Un último paso y ya no habría vuelta atrás

Un último paso y ya no habría vuelta atrás. Hermione se detuvo en la puerta de ese dormitorio, como tantas noches. Aferró suavemente el pomo, indecisa, pero volvió a ceder ante la tentación y la abrió. Sirius estaba asomado en la ventana de su habitación, mirando al cielo. Cuando oyó la puerta cerrarse ni siquiera se volteo a ver quien era. Ya lo sabía. Hermione estaba allí, como todas las madrugadas, buscándolo. Notó las suaves manos de la niña acariciando su espalda y abrazándolo. El moreno se dio media vuelta y la abrazó también. Pasaron muy pocos segundos antes de que empezaran los besos. Besos silenciosos, cargados de sentimientos prohibidos que encontraron una noche entre las sabanas del número 12 de Grimmauld Place.

Con una suavidad que posiblemente solo la castaña conocía, Sirius la recostó y empezó a desnudarla. Se desnudaron mutuamente, con movimientos coordinados, como una coreografía perfectamente montada. Se entregaron en cuerpo y alma una vez más, sabiendo que la culpa no tardaría en aparecer. Pero es que Hermione lo amaba. Pero es que Sirius la necesitaba.

Ella era la juventud que un día le robaron, la razón por la que aguantaba meses confinado en la casa de los Black, solo para verla en vacaciones. Él era la rebeldía que Hermione nunca tendría, la fuerte tendencia a romper las normas que a ella le faltaba. Eran la cara y la cruz, el blanco y el negro, el día y la noche. Él, su sol; ella, su luna.

Y allí, arropados por las mantas que tantas madrugadas les habían visto compartir, se prometían el uno al otro que sería la última vez, que no volvería a pasar. Pero al anochecer siguiente, Hermione volvería a llorar mientras subía las escaleras para verlo otra vez. Y Sirius seguiría fumando, porque así no pensaría en que ella aun era una niña, que lo que estaba haciendo estaba prohibido.

Y cuando la castaña se levantó y caminó hasta la puerta, las lágrimas salieron desbordadas por sus mejillas. Y él también quiso llorar, al escuchar, en un último susurro, que Hermione ya no volvería, que esta vez era de verdad. Pero él era Sirius Black y no lo hizo, por que los Black no lloran; o, mejor dicho, no dejan que los vean hacerlo...