No tengo derecho de ninguno de estos personajes, los cuales pertenecen exclusivamente a ABC.

Esta historia contiene escenas M/M , M/H/M y M/H si esto les incomoda de una u otra manera NO LO LEAN.

Por Partida Doble

Ella se estaba preguntando el cómo llegó a esta situación. Nunca debió confiarse en ese momento, pero se sentía tan feliz, tan libre. Ella más que nadie en este mundo debió saber que su otra mitad no se había ido para siempre. Y que al final la iba a encontrar y hacer pagar por esa noche. Pero nunca se imaginó que su lado malvado iba a contra atacar de esta manera. Al fin y al cabo, David no era nada para ella. O eso pensaba.

Esa mañana, Regina lo sintió, como la magia blanca que fluía por sus venas estaba siendo obstruida de, una manera, con ese deseo de venganza, rencor y odio (magia negra). Desde que ella llegó de New York lo que corría por su cuerpo era luz y alegría. Ella sabía que algo no estaba nada bien. Sus miedos fueron confirmados cuando su teléfono sonó, era Snow.

"Espera un momento Snow, no tan rápido que no te puedo entender." Regina dijo con una mano al frente como si Snow la pudiera ver.

"¿Que David qué? Pero ¿cómo que no sabes dónde está desde anoche? ¿Estás segura de que no está en la comisaría?... Ok.. ok… Yo me encargare de eso."

Regina colgó el teléfono, quería gritar de la rabia. Ella podía sentir como su sangre hervía y su cara empezaba a tornarse un poco más rojiza. No solo ella no se sentía bien, sino que también tenía que perder su tiempo buscando a Charming. Como si no tuviera cosas más importantes que hacer, y el hombre ya estaba muy grandecito para estarse perdiendo. Pero bueno, ella le prometió a Snow que lo encontraría y eso era lo que iba a hacer.

Regina vertió un poco de café es su taza favorita y subió las escaleras para cambiarse. Decidió ponerse un vestido azul marino que abrazaba cada curva de su cuerpo. Una chaqueta negra de cuero para protegerla del frío de invierno, unas medias talle largo y sus botas negras talle alto para así proveer un poco más de calor. Al momento de ponerse sus zarcillos, sintió un llamado de dentro de sí. Era como un susurro que invadía cada centímetro de su cuerpo e hizo que los pelos de la nuca se levantarán. Escalofríos, eso era lo que sentía, era como estar en una pesadilla y no poder levantarse. Su nombre retumbaba, una voz fría lo pronunciaba con tanto fervor que era imposible no saber qué era lo que estaba pasando. La Reina Malvada había regresado.

El llamado se iba intensificando mientras más cerca Regina se encontraba de su otra mitad. Esta, la llevo hasta su bóveda. La alcaldesa entro, y no tuvo necesidad de mover la tumba de su padre ya que esta estaba fuera de su camino. Bajo poco a poco las escaleras hasta llegar ese cuarto el cual era una réplica exacta del que ella tenía en el Bosque Encantado cuando vivía con Leopold. Ahora, parada en frente de la puerta de madera sonreía falsamete para sí misma. Ella decidió traer ese recuerdo para que le sirviera de motivación para su venganza. Y ahora, juzgando en la posición en la que estaba, de heroína, lo que le causaba era pánico y tristeza, que ironía.

Apenas abrió la puerta se encontró con una escena que nunca se le hubiera ocurrido ni en sus sueños. El Príncipe estaba en sus calzoncillos y amarrado a la cama, con sus ojos vendados y su boca tapada por un pedazo de seda que, Regina supuso, la Reina había agarrado del closet. Su otra mitad estaba sonriendo malévolamente acostada al lado de Charming. Su vestimenta no estaba tan elaborada como se hubiese pensado. Pero Regina se imaginó que para lo que la Reina quería hacer no necesitaba de mucha ropa. El solo pensarlo hizo que su estómago se revolviera, casi devolviendo el poco café que logró tomar unos cuantos minutos atrás.

