LA NUEVA SOLDADO
Una chica ingresa al mundo de los pilotos Gundam; pero no es cualquier chica, está altamente entrenada para enfrentarse a todo... menos al amor...
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Hola a todos! Bienvenidos al relanzamiento de "La Nueva Soldado". Para los que nunca la leyeron, se trata de una historia que publiqué hace un tiempo y deje de actualizar antes de que llegara a su final; ahora, ya terminada, decidí volver a publicarla desde el principio, para que sus antiguos lectores se reencuentren con esta historia y puedan conocer su final, y para que nuevos lectores se acerquen a ella.
Espero que en esta nueva edición, este fanfic logre ganarse tantos o más lectores de los que supo tener en su primera publicación.
Como aclaración, quiero destacar que las palabras en cursiva son los pensamientos de los protagonistas.
Sin más preámbulo, les presento esta historia titulada "La Nueva Soldado"...
Capítulo 1: La amiga de Heero
Después de dos años, aún había soldados fieles a OZ que seguían molestando a las colonias, solo por aburrimiento. Y allí estaban Duo y Wufei, luchando contra seis Leo en la superficie de Marte.
Duo: -Esto es fácil¿no tienen algo mejor?
Wufei: -No los provoques, idiota.
Pero, como siempre, las advertencias del piloto oriental llegaron tarde, los molestos ex soldados de OZ lanzaron su última creación: dos enormes Mobile Suits llamados Sagitario. Uno de ellos estaba a punto de rebanar a Deathscythe cuando, de la nada, apareció un Gundam que ellos reconocieron fácilmente como Epyon; que cortó por la mitad a los Sagitarios y desapareció tan misteriosamente como entró en escena.
Wufei no le dio importancia al asunto, pero Duo estaba preocupado, curioso y, a la vez enfadado porque quedó como un inútil que no se podía defender por sí mismo.
Entraron a la sala de reuniones, entrenamiento y reparación de Mobile Suits que se había construido en uno de los terrenos de la familia Winner. Mientras Heero discutía histéricamente con Duo acerca de que no se debe hacer enfadar al enemigo, entra en escena el Doctor J, quien los separa.
-Los mecánicos están a punto de recibir un trabajo importante y no pueden ser distraídos por sus peleas.
En efecto, a los pocos segundos se abrió el techo plegadizo de la sala y apareció el Gundam que había ayudado a Duo y a Wufei en la lucha contra los Sagitarios.
Tanto el chico de cabello trenzado como el luchador moreno abrieron sus ojos, sorprendidos al ver el misterioso Gundam creado por Treize.
Mas sorprendidos aún estaban cuando salió de la cabina de piloto un niño de ocho años, de apariencia bastante débil. Wufei no podía creer que ese pequeño fuese piloto de un Gundam, pero J lo tranquilizó:
-Wufei, esa no es la persona que buscas, el verdadero piloto aún se encuentra en la cabina.
Tanto el soldado Maxwell como el soldado Chang se aliviaron, pero Duo volvió a sorprenderse cuando vio salir de la cabina, a una chica bonita pero de mirada seria, quien ni bien se instaló en el piso, recibió los saludos del Doctor J.
Heero también corrió a saludarla, y la chica se mostró feliz al verlo (y muy pocas personas se alegran al ver a Heero).
-Heero tanto tiempo sin verte- dijo la jovencita.
-Llegaste en el momento apropiado- le respondió Heero, mientras se acercaban a los demás pilotos.
En ese instante, la muchacha se detuvo en tono alarmado:
-¡¿No me digas que...?!, OH cielos, Heero...
-¿Qué quieres que haga, Mitsumi? Pasé mucho tiempo con ella.
-Sólo díselo.
-Pero...
-Pero nada, ve y dile a Relena lo que sientes por ella.
-¡¿Cómo sabes lo de...?!
