Este es el inicio de un Tomione que se me ocurrió y espero que lo disfruten. Trataré de actualizar esta historia lo más seguido posible pero por el momento mi prioridad será terminar el fic de Un Dilema en el Tiempo, ya que no me gusta dejar historias inconclusas.
Y una vez dicho esto, comenzamos…
Destrucción, dolor, muerte… era lo único que Hermione podía observar a su alrededor en ese momento. Todo lo que alguna vez amo estaba completamente destruido, sin vida.
No quedaba nada de lo que alguna vez fue.
A pesar de eso, sabía que debía continuar, debía seguir luchando para intentar que todos aquellos meses, años de sufrimiento y guerra pudieran significar algo. Que nada de eso fuera simplemente en vano. Con mucho esfuerzo Hermione se puso de pie a pesar de sus heridas y del frío que sentía y comenzó a subir las escaleras de Hogwarts. No llegó ni siquiera a la mitad cuando a lo lejos escuchó la voz de Bellatrix decir:
-Pero miren a quien tenemos aquí, es la pequeña sangre sucia intentando escapar- soltó una risa y comenzó a caminar hacia ella.- Dime ¿Dónde quedaron todos tus amiguitos querida?- volvió a burlarse y Hermione continuó subiendo las escaleras sin decir nada.-Bien, si solo vas a ignorarme ¡Avada Kedavra!- Hermione apenas si alcanzó a evadir el malefició y escuchó un leve grito de sorpresa por parte de Bellatrix, como pudo terminó de subir las escaleras y comenzó a caminar hacia la sala de menesteres.
Aunque intentaba caminar lo más rápido que podía, su pierna rota no le permitía hacerlo y lo peor de todo era que no podía hacer nada al respecto ya que le habían quitado su varita durante la batalla. En cuanto llegó al pasillo indicado, inmediatamente comenzó a pensar en lo que necesitaba para que apareciera la sala de Menesteres, pero en eso volvió a escuchar la voz de Bellatrix:
-¡Me las pagaras sangre sucia, esto no se quedara así. Podrás intentar esconderte pero jamás te escaparas de mí!-
Hermione al escucharla caminar hacia donde ella estaba, intentó esconderse detrás de uno de los pilares que estaban en el pasillo. Cerró sus ojos y nuevamente pensó en lo que necesitaba para que finalmente la sala de Menesteres apareciera.
-Querida, dejaste toda tu sangre impura regada por el piso- el corazón de Hermione se aceleró al escuchar a Bellatrix caminar por el pasillo donde ella estaba.-Será mejor que salgas de tu pequeño escondite-
De repente, Hermione sintió un fuerte jalón por detrás y vio al mismísimo Fenrir Greyback sonreírle de una forma siniestra mientras la sostenía de su suéter.
-¿Es está a la que buscas?- la empujó hacia el pasillo y Bellatrix dio un pequeño saltó de emoción al verla.
-Déjala ahí en el piso- Greyback hizo lo que le pidió mientras Bellatrix se acercaba a ella. La jaló por el cabello antes de decir:
-Te dije que no podías escapar de mí- la soltó y sin pensarlo gritó.-¡Crucio!-
El dolor que sintió Hermione fue indescriptible, era aún peor de lo que recordaba debido a todas las heridas que tenía en su cuerpo. No supo cuánto tiempo transcurrió hasta que finalmente Bellatrix la liberó.
Hermione escuchó voces a lo lejos pero no logró entender lo que decían, solamente volvió a cerrar sus ojos y nuevamente pensó en aquello que necesitaba.
-¿Qué tenemos aquí?- de repente sintió un pie moverla dejandola bocarriba y Hermione lentamente abrió los ojos. Lo primero que vio fueron unos terribles ojos rojos observándola con interés pero por un instante le pareció ver que tomaron una pequeña tonalidad gris.
-Solo es la sangre sucia amiga de Potter y...-
En eso se escuchó un fuerte golpe a lo lejos del pasillo causando que los mortífagos se distrajeran y justo en ese instante Hermione vio aparecer la puerta de la sala de menesteres. Con la poca fuerza que le quedaba se arrastró hacia ella pero cuando sus dedos estaban por tocar la puerta, Bellatrix volvió a gritar:
-¡Crucio!- pero esta vez el maleficio no duró mucho, ya que escuchó a Voldemort gritar:
-¡Avada Kedavra!- Hermione vio entonces caer muerta a la seguidora más fiel del señor oscuro bajo su propia mano. Aunque estaba completamente atónita por la situación, no tenía tiempo para ponerse a pensar en eso y empujó la puerta de menesteres con su mano. Entró arrastrándose a la habitación y vio que esta estaba completamente vacía y oscura, lo único que había en el piso era un giratiempo que rápidamente tomó entre sus manos.
Voldemort la siguió y se detuvo en el marco de la puerta.
-¿Qué es lo que quieres de mí?- Hermione logró articular entre lágrimas mientras se sentaba y colocaba sus manos sobre su pecho. -Ya no hay nada más que me puedas quitar- y al decir eso, nuevamente le pareció ver una leve tonalidad gris en aquellos ojos rojos asesinos y vio su mano apretar con fuerza la varita de sauco. De repente él cerró sus ojos y sacudió levemente su cabeza, por un instante le pareció escucharlo decir:
-Débil, débil- después de varios segundos, abrió sus ojos dejando ver nuevamente ese color sangre en ellos y gritó:
-¡No volveré a ser débil!- la miró con odio antes de decir.-¡Avada Kedavra!- el maleficio le dio con fuerza en el pecho y Hermione salió disparada al otro lado de la habitación. Sintió una sensación muy extraña en todo su cuerpo y de repente impactó contra otra puerta que se abrió de inmediato por la fuerza. Cayó en un piso frío y mientras sentía como poco a poco se iba desvaneciendo, escuchó unos pasos acercándose hacia ella.
Lo último que vio antes de desmayarse fue un par de ojos grises.
¿Qué les pareció? ¿La continuó? Quedo abierta a comentarios y sugerencias para esta historia.
