CAPÍTULO 0 - "PRÓLOGO."

Era una noche de invierno, pero extrañamente agradable.
Ronald Weasley y Hermione Granger, se encontraban en un hermoso prado, que no estaba muy lejos de la Madriguera.
Ambos miraban el cielo totalmente estrellado, uno al lado del otro, con las manos entrelazadas.
Al lado de Hermione había una canasta llena de los recipientes, que hasta hacía no mucho rato, estaban llenos de la comida más rica que podían haber comido en un día como ese.
Hermione se sentía muy feliz. Como siempre que se estaba de esa manera con Ronald, y no discutiendo por cualquier cosa, como solía suceder. Ambos eran muy felices o al menos eso creía. Ella con un movimiento rápido, se acostó encima de él, le miró a los ojos y le dedicó una hermosa sonrisa. Ronald como respuesta la atrajo aún más a él, y la comenzó a besar, como sabía que a ella le gustaba.
Poco a poco Ronald los levantó a los dos, asiendo que se sentarán, ella como hacía un momento, encima de él, para así, poder profundizar más el beso, mientras él le acariciaba.
Ronald de mala ganas, cortó el beso, ya que les estaba faltando el aire a ambos. Ella lo abrazó y le dio un beso en el cuello, casi al mismo tiempo que le susurraba TE AMO en su oído. Él como respuesta le agarró la cabeza, y la miró directamente a los ojos y le pregunto:
– ¿TE QUERÉ CASAR CONMIGO, HERMS? –
Ella no podía creer lo que acababa de escuchar, hasta que Ron se lo volvió a preguntar. Hermione abrió la boca para contestarle, pero no pudo, era tanta la emoción que sentía que no podía articular ninguna palabra. Así que se limitó a besarlo. Un beso mucho más profundo y apasionado de lo que habían sido los anteriores.
– ¿ESTO ES UN SÍ? – Preguntó Ron, volviendo a separarlos.
– ¡SÍ! ¡SÍ! UN MILLÓN DE ¡SÍ! TE AMO RON –
-GRACIAS HERMS. YO TAMBIÉN TE AMO, Y QUIERO QUE ESTÉS A MI LADO POR SIEMPRE.-

"MISMO DÍA, MISMA HORA PERO DIFERENTE LUGAR."

-¿POR QUÉ DRACO? ESTO NO TIENE POR QUE TERMINAR DE ESTA FORMA, YO...- Le recriminó Astoria a Draco.
-NO ME IMPORTAN TUS SENTIMIENTOS ASTORIA. ENTIENDE ESO. ME HAS ENGAÑADO.- Escupió él como respuesta.
– LA VERDAD DRACO, TIENES RAZÓN... ¿QUÉ SE SIENTE? EHHH, A VER DIME... TÚ ME HICISTE LO MISMO A MÍ, ¿PORQUÉ CREÍSTE QUE YO NO TE HARÍA LO MISMO? ¡NO TODO GUIRA AL REDEDOR TUYO DRACO MALFOY! ... – Le gritó Astoria con todas sus fuerzas.
– NI EN EL TUYO TAMPOCO ASTORIA. Y EN EL TUYO TAMPOCO, SIEMPRE RECUERDA ESO QUERIDA. – Dijo con malicia Draco y sin esperar respuesta, desapareció sin dejar rastro alguno. Mejor dicho, lo único que dejó fue un corazón roto y muchos recuerdos en el olvido.
Como no tenía ganas de ir a su casa, ya que no quería encontrarse con su padre, prefirió ir al mundo Muggle.
Por ahí quien le dice, encontraba alguna que otra chica, ya que esas si que eran mujeres verdaderamente hermosas y sin ser corrompidas por las cirugías o la moda, como al él le gustaban, y así de paso, podía olvidarse del mal momento que le había hecho pasar la estúpida de Astoria.
Como no conocía muy bien todavía el mundo Muggle, fue a parar a un bosque, al cual ni siquiera había pensado.
Era un bosque, no como los que suelen haber en el mundo Mágico, sino, que todo lo contrario, ese bosque estaba rodeado de árboles, totalmente florecidos. Tenía un pasto de un verde muy lindo y brillante. Un lago, en el cual se podía ver su propio reflejo, como si fuera un espejo. El agua era transparente y muy limpia. Todo a su al rededor se veía e incluso se respiraba paz y tranquilidad. Miró todo a su alrededor, y era tan hermoso el paisaje como si se tratase de un lugar pintado por el mejor pinto que jamás pudo haber existido en la tierra.
Se acostó en el pasto y comenzó a contemplar el cielo. Empezó a sentir cosas, que en el mundo mágico no sentí. Sentía paz, esperanza, sentía que si deseaba algo se cumpliría en un abrir y cerrar de ojos. Estaba verdaderamente maravillado con ese lugar, que decidió que lo tomaría como suyo...
Y en ese lugar se juró a sí mismo, que el día en que realmente se enamorase, y se casase traería a su mujer a vivir con él ahí. Aunque, sabía que para poder cumplir esta promesa tardaría no solo meses, no, sino que, años y años. Ya que desgraciadamente no creía en el amor...