¿Qué puedo decir? Los AUs modernos me dan la vida.
Disclaimer: Nada me pertenece, Hakuouki es propiedad de Idea Factory.
Una, dos, tres veces pestañeó antes de terminar de captar donde estaba. Un apartamento familiar, en el que había estado miles de veces pero donde todo le parecía nuevo, como si lo estuviera viendo a través de unos ojos que no eran los habituales. Pero sin duda seguían siendo sus ojos los que escrutaban cada esquina de la habitación.
Durante unos segundos su mirada se paró sobre su ropa, la había dejado con cuidado sobre la mesa el día anterior y seguía en perfecto estado, pero el recordatorio de su desnudez hizo que desviara la mirada de golpe, notando como la sangre se agolpaba en sus mejillas mientras repetía su mente lo ocurrido la noche anterior.
No se arrepentía, estaba segura de que le quería, de que quería ser suya y de que estaba más que preparada para hacerlo, pero pensar eso no iba a hacer que se sintiera menos avergonzada o que dejara de estar roja como si se tratase de un tomate.
Giró en la cama para contemplar al chico dormido, no pudiendo contener la sonrisa que se formó en sus labios nada más sus ojos se posaron sobre su rostro, acostumbrada a ver siempre una expresión tan llena de energía le resultaba extraño verle tan tranquilo, una apariencia tan placida no parecía pegar con Heisuke. Y sin embargo, mientras retiraba con cuidado un mechón de pelo para poder verle mejor, no podía evitar preguntarse si había habido alguien más que hubiera visto esa faceta suya, ¿A cuántas chicas se había traído antes a casa? Le costaba creerse que fuera la primera y él tampoco le había dicho nada...No podía haberse adentrado en un territorio desconocido para todas las mujeres, de eso estaba del todo segura.
Un suave gruñido la trajo de vuelta, lejos de esos pensamientos en los que su pareja descansaba en los brazos de una mujer extraña, a una realidad en la que él estaba bostezando delante suya y ella no podía evitar reírse por su expresión somnolienta.
-Buenos días -Murmuró el chico mientras Chizuru retiraba la mano de su mejilla, algo avergonzada por haber sido descubierta mientras le miraba dormir...¿Sería algo muy raro?
-Voy a preparar algo de desayunar -En vez de corresponder a su saludo, pensó que le alegraría más saber que iba a prepararle algo, podía no ser una cocinera experta, pero por lo menos podía hacer una tostadas sin quemarlas.
Pero parecía que estaba equivocada pues, antes de que pudiera quitarse la fina sábana de encima para salir de la cama, Heisuke ya había pasado un brazo por su cintura en un intento de detener su salida e incluso había apoyado la cabeza sobre su hombro para que le costase más alejarse de él (o tal vez para no mirarla a la cara, no se podía estar segura) antes de sugerir que podían pasar un rato más en la cama.
Por supuesto, resistirse a esa oferta no era algo que Chizuru pudiera hacer.
