Capítulo 1: Mírame

Apenas las calles de Noruega se habían bañado de aquel manto blanco, los parques y jardines ya se encontraban repletos de personas que buscaban pasar un momento agradable de aquella época tan fría como maravillosa, el invierno. Además de que la época navideña había dado comienzo desde hace algunos con el inicio de la venta de adornos, comida, regalos y todo lo que fuese necesario para aquella fecha tan aclamada.

— ¡Ya basta Toothless! — vociferó Stormfly lanzando la bola de nieve más grande que sus manos enguantadas pudieron crear, dando justo en su objetivo, la nariz de su enemigo.

Astrid comenzó a reír al ver la reacción de la víctima de su mejor amiga mientras creaba más bolas de nieve para seguir defendiendo su fuerte. Habían tenido suerte al conseguir esa parte de su parque preferido, pues tenían el espacio suficiente como crear sus defensas, crear municiones y de vez en vez salir corriendo en el intento de lanzar la bola de nieve en la espalda del otro.

Y como era de esperarse, quien había dado comienzo a todo aquel divertido alboroto, a pesar de que se encontraban en sus veinte, había sido nada más y nada menos que Toothless, al lanzarle una bola de nieve a Stormfly en la espalda.

— ¡Oblígame! — respondió una vez se había quitado todo el hielo de su rostro, tomando nieve del suelo y lanzándosela de regreso, fallando el tiro al casi darle a Astrid, pues ésta se había agachado un segundo antes de que el intento de bola le cayera en la cabeza.

— ¡Oye! — Hiccup se cubrió al momento, sabiendo lo que se aproximaba, mientras le acercaba más municiones a su amigo que las buscaba desesperadamente al ver que ambas chicas lo atacarían.

— ¡Ayúdame! — se quejó como pudo tratando de evitar que le dieran de nueva cuenta en la cara ante la comodidad de Hiccup de solamente pasarle las municiones en lugar de regresar los ataques.

Empezando a carcajearse, Hiccup tomó un par de bolas de nieve en cada mano. Ya era turno de ellos de liderar aquella guerra, pero vaya sorpresa se llevó al asomarse del fuerte, las chicas ya estaban yendo hacia ellos, recogiendo nieve a su paso listas para darles fin.

— Eh… ¿Toothless?

El aludido, sumido en hacer la bola de nieve más grande de toda su vida, lo volteó a ver con molestia de ser interrumpido, viéndolo como se iba levantando de su lugar con las manos en alto en señal de que se rendía, comprendiendo lo que estaba pasando, así que sin pensarlo, tomó la enorme bola de nieve sin terminar y la lanzó a Stormfly, dándole en la cabeza.

— ¡Ahora sí Toothless!

El chico ni lo pensó, salió corriendo de ahí siendo perseguido muy de cerca por su amiga que apretaba lo más que podía la nieve que había alcanzado a tomar del suelo antes de ir tras él. Sin embargo, la carrera no duró tanto como le hubiera gustado a Toothless, pues aunque su intención era llegar hasta donde se encontraba la pista de patinaje, no lo consiguió como lo esperaba, ya que justo en la pequeña colina, que en primavera se encuentra llena de un hermoso césped, se resbaló, cayendo súbitamente hasta la pista con un grito de susto.

Stormfly se detuvo solo para poder reírse, olvidando el por qué iba detrás de él.

Hiccup y Astrid olvidaron también su pequeña pelea de nieve cuando escucharon el grito seguido de las risas de Stormfly, haciéndolos avanzar a donde sus amigos se encontraban, descubriendo lo que había pasado, mientras veía a Toothless intentar subir por el mismo lugar donde bajó, siendo inútilmente ayudado por Storm, pues aun no podía controlar por completo su ataque de risa.

— Esos dos van a terminar juntos— comentó Astrid sin dejar de verlos desde su lugar.

Hiccup la volteó a ver con una leve sonrisa, para regresar su vista a sus amigos.

