko…
Ayano bajó escalón a escalón, insegura, mientras comenzaba a sentirse culpable por lo que le había ocurrido a Kyoko. Chitose, Sakurako y Himawari estaban atrás, asustadas.
—Furutani-san, ve a llamar a la enfermera, por favor — pidió la chica de lentes con gentileza.
—¡Yo lo haré, senpai! — se ofreció Sakurako —. A Himawari le pesan sus pechos — rió.
—¡¿Qué dices?!
Le sacó la lengua a su rival y fue corriendo a la enfermería.
De pronto, Kyoko dio un respingo en los brazos de Akari, sus ojos volvieron a la normalidad y logró incorporarse por sí sola. Volteó de un lado a otro, observando el panorama y a cada una de las chicas que estaban allí; recordó entonces que se había chocado con Akari, tropezado con Chinatsu y enredado con Yui. También tenía la imagen mental del doloroso momento en que su cabeza había impactado en el duro y áspero escalón.
Posó la mirada en Chinatsu, que por alguna razón no le causaba sensación alguna; frunció el ceño, confundida. Pasó a Ayano, quien le miraba estupefacta. Sintió un ligero calorcillo en el pecho, emoción subiendo desde la punta de los pies hasta las puntas de sus cabellos; además de la adrenalina que iba en aumento. Un momento, ¿por qué estaba sintiendo lo que sentía cuando veía Chinatsu… pero viendo a Ayano? ¿Valga la redundancia?
Se puso de pie y se mantuvo con la mirada en el suelo durante un instante.
—¿Kyoko-chan? — llamó Akari, aun arrodillada.
—Kyoko, ¿estás bien? — preguntó Yui, preocupada.
—T-Toshinou Kyoko…
—¡SUGIURA AYANO! — ella saltó de repente hacia la chica, completamente sonrojada y con esa expresión casi demencial de felicidad. Comenzó a frotar su mejilla con la de la vicepresidenta —. ¡Ayano! ¡Ayano! — exclamaba emocionada. Todas se quedaron paralizadas.
—¡Kyaa! ¡¿Qué te pasa Toshinou Kyoko?! — Ayano tenía el rostro tan sonrojado que se comparaba con el pijama de tomate de Kyoko.
—¡¿Cómo es que no te había visto antes?! ¡Eres tan linda! ¡Me gustas, Ayano~ !
—¡¿EH?!
Cuando llegó la enfermera que Sakurako y Himawari fueron a llamar, tuvo que atender a Chitose que nadaba en su propia sangre.
Continuará…
