Los personajes de Saint Seiya no me pertenecen a mi si no a Masami Kurumada,esto es sin ningún de lucro. Contiene texto explícito sexual,no apto para menores.

Capitulo 1:Geminis II

Kanon y Thetis.

Entró un cuarteto de santos dorados a aquel bar en Atenas, perfectamente vestidos con zapatos confortables de piel, camisas casuales y pantalones de algodón pues el calor de la ciudad así lo permitía. Aquel era sábado por la noche, tiempo libre que raramente tenían para si mismos y que esta vez habían decidido aprovechar en las afueras de la Ciudad donde eran poco conocidos.

Observaron al tumulto de gente ir y venir por unos pasillos que rodeaban una pequeña pista de baile donde algunos jóvenes y chicas bailaban a placer y de inmediato pidieron una mesa y unos tragos para cada uno. Una vez asignada una mesa, los santos se dedicaron a observar los alrededores para ver si alguna joven podría ser su "próxima" victima de besos nocturnos y disfrutar juntos la música alegre del lugar. Para su desgracia,no había alguna que atrapara su atención a totalidad.

Milo ,quien había sugerido aquella reunión, observaba las reacciones de sus compañeros al estar en ese lugar, sobretodo de Saga, que era la primera vez que les acompañaba.

Se veía sereno, muy relajado y totalmente complacido así como sus compañeros, para su suerte Deathmask y Afrodite.

-No pensé que me acompañarías sinceramente, DeathMask,-sonrío Saga cínico ,recargando sus amplios hombros en el reposet de su silla observando el caminar de algunas bellas damas por el lugar cerca de su asiento.-Has cambiado mucho,sobretodo desde que frecuentas a esa jovencita de Asgard.

El italiano al escuchar lo dicho en boca de Saga, le hizo detener su trago en su boca sobresaltado y pasarlo lentamente segundos después.

El segundo santo que les acompañaba se sumo a la conversación.

Elegante, con una pañoleta negra en su cuello y con una copa en sus manos, Dite le comento:

-Deberias ser mas discreto en tus huidas espóradicas a las tierras asgardianas, casi puedo jurar que buscas hacerte dios guerrero en aquel lugar con tal de estar con ella. -bromeó el de Piscis, recibiendo una mirada sentenciante por parte de su amigo.

El italiano se relajo en su asiento y con descaro les objeto al sonriente trío. -Bueno, si, ella y yo tenemos algo y ¿qué?, hacen mucho escándalo por ello, par de idiotas.

La reacción del italiano logró una amplia sonrisa en los otros santos.-La gente cambia Saga,tú mejor que yo lo sabes.

-Cierto.-solto el de cabellos azulados sonriendo mientras daba un trago a su copa.-Todos lo hacemos.

La noche apenas estaba por empezar.

-x-

Por otro lado y a metros de donde se reunían ese cuarteto de santos, en un muelle esperaba un ex marina apoyando su peso en un barandal que daba la vista hacia el mar de Atenas.

Aquel bello hombre de ojos profundos, se dejaba llenar la mirada con la belleza de la luz de la luna reflejandose en el mar. Le resultaba relajante y hasta cierto punto nostálgica aquella bella postal. Y ahí esperaba paciente como cada fin de mes la llegada de... "ella".

No era una relación como tal, de hecho las etiquetas no era algo que Kanon podia manejar , pero simplemente la complicidad que tenía con "aquella mujer" no la podía tener con otra más. Y tras un apasionado encuentro en la playa meses átras, ambos habían decidido frecuentarse más a pesar de que sus mundos fueran tan distintos y lejanos. Su pasado los condenaba y su cercanía era peligrosa.