— Es obvio que sí, ¿quién crees que diga primero lo que siente?

La rubia posó su mano en su mentón pensándosela un poco. No era la primera vez que tenían aquella conversación, siempre que solía salir los cuatros, de una u otra manera terminaban solos el tiempo suficiente para pensar sobre aquel futuro noviazgo que tenían frente a sus ojos.

A pesar de que ninguno de los dos había dicho abiertamente lo que sentían por el otro, Hiccup y Astrid ya lo sabían, conocían a la perfección a sus mejores amigos como para conocer sus sentimientos aun cuando ellos ni siquiera eran conscientes al respecto.

— Toothless.

— ¿Por qué estás tan segura?

— Bueno, Stormfly puede ser muy impulsiva a veces pero, cuando se trata de sus sentimientos es difícil que hable— lo volteó a ver con una sonrisa enorme— ¿y tú?

— Yo creo que será Stormfly— respondió con la misma sonrisa que ella le había brindado— Toothless es demasiado torpe en ese sentido.

— ¿Apostamos?

Ahora fue el turno de Hiccup de sonreír ampliamente.

— Por supuesto, ¿qué se lleva el ganador?

— Qué te parece…— su mirada seguía clavada en Hiccup mientras pensaba en algo que resultara bastante atractivo— el perdedor, hará lo que el ganador quiera.

— Interesante— respondió estirando su mano para cerrar el trato— ¿lista para perder?

— No estés tan seguro— respondió tomando su mano con un buen apretón.

Aunque ellos no eran los únicos que hablaban de sus amigos. Una vez que Toothless había logrado subir, compartió una mirada junto a una sonrisa llena de picardía con Stormfly. No necesitaban decir nada, pues con Hiccup y Astrid, no solo ellos eran conscientes de lo que sentían mutuamente, incluso los padres de los cuatro chicos lo sabían. Sus otros amigos lo sabían, quizás todo Noruega lo sabía, menos ese par de chicos con todo el potencial para ser una pareja oficial.

— Creo que es hora de regresa, tengo nieve hasta en los calzoncillos.

Storm volvió a reír, aunque no como lo momentos antes.

— ¡Chicos! ¡Vamos!

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— Un segundo más y me habría congelado.

—No seas exagerado Toothless— le respondió Astrid mientras tomaba asiento junto a él con una taza de chocolate caliente para ambos.

— Gracias— tomó la taza llevándosela directo a la boca y dar un buen trago— como tú no rodaste en nieve.

— No es nuestra culpa que seas torpe. — comentó Hiccup mientras encendía el televisor para conectarlo a internet y que pudieran ver una película.

— ¡Buena esa Hiccup! — respondió Stormfly desde la cocina logrando que Toothless hiciera un puchero de reproche.

Prácticamente así habían sido sus días desde que sus vacaciones habían iniciado. Salían a cualquier parte, ya fuera planeado o no y al anochecer o incluso antes, se iban a casa de alguno a ver una película con una taza de alguna bebida caliente o simplemente cenaban pizza mientras hablaban de cualquier cosa o planeaban que hacer al día siguiente. Y esa noche había tocado en casa de Toothless.

Una vez todos se encontraban acomodados en la sala, ya con su bebida cada quien y con mazapán como bocadillos, viendo una película que pusieron al azar, Toothless se levantó, no sin antes guiñarle el ojo a Stormfly, acto que no pasó desapercibido por Astrid y sonrió para sus adentros, sintiendo que ya había ganado la apuesta.

— Hiccup, ¿podría venir por favor?

El castaño respondió con un simple voy antes de levantarse también e ir en dirección a la concina, donde luego de escuchar un par de quejas, Toothless salió y fue al baño, por lo que Stormfly aprovechó.

—Astrid— esa tonadita cantarina que utilizó hizo que la rubia sospechara— ¿podrías ir por más mazapanes?