La Reina se rio cortamente, ella sabía que Regina ya estaba al tanto de lo que iba a pasar allí y el solo ver su reacción la ponía aún más excitada. Ella siempre le tuvo ganas a Charming. Pero el idiota solo tenía ojos para su inocente y aburrida Snow. Que perdida de talento y de hombre, que mucho hubiera hecho ella si ese día en el calabozo, Charming hubiera aceptado su propuesta. Una noche de placer a cambio de perdonarle la vida a su amor verdadero. Para su gran decepción, el Príncipe decidió ser más leal y casi le escupe en la cara. Pero ahora, ella tenía el control, y él no podía hacer nada para detenerla.

"Regina, que gusto que te nos unas. Veo que recibiste mi mensaje, querida." La Reina dijo en ese tono de voz grave, el cual salía de sus labios de una manera sensual y provocativa.

Regina le dio una cara de pocos amigos dándose cuenta de que Charming no se movía. Ella hubiera pensado que al saber que ella estaba allí, él hubiera tratado de hacer algo. Pero no hubo ningún movimiento, es como si estuviera en un profundo sueño. Preocupada, Regina dio unos cuantos pasos al frente señalando.

"¿Esta?... "A Regina no le salían las palabras. A ella nunca le gusto Charming, pero el simple hecho de que hubiera la posibilidad de que estuviera muerto le causaba una culpa inmensa.

La Reina le dio a su otra mitad una mirada repugnante. Cómo fue posible que ella haya terminado así. Tan incrédula, y dócil. De solo mirarla le entraba una furia tan grande que si no era porque la iba a infligir dolor de otra manera la hubiera agarrado y ahorcado en ese instante.

"No querida. No está muerto, aunque sabiendo a quién le pertenece, no habría porqué preocuparse si vive o no. En fin, está en un sueño profundo, casi como en coma. Lo tuve que hacer porque no se callaba y ya me tenía cansada." La Reina dijo volteando los ojos. Pero luego una sonrisa malvada se formó en sus labios. "Y también, tenía que sacarle esto." La Reina alzó su mano y allí estaba, la mitad del corazón de Snow, ahora de Charming, en las manos de la otra. "Sabía que si lo tenía en su posesión no haría lo que tengo planeado para esta noche." Ella se rio gustosamente.

Regina no podía creer lo que estaba viendo, ahora sí que de esta no se podía salir tan fácil. El quitarle a la Reina un corazón era como cavar su propia tumba. Ella tenía que llegar a un trato, y sabía muy bien que la Reina iba a estar interesada en ello. En el momento en el que ella iba a tomar la palabra, la otra Regina hablo.

"Yo no sé cómo no aprovechaste y llevaste a este hombre a la cama cuando estaba bajo la influencia de la maldición. Este hubiera sido la venganza más vil para Snow. Allí si hubieras destruido lo que ellos dicen es amor verdadero. Que para mí eso sigue siendo patético. En fin, las reglas son muy simples, querida. Usare su corazón para tener el sexo más delicioso que se me ha sido negado desde Graham." La Reina dijo suspirando. "Pero tu también harás parte de este acto. Hace tiempo que no siento las caricias de una mujer y qué mejor que la persona que me complementa. Además, quiero también que él te haga de todo a ti. Es hora de que nuestra venganza se consuma y ver la cara de terror de su querida Snow cuando se entere."

"NO!" Grito Regina. "Nunca me vas a obligar a hacer esto. No está bien, no voy a perder a toda mi familia por un simple capricho tuyo. ¡Estas muy equivocada! ¿De donde sacaste que iba a aceptar semejante propuesta?"

La Reina sonrió, acercándose a su otra mitad. La ex alcaldesa dio unos cuantos pasos hacia atrás. Ella conocía los movimientos de su reflejo a la perfección. Ahora era como si la Reina era una tigresa, tratando de cazar a su presa. En solo momentos la espalda de Regina tocó la pared cerca de la puerta, la Reina merodeando encima de ella. Los ojos marrón nuez ya no la estaban mirando, sino unos más oscuros que se burlaban de ella. La Reina tenía todo planeado y Regina sabía que de esta no se podía salir.

"Que bueno que lo preguntas, querida. Ahora yo te respondo con dos. Prefieres ser odiada por complacer a tu mitad y tener el mejor sexo con el esposo de la inútil de tu hijastra o ser culpada y desterrada por la muerte del Príncipe" La Reina dijo poniéndole a Regina en frente la mitad de corazón y apretando gentilmente. Tú decides"

Regina tenía ganas de llorar. Nunca pensó que iba a estar entre la espada y la pared. En las dos opciones ella perdía, pero al menos el Príncipe iba a vivir si tomaba la primera. Y así su hijo Henry no perdería a la única figura paterna que ha tenido desde hace un tiempo. Al fin y al cabo eran excusas, porque al final ella lo iba a perder todo al menos de que la Reina estuviera dispuesta a negociar.