Hundido en sus pensamientos, unos tacones afilados se hicieron resonar a su lado y fue entonces que su atención se clavo en la presencia que había llegado y a la que tanto esperaba aquel caballero. Una larga cabellera rubia que se removía al viento suave y la curvilínea figura envuelta en un escaso vestido a la rodilla azul y de hombros descubiertos eclipsaron sus ojos en un hechizo. Sonrió de medio lado cuando vio los labios rojos como manzana de ella, invitandolos a probarlos sin piedad. Era una diosa renacida en mortal.

Aquel caballero,se acerco a ella y la tomo en un movimiento ansioso, jalándola hacia su cintura. La había echado de menos. La falta de aliento entre ambos se hizo notar ante la pequeña distancia de sus labios y el deseo en sus miradas se clavó como dagas.

-Tardaste demasiado esta vez.- comento Kanon observando las finas facciones de la dama, aguardando sus ganas arrebatadas de tomarla en ese preciso momento,mas al ser un lugar público. La descarada mirada de Kanon recorriendo su cuerpo se lo hicieron saber.

-Espero que haya valido la pena.- sentencio ella orgullosa de su belleza.

-Mas de lo que imaginas.- objeto el santo, atrapando los labios de una manera hambrienta de ella sin poder contenerse más.

-x-

Tras un largo beso, ambos amantes caminaron del brazo por ese muelle y comenzaron una sencilla charla sobre lo que había sucedido con ambos en ese mes sin verse, como lo hacían en cada ocasión que se veían, así sin títulos ni formalidades,con tan solo tenerse momentáneamente porqué así lo pedído el ex marino. Él necesitaba su libertad y ella se condenaba solo a ello.

Ambos pasaron frente a un bar donde el murmullo animado atrapo su atención.

-¿Entramos?- pregunto él sin nada más por hacer.

-De acuerdo.-objeto la mujer sin mucho ánimo.

Ambos penetraron el lugar y se sentaron en la barra de ese bar. De inmediato ,el ahora santo, pidio un trago de whisky para ambos,su favorito y sin importar el ruido de la música, el geminiano volvio a hablar para ella.

-¿Y qué cuenta el idiota de Sorrento, aún sigue rogando detrás ti desde que le dejaste?-bromeó el santo de géminis agitando con diversión los hielos de su bebida antes de probarla.

-Te he dicho que no me gusta que hables así de él Kanon, él es el único leal a Julián y el único con quién puedo hablar.

-¿Él único?-comento irónico el santo.

-Si,el único.-afirmo la sirena, haciendo chasquear la lengua del santo,fastidiado.-Antes contaba contigo cuando necesitaba platicar, pero...-ella calló siendo imprudente.-No tengo que explicártelo.

Ella había lastimado sin querer un poco el orgullo de Géminis, aunque en el fondo, ese era un reclamo muy guardado que tenía en su corazón. La sirena lo odiaba,odiaba solo tenerle a momentos pues él ante los ojos de Julián era un traídor, tenía prohibido estar en sus dominios y ella nada podía hacer para frecuentarle a voluntad siendo santo de Atena.

Por su parte, el ahora santo de Géminis no podia dejar de sentir un poco de recelo por Tethis pues él no le podía verle en los dominios de Poseidón como se le viniera en gana y la "cercanía" de Sorrento tras su romance le resultaba innecesaria. Y no es que no tuviera confianza en si mismo,de hecho pecaba de orgullo pues, ¿qué mujer se le resistiría?, pero también entendía que Tethis navegaba en aguas peligrosas al estar a su lado y que en ocasiones llegaba a ser vulnerable,dejando grandes espacios vacíos de ausencia que él no podía llenar, menos ante su distancia y Sorrento sí. La sangre le hirvio ,odiaba las "comparaciones y sobretodo...las sustituciones".

El santo desvió su mirada de la sirena para no decir nada de lo que se fuera a arrepentir y sin prevenirlo, noto la presencia de algunos santos conocidos en el lugar.

-Mira quién esta ahí. -dijo más para si mismo que para la sirena. -El idiota de mi hermano.

