Título: Thirty Days To Love "Apostar Puede Llegar A Ser Peligroso"

Autor: Angelito97-Delena

Rating: +16-18

Pairings: Damon & Elena / Stefan & Elena / Stefan & Klaus / Rebeckah & Damon / y algunas más :)

Sinopsis: Damon es un capullo integral, que tiene todo lo que quiere y más. Una noche, entre risas y copas, Damon y sus amigos llegan a un acuerdo: el primero debe enamorar en un plazo de treinta días a la primera muchacha que cruce o salga de la puerta principal, medio en broma y medio en serio Damon accede, pero no se da cuenta de la gravedad del asunto hasta que una joven castaña, que todo el pueblo conoce bien, entra en el salón de los Salvatore: Elena Gilbert, la chica más responsable y buena del lugar. Damon se queda blanco, pues esa chica le odia a muerto por jugar con los sentimientos del hermano de la joven...

Advertencias: AU: Universo Alternativo; Todos Humanos

Disclamer: Los personajes utilizados no me pertenecen. Personajes creados por LJ Smith, CW, concretando "The Vampire Diaries"


LEED CON ATENCIÓN LAS SIGUIENTES NOTAS:

ESTA HISTORIA NO ESTÁ CORREGIDA POR LO QUE ES POSIBLE ENCONTRAR ERRORES ORTOGRÁFICOS, GRAMATICALES, DE COHERENCIA Y/O COHESIÓN. LEED BAJO VUESTRA RESPONSABILIDAD.

ME GUSTARÍA PODER EDITARLA EN EL FUTURO PERO ESTOY FALTA DE TIEMPO.

SIENTO LAS HIPOTÉTICAS MOLESTIAS.

2 de agosto, 2017.


Prólogo:

Mystic Falls no es un pueblo cualquiera, cierto es que a primera vista parece un pueblo sencillo donde sus habitantes se desvelan por hacer de él un pueblo mejor. Pero no es tan sencillo como lo pintamos. Mystic Falls es un pueblo situado en la zona de la costa perdida de Estados Unidos, en una zona cualquier donde una persona simple se perdería con tan solo mirar un mapa pero que en realidad todos conocen por los rumores que hay fuera de los límites del distrito. Mystic Falls es un pueblo residencial para universitarios, donde cualquier cosa está permitida, donde sucede las cosas más inexplicables, esa es Mytic Falls el reino de los jóvenes y no tan jóvenes, cualquier persona que tenga la edad entre los quince y los treinta es bienvenido, y recordará su estancia durante toda su vida, en cambio, la gente más mayor no lo pasa tan bien o directamente no elige ese lugar como destino de relax, como no sea que viva allí o tenga familia.

Mystic Falls es un pueblecito de costa, donde el clima es agradable hasta en invierno, donde las calles por las noches están atestadas de gente, donde las mañanas resuena la música de la radio, un lugar explícito de amistad, amor y diversión, pero, ¿es así siempre? ¿es así para todo el mundo?

Elena Gilbert, de diecisiete años no lo ve tan hermoso, pues ella no es la chica típica que ama las fiestas y el alcohol, ella es la típica adolescente que se pasa las mañanas en clase, las tardes en su casa viendo una película o charlando con sus amigas, claro esta después de estudiar, una niña responsable y dulce, que adora a su hermano y a su familia, bueno, esto último es un poco más complicado, pues perdió a sus padres en un accidente de coche junto a su hermano más pequeño Jeremy, ahora Elena vive con su hermano mayor y su tía que viene de vez en cuando, cuando no está ocupada con las tesis de su último año. Elena no es la chica popular, cierto es que es animadora y una de las mejores pero no es rubia de ojos azules que con una sonrisa los tiene a todos bajo su manga, no, ella es guapa, no hay que negarlo, pero es morena y de ojos chocolate y no deslumbra a la gente con su sonrisa, pues hace mucho tiempo que su rostro no se permite dibujarlo, ni siquiera cuando está con sus dos mejores amigas: Katherine y Bonnie, dos chicas muy distintas que se unieron a ella de casualidad, la primera fue novia de su hermano mayor hasta que este descubrió su verdadero "yo" sexual, la morena lo pasó muy mal y se refugió en Elena, desde ese día no se han vuelto a separar, y mira que se llevaban mal, la otra, Bonnie era su mejor amiga junto a Caroline desde pequeñas, pero Caroline optó por irse a Nueva Orleans en busca de aventuras junto a su hermano pequeño Klaus, no ha vuelto a saber nada de ella.