"Está bien Regina, yo acepto pero con una condición. Nadie se puede enterar de lo que paso aquí."

"Pero ¿cuál es la gracia de eso entonces Regina? Si la idea es que todo el mundo se entere de que el Príncipe le fue infiel a su copo de nieve con su peor enemiga por partida doble" La Reina dijo con una sonrisa inocente.

Regina cerró los ojos y tomó aire lentamente. "Que más tortura que el saber que fue infiel con la persona que más a odiado en su vida y que intentó matar a su amor verdadero, y tener que vivir con la culpa por el resto de su vida. Porque estoy segura de que Charming no le dirá a Snow que esto pasó. Prefiere que lo coma vivo antes de hacerla sufrir." Término Regina tratando de imitar la sonrisa malvada de su otra mitad. Todo esto eran puras palabras, ella tenía guardado un frasco de agua proveniente del Lago del Olvido que llenó cuando estaba en el infierno. Ella lo iba a utilizar después de la muerte de Robin, pero prefirió lidiar con sus emociones y lo guardo para cuando de verdad se necesitara, y estaba segura que Charming lo necesitaría.

La Reina proceso las palabras de la ex alcaldesa y después de analizar los pros y cons decidió aceptar.

"Me gusta como piensas, como que el yo dejarte no te quito la malicia del todo. Ahora, vamos a levantar al Príncipe Encantado" Con un movimiento de su muñeca, los pedazos de seda que cubrían los ojos y la boca de David desaparecieron y sus ojos se abrieron abruptamente. Esferas azules claras miraban alrededor tratando de recordar donde estaba, hasta que se posaron en lo más conocido que había en la habitación, un par de ojos marrones.

David suspiró aliviado susurrando el nombre de la que una vez fue su enemiga. Pero luego de estudiarla, se dio cuenta que ella estaba en las mismas o peor que él. Un sentimiento de impotencia y miedo le cubrió todo el cuerpo. Si Regina estaba emanando tanto terror, a él no le quedaban muchas esperanzas de salir de estas con vida. En su momento de desespero, vio como los labios de Regina se movían lentamente, tratando de que la Reina no la viera, 'lo siento' le dijo. Charming no sabía a qué se debía eso hasta que vio a la Reina acercarse a Regina invadiendo su espacio personal.

"Que comience el juego" Le susurró la Reina a Regina y sin avisarle atacó su boca. Regina saltó ligeramente de la impresión y se aferró a la pared que tenía atrás. La Reina estaba devorándola, sus dientes haciéndole daño a sus labio y una lengua desesperada por tener aún más espacio. La Reina, al notar la poca cooperación de Regina paro el beso. Una de sus manos subió agresivamente hacia la cara de Regina y apretó sus mejillas con fuerza haciendo que su boca se abriera ligeramente. "O cooperas, o será como si nunca hubieras decidido y el Príncipe morirá"

A la ex alcaldesa no le dio tiempo de refutar cuando su otra mitad aprovechó el espacio entre sus labio y le introdujo su lengua. Regina, tomó un poco de segundos en acostumbrarse a la invasión, y luego siguió el beso. Ella sabía que la Reina no estaba jugando y si no hacia lo que quería iba a terminar peor.

A todas estas Charming aún no sabía que estaba pasando. Pero la escena en frente de él lo estaba excitando poco a poco. El simple hecho de que su miembro se estuviese endureciendo con ver a las dos Reginas besándose le daba un sentimiento de traición para con su esposa. Pero las dos mujeres al frente de él son tan irresistibles que era difícil no sentir cosas por ellas.