La sirena giro su rostro hacia donde lo hacia Kanon y sorprendida, observo por primera vez a Saga, el hermano gemelo de su acompañante. Físicamente eran muy iguales,sin embargo ,ella podía percibir a perfección la personalidad distinta de cada uno. -Vaya lugar para encontrarlo.

-Kanon...-pronuncio ella llamando su atención. El geminiano le atendió pero la mirada molesta en su rostro no se desdibujo. A pesar de su distracción con su hermano, no podía dejar de pensar en Sorrento y Tethis juntos.

La sirena al ver el gesto molesto del geminiano, decidio darle un poco de espacio y ganar tiempo para "enfriarle" los pensamientos.

-Iré un momento al tocador, seguiremos hablando después de ello..-soltó la sirena.

El santo la sintio irse un momento sin molestarse en verla, haciendo que su atención se centrará en su copa.

-Hola guapo...-a su dorso, comento una voz femenina a segundos de irse la sirena. Una mujer de cabellos negros atados en una coleta y escote profundo en un vestido seductor depositó su copa en la barra a su lado y le sonrio. Kanon rió irónico por la situación.

-Ya que te han dejado solo, ¿porqué no bailamos un momento?, será divertido.

Kanon vio a la sugerente mujer que le hablaba de arriba a abajo y aunque su primer impulso fue negarse al estar acompañado por la preciosa sirena, un gesto de maldad y venganza se dibujo en su frente.Y accedió.

-x-

La sirena salio del baño tras retocarse un poco el maquillaje de su labios , disuelto por el atrevido beso antes dado por el exmarina y volvio hacia la barra donde lo había dejado, mas su sorpresa no fue mayor al ver a su acompañante moviéndose discretamente con una curvilínea mujer cerca de la pista.

Rio decepcionada la ver a la mujer sujetarse del cuello del geminiano, Kanon sabía mover sus cartas para hacerle enfurecer y no eran los celos los que la atrapaban, si no las maneras tan infantiles de él para sacar a flote su enojo.

La sirena quiso retirarse de una manera digna del lugar y no prestarse a los juegos de Kanon, sin embargo, una idea recorrio su mente al volver la mirada a su espalda. Era su día de suerte. Si Kanon exponía un juego, ella no le rebatiría.

La sirena decidida, avanzo hacia donde había visto a Saga, el hermano del ex marina y no se detuvo, contoneándose con su sensualidad sobrada hasta llegar a él.

-x-

-¿Bailamos?-una sensual voz pregunto hacia el grupo de santos dorados que departían una sencilla charla entre risas, dejándolos mudos ante la belleza de la mujer y determinación.

Tethis le sonrio a Saga directamente y este giro su sonrisa completamente sorprendido. Milo, DeathMask y Dite envidiaron a Saga por haber sido el "elegido" por tal bello monumento en vestido azul y lo vieron acceder orgulloso.

-Por qué no.

Saga se levanto de su asiento no sin antes terminar el líquido en su copa de un sorbo y tomó de la mano a la mujer llevándola al centro de la pista ante la mirada de sus compañeros.

Luego entonces, la bella rubia comenzo a bailar de manera sugerente para él entre sus brazos al ritmo suave de la música groove.

-¿Cuál es tu nombre mujer?.-pregunto Saga enmedio de la danza.

-Me llamo Tethis.

-Soy Saga.

-Se quien eres.-sentencio ella con una sonrisa misteriosa haciéndole preguntarse a si mismo como es que ella le conocía.

-¿Cómo es qué...?-pregunto el mayor de los gemelos sin obtener respuesta mas que una bella sonrisa.

Kanon enmedio de su baile, observo hacia la barra buscando a la sirena, pero no tuvo éxito, asi que al mirar hacia sus alrededores en su búsqueda sin prestar atención a la mujer a su frente, por fin la encontró.Y la vio ahí, bailando con Saga. El gesto de confusión y molestia se dibujo en el rostro del exmarina en segundos y las ganas de ir tras de ella le llenaron de adrenalina el cuerpo.