Una de las cosas más relevantes de Mystic Falls, a parte de las fiestas y la diversión, más lo que le rodea, es el periódico, tienen los mejores redactores de todo el estado, y sin exagerar, por no hablar de un apartado exclusivo para los estudiantes de periodismo, pero no por eso es nombrado ahora, sino porque, gracias a su hermano, que estudia periodismo, Elena tiene una columna para ella sola, donde escribe siempre todo lo que piensa del día anterior, sin ánimo de lucro la castaña tiene su propio séquito de seguidores, pero nadie sabe su identidad. Su hermano está orgullosísimo de ella. Uno de los problemas principales de MF son las familias fundadoras, pero no las del pueblo, si no la de las fiestas y demás, ellos son los encargados de decidir cuando, como y donde se celebra una fiesta, y quien está invitado, el principal fundador es Damon Salvatore, el chico más guapo, atractivo y sexy de todo el pueblo pero también a partes iguales, el tío más capullo, vanidoso y manipulador de todo el estado. Juega con los corazones de mujeres y hasta de hombres solo por propia diversión, como en el caso del segundo o de vicio, como en el caso del primero.

Elena y Damon se odian a muerte, puro odio, la primera por el simple hecho de que Damon manipula a su antojo a todo el mundo-menos a ella pero ese no es el problema-inclusive a su hermano, que sin decir cual era su sexualidad a sus más allegados, Damon se encargo de que quedara público ante el pueblo por medio de la televisión y una fiesta. Su hermano lo pasó fatal y se quedó encerrado durante mes y medio en su habitación, casi acaban en el hospital por falta de vitáminas, que concede el sol. Damon la odia por ser una amargada, según él, y una aburrida, y por estropear siempre sus planes, ya que el padre de esta era un gran amigo del de Damon, con la muerte de Grayson, Giuseppe ha visitado a los chicos en sonoras ocasiones, y Elena aprovechó la oportunidad para fastidiar a Damon, resumiendo, que no se pueden ni ver. No con ello quiero decir que esto sea para siempre, las cosas cambian, y en treinta días, ni un minuto más ni un minuto menos, estos chicos cambiaron de parecer, casi. ¿queréis saber la historia?

Pues seguid leyendo...

