Capitulo 1
"Tan solo sonríe":
Esa noche Candy volvió a su casa con el corazón destrozado, la joven se sentía utilizada, se sentía más como un juguete que como una mujer. El chico al cual había llamado el amor de su vida había jugado con su corazón de una manera cruel y despiadada.
En casa no había nadie, ni mamá ni papá, otra vez se fueron de visita a la casa de la abuela Maud, probablemente volverían hasta pasadas las diez.
Candy subió hasta su recamara y no precisamente para dormir, aun era muy temprano para ello, pero no tenía ganas de hacer otra cosa en ese momento. Se quito su caluroso abrigo y se tiro sobre el colchón cubierto por un edredón rosado, el cual era tan suave y cómodo para ella. Tenía tantas ganas de llorar, pero había algo que se lo impedía del todo, el dolor profundo y el hecho de que se había prometido no llorar por ningún hombre otra vez. La mala suerte en el amor no existía para ella a pesar de los años, lo que la lastimaba siempre que amaba a alguien eran los malos sentimientos de aquellos que decían amarla.
Se levanto muy lentamente de su lecho y miro a su alrededor, solo había oscuridad y una inmensa soledad, no se encontraba siquiera alguien para platicar y ella necesitaba desahogarse con quien fuera… ¡tenía que hacerlo ya!
Entro infraganti al cuarto de su padres y encendió el computador de su padre, su portátil se hallaba en esos momentos en un taller y no la tendría disponible hasta dentro de unos 15 días más.
Fue entonces que ingreso a un web site dedicado al chat, en un principio se sentía como una tonta buscando consuelo en un sitio así, pero ¿quién mas tendría tiempo que perder escuchando su desventura? Inmediatamente ingreso a una de las tantas salas que el sitio ofrecía, no fue difícil hallar a alguien que quisiera conversar inmediatamente por el Messenger, el problema era que ese alguien era demasiado absurdo y aburrido para ella y tuvo que negarle su dirección.
Más tarde aparecieron otros cuantos, pero ninguno parecía tener ganas de escuchar una plática llena de tristeza.
-¿En que se supone que estaba pensando?-se cuestiono la pecosa-¿Por qué este repentino afán de contar a un desconocido mis problemas? Sera mejor que madure y que salga de aquí antes de que me vuelva loca, además mama y papa se enfadaran porque entre en uno de estos sitios.
Cuando Candy estuvo a punto de cerrar cada ventana de pronto apareció un nombre muy lindo: "Albert".
Albert: hola!
Candy: hola
Albert: cuántos años tienes?
Candy: 18 años.
Albert: yo 24, pero no te importa la edad
Albert: verdad?
Candy: pues… no.
Por un momento el silencio reino en aquella ventana en la que Candy se sintió extrañamente acogida… por un momento olvido su frio dolor, desapareció de su memoria como la niebla al amanecer, solo esperaba la respuesta de aquella persona. Era curioso, pero a diferencia de los primeros que la contactaron él no le pareció molesto.
Albert: oye, me pasas tu MSN?
Candy: claro, espera un poco…
Candy tecleo lo más rápido que pudo su dirección y la envió a esta personita al tiempo que iniciaba sesión para encontrarse con él, ansiaba de verdad continuar con su charla.
-Vamos, Albert, agrégame-susurraba escondiendo la cara en el teclado…
Continuara…