Ya cuando Regina estaba agarrando el ritmo la Reina la sorprendió con otro movimiento. Esta vez uso magia para despojar a Regina de su atuendo y dejarla en ropa interior. Una de sus manos subió directamente a su seno, apretando fuerte mientras que la otra encontraba su lugar entre las piernas de Regina. La Reina podía sentir la humedad en la palma de su mano, pero aún no estaba satisfecha. Así que paro el beso y empezó a morder el cuello de su otra mitad, Regina dejó escapar un gemido involuntario cuando la Reina encontró un lugar sensible cerca de su yugular. Sonriendo satisfactoriamente, volvió a ese lugar, mordiendo y chupando con fuerza. Al mismo tiempo que sus manos masajeaban los senos de la ex alcaldesa, haciendo que Regina se olvidara por completo de donde estaba o con quien dejándose llevar por las sensaciones.

David intentó varias veces de concentrarse en otra cosa, pero los gemidos y sonidos que salían de Regina guiaban sus ojos una vez más a la escena que se estaba desenvolviendo enfrente de él. El Príncipe podía sentir y ver su erección llegando a tal punto que necesitaba ser liberada.

La Reina volvió a poner su mano entre las piernas de su víctima, una sonrisa satisfactoria se formó en sus labios cuando se dio cuenta de lo húmeda que estaba Regina. Sin avisarle, le introdujo un dedo para ver cuán mojada estaba. Regina soltó un grito, sorprendida de lo que estaba ocurriendo. Su otra mitad la ignoró por completo y empezó a mover su dedo para lubricarla un poco más.

"MMM.. Ahh… Mas rápido" Eso era lo que salía de Regina. Tenía tanto tiempo de no ser tocada que fue aún más fácil para ella dejarse llevar por las sensaciones que su reflejo le estaba produciendo con su dedo. La Reina paro sin avisar y saco su dedo. Sin decir nada, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la cama. David la estaba mirando cuidadosamente, aun sin saber qué esperar del acercamiento. Sin decir una palabra la Reina se inclinó hacia él, y le ofreció el dedo que unos segundos atrás había estado dentro de Regina.

David la miró incrédulo, sin ningún aviso la Reina agarro su erección. Charming cerró los ojos, sus labios formando una 'o' de la cantidad de placer que estaba sintiendo. La Regina aprovechó ese momento de éxtasis e introdujo su dedo delicadamente en su boca. El Príncipe empezó a succionar sin pensarlo dos veces, embelesado por las caricias de la mujer y el sabor de su otra mitad.

En cuestión de segundos la Reina paro lo que estaba haciendo y con el movimiento de su muñeca ella, Regina y David estaban completamente desnudos. Los ojos de la Reina se abrieron aún más cuando vio lo grande que era el miembro del hombre que estaba acostado en su cama. Más grande que los amantes que ella había tenido. Regina por su lado, trato de no contemplar lo que tenía al frente, tratando de taparse disimuladamente.

"Ahora Charming, no te preguntare ni te daré a decidir porque se cual será tu respuesta, y para serte sincera no estoy en humor para discutir contigo. Así que…" La Reina sacó el corazón de David y le susurro. "Haznos tuyas, nada de gentileza." En ese momento, la mirada de horror del Príncipe cambio a una de lujuria. Eso le dio la seguridad a la Reina para desamarrarlo y dejándolo libre.

Al momento que él se iba a abalanzar a ella, ella lo paró y le ordenó que se quedara acostado que ella y Regina iban a ir hacia él. La Reina agarró a Regina regañadiente y la condujo a la cama. Le ordenó que se pusiera entre la cabeza del Príncipe y que no se moviera. Regina obedeció. "Ahora David devórala a ella mientras yo te monto como a mí me gusta." Sin pensarlo dos veces la boca de David estaba en contacto con el clítoris de Regina mientras que su lengua entraba y salía de su sexo. Regina ahogó un grito, sus ojos cerrándose violentamente y su cabeza inclinándose hacia atrás. La Reina se puso atrás de Regina y guiando el miembro del Príncipe directamente a su entrada. Su cara mostrando un poco de dolor, ya que Charming estaba superdotado de un gran miembro. Pero al momento de que se acostumbró a su tamaño empezó a moverse. El dolor que una vez sintió, disipándose y dando paso a placer y pasión.

El Príncipe se excitaba más y más al escuchar los sonidos que salían de las bocas de las dos mujeres encima de él. Regina estaba cerca de llegar a su tan esperado orgasmo, y la Reina lo sabía pero ella tenía otros planes para su otra mitad. Así que apresuró su paso derramándose encima del miembro del David. Susurrándole un 'para' al corazón de él, Charming detuvo bruscamente sus movimientos lo cual hizo que Regina dejará escapar un gruñido. Estaba tan cerca y a ella nadie la había negado un orgasmo antes, fuera quien fuese.

