Septiembre 2011, McKinley High School.
Atrás quedaron las gloriosas vacaciones de verano que sirvieron para fortalecer relaciones, terminar otras y aclarar un poco el panorama de algunos confundidos. En la última categoría se encontraba Quinn Fabray, este verano había constituido para ella una sincera y real transformación personal. Luego del cambio de look propuesto por Santana había considerado lograr un cambio más profundo, sincerarse consigo misma… Pensaba que sus luchas internas y sus metas en los últimos tiempos solo eran una muestra de su desacuerdo con el mundo. Nada la había hecho feliz, ni ser la capitana de las Cheerios, ni hacerle la vida imposible a Rachel, ni Finn, ni Puck, ni Sam… Sabía que ganar la corona en la promoción tampoco le daría esa felicidad que tanto buscaba, pero era una excusa, una más para la lista. ¿Pertenecer a Glee? No puede asegurar que sea felicidad lo que siente, pero cada ensayo, cada canción y cada drama en ese salón la aleja un poco de lo que sea que la hace sentir incompleta. Pensaba en Beth, ¿Será ese pequeño desliz lo que tanto la atormenta? Podría jurar que darla en adopción había sido una buena decisión, definitivamente no estaba preparada para ser madre, sin embargo no dejaba de pensar si algún día se arrepentiría de eso, si algún día su hija la necesitaría así como Rachel había dejado saber que en ocasiones necesitaba a su madre.
Por su parte la pequeña diva estaba en lo que creía la cima de la felicidad; su relación con Finn marchaba de maravilla y sentía que el viaje a New York había logrado sellar ese amor que desde pequeña sentía por las artes. Había decidido no torturarse más con la idea de tener que elegir entre Finn y su carrera, sabía muy bien lo que quería y procuraba dejarlo claro en cada conversación que tenía con su novio sobre el futuro.
Comenzaba el último año de secundaria para la mayoría de los miembros del Club Glee y todos habían logrado olvidar la casi-derrota de las nacionales (todos menos Santana López quien se había prometido recordarle ese puesto número 12 a la irritante Rachel Berry todos los días del año escolar que tenían por delante). El primer día de clases pintaba bastante bien, cada uno de los miembros del club Glee se había encargado de mantener el contacto con los demás, pero se extrañaban como grupo, como el maravilloso grupo que habían logrado formar. La noche anterior en una multiconversación por MSN, Kurt, Puck, Rachel, Tina y Brittany decidieron llegar media hora antes para reunirse y hablar un poco en el salón del club, se encargarían de correr la voz y con suerte estarían todos, reunidos una vez más, y así fue.
Los primeros en llegar fueron Rachel, Finn y Kurt, el conductor designado quiso pasar por su novia esa mañana, quería hacer de eso un ritual. Se unieron Santana y Brittany y la situación se tornó un poco incómoda por los reproches de Santana, afortunadamente llegó Mercedes con una noticia que supo ocultar durante las vacaciones: Sam no regresaría. La morena no pudo ocultar su tristeza y terminó contando el romance que tuvo con el chico, durante la narración Tina, Mike, Artie y Quinn se habían unido al grupo. Quinn consolaba a Mercedes mientras esta en un tono Divo decidió romper con el ambiente de melancolía que gracias a ella se había formado.
-M: "¡Pero todo está bien! Seguimos en contacto y, como dicen por ahí, fue maravilloso mientras duró… Ahora a disfrutar de nuestro último año ¡Pretendo ganar todos los solos Rachel Berry!" – Dijo Mercedes mirando fijo a la pequeña y señalándola con su particular movimiento de manos.
-R: "Lamento informarte que no dejé de trabajar en mi voz durante las vacaciones y estoy segura que mis técnicas son cada día más profesionales e impactantes… No lo tienes fácil amiga, pero inténtalo" – Dijo Rachel con una mirada cómplice.
Puck y Lauren habían llegado y ya se habían formado grupos de conversación. Faltaban 10 minutos para la primera clase del día y Quinn decidió llamar la atención de todos.
-Q: "Chicos, he decidido dejar el club Glee" - Dijo ante la mirada atónita de sus compañeros que murmuraban sin entender el anuncio de la rubia. Rachel fue la primera en dirigirse directamente a ella.
- R: "¿Qué? ¿Por qué? ¡No puedes hacer eso!"
Quinn la miró extrañada pero le contestó sin su característica ironía, como si de alguien a quien realmente soportaba se tratara.
- Q: "Tengo mis motivos Rachel"
De nuevo todos hablaban entre sí comentando la situación y Rachel se acercó a Quinn implorando que esta continuase con la misma actitud pasiva con la que contestó su primera pregunta.
- R: "¿Crees que te sentirás incómoda al vernos a Finn y a mi? Si es por eso puedo sentarme lejos de él, puedo hacer más duetos con Puck o Artie y…" - La rubia la interrumpió.
- Q: "De verdad no es eso Rachel, creo que necesito alejarme un poco de todo lo que me ha rodeado hasta ahora, no sé, simplemente necesito un cambio, no te preocupes, siempre puedo regresar" Dijo regalándole una sonrisa a la pequeña diva.
Rachel no insistió más, la amabilidad de Quinn la había dejado sin palabras. El timbre sonó indicando que el deber llamaba, Quinn se despidió y se dirigió a su primera clase, Finn besó a Rachel en su mejilla, despertándola del breve letargo en el que la sonrisa de Quinn la había dejado. Rachel sonrió y dijo seriamente: "¡Tenemos que hacer algo para que Quinn regrese!" Finn asintió. El último año escolar había comenzado.
