Disclairmer: Tokyo Ghoul no me pertenece, todo de Shui Ishida. Derechos reservados.

"Este fic participa en el reto libre de predicciones del foro Anteiku: Una cafetería para fans de Tokyo Ghoul"

Respondiendo a la pregunta tres de los que leemos él manga: ¿Qué hizo Yomo con Rize?

N/A: Selt 'Teorías locas y sin sentido' ha regresado con su segundo intento de fic para TG. Ah, creo que este me ha quedado mejor que el anterior, empiezo a 'agarrar' la onda de las narrativas que usan la mayoría para TG (¿~ Espero la lectura sea de agrado :3

Título: Crianza.

Summary: Es una rutina tan maravillosa que inclusive le daba asco.

Numero de palabras: 316


Yomo suele hacer su rutina de cada día con completa paciencia. Desde atender el café junto a Touka —a pesar de odiar usar ropa formal—, hasta encargarse de conseguir el alimento para ayudar a aquellos Ghoul's que no pueden cazar por sí mismos.

Esa es una rutina tan maravillosa que inclusive le daba asco.

Casi siente como se pudre su cuerpo por dentro, siendo invadido por parásitos y gusanos que se comen su interior sin el poder hacer nada. Ah, pero a la vez es tan maravilloso.

Claro que todo eso sería perfecto si no hubiese algo que le molestara —aunque realmente no lo hace—; es un cabello purpura, una sonrisa torcida, unos ojos lastimados, un alma inperfecta en sus manos. Rize.

¿A caso escuchas sus gritos Yomo?

Por supuesto que lo hace, cada día a la misma hora escucha el lamento de un angel caído y roto. Escucha los dolorosos gritos y lo disfruta. Sonríe levemente, aunque eso no va con su personalidad. Pero aquí, en la soledad de su tarea de cuidador nada se lo impide.

(El estar con Uta le está afectando)

Un jadeo lo saca de sus pensamientos, unas manos siendo dirigidas hacia el llaman su atención. Una boca dejando escapar grandes cantidades de saliva captura su mirada.

Tiene hambre.

Y Yomo sólo la mira.

Aliméntala, Yomo.

Yomo saca el gran paquete de carne de su chaqueta, y entonces se acerca. Agachándose sobre sus rodillas, mira a Rize con su imperturbable mirada, acerca lentamente la carne a su boca y la aliméntala.

Cómo una mascota.

(Cómo la mascota de Yomo)

Una cría que ha sido maltratada.

Una niña que debe volver a criarse.

Yomo suelta un suspiro, se aleja de aquel escondite donde tenía a Rize y se va. La pequeña sonrosa en su rostro vuelve a aparecer. Se ha dado cuenta que criar niñas tal vez es lo suyo.