-Disculpa...- solto el santo hacia la joven con la que bailaba, que confusa se detuvo y le dejo partir presuroso hacia otra parte de la pista.

-x-

-Hola Saga.-pronuncio una voz a espaldas del de cabellos azulados. Saga la reconocio a perfección, deteniendo cualquier su hermano.

-Kanon, que oportuno, ¿cómo es que estas aquí?.

-Veo que te la estas pasando muy bien.-objeto su gemelo con una sonrisa fingida sin contestarle su cuestió ojos del ex marina se clavaron en ella.

-Si,¿existe algún problema?.-pregunto el mayor con recelo.

Y no es que Kanon llevara una mala relación con su hermano mayor, al contrario ,desde su resurreción tras Hades, las cosas habían cambiado para ambos, pero simplemente había cosas que el menor de ellos no podia soportar por mucho que "tolerará" ahora a su mayor. Ella era su "persona" y esta vez no cedería ante su hermano. Aquel juego de Tethis había ido muy lejos.

-No, ninguno,y me alegro por ti, pero me alegro mas por Tethis.-la sirena desdibujo su sonrisa al creer que la situación se pondría tensa entre ellos por ella. El cosmos de Kanon comenzo a ascender.

-¿Cómo es que se conocen?.-las dudas atraparon a Saga cuando el menor pronuncio el nombre de ella a perfección.

-Ella es...

-Hablemos fuera.-objeto ella interrumpiéndole y posando sus manos en el pecho de Kanon para calmarle. -Por favor.

-Bien.-solto Kanon tomando de la muñeca a la sirena y saliendo de aquel bar ante el gesto de duda de Saga, que no comprendía la situación. Aquello había sido extraño para el mayor de los gemelos.

-x-

Una vez fuera del bar y tras avanzar un par de pasos fuera, hasta un callejon de poca luz donde los curiosos no podían husmear, el santo acorralo a la sirena con sus fuertes brazos y una pared. La ansiedad se ponía percibir en la respiración del ex marina.

-¿Qué fue eso, qué demonios pretendías Tethis?-objetó el santo con la molestia corriendo en su garganta. Podía soportar todo, que le comparara con quién quisiera de las marinas porque ninguno estaba a su nivel, pero con su hermano, y con la herida tan poco cicatrizada de ambos, simplemente no podía soportarlo.

-Dímelo tú Kanon,tan solo te has molestado por lo que dije de Sorrento, te lo has tomado personal y has ido con la primera...-la dama orgullosa se aguanto las ganas de maldecir -con la primera mujerzuela que te ha dado la gana. ¿Porqué hoy, porqué precisamente hoy?

La rabia lleno de brillo la mirada celeste de la bella rubia. Las lágrimas no tardarían en aparecer.-Yo solo jugué el juego que tu mismo me pusiste enfrente,Kanon.

-¡Lo siento,esta bien!-objeto el ex marina ansioso y tratando de respirar hondamente para calmar su enojo. Tras un par de largas exhalaciones de aire y acicalarse los cabellos en repetidas ocasiones, él bajo su mirada retadora y solto en un suspiro aliviante.- Lo siento.¿De acuerdo?

-La verdad Kanon,no se si tenga algún sentido si no confías en mi.-objeto la rubia con nostalgia y rabia.

Algunos segundos en silencio se apiadaron de los alterados sentimientos de ambos, invitándolos a callar.

Tras una larga espera en silencio, ella habló:

-¿Y de qué sirve que yo espere por ti, que acepte lo poco que tengo de ti una vez al mes, de qué sirve que le mienta a Poseidón sobre mis huidas espóradicas ,en lo mal que me siento al mentirle,que soporté lo mal que hablan de tí y qué jamás pueda volver a verte en sus dominios?-la rubia no pudo evitar que dos lágrimas cayeran de sus rosadas mejillas, llenas de impotencia.-Si tu Kanon, no confías en mí, en que te he elegido a ti antes que nadie incluso si no somos nada y... haces esto.

