Complicada Misión
El guerrero se encontraba inconsciente bajo un árbol cerca del río, alguien lo rescató antes de que su cuerpo fuera aplastado por los escombros del destruido Monte de las Animas y le colocó un fragmento en su garganta para que volviera a revivir. Poco a poco, el moreno comenzó a abrir sus azulinos ojos, sintiendo un poco de molestia por la luminosidad del lugar hasta que se acostumbró al ambiente.
-Ahh...-dijo tomándose con una mano su cabeza en dónde sintió un pequeño puntazo de dolor- ¿Dónde diablos estoy?- y recorrió con la vista su alrededor, pero no observó nada más que el tranquilo ambiente verde y el correr del río que se encontraba a sus pies, excepto por algo, un brillo que sobresalía del verde césped.-¿Qué es eso?- preguntó y se paró dificultosamente por la falta de equilibrio que tenía a causa de su estado débil.
Tanto cómo se fue acercando al brillo que reflejaba la luz del sol, se dió cuenta de que era su alabarda Banryuu, sonrió satisfecho- Por lo menos no te he perdido Banryuu- dijo mientras la tomaba y se la ponía al hombro, pero no pudo soportar mucho el peso y la soltó.
-¿Pero qué demonios?- cuestionó sorprendido el moreno ante ese hecho, pues era extraño que después de haber tenido a Banryuu toda su vida y haberla cargado de la misma manera siempre, ahora no pueda hacerlo.
-Es porqué aún estás debíl, Bankotsu- dijo una voz femenina que le hablaba a sus espaldas.
El moreno se enfureció ante el hecho de ser llamado débil, no importaba su condición él nunca sería débil, y caracterizarlo de esa manera era la peor ofensa que podían haberle dicho. Se dió vuelta rapidamente para dar una fría mirada a la chica que le habló.-¿Quién eres tú para llamarme débil?- le cuestionó molesto y la observo d pies a cabeza para luego volver a clavarle su azulina mirada en aquellos achocolatados ojos.
La muchacha se atemorizó, pero ella también poseía un carácter terco y orgulloso. Así que le contestó de la misma manera- La persona que te salvó, desagradecido- y le sacó la lengua en un gesto infantil propio de la personalidad de la joven.
-¿ah?...- el moreno no sabía que significaba que le hayan sacado la lengua y quedo atónito al ver ese gesto.- pues, yo no te pedí ayuda- dijo cruzando los brazos y girando su rostro hacia otro lado mostrando desinterés.
-como sea...-dijo fastidiada la azabache- creo que ya me conoces, soy Kagome Higurashi- le mostró su mano esperando que el guerrero la aceptara como saludo.
-ahh... sí- dijo el guerrero tomandosé con una mano el mentón- ya recuerdo, tú eres la mujer de aquél híbrido- dijo con desdén y repugnacia.
-¿qué que?- preguntó incrédula la muchacha y se sonrojó- NO, NO LO SOY- dijo molesta y se dió media vuelta para que el orgulloso guerrero no se diera cuenta de su situación.
"Ajá, aquí sucede algo y lo averiguaré" pensó el moreno.- Entonces ¿Qué eres? ¿Su amante?- dijo maliciosamente a sabiendas de que la chica reaccionaría molesta ante tal comentario.
-Mira, no sé quién te crées que eres pero tenme un poco más de respeto- le regañó la azabache dándose la vuelta para enfrentarlo.
-¿respeto?... Já, eso quisieras. Ahora dime ¿Qué haces aquí niña?- quería saber que había ocurrido para ponerse en acción lo más rápido posible.
-No me digas "niña". Practicamente tenemos la misma edad- lo miró disgustada, era tan terco que comenzaba a cansarla.- y lo que pasó es que te rescatamos, con InuYasha y los demás, del derrumbe que se ocasionó en el Monte de las Animas cuando Naraku completó su transformación- terminó de aclararle la situación al ahora desconcertado guerrero.
