DISCLAIMER: Ni la serie Naruto ni sus personajes me pertenece

Hola.

Al fin me he decidido a escribir un fanfic sobre Naruto. Hacía tiempo que tenía ganas de hacerlo, pero nunca me decidía a hacerlo.

Es una historia corta, pero espero que os guste.

PASAD Y LEED

ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo

CAPÍTULO I

Sakura contuvo el aliento unos segundos. Sintió que el corazón se le iba a partir en mil pedazos, entre aquel mar de árboles, que agitaban bruscamente sus hojas cada vez que una bocanada de frío viento soplaba en aquel bosque apartado de Villa Oculta de la Hoja.

Un muchacho de cabellos oscuros y negros ojos inexpresivos la miraba fijamente. No denotaba emoción alguna. Su semblante estaba serio, sin expresión en él. Tan sólo se limitaba a observar a la muchacha pelirrosa que tenía frente a él.

La ojos de jade luchó por retener una silenciosa lágrima que amenazaba con brotar. Aquel no podía ser el muchacho que había abandonado Konoha cuatro años atrás. La persona que tenía enfrente no era Sasuke. No era SU Sasuke.

Sus ojos, completamente negros, irradiaban algo parecido a... Sakura no sabía exactamente que sentía al mirarlos, pero... fuese lo que fuese, un incontrolable terror se apoderaba de ella por momentos.

El chico que se alzaba ante sus verdes ojos era un ser frío, calculador, y sobretodo, un asesino. Una persona despiadada que era capaz matar a sangre fría a personas inocentes. Una persona sedienta de venganza. Una persona que se había hecho más y más fuerte cada día que pasaba. Pero que a costa de esa fortaleza se había cobrado decenas de vidas. Vidas inocentes. Era una persona que había vendido su alma al diablo. Una alma que ahora estaba completamente corrompida por el odio.

Aquel no era SU Sasuke.

- Sakura... –murmuró el chico consiguiendo así romper el tenso silencio que se había formado entre ambos.

- Sasuke –respondió la muchacha a su vez con un hilo de voz.

Durante unos segundos más tan sólo se observaron, evaluándose mutuamente.

- Has cambiado –dijo Sasuke como única respuesta.

- No soy yo quien ha cambiado aquí, Sasuke –repuso la pelirrosa con una voz tan sumamente fría que no parecía la suya.

El Uchiha sabía perfectamente a qué se refería la muchacha. Per aún así la miró fingiendo ignorancia.

- ¿Cómo has podido? –murmuró Sakura temblando de rabia. Cómo podía ser tan cínico...

- Era necesario –le respondió Sasuke arrastrando las palabras.

- ¡¡¿Matar a más de treinta ninjas inocentes era necesario!!? –preguntó Sakura elevando el tono de voz, pero sin perder la poca calma que aún conservaba.

- Tú no lo entiendes... –murmuró el chico, ladeando sus fríos ojos.

- ¡¡¿¿El qué¡¡¿¿El qué no entiendo¡¡Explícamelo porque es verdad¡¡No entiendo nada!! –chilló Sakura con todas sus fuerzas mientras una silenciosa lágrima se deslizaba por su mejilla derecha.

- No tienes ni idea de nada, Sakura. No sabes lo que es ver a tu único hermano con los cadáveres de tus padres a sus pies. No te puedes imaginar la frustración, la rabia, el odio que se siente en ese momento. Saber que la persona que ha arruinado tu vida es tu hermano. No te llegarás jamás a entender lo triste que es saber que para vengar a tus padres y descansar en paz, debes acabar con la existencia de la única familia que te queda –dijo Sasuke en susurros apenas inaudibles. Su rostro se mantenía impasible y su voz no se quebró ni un solo momento-. Necesito ser fuerte, Sakura. Si quiero vengar a todo mi clan, debo ser fuerte. Y para ello es necesario hacer sacrificios.

- ¿Sabes una cosa Sasuke? Yo no veo en ti al vengador de tu familia... –dijo lacónicamente la muchacha.-. Lo que yo veo ante mí es la viva imagen de Itachi Uchiha.