Regina abrió sus ojos y le echó una mirada matadora a Charming, a la cual él le respondió alzando los hombros y mirando al frente. Allí, ella se dio cuenta que la que le estaba jugando sucio era la otra. Con rapidez volteo la cara, y si las miradas mataran ya la Reina estuviera muerta. Regina dio una carcajada dándole una mirada que aseguraba que ella lo tendría pero de otra manera.

"¿Que pasa querida? ¿Te gusta lo que estás sintiendo?" La Reina sonrió a lo que Regina dejó salir un suspiro frustrado. "Colócate cerca de su erección, ahora te toca a ti sentir lo delicioso que es tener al esposo de tu hijastra dentro de ti"

"Regina, no me obligues a hacer esto. No está bien!" La ex alcaldesa dijo mirando a su otra mitad y dándole una mirada rápida al hombre que estaba debajo de ella. Al Príncipe le habían dado una orden, pero eso no le quitaba sus pensamientos, sus valores y su lucidez. Al menos él sabía que ella no lo estaba haciendo a propósito y que tanto como a él, a ella le dolía el traicionar a Snow de esa manera.

La Reina se estaba desesperando una vez más. Ambos lo podían ver en sus ojos y su postura. Y de eso no iba a salir nada bueno.

"Regina, cuantas veces te voy a repetir lo que está en juego mientras que me sigas negando lo que quiero. Creía que había dejado las cosas claras. Pero, creo que necesitaras otro incentivo. Tu hijo"

A Regina se le fue el color de la cara. Ella no podía atreverse a tocar a su hijo. Cuando su otra mitad estaba dentro de ella, Henry era la única persona que toleraba. Pero, ahora capaz era diferente ya que el amor de madre balanceaba a la Reina Malvada, al no tenerlo, ella no creía que la otra estuviera diciendo mentiras.

"No te atrevas a tocar a mi hijo"

"¿O qué?" Dijo la reina desafiante. "Tuviste la fortaleza de arrancarme el corazón y destruirlo en mi cara, pero no creo que este en ti en hacerme algo. Eres débil Regina, ni siquiera has utilizado tu magia para contra atacarme, y tu bien sabes que desde que te deshiciste de mí, no has podido controlar tus poderes. Es más, ni has practicado tu magia porque según tú no la necesitas. Pero ¿sabes qué? Es tan parte de ti como yo y un día de estos te vas a arrepentir. Ahora colócate donde te ordene o tu hijo padecerá una dolorosa muerte"

La Reina estaba en lo cierto. Regina había dejado de usar magia desde que regresó de New York. Y ahora con solo magia blanca, era imposible hacer encantamientos sencillos ya que al fin y al cabo era un tipo de magia que ella no estaba acostumbrada.

La ex alcaldesa cerró los ojos y volvió su cabeza al Príncipe. Al ver sus ojos él pudo ver lo que ella estaba pensando. La pobre estaba peleando con lo que era correcto y los deseos de salvarle la vida a su hijo. Por primera vez David vio el ser humano detrás de la que él pensó una persona despiadada y llena de rencor. Él le dio una sonrisa asintiendo con la cabeza para que ella supiera que todo estaría bien. Y que Henry era más importante que el acto que se iba a cometer. Regina asintió, moviéndose de su lugar y colocándose cerca de su miembro.

"¡Así me gusta! Ahora guiarlo dentro de ti e inclínate para que tengas mejor acceso a su boca" Regina agarro temblorosa la erección de David guiándola gentilmente dentro de ella. El haber oído el nombre de su hijo y lo que podía pasarle la desencanto tanto que no estaba tan lubricada como cuando David le estaba dando sexo oral. Así que cuando su miembro estaba siendo introducido en su sexo, el dolor era insoportable. Regina dejó escapar un grito de dolor cuando el Príncipe de repente empujó todo su miembro dentro de ella sin darle tiempo de ajustarse. Sus músculos de su sexo desgarrándose violentamente.

