Disclaimer: Harry Potter y su universo no me pertenecen. Lo que hay aquí escrito sí.


La luz del amanecer, a pesar de tenue y tener los ojos cerrados, era cegadora para él. Quería dormir, joder. ¿Quién había corrido la cortina? Poco a poco, fue cobrando conciencia de dónde estaba, quién era y con quién debía estar, así que, buscando a su chica, giró sobre sí mismo, dándole la espalda al sol. Sin abrir los ojos, tanteó el colchón hasta encontrar lo que buscaba, el cuerpo de su chica, y se apretó contra él.

Respiró el aroma tan característico de ella y recordó la primera vez que lo olió…

Fue antes de que todo empezara, antes de que su vida empezara a cambiar… Aunque él no lo supiera.

Un tren, inexistente para muchos de los mortales, viajaba a toda velocidad por las vías de camino a la escuela. Era allí dónde debía ir. Para aprender todo aquello necesario para ser un gran mago, con gran poder, le habían dicho. Y él, ansioso, había pensado que eso era todo. Llegar, decir su apellido y que le enseñaran un par de trucos.

Nunca, nunca había esperado encontrarse con una niñata sabelotodo que casi conseguía opacarlo en los estudios. Una niña a la que le encantaba molestar cuando ella no le había hecho nada, excepto ser una sangre sucia. Y era raro, porque nunca recordaba los nombres de esos… medios magos. Sin embargo, siempre recordó su nombre, aunque nunca se planteó por qué. Y ahora, varios años después, sabía que aunque lo hubiera hecho, nunca habría reconocido la verdadera razón…

Ahora, unos cuantos años después de la guerra, con un poco de madurez acumulada, podía admitirse al menos a sí mismo, por qué nunca, en todos los años de Hogwarts nunca se había olvidado de su nombre. Por qué había hecho una diferenciación con ella de los demás sangre sucias. Y, unos cuantos años más tarde, podía asegurar que no tenía nada que ver con Potter o Weasley.

¿El por qué? Muy simple. Nada más llegar al andén 9 y tres cuartos, dos niños se encontraron. Y uno de ellos, decidido por naturaleza, sin saber siquiera el nombre de la niña, decidió, inconscientemente, de una manera prematura y perversa, que ella sería su chica.


Espero que les haya gustado. Este es un regalo para Romi.

Muchas gracias por leer :). Cualquier tipo de comentario es bien recibido.

Neko