"¿Naraku?...¿el Monte de las Animas?... Sí, ahora lo recuerdo"- Y ¿Por qué demonios me salvaron ustedes? Se suponía que yo debía derrotar a ese maldito hanyou para vengar la muerte de mis hermanos- le confesó molesto a la chica.
-Te salvamos porque no merecias morir así, y aunque- se tomó el cuello un poco incómoda- aunque ya estabas muerto... emm pensamos que sería bueno darte otra oportunidad, digo después de todo eres humano y eso te da una esperanza a ser bueno.
-Pero deja de decir estupideces-escupió- ser humano es lo más patético que me ha pasado, si pudiera no hubiera nacido así. Esta condición es estúpidamente vulnerable. Habría sido más sensato que me dejarás morir- se dió media vuelta para tomar a Banryuu de nuevo y marcharse pero esta vez su equilibrio falló y cayó al suelo.
-¡Que te dije que aún estás débil! ¡Entiéndelo de una vez!- le dijo la colegiala mientras se acercaba rapidamente al guerrero para tomarlo del brazo y ayudarlo a levantarse, más el orgulloso moreno no se lo permitió y la apartó bruscamente de él.
-No te atrevas a volver a ayudarme, o no tendré compasión de tí y te asesinaré- la amenazó, era demasiado que ya lo hayan salvado para que ahora deba estar al cuidado de una tonta niña.
-Si hasta ahora no lo has hecho, no lo harás- le respondió enojada.
-La razón por la que aún parloteas como un cuervo es que te debo el haberme rescatado, sólo eso- la miró con odio desde el suelo para luego comenzar a levantarse. Ambos parecían unos niños pequeños peleando.
-Pues bien, dejaré de ayudarte y serás tú mismo el que cuide de tí- se cruzó de brazos y se dió media vuelta, esperando que el moreno le contestára de nuevo. Pero esta vez no recibió reclamo por la otra parte. Miró de reojo para ver que le habia sucedido y se giró completamente a su dirección cuando observó que el guerrero ya se encontraba en su camino propio y partía en la dirección opuesta a la de ella. Kagome se apresuró a alcanzarlo, pues lo que no sabía el moreno es que despues de que lo rescataron del Monte, Kagome e InuYasha habían discutido sobre el dejarlo vivo o no. Obviamente Kagome ganó,pero con una condición que le había impuesto el peliplata: debería convertir a Bankotsu en una semana, sin ayuda de nadie ella debería convercerlo de ser bueno. Sango, Miroku, Kirara y Shippo quisieron apoyar a Kagome pero era arriesgado dejar vivir a un mercenario tan peligroso, por lo que cuando Inuyasha hizo su propuesta la aceptaron pensando que así la azabache desistiría pero fue en vano, Kagome les dijo que no se preocuparan que todo estaría bien y lograría su propósito. Ellos lo aceptaron ya que sabian que si la chica estaba en peligro InuYasha no dudaría en salvarla y se dirigieron a la aldea para conseguir algunas proviciones para volver luego a dónde se encontraba la azabache y el herido guerrero, pero hasta ahora no habían regresado y no lo harían hasta dentro de siete días, siete días en los que si Kagome se encontraba sola sería presa fácil para cualquier demonio o monstruo que habite en los alrededores, y no esta demás decir que tambien podía ser atacada por bandidos. Así que ahora que Bankotsu había despertado, lo mejor sería permanecer a su lado, por seguridad.
El moreno caminaba a paso lento pero aún así cada pisada era dolorosa, lo único que quería era alejarse de aquella joven que le parecía tan insoportable. Por lo que le molestó escucharla caminar tras él."Demonios, ¿ahora cómo me desharé de tí?" pensó enfadado, no le gustaba llevar cargas innecesarias pero algo hacia que soportara a aquella chica.
-Oye, ¿adónde crées que vas?- le preguntó molesta la azabache alcanzandoló en sus pasos.
-A donde tú no estés- le gruñó.
-Pe-pero ¿Cómo puedes abandonarme así? Tú sabes muy bien los peligros que puede correr una joven como yo en esta epoca- dijo asustada.