"¡Regina! ¡Regina!" David gritó preocupado mirando a la Reina con furia. La otra Regina tenía su corazón cerca de su boca y la había susurrado el acto que había cometido unos segundos atrás. La ex alcaldesa tenía una mano en el abdomen de David y la otra estaba en forma de puño dentro de su boca, tratando de alivianar un poco el dolor.

"Regina…" Susurro. Regina no lo estaba escuchando, su mente viajando a recuerdos dolorosos de cuando vivía con su esposo Leopold.

"Está bien David" Dijo con una voz débil "Vamos a terminar con esto" Regina se inclinó y le dio un beso al Príncipe. Al momento de que sus labios tocaron los de él, Regina dejó escapar un suspiro abriendo sus ojos abruptamente encontrando ojos azules como el cielo mirándola de la misma manera. Ella estaba segura de que David había sentido lo mismo. Una vez más, Regina se inclinó y lo beso, pero esta vez con más pasión. David devolvió el beso, empujando su lengua lentamente entre los labios de la mujer arriba de él. Regina abrió su boca inmediatamente dejando que su lengua descubriera su boca entera. Inconscientemente, ella empezó a mover sus caderas, y al Príncipe no le tomo mucho en agarrar el mismo ritmo. Sus manos viajando desde sus caderas hasta sus senos, masajeándolos gentilmente. Regina gemía cada vez que el miembro de David tocaba ese punto sensible dentro de ella. El ritmo se estaba volviendo más violento, la boca de David bajaba dejando marcas en el cuello y en los hombros de Regina. Con cada mordisco Regina quedaba aún más excitada. Sus paredes se estaban contrayendo más y más alrededor del pene de David.

"Si David, más fuerte! Ahhh… MMM… Si si si!..".

Después de introducirse 3 veces más Regina dejó libre su orgasmo derramándose sobre David, gritando su nombre. Charming estaba tan concentrado que se le olvidó sacar su miembro antes de correrse dentro de la morena derramando su semen. Regina no pensó nada de esto ya que ella sabía que embarazada no iba a quedar. Así que disfruto la sensación de su semilla dentro de ella. David se levantó en un codo y con una mano le agarró la cara a Regina dándole un beso apasionado. Ninguno de los dos podía quitarse ese sentimiento de cariño y seguridad que se producía cada vez que sus labios se tocaban. Era tan intoxicante que en ese momento ambos se olvidaban de todo entregándose el uno al otro.

La Reina Malvada no podía parar de sonreír. Ella nunca pensó que algo más que sexo iba a surgir de este encuentro. Pero era obvio que la semilla de la duda estaba sembrada entre las dos personas en frente de ella. Ambos, tan concentrados en ellos que no se dieron cuenta el espejo que había aparecido en frente de ellos. Reflejando sus minutos de pasión al otro lado de Storybrooke donde Snow estaba viendo aterrada.

David y Regina pararon el beso, mirándose y sonriendo. La Reina se aclaró la garganta y fue en ese momento que volvieron a la realidad. Regina volteo la cara para verla. Allí se dio cuenta del gran espejo que estaba en frente de ellos.

"Dime que no fuiste capaz" Dijo con rabia, levantándose de la cama y agarrando una cobija para cubrirse.

"¿Qué está pasando?" Dijo David sentándose completamente en la cama. Regina lo ignoro por completo.

"Regina, ¿quién estaba en el otro lado del espejo?" La ex alcaldesa dijo señalando el objeto enfrente de ella. La Reina la miró como si la estuviera culpando sin ninguna prueba, inocente y burlona.

"Querida, para que preguntas si tú sabes muy bien quien" Regina estaba lista para atacar pero la Reina fue mucho más rápida congelando a su otra mitad inmediatamente.

"Ah ah. Tú crees que yo iba a dejar pasar esta oportunidad. Regina Mills y David Nolan en la intimidad y por primera vez descubriendo que sienten algo el uno por el otro. Tenía que compartir estas noticias con Snow. No podía quedarme con esto yo sola. ¿No crees?"

A esas David se dio cuenta de la magnitud del problema, poniéndose sus manos en la cara y respirando rápidamente. Snow lo había visto todo, y él sabía que iba a ser muy difícil de explicar. Las pruebas estaban allí, y no solo el acto en sí pero los sentimientos dados en esa fracciones de minutos.