Kanon se sintio confuso al ver las lágrimas de ella correr sus mejillas con mas fuerza y oír sus ciertas palabras. Él no era del tipo suave que consuela y acaricia al ver lágrimas, si no el tosco que solo habla con la verdad y se aleja a pesar de lo mucho que pueda doler. Pero no quería perderla, no ahora.

Ahora sabía que se había equivocado y que tonto había sido al iniciar ese juego por tan solo recelo.

Kanon no pudo hacer más que acercar su cálido cuerpo a ella y apoyar su cabeza en su pecho ,dejándola descargar su dolor y frustración en él. Él también estaba frustrado por tan solo tenerla unos instantes para sí y no poder hacer nada para evitarlo. Ella era lo único que le había dolido de dejar el fondo del mar,solo ella y nada más.

-Perdonamé Tethis...-objeto el santo sin mucho más que decir, pues su orgullo no se lo permitía dejando palabras muertas en su boca, pues incluso disculparse no era algo común para él, pero la hacía...por ella.

-x-

Cuando el sollozo de Tethis descendió ligeramente, el exmarina se hizo espacio entre ambos y tomo con una de sus manos, la delgada mejilla de ella para enfrentarle con su aliento. El geminiano beso una vez más sus labios salados por las lágrimas con suavidad y ella le rehuyo girando su rostro.

-Kanon,esto no se soluciona con...-la mujer poco pudo hablar ante los repetidos besos de Kanon en sus labios.

-Besamé...-ordeno el de mirada acua.-Y olvida lo sucedido hoy.

-Kanon...-susurro ella frustrada ante la debilidad de su cuerpo por las caricias de su compañero.

-Solo bésame...-sentencio el de cabellos azulados mordiendo los labios de la dama y percibiendo su arquear complacida, venciéndose a su placer.

Si, quizás eran pocas las ocasiones en que podían ambos frecuentarse, incluso siendo prohibidas para ella, pero la manera de hacerle flotar sobre el suelo de Kanon tan solo con su fino tacto, valían cada segundo por correr el riesgo.

El ahora santo, apego su cuerpo a la dama en aquel callejón desolado y la dejo percibir sus marcados músculos y brazos llevando toda la presión a sus manos,sosteniéndole. Él era su capricho y ella no le negaría.

La lengua del santo se adentro en la diminuta abertura que ella hizo entre sus labios y así comenzaron una lucha interna dispuesta a satisfacer sus deseos donde ambos habrían de dominar, cubriéndolos de ansiedad y deseo.

Kanon libero una de sus manos y descendió por su figura, acunándose bajo su cintura mientras ella hundía sus dedos en la larga cabellera del santo. El santo rio en sus adentro al escucharla gemir por lo bravío de sus caricias pues solo ella podía enloquecerlo de deseo.

El santo hizo una pausa entre ellos, y apoyo su frente junto a la de ella, aún con los ojos cerrados y aliento agitado para susurrarle:

-Donde quiera que estes Tethis, guarda mi lugar y espérame.-aquellas palabras arrebatadoras encendieron los sentidos de la sirena.-No importa qué, solo espérame.

No había que jurarlo,si su corazón de sirena así lo deseaba, esperar, esperar siempre por él.

La hermosa sirena subió una de sus piernas por el borde de la silueta de Kanon y busco más intimidad, mas cercanía, lo necesitaba suyo, tan vivo dentro de sí que lo demás no importaba.

El geminiano irrumpió un instante su mano posada en la fina cintura y descendió hasta el cierre de su pantalón,dejando que su virilidad encendida emergieran al exterior y tuviera contacto con la ropa interior de la dama bajo su vestido.