Heero fue interrumpido por la jovencita, quien le dijo de una manera suave que no se preocupara:
-Heero, soy tu mejor amiga, tu única amiga; te conozco más que tú mismo. Ahora ve y dile a Relena absolutamente todo. No querrás que te pase lo de a...- las palabras de Mitsumi fueron detenidas por un ¡NO LO DIGAS! de parte de Heero.
-De acuerdo, no hace falta que me grites de ese modo.- dijo la chica, un tanto disgustada; y luego se dirigió hacia el doctor J y le preguntó:-Y bien¿dónde está la "ASOMBROSA" modificación de Epyon?
-Epyon ha sido modificado- J se dirige hacia una gigantesca cosa muy bien cubierta – Te presento a Epyon Space.
La chica no se mostró sorprendida, miraba al Gundam de una manera desinteresada, entonces J dijo:
-Mitsumi, necesitamos hacerte unas pruebas con el Gundam.
La joven le respondió, con un tono orgulloso:
-De acuerdo, espero que mis estadísticas sigan intactas o, quizás, mejor.
Dentro de Epyon Space, Mitsumi daba su mejor esfuerzo y todos se sorprendían de las excelentes maniobras que realizaba.
Cuando Mitsumi salió del Gundam, Doctor J la felicitó porque sus estadísticas mejoraron y Heero le dijo que si seguía así, pronto lo igualaría.
-No- dijo la chica, un tanto desilusionada– aunque me haya entrenado contigo, en el mismo lugar, la misma cantidad de tiempo, tú siempre serás mejor que yo.
En eso aparece el niño que acompañaba a Mitsumi en la cabina:
-Mitsumiiiiii, Mitsumiiiiii, hermanaaaaaa.
-¿Que quieres, enano?
-Toma, olvidaste este muñequito en el Gundam.
Mitsumi le arrebató el objeto de la mano:
-Esto no es un "muñequito", idiota, es una bomba súper sensible; el menor descuido la activa.
La joven no había terminado de decir esto y el niño ya estaba corriendo hacia Heero:
-Heero, Heero, hola Heero- el pequeño lo abraza.
-Si, si, hola Kiroshi, hola, salte de mi pierna¿quieres?
Mitsumi ya estaba ardiendo de rabia:
-Ya es suficiente¿dónde está Wilfred? Wiiiiiilfreeeeeed.
En un instante, un señor alto, medio calvo, con largos bigotes negros (teñidos, obvio) y un traje negro, como sus zapatos entró en escena:
-¿Deseaba algo, señorita Sharageth?
-Sí Wilfred, llévate a esta rata molesta lejos de mi vista.
-Enseguida, señorita. OH, hola señorcito Yuy, no había notado su presencia.
-Hola Wilfred, tanto tiempo... - respondió Heero.
-Ya déjense de saludos, Wilfred obedece.- dijo la muchachita.
-Disculpe, señorita Sharageth, señorcito Kiroshi le ruego que se retire conmigo.
Horas más tarde, los chicos estaban hablando entre ellos acerca de la chica nueva. Quatre comentó que una vez, había oído de su madre el apellido Sharageth, quizás en alguno de los clubes a los que concurría su familia. Wufei estaba enfadadísimo por el simple hecho de que una mujer piloteaba Gundams; Trowa le preguntó si temía que Mitsumi piloteara mejor que él, a lo que Chang respondió que eso era imposible.
Duo estaba muy pensativo y callado (difícil de creer¿no?).
Solo un rato después le preguntó a Heero:
-¿Y tú que relación tienes con la niña?, noté como se saludaban. Se ve que se conocen bien.
-Pues Mitsumi y yo entrenamos juntos desde los ocho o nueve años. Me conoce mejor que nadie, es una excelente consejera y mi mejor amiga.- Respondió Heero.
-¡¿Heero tiene una amiga?!- exclamaron los cuatro pilotos a coro.
De pronto llega la jovencita y, mirando a Heero, pregunta curiosa:
-¿De qué están hablando?
-De ti- dijo Heero.
-¿De mí¿y qué dicen de mí?
-Nada en especial, solo... hablábamos.
