Otra vez, otra vez volvía a casa lleno de heridas que intentaba tapar con la capucha de su sudadera roja, la cual también le ayudaba a tapar sus brazos, abdomen y espalda y con sus íntimas gafas de sol. A pesar de que su hermano lo sabía todo, siempre le preguntaba porque se abrigaba tanto cuando ya estaba llegando el verano, para que se lo dijese. No quería hacer nada si no se lo pedía, sabía que si no le molestaría, pero aun así, cada noche podía ver las heridas de su rostro cuando dormía y lo tenía al descubierto, y también sabía que seguramente tendría moratones también por todo el tronco. Quería ir a darles una paliza a aquellos niños, pero sabía que eso no era lo que Dave quería, no quería que le dejasen en paz por miedo a su hermano. Por eso solo se limitaba a enseñarle a luchar.
Los únicos momentos en los que estaba verdaderamente a gusto, era cuando chateaba por el ordenador y el móvil con aquél chico que había conocido un par de meses atrás. Sí, no era mucho tiempo, pero aun así parecía ser el único que pasaba de su estética de chico guay, el único al que eso le daba igual, y el único que no se metía con él en serio. Siempre tenían un pique mutuo, pero eso sí le gustaba. John no estaba todo el día, por lo visto a veces salía con una especie de hermanastra que le dijo que tenía, pero él siempre estaba atento a las notificaciones de Pester para cuando le avisase de que se conectaba.
A veces John le pedía poner la cámara pero Dave nunca la ponía, si lo hiciese sería cubierto con capucha y gafas, incluso tal vez una mascarilla para tapar las heridas, y sabía que le pediría que se lo quitase, por lo que siempre le mentía diciendo que su cámara estaba rota. A pesar de eso él sí que podía ver al otro, y le parecía extremadamente lindo. Tenía el pelo negro como el carbón algo, bastante, despeinado; unos ojos grandes y de un azul intenso en el que incluso a través de una pantalla se podía perder, ojos que estaban detrás de unas rectangulares gafas para la miopía. Solía llevar ropa azul o una blanca con un "bicho verde" que sonreía en el pecho. Las veces que se había levantado para ir al baño, o para ir a por agua había podido ver que también era algo bajo, y muy delgado. Parecía tan frágil. Y a pesar de que a él la gente de su ciudad no dejaban de pegarle y meterse con él, sentía que por alguna razón, debía proteger a aquél pequeño ojiazul.
Pasaron unos años y llegó a un extremo, que no solo no salía a la calle, sino que además la mayoría de veces hacía peyas en el instituto para hablar con él, quien utilizaba el móvil a escondidas en clase para lo mismo. El centro llamaba varias veces a su hermano informándole de aquello. Éste estaba preocupado por Dave, quien lo único que hacía era hablar con ese tal John… Sabía de sobra que lo que pasaba era que su hermano menor se había enamorado perdidamente de aquél chaval. Pero se estaba pasando demasiado, incluso había veces que se le olvidaba comer, y le tenía que llevar el plato a su habitación, plato que aparecía medio lleno aún el día siguiente.
Un día Dave se despertó tras dormir solo unas pocas horas, cogió su móvil y miró el reloj de éste, las 11:30, seguramente John ya estaría en el recreo. Se levantó y encendió el ordenador pero justo cuando abrió la aplicación de Pesterchum para hablar con él, pudo ver como la aplicación intentaba conectarse a internet pero sin éxito. Reinició la aplicación, el ordenador un par de veces; nada. Desbloqueó el móvil para ver si desde ahí se podría conectar; tampoco. Se empezaba a poner muy nervioso. Salió de su cuarto buscando el router para reiniciarlo a ver si el problema era de eso, y resultaba que no era que fallara, sino que directamente no estaba. Corrió al cuarto de su hermano en su busca, ya muy alterado.
-¡¿Dónde está el router?!
-…Dave lo he hecho por tu bien…
-¿Lo has… quitado?
-A penas comes, a penas duermes, no vas a clase, lo único que haces es estar pegado a la pantalla.
Dave a duras penas pudo aguantar unas lágrimas antes de salir de allí dando un fuerte portazo. ¿Cómo podía haberlo hecho? No se esperaba que le pudiese haber hecho algo así. Y menos cuando él también estaba siempre en la tele, en el ordenador, o en la consola. Si bueno, es cierto que a penas comía ni dormía y todo por hablar con John, pero es que se sentía también cuando hablaba con él. Siempre se metía con él de broma y empezaba a hablarle de sus horribles películas, pero también le leía cuando le empezaba a escribir su rap, o le escribía su mierda. Siempre era amable, se preocupaba por él porque hasta éste le decía siempre que no debería quedarse tanto tiempo en el ordenador, y sabía que le haría más reproches en cuanto a lo poco que comía y dormía, si se llegase a enterar. No podía dejar que se enterase, ya preocupaba con aquellos temas a su hermano como para preocupar a la persona que amaba. Por el camino comprobó si al menos podía llamar, pero solo pudo escuchar una voz que le decía que el contrato había sido cancelado. Aún más enfadado por esto aligera el paso hasta su habitación.
Llegó a su cuarto y tras cerrar con un portazo igual o mayor que con el que cerró la puerta de su hermano, se dejó caer boca abajo en la cama, ocultando la cara en su almohada. La agarró con fuerza y reprimió algunas lágrimas más, pero en cuanto notó que ya no podría aguantar más, se quitó las gafas para dejarlas sobre la mesita y poder hundir aún más la cara en su almohada. Tras sentirse seguro hundido en esta, pudo empezar a llorar como si no hubiese mañana. Y no solo eso, también reprimió contra su blanda amiga unos gritos de desesperación. Pasaron un par de horas en las que Dave lloraba sin consuelo alguno. Horas que su hermano se pasó apoyado en la puerta de éste por fuera sentado en el sueño escuchando los gritos y el llanto ahogado de su hermano, los cuales no podía soportar, pero se veía obligado a oír ya que él había sido el causante de ellos.