- ¡¿Qué estás diciendo?! –estalló el Uchiha, avanzando hasta quedar a tan solo un par de metros de ella.

- Itachi Uchiha es un asesino. Es capaz de aniquilar a gente inocente para conseguir su objetivo. Para ser más fuerte... ¿Qué diferencia hay entre él y tú ahora? –preguntó la pelirrosa alzando el rostro y dejando al descubierto unos preciosos ojos verdes. Unos ojos que brillaban de forma amenazadora.

Aquello dejó al Uchiha sin armas. Lo dejó sin armas, pero sus palabras no le afectaron en lo más mínimo. En otros tiempos quizás le hubiese dolido el comentario de su ex compañera de equipo. Pero ahora no le importaba nada. Su espíritu estaba demasiado inundado de venganza, de odio y de frustración. Nada de lo que le dijesen podía hacerle entrar en razón.

Acabaría con su hermano y vengaría a todo su clan.

Esa era su única razón de vivir. Y si para llevar a cabo esa misión, antes debía matar a más gente... así sería.

Los ojos de Sakura se inundaron con más lágrimas, como si hubiese sido capaz de leer todo lo que pasaba por la mente de Sasuke.

- Para... Aún estás a tiempo... Por favor –suplicó la muchacha, dejando caer una tras otra todas las cristalinas lágrimas que había ocultado todo ese tiempo.

- No puedo, Sakura –le respondió el muchacho con total sinceridad-. A mí ya no me queda nada.

Por un momento le pareció detectar en los ojos de Sasuke un destello de emoción. Pero inmediatamente se dio cuenta de que no era así. Él ya no sentía nada. Se había quedado sin sentimientos. Seco, vacío, como un pozo sin agua. Solo conservaba sus ansias de venganza.

Sakura se secó el rostro con ambas manos, limpiando todas las lágrimas que aún lo surcaban. Permaneció con la cara tapada unos segundos y finalmente, dejó caer los brazos con gesto cansado. Suspiró, intentando calmar toda la avalancha de sensaciones que había en su interior, y agachó la cabeza con resignación. Éste permaneció impasible, esperando a que fuera ella la que hiciese algo. Lo que fuese. Pero que hiciese algo.

- Muy bien –murmuró de manera casi inaudible, con el rostro parcialmente oculto por su reluciente pelo rosa-. Si no puedes parar... entonces te pararé yo.

Aquello era lo último que Sasuke se esperaba. Hubiese esperado cualquier reacción por parte de ella menos aquella. Arqueó una ceja interrogante.

- ¿Vas a matarme? –le preguntó amenazadoramente el muchacho de cabellos azabache.

Como única respuesta, Sakura se sacó un kunai de la pierna derecha y extendió el brazo derecho, apuntando con la punta del arma al pecho de Sasuke.

- Ya no soy una niña de doce años, Uchiha –respondió Sakura, con un intenso ardor en sus ojos de jade.

Sasuke permaneció donde estaba sin moverse. Sus ojos, antes negros como el carbón, brillaban ahora de un modo que Sakura no sabía definir. Aún así, seguía sin denotar ningún tipo de emoción en sus preciosas facciones. El muchacho cerró los párpados con fuerza y para cuando los abrió su sharingan se había activado.

- Muy bien –concedió el Uchiha-. Tú lo has querido, Sakura.

La muchacha no se intimidó en lo más mínimo y le sostuvo la mirada sin apartarla en ningún momento. A pesar de que sentía el miedo correr por sus venas, no lo demostraría jamás. Y menos ante él. La suerte estaba echada y no pensaba dar marcha atrás. Era cierto. Ella lo había querido así.

- O tú o yo, Sasuke –murmuró la pelirrosa, mientras un soplo de aire fresco le tiraba el pelo hacia atrás, dejando su rostro completamente al descubierto.

Sasuke asintió de manera impasible.

- O tú o yo

Y sus ojos se encontraron por un momento en la profundidad del bosque.