El santo luego entonces vago errante con sus besos por el espacio hecho por ella en su cuello y dibujo un camino anhelante de caricias y deleite mientras cargaba su muslo descubierto a su cintura. Ella le accedio con la temperatura elevandole el pulso y con una de sus manos, removio ligeramente sus ropas bajo su vestido, permitiendo el contacto íntimo de sus cuerpos.

-Kanon...-jadeo la dama al percibir el cosquilleo que nublaba poco a poco su consciencia con el roce de su piel y se abrazo con fuerza hacia él. Era suyo y no lo dejaría ir.

El geminiano cerro sus ojos con fuerza ante el placentero tacto, percibiendo el temblar de la dama cubierta con sus brazos.

Los recuerdos de sus encuentros prohibidos le invadio fugazmente al exmarina, todos y cada uno tan perfectos y con especial sintonía en sus caricias.Sí alguna vez pensó en una persona ideal para él,Tethis era lo mas cercano a ello y no le dejaría ir así de fácil.

El santo se aprisiono en sus movimientos, volviéndolos frenéticos apoyándola contra la pared, dejando que los escalofríos incesantes corrieran presurosos por su cuerpo y buscando la total cercanía de la sirena, volviendose uno solo.

-Kanon...-suspiro ella hundiendo su dedos en la cabellera del geminiano. -Mi General.

-Eres mía Tethis,tu corazón me pertenece .-jadeo ardorosamente el santo volviéndose loco de pasión.

Pronto,los espasmos en el vientre de ella y la adrenalina de ser descubiertos en cualquier momento le hicieron apresurar sus embestidas y esbozar sus gruñidos sin discresión ,asi hasta que un mágico tirón en su cintura le entumio las piernas llevandolo a la cima del cielo de tanto placer.

Una vez terminado su apasionado encuentro, Kanon la ayudo a acomodarse la ropas e hizo lo propio con la suyas, sin soltar su abrazo. Oteó a sus alrededores y supo bien que afortunadamente nadie les había visto.

La sirena tras el encuentro furtivo, estiro sus brazos hacia su cuello y se dejo vencer hacia el griego, hundiendose en su calor y cuerpo agitado. Pocos eran momentos en los que él podia ser suyo,y no los desperdiciaría.

Tras su reclamo y aún a esas horas atrapados en la madrugada, Kanon la acompaño de nuevo hasta el muelle, ese mismo donde un navío que le llevaría antes del amanecer de vuelta a las provincias de Poseidón y al lugar que ella llamaba casa.

En una banca frente al muelle y con las estrellas de testigos en aquella zona turística, ambos esperaron juntos hasta que ella no pudo más. El cansancio la vencio,y el griego dejo que la sirena se acurrucara en su cuello y descansara en su calor hasta que el navio apareciera. Su pequeña niña volvía a su cuidado,como en las infinitas noches que pasaron juntos observando los pilares bajo el mar.

Los minutos se marcharon uno a uno y pequeño barco aparecio entonces a su frente.

El geminiano con uno de sus dedos, pico la mejilla de ella para despertarla en un gesto infantil y la hizo volver a la realidad en segundos.

-Se acabo la magia por hoy, debes volver.-soltó el geminiano, señalandole a la mujer el navío.

Aún adormilada, ella suspiro nostálgica. Pasaría un largo tiempo hasta volver a encontrarse.

-Venga, te acompaño.-objeto el de cabellos azulados, poniendose de pie y estirandole su mano para ayudarle. Ella accedio y avanzo hasta las escaleras para subir al bote ,guiada por él. Y antes de subir, la rubia pronuncio.

-¿Serás bueno en mi ausencia?.

Él rio divertido.

-Pides imposibles.

-No esperaba otra respuesta.-atino a decir la rubia, antes de encestarle un último beso apasionado en sus labios.

-Vuelve pronto, te estaré esperando sirena.-sonrio el geminiano de ojos profundos.-Confió en ti.