— ¿Y por qué no vas tú?

— Porque yo los compré.

Astrid cambió su mirada de sospecha por una de molestia a pesar de que Storm no cambiaba esa mirada de perrito hambriento esperando poder persuadirla con aquello.

— Vamos, no seas así, además, a mí me interesa más la película que a ti. — respondió haciendo un puchero, cruzándose de brazos y recostándose en el sofá.

Astrid suspiró vencida, levantándose muy en su contra hacia la cocina, pues no había nada más efectivo que aquel berrinche para obligarla a hacer las cosas, le resultaba tan desesperante que prefería hacer lo que le decía que seguir soportando lo que seguía de su cruce de brazos. Igual se la cobraría después.

En cuanto entró y se escuchó que conversaba con Hiccup, Toothless salió corriendo del baño listo para realizar lo siguiente de su gran plan. Un hilo transparente que sujetaba al final esa pequeña plantita que podría ponerle mucha emoción a la noche. El chico se subió al sofá para poder pegar con cinta el otro extremo del hilo, de manera tal que quedara un poco más arriba de la cabeza Hiccup, el más alto de los cuatro.

— Ya vienen, ya vienen— dijo algo exasperada Stormfly, susurrando lo mejor que pudo mientras retomaba su lugar al igual que Toothless, pretendiendo que nada había pasado.

Astrid traía un par de pequeños platos con más del postre que le habían encargado y Hiccup cargaba un pequeño traste con julegrøt*, bastante caliente como para traerlo con una sola mano. Ambos se detuvieron a la entrada de la sala, ya que sus amigos estaban a la expectativa de su llegada, haciéndolos sospechar de algo.

Ambos miraban con atención sus asientos o cualquier imperfecto que hubiera a su alrededor, temiendo ser víctima de alguna de sus tantas bromas pesadas.

—Parece que ésta noche algunas personitas tendrán que besarse. — comentó divertida Stormfly, mientras Toothless gritaba emocionado prácticamente brincando en el sofá.

Astrid cerró los ojos comprendiendo enseguida la mirada pícara de su mejor amiga, aunque Hiccup sí levantó la mirada solo para comprobar lo que le insinuaban.

Se encontraban bajo un muérdago.

Hiccup pasó saliva sintiendo como su corazón se empezó a acelerar de sobremanera, sin poder moverse de su sitio, casi como si se hubiera congelado por completo, mientras que Astrid abrió de nuevo los ojos sintiendo ganas de lanzar los mazapanes y salir corriendo. Había un sentimiento tan molesto como emocionante.

—Permítannos— se ofreció Toothless a sostener lo que Hiccup llevaba, así como Storm lo de Astrid, aunque ninguno de los dos tenía ganas de soltarlo, como si eso fuera a evitar lo que estaban siendo obligados a hacer.

— ¿Saben que no vale si lo acaban de poner verdad?

— Claro, eso no funciona así— secundó Astrid, empezando a sentir sus manos sudar.

— Se dice que se deben de besar quienes quedan debajo del muérdago— recitó Toothless tomándolos a ambos por los hombros— pero no dice nada de la colocación, así que no les queda de otra.

— ¡Deben besarse! —continuó Storm, tomando por los hombros a Hiccup para girarlo al mismo tiempo que Toothless lo hacía con Astrid, dejándolos frente a frente.

Astrid lo miró a los ojos sin saber si estaba dispuesta a seguir con aquello que parecía tan absurdo pero que no la dejaba estar tranquila. Además, Hiccup ni siquiera podía mirarla, no dejaba a de rascarse la nuca mientras jugaba con su mano libre.

— Bien, entonces hazlo.

Hiccup miró a Astrid, quien había cerrado los ojos, dispuesta a cooperar, logrando que la sorpresa llenara los rostros de sus amigos. Hiccup miró sus labios mientras mordía los suyos inconscientemente, hasta ese momento se dio cuenta de que quería hacerlo, quizás desde hacía mucho tiempo.