Los rayos de Sol iluminaba con precisión el cuarto semidesnudo de una estudiante, poco a poco, iban a acercándose hasta el filo de una cama, destrozada, pues era un revuelo de sábanas y películas, tres figuras embutidas en dichas sábanas intentaban evitar ser dadas por la luz, la de la derecha iba vestida completamente de verde, con el pelo enredado en trenzas y purpurina, a causa, seguramente de una fiesta, la de la izquierda, tenía el pelo hecho un revoltijo, como si una guerra reinace en él, vestía de celeste, era un camisón, o parecido; la del medio llevaba un moño alto, con algún que otro pelo rebelde, vestía con unos short negros y una camiseta de tirantes rosa, estaba de espaldas, abrazada a las otras dos chicas, la de la izquierda bufó al notar el calor, y la de la derecha murmuró una queja inaudible, la del medio rió, y con torpeza se removió despertando a las otras dos chicas..
Una de ellas le lanzó un cojín manchado de pintura, la castaña del moño lo esquivo como pudo, y con los ojos medio cerrados estiró las cortinas para que el nuevo día diera paso a su habitación...
-¡Elena...!-gritaron las otras dos chicas, recogiéndose en un bulto debajo de las sábanas, la castaña de piel más clara tomó la voz cantante-¡Cierra esa puta ventana!
Elena volvió a reir, aunque la felicidad no se veía reflejada en sus ojos, ni siquiera en su rostro, al oír la risa Bonnie, la de verde, alzó la cabeza esperanza de que su amiga por fin fuera feliz aunque fuera a su costa, pero no era así, daba miedo verla sonreir sin sonreir, Bonnie tiró del pelo de su otra amiga, Katherine, la cual intentó golpear al aire en vano.
-Joder, no hay quien duerma con vosotros...-se rascó la barriga-Dios estáis hechas un desastre...-Katherine las miró a ambas, estaban llenas de pintura, y de purpurina, Bonnie y Elena se lanzaron una rápida mirada, y se echaron encima de su amiga, que también estaba hecha un desastre, los gritos y las risas resonaron desde la otra habitación que estaba ocupada, el chico se tapó con las sábanas para no escucharlas, pero su despertador le dio la señal de que ya era hora.
-¡Chicas!-maldijo en voz alta, las tres aludidas se quedaron en silencio y soltaron una risita contagiosa, un chico moreno, con el pelo destrozado y restos de gomina entró a la habitación con una camiseta de superman y unos boxers, las risas volvieron a inundar la sala, el chico se arrascó el pelo-¿¡Qué coño...!?
-¿No te gustaba la gomina?-preguntó inocente Bonnie-Pues eso es lo que tienes...
-¡Así no se echa!-las regañó Katherine aguantando la risa-Y menos mezclada con pasta de dientes-volvió la risa, y el enfado de la víctima aumentó.
-Lo siento...-puso un puchero su hermana, y se levantó para abrazar a su hermanito-¡Estas muy guapo!
-Tengo una entrevista con el decano, os voy a matar-las amenazó con un dedo, las chicas de la cama empezaron a gritar asustadas, pero con una mezcla de diversión y cansancio-¡Sois horribles! Como la ducha no me quite esto...
Las chicas, en cuanto la puerta se cerró se dejaron caer por la risa, excepto Elena que se había quedado concentrada en una sola cosa: la foto familiar que tenía en sus manos, se la acababa de encontrar en el suelo, repasó con los dedos el contorno de su hermano Jeremy, cuánto le echaba de menos...
Katherine la observó en silencio, mientras Bonnie se miraba en el espejo, frunció el ceño, tendría que hacer algo rápido o su amiga acabaría hundida en una depresión, se acercó silenciosa a Bonnie...
-Tenemos que hacer algo-susurró-y rápido.
-Si...-coincidió, mirando de reojo a su amiga-pero ¿el qué? Ya lo hemos intentado todo...
-Ya, pero tiene que haber algo, ¿un chico?
-Ya sabes que después de lo de Matt, Elena no se siente bien para una relación-ambas asintieron-le salió rana su príncipe, y todo por culpa...
-De Damon Salvatore-saltó Elena, que las había estado escuchando, las chicas se giraron, Elena estaba cruzada de brazos observándolas-lo sé, pero no es por eso, es porque no me siento capaz de abrirme a alguien, cuando lo hice con Matt, al día siguiente todo el mundo sabía mi secreto, por cortesía de Damon Salvatore.
Las dos chicas se miraron, conocían la verdad, ellas no sabían nada del secreto pero si sabían que todos o casi todos los chicos estaban bajo el mandato del fundador Damon Salvatore, hasta las chicas le seguían babeando por todos los lados, ya fueran universitarias como él, colegialas o simplemente amas de casa, Damon tenía el control del pueblo, y todo el mundo lo sabía.
El grito del hermano de Elena las devolvió a la atmósfera de paz, la aludida fue a ver a su hermano mientras las otras dos chicas se vestían y quitaban inútilmente los restos de pintura y purpurina, los cuatro lo pensaron, ese día iba a ser el último de sufrimiento, pasase lo que pasase...