Ella le sonrio, aquellas palabras sonaban como miel a sus oidos, eran unas que jamás creyo escuchar en su voz y que magicamente calmaban su corazón.

Sin dudar, la rubia subio al navio seguida de un tumulto pequeño de gente y pronto el barco se hizo camino.

-x-

El santo desde aquel barco, se veía pequeño, imagen que le robo una sonrisa a ella y una vez más,ella se despidio agitando su mano como acostumbraba hacerlo en cada ocasión...a distancia. La sirena se giro hacia el interior del barco y percibio un olor particular en su piel.

Tethis suspiro para sí misma complacida, él olor varonil de Kanon se había quedado en ella,tan hondo en sí como él mismo.

La esperaría una vez más, mes a mes con tal de compartir un poco de si a pesar de las condiciones.

-x-

Kanon volvio a Géminis aún de madrugada y fue ahi que la sorpresa lo invadio, Saga le esperaba en las escalinatas a pesar de su propio cansancio. Él menor de los gemelos, paso a su lado con una sonrisa, pero no le presto mucha atención a su mayor.

-Tal parece que quieres fungir el papel de mi madre Saga al estar esperándome.-Kanon regresaba de buen humor y Saga lo intuía.

-Acabo de llegar de Atenas también,no te hagas ideas.-contestó el mayor.

Ambos compartieron un suave sonrisa como en pocas ocasiones.

-¿Quién era ella?-la pregunta lejos de incomodar, dio cierta satisfacción al geminiano menor.

-Ella es...mi secreto.

Saga lo entendió al ver a su hermano adentrarse al Templo sin animo.

Saga rio para si mismo. Era increíble como su hermano también tenía un "corazón"a pesar de su hostilidad. Él a pesar de su pasado era tan humano como cualquiera.

Continuará...

Comunicado de los santos dorados: (Deathmask tose y lee a continuación ): Este mensaje es para informar a los lectores que la autora que responde al nombre de Starlight Lu ha sido amordazada y condenada por nosotros por el delito de hacernos protagonizar algunos de sus escritos cursis, rosas y hasta... pornográficos durante algunos años, aunque esta vez con el último se ha excedido.

-Pero si hasta lo disfrutaste, Deathmask.-(Alde habla mortificado al verla sujeta).-Y no es Yaoi.

(Los demás santos asienten razonables y murmuran entre ellos).

-Eso es un punto a favor, pero eso no la exhime del dinero que nos debe por los estelares. -(Milo sentencia).

-Y ni qué decir del abuso físico al santo de Sagitario.(Aioria asiente junto a su hermano).

-Déjenme continuar, idiotas. -( Deathmask retoma su lectura). -Por lo qué durante este año tendrá que publicar un capítulo nuevo de "Huracán, segunda parte" de cada uno de nosotros pues son los que más nos han agradado en compensación.

-Y en todas formas...- (Dite dibuja una mueca lujuriosa y la desdibuja al tener toda la atención de sus compañeros).-Me refiero a que por fin somos felices y encontramos el amor tras muchas de nuestras desgracias de trabajar con Kurumada.

-Los esperamos entonces, con la segunda parte de "Huracán" que viene en desorden según lo hemos sorteado entre nosotros, pronto sabrán mas, saludos.(los trece santos se despiden con su mejor sonrisa,excepto Camus, él solo sonríe suavemente).

-¿Puedo decir algo?-(la autora habla a través de la mordaza y ellos asienten) -Este capítulo en particular es porque Kanon no es un mounstruo sin sentimientos como he leído por ahí, el sufre también en silencio, lo sé y me agrada mucho el chico.

-Por fin, alguien me entiende.(Kanon ríe)

-Amordázala de nuevo Tauro, solo hablo para decir tonterías.-(Saga sonríe amable y se vuelve a despedir).- ¡Nos vemos lectorcitos!