Cuando Dave se tranquilizó al fin y dejó de llorar sacó la cabeza de entre la almohada y dirigió la vista hasta su ordenador. Lo miro como embobado durante unos escasos segundos y se acercó a éste lentamente. Antes de que pudiese dar cuenta, su mano estaba cerrada en un fuerte puño, que atravesó la pantalla del ordenador con fiereza, causando que algunos cristales de clavasen en el brazo, algunos en parte sana haciéndole heridas y otros en algunas heridas aún abiertas que ya tenía. Ya que como no salía de casa, había cogido la costumbre de remangarse la sudadera hasta los codos. Al escuchar aquél fuerte ruido su hermano que aún seguía al otro lado de la puerta, se levantó con rapidez y abrió la puerta del cuarto asustado.
-¡Dave! ¿Qué…?
Su voz se cortó en cuanto vio la escena, la pantalla del ordenador atravesada por el brazo sangrante de su hermano, el cual no se movía del sitio y escondía los ojos tras su flequillo ya que ni se había puesto las gafas de nuevo. Se acercó corriendo a él y tras soltar unas maldiciones a gritos cargó a su hermano a su espalda con facilidad, ya que no tuvo resistencia por parte del otro, y salió con rapidez del piso, bajando con las escaleras con tal de no tener que esperar a aquél maldito ascensor medio roto de lo viejo que era. Se apresuró a llevarle al coche y medio tumbarle en los asientos de atrás, cerró la puerta y rodeó el vehículo hasta montarse en el asiento del conductor poniéndose en marcha al hospital. Se saltaba semáforos e iba a más velocidad de la permitida rezando porque no les parase la policía justo ahora, de vez en cuando miraba al menor el cual miraba por la ventana con la vista perdida y aguantaba el dolor, incluso parecía que no era él el que se había clavado los cristales por romper de un puñetazo la pantalla.
Dave se encontraba tumbado en una cama en una habitación del hospital. Podía escuchar a alguien hablar fuera, pero solo oía un pequeño murmullo que no le permitía distinguir las palabras que pronunciaba. Fuera de la habitación el que hablaba era su hermano mayor, quien llamaba desde el teléfono de allí.
-Gracias.
Tras decir aquello, colgó y entró en la habitación cerrando con cuidado tras de sí. Se acercó a la cama y se sentó en la silla que ésta tenía al lado, tras eso le aparta el flequillo de la frente a Dave como una caricia. Ya habían pasado unas semanas y Dave solo parecía un muñeco roto, el cual ni hablaba ni se movía, solo se permitía desplazar la mirada de vez en cuando, aunque lo normal era que la tuviese fija en el cielo que se podía ver desde la ventana.
Parecía pensar en John, en cómo no podría hablar más con él, ya ni aunque su hermano devolviese el internet, pues la única manera que ahora tendría sería por teléfono, y sabía que eso sería algo que no le dejaría, ya que sería un enorme gasto que no se podían permitir. Como mucho podría escribirle cartas, que a saber cuánto le tardarían en llegar, e incluso si podría entender su letra, ahora que había perdido su mano dominante. Sí, le tuvieron que amputar el brazo ya que por lo visto los cristales contenían una sustancia que era tóxica para cualquier ser vivo, y algunos se había introducido profundamente en las heridas del rubio. Si no hubiese llegado a tiempo, y le hubiesen amputado aquél brazo, podría haber tenido una enfermedad que tal vez le hubiese llevado a la muerte al cabo del tiempo.
A su hermano le dolía enormemente ver así al menor. Ya no parecía él; siempre había sido inexpresivo, pero eso era normal siendo un Strider, pero ahora no era solo eso, aunque su rostro mostrase inexpresividad, en sus ojos se podía ver una clara tristeza acompañada de una pequeña desesperación.
De repente, pudo escuchar como la puerta se volvía a abrir para, tras un breve momento, volverse a cerrar. Pensaba que sería que mayor habría salido de nuevo de la habitación, pero cuando escuchó su voz y unos pasos que se acercaban, supuso que era que otra persona había llegado. Llevó la mirada hasta ellos, esperando ver un médico, pero al distinguir quien era, abrió mucho los ojos, hizo un esfuerzo para apoyarse en su mano, e incorporarse, cosa que no había hecho desde que estaba ingresado en aquel hospital. Boqueó un par de veces sin saber que decir, lo que causaba unos pequeños balbuceos, los cuales fueron callados en cuanto notó un dedo posarse en sus labios con ese fin. Cuando el dedo se apartó pudo sentir como lo que ahora se posaba sobre sus labios, eran los labios ajenos que depositaban con suavidad un beso en los suyos. Cerró los ojos y en cuanto se separó de aquel contacto, se sentó en condiciones en la cama para dejar su mano libre, y cogió la del otro, observando su rostro con detenimiento. Y por primera vez en unas semanas pudo esbozar una notable sonrisa causada porque el chico que tenía delante, no era nada menos que John Egbert, su amado John Egbert, quien había viajado hasta allí, solo por él.
Casi lloro escribiéndolo ;A; Bueno, este oneshot esta dedicado a mi moirail, porque le dije que lo escribiría para ella ya que compartimos esos feels de Cherish de Ai Otsuka y Draw with me, le dije que se lo imaginase versionado con Dave y John y bueno, como le gustó la idea le prometí este oneshot3
