Disclaimer: Esta historia no me pertenece, los personajes son de S. Meyer y la autora es Edward's Eternal, yo sólo traduzco.

Disclaimer: This story doesn't belong to me, the characters are property of S. Meyer and the author is Edward's Eternal, I just translate.


Gracias a mi beta Isa por revisar y corregir este capítulo.


Capítulo 1

—Así que le dije que se largara. ¿Quién demonios piensa que es?

Sonreí sobre la mesa ante la indignidad de mi amiga.

—Creo que pensó que era tu novio, Rose.

Rose bufó.

—Yo no tengo novios, Bella. Le dije eso. ¿Crees que me voy a atar a un solo hombre?

Sacudí la cabeza. Yo me ataría, si se diera la oportunidad. Si yo me pareciera a Rose supongo que sería divertido poder probar las aguas. Pero no me parecía a ella, de hecho no había nada remotamente similar entre nosotras. Ella era alta, rubia, preciosa y con mucha confianza. Yo era exactamente lo opuesto: pequeña, cabello y ojos oscuros; era simple y bastante tímida. Ella era como un brillante rayo de luz entrando en la habitación y yo era una sombra.

—¿Qué, o debería decir, quién sigue?

—Voy a tomarme un descanso. No saldré con nadie por un par de semanas.

Era mi turno de bufar.

—¿Un par de semanas? Vaya, Rose, ¿crees que puedes aguantar tanto? ¿Qué harás; unirte a convento? ¿Abastecerte de Duracell?

—El sarcasmo no te queda, Bella.

Sacudí la cabeza.

—No he tenido una cita en más de un año, Rose. Intenta imaginar eso.

Rose se inclinó sobre la mesa y agarró mi mano.

—Luego del desastre con Riley, eso no me sorprende en absoluto, Bella. Pero necesitas salir de nuevo. Muéstrate.

—Sí, claro. No hay nada que mostrar, Rose. —Bajé la mirada a mi regazo y me encogí de hombros antes de mirarla de nuevo—. Soy simple. Invisible. Y es así cómo es para mí.

De repente, la cafetería parecía demasiado pequeña. Me paré abruptamente.

—Necesito regresar a mi escritorio. Te veré más tarde.

Salí de la cafetería rápidamente. Sabía que Rose simplemente olvidaría mi arranque, agarraría su teléfono y comenzaría a mandar mensajes a uno de sus hombres al azar. Miré a mi alrededor a las mesas de siempre mientras hacía mi apresurada partida. Los asistentes e internos estaban comiendo sus lonches en bolsas cafés mientras que muchos de los asociados comían de contenedores de comida; eran demasiado importantes para que los vieran comiendo un sándwich hecho en casa. Mi vista captó la mesa de la esquina que estaba al otro lado de donde Rose y yo nos sentábamos usualmente. Masen, Emmett y Jasper estaban, como siempre, juntos. Se estaban riendo sobre algo que Jasper tenía en su pantalla, Emmett se recargaba en su silla, carcajeándose ruidosamente mientras Masen sacudía la cabeza, su risa era más tranquila; tenía los dedos ocupados tecleando algo en su laptop, sin duda algo relacionado con el trabajo. Masen siempre estaba trabajando, incluso durante la comida. Emmett alzó su mano a modo de saludo y asentí en respuesta. Jasper estaba demasiado ocupado riéndose para notarme, pero Masen alzó la vista brevemente, sus ojos se encontraron con los míos por un segundo y me lanzó una sonrisa rápida antes de regresar a su pantalla, frunciendo el ceño con concentración. Noté un sándwich a medio comer a su lado y sonreí internamente. Demasiado ocupado para comer, sabía que regresaría pronto a su escritorio, todavía comiendo. Estaba segura de que estaba ocupado arreglando algún error o ayudando a alguien con un problema de computadoras. Él era brillante, sin duda el chico más inteligente en la oficina. Ya tenía un título en ciencias computacionales, y ahora estaba trabajando en una segunda titulación en negocios y marketing. Aunque teníamos un departamento de ingeniería, la mayoría de los empleados de nuestra sección, incluyendo a los gerentes, tendían recurrir a Masen por ayuda. Como dije, era brillante. E incluso más tímido que yo; y eso era decir algo.

Me senté en mi escritorio, agradecida porque la oficina estuviera vacía. Dejé caer pesadamente la cabeza entre mis manos. Sólo pensar en Riley era suficiente para arruinarme el día. Escuchar a Rose decir su nombre me molestaba; era lo suficientemente duro trabajar en la misma oficina que él y tener que lidiar con su presumido semblante en las raras ocasiones en que tenía que interactuar con él sin tener que escuchar su nombre en la comida, removiendo viejos recuerdos dolorosos.

Suspiré mirando a mi alrededor, una vez más cuestionándome si estaría mejor encontrar otro trabajo; un comienzo limpio sin desagradables ex novios al final del pasillo. Pero… amaba mi trabajo y a muchas de las personas aquí, y odiaba la idea de irme. La rama de la compañía en la que trabajaba se encargaba del marketing y las ventas de una gran mezcla de clientes, y la oficina era un zumbido constante de productividad. Nunca era aburrido y disfrutaba eso.

Enderecé mis hombros; suficiente de sentir lástima por mí misma. Me giré hacia la pila de trabajo en mi escritorio y me ocupé, ignorando el aumento de ruido cuando la oficina a mi alrededor se llenó de nuevo con asistentes y otros miembros del staff que regresaban de la comida. Fui bajando la pila de papeles que James me había dejado, sacudiendo la cabeza una vez más ante su insistencia en negarse a usar internet para enviar documentos. En lugar de eso, una gran parte de mi día, todos los días, lo pasaba fotocopiando sus memorándums, actualizaciones de proyectos y varias propuestas, y luego entregándolas. Tanto así que había una segunda copiadora que sólo yo usaba en el cuarto al final del pasillo. Era uno de los lujos tolerables cuando eras compañera de uno de los trabajadores más grandes y traías más ventas que cualquier otro miembro del equipo de administración.

Me agradaba James, a pesar de que era un gritón. Le gritaba a sus clientes, a su staff, incluso a su esposa, y antes de que yo empezara a trabajar aquí, él había pasado por cinco asistentes en menos de un año. Pero habíamos encajado luego de que le grité de regreso en el segundo día, y habíamos congeniado bien. Desde entonces yo era su mano derecha.

Suspirando, junté mi pila de copias y caminé por el pasillo. Encendí la copiadora y me senté, esperando que comenzaran a aparecer las pilas. Mi teléfono vibró en mi bolsillo, señalando un nuevo mensaje. Lo saqué, frunciendo el ceño ante el número desconocido. Mis ojos se agrandaron al leer el mensaje.

No eres invisible.

Yo te veo.

Y creo que eres hermosa.


Y sí… empezamos con una nueva traducción. Espero que les guste.

Preguntas frecuentes:

Son 29 capítulos. Se actualizarán una vez a la semana. La historia es Edward y Bella. Tiene final feliz. Umm creo que eso es todo por ahora, si tienen alguna otra duda pueden preguntarme ya sea en los comentarios o por Facebook.

Me gustaría leer en los comentarios que impresión les da la historia.

Nos leemos en el siguiente capítulo ;)