-Mph... no me interesa, tú no eres mi responsabilidad. Ahora déjame en paz- le dijo deteniendo su marcha y mirándola friamente.
Kagome entendió claramente el mensaje que quería darle el guerrero, así que se quedó inmóvil ante la fría mirada del ojiazul- Etto...- dijo levantando su dedo en señal de que quería hacer una objeción pero no consiguió hacerla ya que el moreno siguió su camino nuevamente.
-Aunque pensándolo bien- se dijo a sí mismo el moreno- sin ella como anzuelo, no podré volverme a enfrentar a ese híbrido de nuevo- cerró los ojos en señal de cansancio y se dió media vuelta para volver con la muchacha.
Kagome se había quedado inmóvil, se sentía sola y estaba pensando cómo haría para sobrevivir "¿Cómo rayos haré para sobrevivir siete días, SIETE MALDITOS DIAS AQUI?" pensó frustrada. -Esto va a estar demasiado difícil- dijo.
-Tienes razón, esto estará demasiado difícil- le respondió el guerrero de manera burlona- Ven, creo que no es buena idea dejarte sola por ahí causando problemas, además aún te debo el favor...- dijo de mala gana.
-¿Lo dices en serio?- preguntó incredúla la muchacha ante el extraño comportamiento del moreno, quien solo asintió seriamente.- Esta bien- dijo feliz y tomó el brazo del muchacho.
-Auch, no seas tonta aún me duele- dijo el guerrero separándose del contacto con la azabache.
-Oh, lo siento- lo soltó rapidamente y le pidió disculpas.- Bien, entonces ¿Adónde iremos?- preguntó ansiosa, de hecho se sentía feliz de compartir una aventura con el orgulloso guerrero que hasta ahora había demostrado no ser tan malo como parecía.
"¿Por qué se emociona tanto?" pensaba el moreno mientras la analizaba "es una niña tonta"- Primero debemos conseguir refugio ¿No te parece?- preguntó de manera irónica.
-em pues sí, tienes razón. La verdad no se mucho de cómo sobrevivir a esta época así que me encuentro a tus órdenes- dijo adoptando una postura de saludo militar, realmente era muy infantilmente divertida- claro, siempre y cuando yo las considere justas y necesarias- le aclaró
-Cómo quieras...-dijo desinteresado el moreno y volvió a emprender su camino.
-Oye, emm pues, no deberías esforzarte tanto ¿sábes? porque como ya te lo he dicho, estás aún herido y eso necesita reposo y...- fue interrumpida por el guerrero.
-Yo sé cómo cuidarme no te preocupes, ahora debemos buscar refugio antes del anochecer o acaso ¿quieres ser presa fácil de los demonios o ladrones?- la intimidó.
-¡Ay ya! está bien está bien, te seguiré- dijo haciendo gestos con sus manos en señal de aceptación.
-Bueno, entonces sígueme y haz silecio- le dijo el moreno sin deterner su paso.
-ahh... esto va a ser aburrido- dijo en susurro la muchacha pensando que el guerrero no la escucharía.
-¡Que te calles ya!-le gritó moderadamente y la chica sólo asintió
Caminaron un buen trecho hasta que se encontraron con un arroyo prácticamente escondido entre los frondosos árboles y arbustos, que no hubiera sido descubierto si Kagome no se hubiera apoyado en una rama que se quebró dejándola caer dentro de aquel sitio.
-Por fín haces algo bien- se burló el joven guerrero desde afuera de la barrera de vegetacion que rodeaba al arroyo.
-Ven a ayudarme y deja decir tonterías- le dijo molesta la azabache que al caerse había rodado por todo el suelo, ya que había un desnivel entre el bosque y ese sitio. Ahora la chica yacía boca abajo en el suelo y estaba completamente llena de tierra y hojas.
Bankotsu saltó y se deslizó por el desnivel llegando a donde se encontraba la joven, se detuvo ante ella y le extendió su mano.-Ven apresúrate, aún hay que inspeccionar este lugar- dijo mientras la ponía de pie rapidamente y sin ningún cuidado.