-Heero¿qué clase de estúpida crees que soy?- dijo la chica.
Wufei la miró enfurecido, se levantó de su silla y se fue, ardiendo de rabia.
-¿Y a ése que le pasa?- dijo Mitsumi.
-Nada– respondió Duo- está furioso porque, tú sabes, el hecho de que una chica piloteé un Gundam...
-Eso es lo más idiota que he oído, te apuesto lo que quieras a que soy más fuerte que él y mi Gundam es mucho mejor.
En eso entra el Doctor J, quien le pide a Mitsumi que la acompañe a la cabina para hacerle unas pruebas con el Gundam.
Unos minutos después la chica reaparece y se sienta junto a Duo (no es por algún motivo en especial, pero esa es la única silla vacía).
-¿Cómo te fue en las pruebas?-preguntó Heero.
-Mejoré mucho, pero no es suficiente para mí.
-¿Y cuándo lo será?-preguntó Duo.
-Cuando iguale a Heero, por supuesto.
Duo rió y le dijo:
-Eso es imposible, si YO no pude superarlo; dudo que una niña vanidosa como tú pueda hacerlo.
-¿Niña¿a quién le dijiste niña?; eres un chico insolente ¿sabes? No sé por qué me molesto en discutir contigo, ni siquiera se quién eres.
-Soy Duo Maxwell, el mejor piloto de Gundam de toda la historia¿y tú quién eres?
-Mi nombre es Mitsumi Reiko Sharageth, piloto del Gundam Epyon y presidenta de Sharageth Corporation- dijo la chica castaña con un aire de importancia y agregó, dirigiéndose a Heero:
-Oye Heero¿ya pensaste en lo que harás?
-Prefiero olvidarlo.
-Y yo preferiría estar en una importante misión estrenando mis botas nuevas pero aquí me ves, convenciéndote de que se lo digas.
-¿De quién están hablando?-preguntó Duo.
-De Relena, obviamente-contestó Mitsumi.
-¿Relena?, pero creí que ella ya estaba por irse a un largo viaje.
-Por eso es necesario darse prisa, yo no soy una experta en romance, nunca me enamoré ni planeo hacerlo, pero si a Heero le gusta perder su tiempo con estupideces, no soy nadie para negarme.
-¿A qué te refieres con "perder el tiempo con estupideces"?- preguntó Quatre.
-El amor es una tontería, te desconcentra de tu trabajo, te vuelve débil y sensible. Como soldados expertos tenemos prohibido enamorarnos.
Entonces aparece Kiroshi, desesperado, quien corre a contarle algo a Mitsumi:
-Hermana, hermana, tienes que ayudarme por favor.
-Escucha Kiroshi, no soy tu hermana; soy tu MEDIA hermana y además no tengo tiempo para ayudarte con tus problemitas infantiles. Así que lárgate de aquí.
-Pero es importante, Marie Maia Krushrenada está... (el niño se sonroja) enamorada de mi.-
Mitsumi se desespera y lo regaña por acercarse a la niña. Lo hace repetir un discurso aprendido de memoria tres veces:
-Ahora Kiroshi, di lo que te enseñé sobre estar enamorado.
-El amor no te lleva a ninguna parte; el amor no te lleva a ninguna parte; el amor no te lleva a ninguna parte.
-Genial, y ¿por qué el amor no te lleva a ninguna parte?
-El amor te vuelve débil, te desconcentra y hace que te preocupes por una persona menos importante que tú. El amor te convierte en un ser inútil. Por eso no debo enamorarme.
-Te felicito Kiroshi, ahora sal de aquí y, cada vez que veas a Marie Maia, ignórala; has como que no la viste. Quizás así se valla.
El niño obedece y se va de la cafetería. Trowa, Quatre y Duo se le quedan mirando como si Mitsumi fuese la cosa más rara del mundo.
-¿Qué les sucede¿Por qué me miran así¿Dije algo malo?- la jovencita estaba desconcertada. Pero luego comprende y suspira:
-Ay, no me digan que es por lo que le dije a Kiroshi¿qué acaso ustedes no opinan lo mismo?