"Ahora Charming, te puedes retirar a ver si puedes arreglar las cosas con la inútil de tu mujer. Yo tengo que hablar una cosa con la ingenua que tengo al frente"

"No dejare a Regina a solas contigo, tu miserable…" David no había terminado la frase cuando la Reina con un movimiento de muñeca lo envió de regreso al apartamento con sus pertenencias.

"Siempre tan encantador, hablador e insoportable. Ya sé porque solo lo quería para satisfacerme y no para una relación" Dijo la Reina volteando los ojos y mirando a Regina. "Ahora, no creía que fueras tan ingenua pero veo que sin mí no eres nada. ¿Cómo vas a hacer cuando se te comience a notar?" Dijo señalando el abdomen de la morena.

Regina la miró como si no supiera a lo que se refería.

"Puedes hablar querida, lo que no puedes hacer es moverte"

"¿De qué hablas?"

"Bueno, creo que en todos los encuentros íntimos que hemos tenido, siempre hemos sabido cómo manejarlo. No dejar que se corran dentro de nosotras por obvias razones. No sé porque la diferencia esta vez. No es que este reprobando el ir al extremo de nuestra venganza pero, ¿de verdad? Un hijo con el Príncipe."

Los ojos de Regina se abrieron completamente. "No es posible, nosotras tomamos la poción de infertilidad hace un tiempo atrás"

"De verdad que el amor ciega. Aunque no lo quiera aceptar el poder de amor verdadero es demasiado fuerte, y puede levantar cualquier maldición. Esta se levantó al momento que le diste el beso a tu hijo en la frente"

"Pero ¿Robin?" Regina dijo dudosamente. Ellos habían tenido unas pocas relaciones íntimas mientras estaban juntos, pero ella nunca quedo embarazada. Porque ahora la Reina estaba tan segura de que iba a suceder.

La Reina miró a su mitad con cara de 'me estás hablando enserio'. Definitivamente, Regina tenía que volver a retomar sus clases teóricas porque está un poco oxidada.

"De verdad que a veces me da ganas de agarrarte y ahorcarte con mis propias manos" La Reina dijo mirando al techo y apretando los dientes. "Nuestra magia está conectada a nuestras emociones. Con Robin siempre estabas cohibida por mí, y por los problemas que estaban pasando a tu alrededor. En tu subconsciente, tú previenes que esto pasara por tus dudas, miedos e inseguridades. Cómo ibas a traer a un hijo al mundo sabiendo la oscuridad que tenías adentro sin poderla controlar. Hoy fue diferente. No me digas que no lo sentiste."

Regina estaba perdida en las palabras de la Reina. ¿Sentido que? Si lo de hoy fue solo un acto, y nada más. Ella había sentido mucho en esos minutos pero hasta allí. La Reina quito el encantamiento que le había puesto a Regina. En el momento en que la ex alcaldesa se sintió libre, se desplomó en el suelo agarrándose su abdomen.

"No no no no no! Así no!" Susurraba mientras lloraba silenciosamente. "Esto no estaba en mis planes, un hijo con David. No no no!" La Reina no podía presenciar más la humillación que se estaba desenvolviendo al frente de ella. Así que se agacho y agarro a Regina de un brazo, levantándola bruscamente.

"Deja de llorar y ponte a pensar. ¿Qué vas a hacer con este problema?" La Regina extendió su brazo poniéndole su mano en el abdomen de Regina y apretando fuertemente. "Porque como dije, es una gran idea pero me dañas todo lo que tengo planeado en hacer aquí. Así que decide ya o decidiré por ti"

Regina miro a su otra mitad aterrada. Por primera vez en su vida se sentía completa. Él bebe no habrá sido concebido de la mejor manera o con el amor de su vida, pero era su hijo. Ella estaba embarazada, cosa que nunca pensó posible. Ella tenía que pensar, como liberarse de la Reina y proteger a la criatura que llevaba en su vientre. Regina miro de nuevo a su otra mitad, inhalando con dificultad.

"Necesito unos minutos" Y así, Regina quito la mano de la Reina de su vientre bruscamente y se retiró de aquel cuarto que una vez le cause penas y sufrimiento y que ahora le había dado el regalo más grande que ella nunca se imaginó tener, un hijo.

Este fue planeado para ser un OS pero si quieren que siga con la historia dejen un comentario.