~Damon & Elena~

Unas manos rodearon la cintura de esa rubia deslumbrante, de la cual no recordaba ni siquiera su nombre, ni donde la había conocido, y dudaba que lo fuera a recordar en el algún momento, y no era una cosa que le interesa en absoluto, pero siempre tenía la impresión de que las chicas no captaban su esencia, solo un polvo nada más, no era un chico de relaciones cortas ni largas, es que no tenía relaciones de ningún tipo, solo un "aquí te pillo, aquí te mato" pero estaba claro que ellas nunca cambiaban. Nunca entendería a las mujeres. Soltó a la chica sin cuidado fuera de su cama, bueno, no era exactamente su cama, pero igualmente la tiró fuera de ella, tras estirazarse y saborear las quejas inhumanas de esa rubia se deslizó por las sábanas hasta la ducha, sin importarle siquiera el lugar donde se encontraba. Mientras el agua caía sin control por su dorso desnudo sintió a un cuerpo deslizándose bajo la placa, tornó los ojos, odiaba el sexo mañanero, y mucho menos después de una resaca y después de esa chica, ya la había probado, él no se excedía con la comida, por lo que tampoco lo hacía con las mujeres, con una sonrisa que quitaba el hipo, tiró del brazo de la chica hasta el exterior, la dejó con cuidado encima del váter, y con otra sonrisa se metió en la ducha, la rubia abrió mucho los ojos, y asintiendo fue a cortar el agua caliente, si a ella no le quitaban el calentón, él tendría que bañarse con agua fría.

Una ducha caliente, para relajar los músculos y la tensión era lo mejor, cerró los ojos para saborear su tiempo de libertad antes de tener que salir de allí con una de sus sonrisas falsas, justo en el momento de mayor relax el agua dejó de funcionar, abrió los ojos, el agua estaba helada, con torpeza salió de la ducha insultando al aire, encontrándose con el cuerpo desnudo y esbelto de la rubia, al mirarla bien la reconoció, y sonriendo empezó a gritar.

-¡Kol dile a la zorra de tu hermana que me deje en paz!-la aludida puso los ojos en blanco, y tras sacarle la lengua se metió en la ducha de la que él había salido por patas, un divertido Kol se reía de él desde el umbral, Damon no se coscó en taparse-Muy gracioso...

-Tío te lo advertí mi hermana es muy zorra, en todos los sentidos de la palabra-le lanzó una toalla que Damon dejó caer en el suelo, solo cogió su ropa, al olerla la volvió a tirar, pero esta vez por la ventana-Toma, te he traído la ropa de recambio.

-Gracias, al menos un Mikaelson me hace caso-se vistió con sus pantalones ajustados y una camisa vaquera, se la abotonó con torpeza, estaba cabreado-¿Cómo va lo de esta noche?

Kol, que había estado absorto en sus pensamientos tardó en darse cuenta de lo que su amigo le había preguntado, le lanzó la tablet donde estaba todo organizado por etiquetas, colores y demás. Damon sonrió divertido, acababa de levantarse y estaba todo listo sin mover él ni un músculo.

-Debes repasar y firmar eso, después las invitaciones serán enviadas, la fiesta es en tu casa, ¿estas seguro?-era la primera vez que Damon celebraba una fiesta en su casa, su padre acababa de irse y no volvía en un mes-Damon la gente es un desastre.

-Solo es una reunión de amigos, no hay de que preocuparse, y encima hay seguridad, ¿no?-Damon revisó ese detalle antes de que su amigo le contestase-Tío eres un genio-sonrió victorioso-has contratado a los mejores.

-Claro, ¿por quién me tomas?-se chocaron los puños-Que tengo entrenamiento, firma y mando, no hay error alguno.

Damon lo miró de arriba a abajo, buscó en el buscador algunos nombres clave, tras eso lo firmó con el bolígrafo y lo envió directamente, lanzando después la tablet a su amigo, salió de allí disparado, evitando por completo a esa rubia psicótica. Kol sonrió a la nada, era increíble el comportamiento de su amigo

sudaba todo, no le importaba absolutamente nada, y en vez de tener enemigos, tenía cada vez más aliados, compadecía a esas pobres mujeres, pero luego cambiaba de parecer cuando las veía lamiéndole el culo.

~Damon & Elena~

Bonnie preparaba el desayuno junto al hermano de Elena, el chico estaba enfadado pero el olor a tortitas con chocolate le calmaba los nervios por lo que se había unido a la chica a perpararlo. Elena seguía en la ducha, se pasaba allí por lo menos una hora diaria para despejar sus problemas o eso pensaban sus amigas, Katherine en cambio hacía zapping aburrida en el sofá, hasta que su móvil vibró, al abrir el mensaje saltó del sofá, literalmente, varias veces, los gritos se oían desde la segunda planta, unos preocupados Bonnie y compañía fueron a ver lo que le sucedía a su amiga, la cual se engancho en el cuello de su amiga.

