Seh, aquí de nuevo xD. Cierta persona me dijo hace tiempo que debería exprimir mi cerebro y escribir un fic de varios chaps en vez de escribir puros one-shots. Personalmente, no me parece mala la idea, excepto por la parte en que me quedo atascada en la mitad de ellos (mi inspiración suele tomar largas vacaciones xD) y ps... como que la idea es un tanto cliché.
Igual lo publico xD tengo tres capítulos ya hechos, depende de mi imaginación si los continúo xD Así que dejenme saber que les parece.
Disclaimer: House MD no me pertenece. Todavía. Muahaha.
Capítulo 1: La advertencia
- Entonces – House dio un par de vueltas a su bastón, con aires de grandeza – ¿veinte dólares?
- Que sean cincuenta – retó Cuddy, segura de su victoria.
- Estamos confiados hoy, ¿no?
- No es posible que ganes.
- Mujer de poca fe. Nunca subestimes la incapacidad de vestirse bien de un hombre.
- Créeme – Cuddy lo miró de pies a cabeza, con sorna – que no lo hago.
- ¡Hey! Este aspecto, ligeramente desaliñado está fríamente calculado - el doctor se pasó la mano por el pelo, posando como si de un comercial para shampoo se tratara - A las chicas las trae locas.
- ¿Visitando el pabellón de psiquiatría de nuevo, House? – esbozó una sonrisita malévola.
- ¡Ja, ja, ja! – su falsa y estruendosa risa hizo que todos los presentes se voltearan a verlos. Ella rodó los ojos. – Deberías ser comediante - se limpió lágrimas inexistentes - me vas a matar uno de estos días con tus chistes.
- Te recomiendo que no me des ideas.
- ¿Serías capas de matar al único hombre que trae alegría a tu miserable existencia?
- Eh, no, pero ¿qué tiene él que ver contigo?
- ¡Ouch! ¡La jefa está a toda carga! Eso significa que hoy el closet del conserje estará extrañamente cerrado, si sabes a lo que me refiero – dijo confidencialmente a una enfermera que pasaba frente a ellos, aunque en voz lo suficientemente alta para ser escuchado por todos.
La decana estaba a punto de contestarle, pero en eso se escuchó el 'tin' del ascensor. Ambos doctores se voltearon a ver: las puertas se abrieron y James Wilson salió del elevador, buscando algo en su maleta. Alzó la cabeza al oír un bufido de derrota y un grito de victoria.
- ¿Qué sucede? – preguntó el oncólogo
- Que soy el mejor, Jimmy – dijo House, con una sonrisota. – ¡Venga esos cincuenta, jefa!
- ¿Cómo es posible que…? – Cuddy se giró hacia Wilson. - ¿Te has confabulado con él?
- ¿Confabulado? ¿De qué hablas? Acabo de llegar.
Cuddy le lanzó una mirada amenazante. Al ver que, al parecer, Wilson estaba desentendido con todo el asunto, rodó los ojos de nuevo y sacó su cartera del bolsillo de la chaqueta y le dio el billete a House.
- ¡Punto para el lisiado! - dijo felizmente House, mientras agitaba el billete en la cara de ella.
- Bueno, ahora podrás pagarle a tu acompañante de esta noche - dijo Cuddy, con cara seria, antes de darse media vuelta y marcharse.
- Oh, es una mala perdedora.
- Ella no ha perdido, House, todo estaba arreglado - Wilson le arrebató el dinero a House.
- ¿De qué te quejas?, si saliste ganando.
- Pero tuve que humillarme - dijo el oncólogo, mientras se quitaba una espantosa corbata de color violeta oscuro con rayas anaranjadas – Además, la gran pregunta aquí es ¿por qué te tomas tantas molestias para hacer apuestas con Cuddy si no sacas nada en recompensa?
- ¿Bromeas? ¿Y perderme la oportunidad de hacer mi baile de la victoria en su cara?
- Ni siquiera puedes bailar. - El nefrólogo fingió estar herido por sus palabras. - Ok, bien, niégalo todo lo que quieras, pero algún día tendrás que admitir que extrañas a Cuddy.
- ¿Extrañarla? Veo su semidesnuda persona todos los días, Jimmy - ambos doctores se dirigieron a sus despachos - Bueno, no niego que me gustaría borrar ese 'semi' de allí, pero...
- Sabes a lo que me refiero, House - Wilson abrió la puerta de su oficina, y antes de cerrarla tras de sí, le dijo. - ¿Y sabes también? Creo que ella también lo hace, de otro modo no aceptaría éstas ridículas apuestas tuyas una y otra vez. Pero si no haces pronto algo al respecto, se va a aburrir de este 'juego' y apostará por otra persona.
House se quedó contemplando un rato la puerta cerrada antes de resoplar, reírse amargamente y emprender su camino a su oficina.
No volvió a pensar en las palabras de Wilson, hasta que un día, al entrar a su oficina, sintió algo distinto en ella.
- ¿Estás usando perfume? - preguntó, mientras un sensación de frío se apoderó de su estómago.
Este capitulo no me convence xD más bien, es como un prólogo, prefiero los dos siguientes. De todas maneras, dime lo que piensan si desean xD.
Gracias por leer xD
