PROLOGO.
Los hermanos siempre se ayudarán entre ellos. Cuando un hermano se encuentre en problemas, no importa las dificultades de este, el otro hermano lo ayudará a salir del aprieto. Los hermanos siempre serán hermanos.
Las cosas no hubiesen cambiado si, en esa noche de invierno, Subaru no hubiera tenido tanta hambre.
Caminó con lentitud por los pasillos oscuros de la mansión, y todavía estaba algo somnoliento. Pisaba cualquier cosa que estuviese en el piso (ni que su hermano mayor permitiera que cosas de sus otros hermanos estén tiradas por ahí, pero habían varias chucherías con excepciones) y se tropezaba hasta con sus propios pies. Hacía un frío voraz fuera de su ataud, pero estaba tan hambriento que no le importaba si sus pies estaban azules y entumecidos. Camino por dos, tres, cuatro pasillos más, y cuando estaba a punto de llegar a la cocina, la luz de la habitación de Yui interrumpió sus pasos.
Eso llenó de preguntas al joven Subaru, ya que la humana jamás se quedaba hasta tan tarde despierta. Después de un día completamente agotador gracias a los trillizos (y a veces por él, lo admitía) se iba a dormir y nadie la veía levantarse de esa cama o que las luces se encendieran por cualquier razón. Por un momento, a Subaru se le pasó el sueño de repente, olvidó la idea de devorar el refrigerador entero y despacio se encaminó hacia la entrada de "aquella" habitación.
Oh, que chico tan malo se sentía en esa situación. Entrando a la habitación de una chica en plena noche, ¿que pensarían los demás?... bueno, ellos eran peores, él solo tenía curiosidad, ¿no es así? Pero detrás de esa pregunta esperaban imágenes mentales que no quería ver y que tal vez estarían sucediendo en ese momento: tal vez, uno de sus hermanos estaba en su habitación y... se escuchó un jadeo ahogado, dentro del lugar.
¡Y vaya a saber lo que le estaban haciendo a Yui en ese momento!
— ¡Yui! ¡Oye tú, maldito pervertido! —gritó, abriendo la puerta con toda su fuerza y causando un gran estruendo dentro de la alcoba.
— ¿Subaru?
Le hubiese gustado encontrarse con un pervertido, un trastornado consigo mismo o un traficante de dulces con problemas del sueño.
Pero no, no se había encontrado con eso. Se había encontrado con algo mucho peor.
Al lado de la gran cama rosada, donde arriba miles de telas de colores que no llegó a distinguir bien cubría, estaba uno de sus hermanos. Tenía las piernas, brazos y torso al descubierto y solamente pequeñas prendas color azuladas tapaban sus "Cosas". Las prendas azules destacaban sobre la blanca y brillante piel de la persona, que se había quedado petrificada frente a un gran espejo. Las piernas increiblemente largas parecían tersas y suaves, sin rastros de vello por ningún lado a pesar de ser hombre. Se había dado la vuelta al escuchar el estruendo de la puerta y de ahí no se había movido, con la boca abierta y una expresión de horror en sus ojos.
Subaru se quedó en la entrada, con la boca abierta, paralizado por la imagen que jamás pensó que vería a lo largo de toda su vida. Y, sin dudarlo, la que se quedaría pegada hasta que muriera o sufriera un derrame cerebral.
Oh si, porque había encontrado a su hermano mayor en la habitación de Yui, frente a un espejo y semi desnudo, vestido con lencería francesa. Lencería francesa muy atrevida.
Pero hubiese sido menos traumante si se tratara de Shu, ya que al menos encontraría una razón para decirle raro al único normal de su familia. Oh no, no, no, no. Se había encontrado con el astuto, inteligente y responsable Reiji Sakamaki, vestido con lencería francesa.
— Oh, por todos los santos... —murmuró Subaru, sosteniendo su peso en el marco de la puerta. Pasó una mano por sus cabellos y la dejó allí, sin poderselo creer.
Si, definitivamente le hubiese gustado encontrarse con un pervertido, un trastornado o un traficante de dulces. Hubiese estado encantado.
PERO NO.
Parecía que Reiji había reaccionado a la milésima de segundo en la que Subaru parecía que se iba a desmayar, o al menos tenía toda la pinta de hacerlo. Comenzó a hablar apresuradamente, moviendo sus manos:
— ¡N-no es lo que parece, Subaru!
Subaru se tapó la cara con las manos, intentando no ver a su hermano mayor con ese atuendo.
— ¡Pues ya es bastante obvio lo que parece!
Reiji con prisa tomó su camisa, que colgaba vagamente en el armario de la chica, y se vistió con ella para ocultar el brassier azul. Buscó sus pantalones, pero no los encontró por ningún lado, y cuando los vio, se dio cuenta de que estaban debajo de los pies de Subaru.
Todo esto se estaba volviendo en su peor pesadilla.
— Mira Subaru —intentó razonar, levantando sus manos y caminando lentamente hacia su hermano menor—, hablaremos de esto tranquilamente una vez que me haya vestido. Prepararé té y...
— ¿¡De que quieres hablar, de que tengo un hermano medio travesti!? —bramó Subaru, muy avergonzado, aun con los ojos cubiertos. Sintió la escencia de Reiji acercarse y sufrió un escalofrío de terror—. ¡N-no te acerques a mí vestido de esa manera!
— ¡Cierra la boca, pueden despertar tus otros hermanos! —masculló, irritado Reiji. Paró de caminar—. ¡Escucha, te lo explicaré bien si te calmas, dejas de gritar como colegiala y quitas tus pies de mis pantalones para que pueda ponérmelos!
Se quedaron un momento en silencio mientras Subaru sopesaba sus opciones. Al cabo de medio minuto, suspiró y dio un paso a la derecha, liberando los pantalones de Reiji. Este los tomó rápidamente, exhalando aliviado.
— Gracias por mantener la calma —dijo y le puso una mano sobre el hombro, frotándolo en modo amistoso.
Subaru se sacó lentamente la mano de los ojos y, pensando que ya había pasado todo lo malo, su vista instantáneamente se fijó en el bulto que gracias al cielo esas bragas cubrían.
Lo que pudo destruir todo su auto-control de no gritar y llorar como una niña fue el pensamiento que le vino al ver lo que no debía de su hermano: que era sorprendentemente GRANDE.
— ¡ALEJA ESA COSA DE MÍ!
LOL.
Ojala les haya gustado este prologo XDD subiré el siguiente capitulo dentro de poco.
¡Bye bye!
By: Shelikernr