-¡ay!- reclamó la azabache- no seas bruto- le dijo enfadada.
-shht- le tapó la boca con la mano- deja de hacer ruido, te dije que debemos inspeccionar este lugar- le dijo estando sus rostros muy cerca.
Kagome se paralizó al sentir la mano del guerrero en su rostro y más aún al verlo tan cerca, esa mirada azulina que la hacia perderse en ella. Por primera vez se sintió rara con él y sólo logró asentir apresuradamente.
Bankotsu la miró a los ojos y sintío calidez en aquellos ojos chocolates ¿Qué estaba sucediendo? ¿Qué hacía ella para que él la toleraba? Después de todo era la única que lo habia tratado como su igual y él no la había liquidado. Por un momento estuvieron asi pero un ruido entre los arbustos los distrajo y el moreno rompió la conexión visual. Más no era nada amenazador, sólo una simple liebre.
-Mph... Ya tenemos cena- le dijo a la azabache y la soltó par dirigirle la atención al pequeño y desafortunado animal.
Kagome se quedó ahí otra vez, sumida en sus pensamientos "¿qué rayos había pasado?" pensó para si misma "Dioses, espero que no suceda otra vez... esa cercanía fue muy extraña y... agradable" sacudió su cabeza para intentar quitarse esos pensamientos inoportunos "Kagome, no es conveniente que te pongas tonta con estas cosas" se regañó asi misma "será mejor que me entretenga en algo para dejar de pensar incoherencias" suspiró cansada y se dirigió al arroyo para refrescarse.
-uy...-dijo entusiasmada mientras metía sus manos en la refrescante agua- está deliciosa, tal vez tendré oportunidad de sacarme toda la suciedad que me cargué hoy- dijo mientras miraba su "blanca" blusa colegial que ahora llevaba más tierra que una maceta. Se limpió un poco la cara y tomó algo de agua.
-Ey tú- le gritó el ojiazul desde dónde habían entrado a aquél inmaculado lugar.
-¡Me llamó Kagome! no "tú"- reclamó la azabache.
-Cómo sea... ven debes hacer algo- dijo mientras tiraba al suelo unas verduras y raices que había encontrado.- Supongo que debes saber hervirlas ¿No?
-¿No qué ya teníamos la cena?- se burló de él.
-No fastidies, estoy demasiado agotado como para corretear a una liebre, por ahora es suficiente. Mañana conseguiremos más comida- dijo mientras se acercaba a la chica y la miraba fijamente. El guerrero obviamente habia notado la reaccion de la chica hace unos momentos y sabía que sería divertido confundirla, después de todo debía entretenerse en algo ¿qué no?
-¿Qu-qué haces Ba-Bankotsu?- dijo nerviosamente la muchacha al notar la cercanía.
-Nada que te moleste, creo- dijo seductoramente el moreno. " es tan fácil confundir a estas chiquillas" se reía en su interior.- ¿o sí?- estaba tan cerca de ella que un movimiento en falso haría que se besaran.
-Pues...- dijo la chica volviendo a su compostura y separándose rapidamente del moreno- yo creo que si- se agachó a tomar las verduras y se dirigió a lavarlas.
"Já esto va a estar divertido" pensó el guerrero mientras observaba como la azabache se atareaba con las verduras.
-¿qué tonteras piensa ese guerrero?- cuestionaba la azabache- sólo son siete días Kag... vamos, tú puedes... sólo siete días- se dió animos la muchacha, sería difícil soportar al joven guerrero si se comenzaba a comportar de esa manera tan vergonzosa. Sólo debería esperar ese lapso de tiempo para volver a la aldea con InuYasha y los demás, para entonces debía convencer al guerrero de que debía conciliar su camino y dejar atrás su pasado como mercenario. ¿Cómo lo lograría? Hasta ahora no se le había ocurrido ningún plan pero tampoco bajaría los brazos. Haría todo lo posible por salvarlo.