-¡Me han invitado!-vitoreó-¡Yes, yes I can!-no dejaba de dar saltos, por lo que Bonnie perdió el equilibrio cayendo los tres al suelo, como una cadena, Bonnie le arrebató el móvil con una sonrisa en los labios, pero dicha sonrisa desapareció al ver quien era el que enviaba el mensaje, con rapidez se apartó.

-¿Qué es esto Katherine Pierce?-la aludida, tumbada en el regazo del chico puso mala cara-¿qué acabas de decirme arriba?

-Lo sé...pero es que estará Mason...

-Otro de los secuaces de ese cerdo-el hermano captó la indirecta, cogiendo de las axilas a la chica fue a la cocina, dejandolas solas-Se lo prometimos a Elena...

-Es la fiesta del año, celebramos el comienzo de un nuevo año, ¡en su casa! Puedo sacar buena información...-intentó, pero ambas sabían que no era una buena idea-Jo, merezco...

-¿Qué es lo que merecemos? Ser felices, no que Damon coja otra oportunidad de joder a Elena, y esta sería de lujo, ¿no lo ves?-Katherine asintió, tenía razón, pero Mason, para ella era diferente, o eso pensaba.

-Damon no estará pendiente de mi...

-¿¡Quién crees que envia las invitaciones!? Damon lo sabe más que sabido...

-Vale, vale, tendré cuidado, Elena no tiene porque saberlo...

-Pero lo sabrá, porque somos sus amigas y nos contamos todo, ¿recuerdas? y tu no tienes coche, necesitarás que alguien te recoja, ¿o dabas por hecho que ibas quedarte allí?

-¿Me estás llamando zorra-Salvatore?

Las dos amigas se encrucijaron en una batalla de miradas, Elena las observaba desde arriba, ella no se merecía que la gente se riese de ella y su familia pero tampoco sus amigas se merecían perder su vida social por ella, con pasos rápidos se puso en medio de las dos morenas.

-Puedes ir, puedes hacer lo que quieras, eres mayorcita y no necesito sentirme peor porque vosotras debáis perder vuestra vida social por mi culpa...

-¿Estas segura?

-Claro Kath, Bon, chicas, en serio, haced lo que queráis, eres mayor para saber de que es capaz Damon, y después de la fiesta puede irte a recoger Bonnie-las miró a ambas, y cogiendo sus manos la estrecharon-recordad, somos las Imparables...

Ambas chicas se fundieron en un abrazo, el olor a tortitas quemadas las hizo espavilar y correr haber que había sucedido, su hermano estaba con un abanico, y cortando el fuego, las chicas rieron y llamaron a una cafetería para que las trajese su desayuno, los chicos sumidos en sus pensamientos desayunaron animados, sin saber muy bien como iba a seguir el día, pero con un único objetivo, marcar el camino.

Katherine y Elena se pasaron la mañana entre ropa y más ropa, el mejor traje para esa noche, ninguna había nombrado la fiesta y quien era el patrocinador en toda la mañana, solo habían pasado el día entre tiendas, buscando el traje ideal. Cansada de tanta tontería, Elena se dejó caer en uno de los sofás, mientras su amiga se probaba un nuevo traje, llevaban ya cientos y ninguno le convencía, lo que le daba coraje es no haber tenido más tiempo para buscar el traje ideal, se arriesgaba a que alguien llevase su mismo traje.

-¡Joder Kath!-gritó Elena-¿Vas a salir o qué?

-¿Y si alguien lo lleva?-preguntó asustada, Elena puso los ojos en blanco, y se pasó la mano por el rostro-Puedo ser el hazme reir...

-Si estuviese Caroline no dirías eso...-ambas rieron, la rubia fuera comprado el mejor y lo fuese cambiado en dos segundos, sin exagerar, tenías una gran dote para la costura-¡Sal!

Katherine tras protestar salió, no estaba muy convencida, pero el traje en si era perfecto, unos pantalones ajustados de cuero, una camiseta caída de color plateado con collares a juego, Elena se mordió la lengua, y hizo el signo de la victoria, le quedaba hermoso. Ambas chicas, ya más tranquilas paseaban por el paseo de la playa, era tarde pero la gente seguía ocupando los mejores lugares, tampoco hacía mucha calor ese día por lo que era agradable estar allí, Katherine tenía varias bolsas y Elena un cucurucho de helado de chocolate con trocitos de más chocolate.

