Victorious y sus personajes no me pertenecen xd


CELOS

—Aléjate de ella si aprecias tu estúpida y mísera vida.

Celo.s.m.1. Impulso que mueve a alguien a hacer bien las cosas. 2. Exacerbación del apetito sexual en los animales. 3. Sospecha o temor de que la persona a la que uno ama quiera o prefiere a otro. 4. Envidia de alguien, en especial de un niño, hacia otro mejor atendido.

Según la conocida psicología los celos son sospechas de la persona hacia su pareja por temor a dejarla por otra. Aquellas personas celosas y posesivas poseen una baja autoestima y una imaginación tan grande como la muralla china, además de una agresividad poco controlable. Que si bien los celos van de la mano con el amor, cuando es en exceso puede causar dolor y se convierten en enfermizos. Tanta teoría para una persona. En este caso, Jade.

Al principio a Tori le resultaba lindo los celos de Jade. Sí, estaba enterada que la chica pálida era muy posesiva incapaz de controlar los famosos celos, pero con Beck cuando en su tiempo fueron novios y por los mismos rompieron tantas veces que faltaban los dedos de las manos para contarlas. Lo que no sabía era que cuando ellas, para sorpresa de todos, empezaron a salir Jade tendría la misma o más cantidad de atención en los movimientos que la latina realizaba como vigilar con quién y qué tiempo conversaban. No olvidándose de esas miradas que lanzaba cada que la veía con alguien desconocida(o) sumándole el interrogatorio acerca de la misma.

Pensó por un momento que su novia no tenía la suficiente confianza la cual era esencial en una relación. Sin embargo meditando bien, su ex-novio jamás le fue infiel y su hipótesis se iba al diablo de inmediato. Se resignó sin encontrar la solución al pequeño problema que atravesaba al inicio.

Desconfianza. v. intr. 1. No confiar, dudar de alguien o algo.En cuanto al acento, se conjuga con ansiar: desconfío. FAM. Desconfiado.

—Jade... ¿Confías en mí? — preguntó Tori meses atrás estando al lado de su novia observando una película en su casa.

A la gótica la pregunta la tomó por sorpresa pero luego relajo sus facciones en su rostro y sonrió.

—Por supuesto, Vega— y continuó con la vista en el televisor.

—Si confías como dices ¿Por qué eres tan...tú sabes...celosa?

Sintió la tensión en el ambiente y lanzó un largo suspiro. Jade se hallaba con el ceño fruncido sin hablar siquiera. Parecía molesta pero lo disimulaba sin mirarla.

—Yo sí confío en ti, Tori.

Eso era muy falso. Al menos Tori lo pensaba de aquella forma.

Iba a interrumpir con un comentario contrariando al de Jade más la segunda siguió hablando.

—En quien no confío es en los perdedores que quieren ligar contigo.

Esa oración le parecía conocida. Estaba segura que la leyó en un libro que había encontrado en la habitación de Trina. Era el tipo de frase que diría la persona celosa "Yo confío en ti, pero no pondré las manos al fuego por los que te rodean." También recordó que al leer ello lo relaciono de inmediato con Jade. Hasta apostaba que la subrayó.

—Sabes que jamás les seguiría el juego.

Las voces que minutos antes se escuchaban en el televisor se cortaron de golpe. La pálida había apagado el electrodoméstico desenlazando sus manos, se puso de pie y miró directamente a los ojos cafés. Ahora si se había puesto furiosa.

— ¿A dónde quieres llegar con estas preguntas, Vega?

Confirmado. Hace mucho ya no la llamaba Vega. Excepto cuando discutían o Jade realizaba las escenitas comunes de celos. Dejó de nombrarla de tal apodo cuando parecía que se asechaba una ruptura. Cuando todos pensaron que la pareja feliz no rondaría por los pasillos y la Jade posesiva se alejaría ya. Sin embargo poco después regresaron sin ayuda de terceros y "Vega" se echó al olvido.

Aunque Tori debía admitir que extrañaba que la llame así pues en los labios de Jade sonaba de tal manera que nadie podía copiarlo, inigualable, estaba el hecho de que solo sus maestros le hablaban por su apellido y que la gótica lo haga. Daba a entender que no se tenían la suficiente confianza.

Y ahí se encontraba de nuevo la palabra.

¿Confiar? ¿Qué era confiar? O la pregunta correcta era ¿Qué era confiar para Jade? Tori no era celosa, al menos no tanto. Sabía ocultar sus celos y le gustaba hablar antes de sacar conclusiones apresuradas. Aquello que Jade nunca realizaba. Siempre actuaba por actuar y no pensaba en el resto, en los que la rodeaban, en los que la miraban mal. Su imaginación era grande. La morena se preguntaba todos los días ¿Qué imaginaba Jade para que sea tan posesiva? ¿Qué la dejaría por el primero que se cruzara en su camino? ¿Eso? ¿Tan mala persona creía que era? Claramente Jade, poseía una confianza baja, muy baja, tan baja que se asemejaba a: No te creo. Sinónimo a esa palabra que odiaba tanto 'Desconfianza'

Quizá hasta en la cabeza de Jade se le había pasado ponerle un GPS a Tori o una cámara viendo todo lo que hacía. La segunda si confiaba en la primera, la primera hizo un guion donde la temática eran los celos con respecto a la segunda.

Entonces estaba la pregunta formulada.

¿A dónde iba con el cuestionario?

