Crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer. Así como lo son Edward y Bella. Solo la trama es mía.


Ahí estas sentado, observándola, persiguiéndola como un verdadero acosador, porque no la puedes dejar sola ni un momento. Sin ella, no sos nada.

Y es que ella es tan frágil, tan torpe, tan hermosa, tan humana. Por eso estás ahí, mirándola como si vieras el sol por primera vez. Porque ella es eso, un sol, tu sol, ella te ilumina, ella te devolvió cosas que creías perdidas.

En ese momento, en que la observas, sentado en la mecedora de su habitación, tu monstruo interior sale a la luz, porque quieres su sangre. Porque ella te tienta como nadie. Ella es tu droga. Tu marca personal de heroína. Pero con el tiempo, has aprendido a que si le hicieras daño, no te lo podrías perdonar.

Y recuerdas la primera vez que la oliste, cuando veías a esa joven de ojos color chocolate como un demonio, que iba a arruinar tu existencia. ¡Ja! Las vueltas que da la vida. Claro, ''vida''.

Y ella se convirtió en tu ángel. Ese ángel que te salvó, cuando ya creías que nadie podía hacerlo. Ese ángel que te hizo volver a sonreír. Ese ángel que te devolvió tu lado más humano.

Por eso no podrías hacerle esto a ella. A ella no. No a ese hermoso ángel de ojos color chocolate que no hizo más que darte felicidad. No a ese hermoso ángel que te alegra los días con solo respirar. Con un latido de su corazón. Con un sonrojo de sus mejillas.

En ese momento decides que no. No le podías quitar su alma.

Te das cuenta que con vos, ella no puede vivir las experiencias que le quedan. Si, la llevaste al baile de graduación, pero, ¿y qué?, eso no es nada comparado con la posibilidad de robarle la oportunidad de tener una vida. De robar su alma.

Así, tienes que elegir entre lo que el monstruo egoísta querría -hacerla tuya para siempre, y que nadie más pueda tocarla-, o ese lado más humano que ella logró revivir y darte cuenta que con vos, su vida, no es vida. Que no podrías darle lo que ella necesita.

Si, le amas. Le amas más que a tu propia vida.

Y es por eso, que ella no se merece eso. Y como un cobarde, dejas de luchar contra la corriente. Caes en la cuenta de que nunca podrán estar juntos sin que la conviertas en un monstruo. Aunque, ¿cómo un ángel como ella puede convertirse en algo como tú?

Es el lado humano quien gana. Y después de ver como sus preciosos ojos del color chocolate más hermoso jamás visto pierden su brillo, y se convierten en un pozo vacío y sin vida, en el mismo momento que le dices que no le amas. Que idea más absurda. ¿Cómo podría dejar de amarla, si ella significa tu vida?

Pero no puedes hacerle esto. NO. No a ella. ''Debes irte, no la mires, no te des vuelta'' te dices a ti mismo.

Cuando lo que más quieres es darte la vuelta y tenerla entre tus brazos y no soltarla jamás. Tenerla allí para siempre.

En cambio decides decirle: ''será como si nunca hubiera existido''. Porque eso vas a intentar hacer. Que se olvide de vos. Que se enamore de un humano que pueda darle todo lo que necesite. Y aunque eso genere un vacío inmenso en tu pecho, debes hacerlo. Deberás vivir de recuerdos, pero no puedes quitarle la vida.

Aunque eso mate a ambos, te dices mentalmente.

Pero es tiempo de despedidas. Es momento de decir adiós.

Fin


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