-Delicioso...-Katherine puso los ojos en blanco, su amiga no la estaba escuchando pero no se atrevió a replicarle-¿a qué hora es la fiesta?

-Pues a las nueve hasta el amanecer, ¿por?

-Por nada..-siguió con su helado-si tienes un problema llama, no lo dudes-le dijo muy seria, temiendo que su amiga sufriese como ella lo hizo con Matt, Katherine la abrazó y el helado cayó al suelo-¡No..!-sollozó, arodillándose en el suelo-mi helado...

-Lo siento...

~Damon & Elena~

Las fiestas de Damon Salvatore y sus amigos eran las mejores, todos los jóvenes y no tan jóvenes lo sabían, pero Katherine no se estaba divirtiendo para nada, tenía las miradas de la corte del Salvatore clavadas en la nunca. La odiaban y no mostraban ningún raparo en ocultarlo, ni siquiera Mason había estado pendiente de ella, tenía a su alrededor a Shane y a Connor, que eran mucho más mayores que ella, quería morirse, no eran ni las doce de la noche y ya quería irse de la fiesta, disculpándose se fue al baño, no se oía ningún ruido en él y lo agradeció.

Llamó a Bonnie...

-¿Si?-preguntó la amiga-¿Pasa algo Kath?

-¿Puedes venir a recogerme? Me aburro-mintió, y unos golpes en la puerta la asustaron de veras, intentó recuperar la calma-Por favor...

-Mierda-murmuró-es que tengo reunión familiar, desde que mis padres están divorciados no se reunen, y hoy me toca lidiar con ellos, ¿no puedes esperar una hora más? Hasta que se vayan a la cama...

Katherine miró a la puerta la voz de Shane la llamaba, claro que podía aguantar, pero no era capaz de hacerlo sin ayuda, tragó saliva y con toda la calma posible le dijo a su amiga que no pasaba nada, que podía aguantar unas horas más. Tras colgar el mundo se le hizo encima.

-¿Kathy?-ronroneó Shane, y unas risitas le rodearon, eran la corte-¿sucede algo...?

Katherine se dejó caer en el suelo, comprobando antes que el pestillo estaba hechado, definitivamente no era capaz de aguantar ni un segundo más en la fiesta, cas sin pensarlo pulsó las teclas...

Una soñolienta Elena descolgó...

-Necesito que me recojas, de veras que lo siento...-Elena se tapó la cara con la almohada, solo le podía pasar a ella-te lo recompensaré, pero es que tengo miedo...

Esas palabras fueron suficiente para Elena, que de un golpe bajó de su cama y fue directa a vestirse.

-Ahora mismo voy, en diez minutos estoy allí en la puerta principal, no te retrases...-Katherine cerró los ojos aliviada y colgó, tenía que salir del baño pero por lo menos esperaría unos minutos.

~Damon & Elena~

La castaña sin pensarlo mucho cogió unos vaqueros bastante viejos y su sudadera de deporte, más las llaves de su coche, y sin pensarlo se dio a la fuga con él, quería llegar lo más rápido posible para no preocupar a su hermano si se despertaba y para no asustar más a Katherine, tenía que haber sucedido algo muy gordo para que su amiga la llamase a esas horas para ir a buscarla con tanta urgencia, tuvo que frenar de golpe pues varios coches se dieron a la fuga en dirección a la playa, seguramente de cortesía de Damon Salvatore, se dio una hostia mental al pensar en él, que en podría coincidir con él, en lo que sucederia si se diese al caso, no podía ni siquiera pensarlo. Tras cerrar los ojos y volver a arrancar un único pensamiento cubrió su mente: su amiga la necesitaba.

Aparcó como un pudo a varios kilómetros de la casa, ya que la mansión estaba compuesta por unos terrenos que hacían de jardín actualmente, y que rodeaban la casa, había muchos coches aparcados, colocándose la capucha se adentró en el jardín a paso ligero para no llamar más la atención, era lo que faltaba, que se pudiese cruzar con un capullo o con la corte...

