Capítulo 1
Tenía la cocina hecha un cochinero; el suelo sucio de harina, un poco de masa pegada a la pared, las chispas de chocolate esparcidas en la encimera… pero aquello valdría la pena, le daría gusto, como siempre lo había hecho desde que estaban juntos.
Vigorosamente, terminó de batir la mezcla y comenzó a colocar pequeñas rueditas de aquello sobre la charola previamente preparada. Esparció las chispas de chocolate y metió la charola en el horno, programando el cronometro que le indicaría cuando las galletas estuvieran listas.
Seiya se limpió el sudor de la frente con el dorso de la mano y respiró aliviado. La cocina jamás había sido su fuerte, y era igual de torpe que su Bombón, pero gracias a aquella receta que amablemente Lita le había proporcionado, podría hacerle esas deliciosas galletitas que Serena le había pedido desde semanas atrás.
- Bien, sé que a Bombón le encantarán – dijo satisfecho.
La idea original era que ambos cocinaran y pasaran un rato divertido, pero Serena se había hartado y lo había dejado solo mientras ella estaba haciendo quien sabe qué en la sala.
De repente, escuchó ruiditos que provenían de aquella estancia; suspiros y respiraciones entrecortadas que se dejaban oír hasta la cocina.
- ¿Pero qué demonios? – dijo el pelinegro - ¿Acaso se estará "divirtiendo" sin mí?
Curioso, Seiya salió de la cocina aún con el delantal puesto y observó hacia el sofá donde se encontraba su novia: solo se veían las largas piernas de la rubia, una sobre el respaldo y la otra flexionada, puesto que el mueble estaba de espadas a la puerta de la cocina.
El pelinegro se acercó lentamente, asomándose al sofá.
- ¿Qué haces Bombón? – Seiya tenía las manos en jarras.
Al verlo, Serena abrió los ojos, incorporándose y llevándose el libro atrás de su espalda.
- ¿Qué estás haciendo Bombón? – preguntó de nuevo, enarcando una ceja.
- ¡Nada! – contestó sonriendo, tratando de enmascarar lo que ocultaba.
- A ver, déjame ver, ¿qué lees?
- No
- ¡Que me dejes ver! – se inclinó sobre el sofá tratando de quitarle el libro a la rubia.
- ¡Que no! – ella se llevó el libro al pecho, comenzando a patalear – Precioso, precioso - Serena comenzó a hablar como Gollum
- Gollum Bombón, si no me dejas ver, el gran Seiya Kou te castigará ¡en el nombre de la Luna! – le dijo él, haciendo la pose de Sailor Moon.
- ¡Oye Seiya esas son mis líneas! – replicó la rubia molesta mientras se hincaba en el sofá. Seiya aún continuaba con su pose heroica.
- ¡Te lo advertí Gollum Bombón! Ahora atente a las consecuencias – la señaló con el dedo índice - ¡Cosquillas de estrella fugaz!
Seiya saltó sobre Serena, quien dando un gritito de nervios, soltó el libro, lanzándolo quien sabe dónde, mientras el pelinegro no dejaba de hacerle cosquillas, lo que provocó que ambos cayeran a la alfombra.
El pelinegro quedó sobre ella, quien al tratar de incorporarse, no pudo evitar sonrojarse al apreciar la belleza infantil que yacía debajo: la chica aún reía, divertida, sin importarle lo que su novio pudiera pensar, siempre mostrando su verdadera esencia, y eso era lo que él amaba. De pronto calló, al no escuchar la risa de Seiya.
Serena abrió los ojos para toparse con los hermosos zafiros que la miraban con profundo amor y la dulce sonrisa que él le brindaba; la rubia sintió como sus mejillas se coloreaban, correspondiendo a aquella mirada.
- Seiya – susurró
- Bombón…
Lentamente, el muchacho se acercó a ella, mientras, Serena, cerrando los ojos, recibió el cálido beso de su novio.
Rompiendo el encanto, el teléfono celular de Serena comenzó a sonar.
- ¡Arg! No contestes Bombón – aun la tenía atrapada.
- Tengo que hacerlo, puede que sea mi mamá – la rubia intentaba zafarse.
- Pero Bombón, te estoy castigando – Seiya hizo pucheros
- El castigado vas a ser tu si no me dejas contestar – le espetó ella.
Compungido, Seiya soltó a la chica, quedándose sentado en la alfombra mientras ella se incorporaba y contestaba el celular.
- ¿Si? Ah si… ajám… ok está bien, si, si ahorita voy para allá, ¿en casa de mi abuela? Ok le diré a Seiya, si, nos vemos ¡adiós!
- ¿Quién era?
- Mi mamá, dice que si me puedes llevar a casa de mi abuela. Ellos están ahí.
- Okay… - Seiya soltó un suspiro – ven siéntate.
- ¿Qué? ¿Para qué? ¡Debemos irnos ya! Tengo que estar ahí en media hora.
- Sí, por eso, ven. Te llevaré en mi alfombra mágica.
- Seiya es enserio – puso una ligera cara gruñona
- Ash ya voy – el muchacho se incorporó y se dirigió a la cocina – Deberías dejar de juntarte con Yaten.
Seiya regresó sin su delantal y con un bultito de galletas recién horneadas en una bolsita de conejos. Traía las llaves del carro en la mano.
- Toma, aquí están tus galletas.
- ¡Ah Seiya! – el gesto de Serena cambió al percibir el aroma - ¡Gracias! – contestó entusiasmada mientras cogía la bolsita y se ponía en puntitas para alcanzar la mejilla de su novio.
- De nada Bomboncito – respondió él feliz - ¡Vámonos!
Apagaron las luces y salieron de la casa, dejando olvidado el libro que Serena estaba leyendo.
Hi!
Que tal Bombones! Ahora si les traigo un fic en forma jaja xD
No soy muy buena escribiendo comedia, pero debo decir que para escribir este fic me he inspirado del fic Yaten y el chicle, de mi amiga Rosalie Rowen, el cual se los recomiendo muchisimo! Carcajadas garantizadas! :D y espero que muy pronto Rosalie nos deleite con más capitulos de tan maravilloso fic n.n
Bueno espero que el primer capitulo de este fic locochon les haya gustado, los invito a leer mis otros fics (en su mayoria SerenaxSeiya) y no se olviden de pasar por mi página en Facebook y darle like! Me encuentran como Gabiusa Kou.
Nos leemos el próximo miercoles, que serán los dias en los que actualizaré! Besos estelares! :*