-Si, cuando era niño me enseñaron algo parecido- contesta Trowa.
-¿Y tú crees que sea cierto?
-No lo sé... supongo que sí.
Duo interrumpe la "animada" conversación con el objetivo de animar un poco el ambiente:
-Y bien¿ya pensaron que harán mañana? Recuerden que tenemos el día libre.
-Yo ensayaré mi acto para el circo- obvio que esto lo dice Trowa.
-¿Y tú Heero?
-No lo sé, supongo que entrenaré.
-¿Entrenar? Heero, es nuestro día libre, los días libres se crearon para olvidarnos del trabajo, amigo.
-Cállate, yo no critico lo que tú haces.
-Si, si me criticas.
-De acuerdo¿qué harás tú mañana?
-Pienso ir a comprar ropa.
-Creí que eso era cosa de mujeres.
-Lo ves, ya me estás criticando. ¿Y qué piensas hacer tú, niña?
-Te dije que no me llames niña, idiota.
-De acuerdo, discúlpame. Y bien¿qué harás mañana?
-Tengo una importante reunión de negocios, luego iré de compras con una amiga, cenaré con la señorita Relena y trataré de convencerla de qué se quede un par de días más para darle tiempo a Heero y después regresaré a mi casa a entrenar un poco.
-Veo que no te aburrirás mañana, con una agenda tan completa, si llegas tarde a un lugar tu día se arruina totalmente.
-Es el precio de ser una empresaria taaaaaan exitosa como yo- respondió Mitsumi, intentando callar el molesto chico trenzado y consiguiendo que éste se enfade:
-Disculpa, no sabía que ser rata de oficina fuese taaaaaan complicado.
-¿A quién le dijiste rata, estúpido?
-¿A quién crees? Te creía más inteligente.
-Vete al infierno.
-La única forma de llegar allí es siguiéndote.
-¿Sí?
-Si.
-¿Acaso quieres que te atraviese el cráneo con cinco balazos?
-No te atreverías.
-Compruébalo.
-¡Tranquilícense!- intervino Heero, extrañamente nervioso.
-Disculpa- dijeron a dúo Mitsumi y Duo (que linda rima).
Trowa y Quatre los miraban asustados, hasta que Duo preguntó:
-¿Y tú qué harás, Quatre?
-Yo también tengo una reunión de negocios, luego, supongo que me quedaré en mi casa, tocando el piano o estudiando, no lo sé.
-Que chico aburrido- pensaba Duo.
En ese momento, Wufei regresó a la cafetería y, después de quejarse porque Mitsumi se había sentado en SU silla, dijo:
-Oye Heero¿me prestas tu revólver?
-¿Qué harás con él?
-Practicar mis tiros, me falta puntería.
-¡¿Te falta puntería?!-exclamó la jovencita castaña, en tono desesperado -¿cómo permitieron que Shenlong fuese piloteado por alguien al que le falta puntería?
-¿Y cómo permitieron que una mujer débil como tú pilotease a Epyon?- replicó Wufei.
-¿Débil¿Débil¡¿Débil?! Yo no soy débil, podré ser una mujer pero no soy débil... Y tengo una excelente puntería, a diferencia de otros...
-Si, claro, lo que tú digas- concluyó el "simpático" diálogo nuestro piloto chino y, luego de tomar el arma de Heero, se retiró.
Todos se quedaron en silencio hasta que Duo dijo:
-Pues yo no creo que tengas tan buena puntería como dices.
Mitsumi le clavó fijamente sus ojos de serpiente rabiosa y le dijo, totalmente enfadada, pero haciendo gala de su astucia:
-Y yo no creo que seas el mejor piloto de Gundam, ni si quiera creo que seas un poco bueno en una batalla, si llegaste hasta aquí, seguro que fue por pura suerte- y tras terminar ese discurso, logró callar a Duo, quien se resignó enfadado.