~Damon & Elena~

Damon observaba la fiesta que tenía en su salón, como la gente bailaba y se contoneaba a su alrededor para llamar solamente su atención, estaba borracho, era cierto, estaba demasiado borracho, cosa que no era típica de él, ya que normalmente era el único que no sobrepasaba el límite de alcohol, pero esa noche todo le superaba, no encontraba una satisfacción posible, nada que le complaciese, excepto el alcohol y la música. Sus amigos charlaban o ligaban haciendo un círculo a su alrededor, nos los escuchaba pero sonreía cada vez que se giraban para mirarle.

-¡Damon!-gritó uno en su oído, el aludido pegó un bote, y derramó parte de su cerveza, Mason le observaba con una sonrisa-Te estamos hablando...

-Tío, ¿a dónde te habías ido?-preguntó inocente Kol, buscando con su radar algo interesante en lo que mirar para que su amigo estuviese perdido-No hay buen material, ¿es eso?

-Pff me aburren-dio un nuevo trago, pero puso una mueca de asco, su cerveza estaba fría, se alargó para coger otra pero una rubia despampanante se la quitó-¿¡Quién coño te ha invitado!?

-Nadie pero tengo derecho legítimo a venir-se largó con la caja en las manos, Kol puso los ojos en blanco pero Mason y Alaric empezaron a reir a carcajadas, Damon estuvo a "esto" de levantarse y cogerla de los pelos.

-Calma fiera...-dijo medio borracho Ric, tirando de él hasta su lado-Solo es una chica, lo que necesitas es motivación...

-Eso, eso-coincidió Mason-ligar y tirar te es demasiado fácil, lo haces en menos de dos minutos...

-¿Y?-le cansaba ver las tonterías que podían decir sus amigos con una copa de más, le mangó la cerveza a uno que pasaba por ahí-No veo el problema, elijo, la degusto y la tiro, lo más normal...

-Ese es el problema-todos miraron a Mason, sin entender a qué se refería-que eliges y eso quita emoción...

-¿Te estás ofreciendo para hacer de cupido?-todos rieron ante la pregunta de Damon, Mason les lanzó un botellín vacío-Tío es que dices cada cosa...

-No hablo de eso...-miró a su alrededor-aquí está la clase normal que pueden venir a nuestras fiestas, las conoces, las has elegido tu-le señaló para enfatizar mejor la palabra-y eso no es divertido.

-No te entiendo...y dudo que alguien lo haga-volvieron a reir, pero Alaric esta vez no, pues estaba empezando a entender las palabras de su amigo.

-Hablo de que una apuesta puede resultar más motivador-esta vez la risa cesó, todos observaron al rubio con curiosidad.

-¿Qué clase de apuesta?

-No sé, cualquier clase...-miró a su alrededor, y una idea macabra se le cruzó por la cabeza-siempre eliges a tu presa, esta vez va a ser ella la que elija...

-¿De qué hablas?

-La primera chica que cruce ese umbral, o salga de él será tu nuevo objetivo sin importar edad o físico, tienes un positivo ya que solo pueden estar locas por ti.

-Es una locura...-rió convencido de sus palabras.

-Tendrás treinta días...si fallas te pasarás todo un año sin sexo...-todos bufaron de alegría, les parecía un reto genial, Damon sonrió con su típica sonrisa torcida, y tras beberse de un trago su botellín, lo lanzó al aire.

-Me sobran veintinueve días...-todos aplaudieron, Damon había accedido, y sin perder ni un minuto miraron hacia la puerta unos segundos, el pomo se giró y una melena castaña pasó por delante de sus ojos, Damon eufórico se subió encima de Mason para poder tener mejor acceso a esa chica.

Pero nada fue como él pensaba, no necesitaría un día ni treinta, sino un milagro, la melena castaña dejó paso a una figura, los cuatro chicos la observaron asombrados, hasta que se cruzaron con su rostro, los ojos chocolate se perdieron en los ojos celestes de Damon, ambos se quedaron blancos...

-Elena...-dijo asustado-Elena Gilbert...-su voz había sonado como un susurro, inferior a él, se dejó caer en el suelo, sus problemas acababan de comenzar, y sus amigos no estaban dispuestos a dar una segunda oportunidad...

Apostar Puede Llegar A Ser Peligroso...