Pasó saliva de nueva cuenta antes de tomar un poco de valor y sujetarla por los hombros, haciendo que Astrid se tensara automáticamente al saber que pronto sus labios se probarían por primera vez. Hiccup se acercaba lentamente, empezando a cerrar los ojos y a sentir que sus respiraciones nerviosas se mezclaban.

Ambos se olvidaron que tenían a un par de espectadores más emocionados que nadie, así como silenciosos, pues estaban seguros que sus latidos eran perfectamente audibles. Astrid pasó saliva antes de entre abrir sus labios para recibir los del castaño.

A nada de rozar sus labios, Hiccup se detuvo, pensando de nuevo en hacerlo o no.

Lamentó haberlo hecho. Pues Astrid abrió los ojos de golpe, retrocediendo un paso para poder besarlo rápidamente en la mejilla.

— ¡Listo! ¿Podemos regresar la película? No tengo idea de por qué están ahí. — dijo mientras retomaba su lugar con otro mazapán, esperando no verse tan obvia, de que aunque quería, no podía besarlo, su corazón seguía latiendo sumamente rápido.

Stormfly suspiró cansada regresando a su sitio mientras que Toothless se encargaba de regresar la película. El único que no se movió fue Hiccup, no sabía cómo sentirse al respecto, además de que no podía controlar sus emociones.

Miró a Astrid mientras le daba indicaciones a su amigo de dónde se habían quedado, hablando y actuando tan normal como sin nada hubiera pasado, lo cual lo hizo sentirse un tanto decepcionado y enojado consigo mismo por no actuar rápido y haberla besado cuando tuvo la oportunidad, después de todo, el muérdago era la mejor excusa para ello, sus amigos le habían regalado la oportunidad y él la desperdició vilmente.

Como pudo volvió a su asiento, sin apetito y sin ganas de nada, haciéndosele casi imposible no ver de vez en vez a Astrid, quien por nada del mundo desviaba su atención del televisor, pues a pesar de que parecía como que no le importaba nada, sentía la boca seca y no alcanzaba a comprender el por qué rechazó a ese chico que más de una vez la ha hecho confundirse.

— ¡Ay Dioses! ¡¿Por qué?! — se quejó Stormfly, mientras se levantaba con su móvil que sonaba en manos. — ¡Qué!

Todos la vieron irse a la cocina para ni interrumpir la película que ya había sido pausada.

— ¿Qué le pasa? — cuestionó Toothless a la única que podía responder, ganándose la atención de ambos chicos.

—Es su ex novio, últimamente ha estado detrás de ella, y la verdad yo también ya me cansé de eso.

La molestia de Astrid más lo poco que se escuchaba de la cocina no le dio buena espina a Toothless, empezándose a sentir incómodo, a lo que Hiccup se acercó a él para darle unas palmadas en la espalda en señal de comprensión.

— Descuida Toothless, ella solo tiene ojos para ti.

El aludido se puso totalmente rojo ante el comentario de Astrid que se mofaba por su reacción, haciendo que la situación se calmara un poco.

Mientras que Hiccup solo podía pensar, y Astrid, ¿para quién tiene ojos?


*julegrøt: arroz con mantequilla, azúcar y canela


El inicio de un pequeño long-fic ambientado en Noruega en época de fin de año, ¡son vacaciones, jinetes! ¿y qué mejor manera de apreciarlo que escribiendo sobre nuestra OTP?

Así es, tendrán a Risu durante éstas fechas :D

Cabe mencionar que hice un poco de investigación sobre como los noruegos festejan éstas fechas, así que si quieren conocer un poqutio más, los inviito a dar like a mi nueva página, que la pueden encontrar como Risu-chan, es gratis :D

Sin más, dejando mi parloteo para la página, se despide su amiga Risu-chan xD

Los reviews son el alimento del escritor.

07-Diciembre-2016