Le demostró de mil formas a Jade que era y será la única, que serle infiel no se hallaba en su proyecto de vida y que ganar su confianza era una opción viable. Lo malo era que la gótica no captaba la información y después iban con lo mismo.

—No entiendo tus celos, eso es todo —Jade sonrió una vez más, sarcástica.

—Sabes que soy celosa, no veo porqué la sorpresa.

Y con ello le dio fin a su conversación.

Por supuesto, eso era al inicio. Lo que no espero luego fue que Jade arme sus escenas en publicó. No es que antes no las haya hecho, pero de 10 fueron 2 y su novia le hizo creer que habían sido de casualidad, que su furia salió y no pudo evitarla. Esta vez, la gótica pareció crear un plan donde los show fueran 8 de 10. Donde cada uno de los alumnos de HA se encargaran de escuchar y captar que con Tori nadie se mete.

Ahí la ira de la morena subió de tono.

—No la entiendo, Beck, te juro que por más que trato... ¡No la entiendo!

Hablar con tu amigo. El ex-novio de tu novia, no estaba planeado.

Por una parte admiraba mucho a Beck. Dos años no era poco y dos años rodeado de aquellas escenas quería decir que su amigo poseía mucha paciencia. Paciencia que a Tori se le iba agotando. Pero volviendo con Beck ¿Cómo era que él soportaba los des plantes? Si mas no recordaba cada que discutían era a causa de esos celos. Pero el moreno siempre se reflejaba relajado y parecía no fastidiarlo. Era de hecho que la paciencia le sobraba.

Paciencia. s. f. 1. Calma o tranquilidad en la espera. 2. Capacidad de aguantar un sufrimiento o algo pesado o molesto. 3. Tranquilidad para hacer cosas minuciosas o difíciles. 4. Lentitud para hacer las cosas.

—Paciencia, Tori, es la palabra clave.

Fue su única y simple respuesta. Le lanzó una sonrisa que quizá era una de aquellas que te dejaba encantada y tranquilizada para después irse a su siguiente clase. Con la mitad latina no funcionó ya que sus palabras no le servían cuando pensó que le diría otras. Alentadoras, tal vez. Y no unas descifrables.

Su pregunta exacta era:

¿Dónde se metió su paciencia?

Su padre siempre le resaltó que una de sus virtudes era su gran paciencia. Ella no se dejaba vencer con facilidad y era paciente en muchos aspectos. Por ejemplo vivir con Trina era un clara y precisa muestra de paciencia. Sus ataques de creerse la cantante perfecta eran al azar y no sabías cuando lo haría. Debías estar atenta para el momento. Y no gritar como loca al escucharla. Tori la soportaba en su auto, todos los días, quince minutos y solo sonreía por su hermana. Después de todo hacia un esfuerzo. Después de todo era su hermana. Después de todo su paciencia era amplia. Amplia en aquel entonces. Tori era capaz de soportar todo tipo de cosas. Sin mostrarse como tonta, respetándose. En el momento de su primer día al caerle café helado en su cabello lo soportó. Lo soportó porque en ese instante no deseaba problemas, pero tampoco se quedaría luego con los brazos cruzados viendo como esa chica ruda la fastidiaba.

Soportó visualizar a su amiga Cat con el que fue su novio y al que quiso mucho. El contenerse viéndolos besarse pero cometer un error más tarde que trajo como todo acto malo, consecuencias. Soporto un golpe de la pelirroja, golpe que fue tan fuerte que la llevo hasta un hospital. Aún así supo mostrar madurez a su corta edad. Soportó al igual que los ya mencionados que se burlen de un granito notable en su barbilla. Más tarde cobró venganza sabiendo que no era del todo buena. Soportó que alguna vez la chica que es su novia le arruine su "Bailongo" como lo llamó. Soportó el engaño de un chico quien la utilizó por una nota. Soportó a la novia loca de su mejor amigo André. Soportó estar en un auto sin techo bajo la lluvia por dos horas. Soportó estar días sin su preciado pearphone. Soportó las burlas luego de la vergüenza que pasó al ser arrastrada por un perro cantando el himno nacional...soportó, soportó, soportó...

Soportar. v. tr. 1. Tener sobre sí un peso o una carga. 2. Aguantar un dolor, dificultad, molestia, etc., con resignación. FAM. Soportable.

Pues ni ella misma sabía dónde podía encontrarla. Su paciencia se había refugiado muy bien y ella ansiaba hallarla lo más pronto posible. Lo más rápido que pueda, porque incluso soportar era otra palabra que se estaba perdiendo en su gramática.

Su madre no era posesiva. No recordaba algún hecho parecido al tema. Su padre tampoco se hacía notar con ayuda de los celos, y su hermana a pesar de estar loca, no lo era. Y pues ella, peor lo sería. En conclusión, el confiar plenamente en tu pareja estaba en la sangre de los Vega. Impedirlo sería imposible.

Entonces un flash-back llegó invadiendo su mente.

Tori sí había sentido celos. Esos retorcidos y odiosos celos. Fue cuando Jade y ella tenían casi tres meses. Cuando su relación no se basaba en la desconfianza aún, cuando todo era "color de rosas".

Llegó temprano por culpa de Trina. Buffet gratis le dijeron y eso bastó para que su -no tan cuerda- hermana corriera como un corre caminos. Tuvo que esperar cuarenta minutos hasta ver que los alumnos llegaran y formaran sus grupos. Pues Trina la dejó sola al pisar HA. Descubrió que Cat era puntual y Robbie seguía sus pasos. Pero también descubrió que Jade, su novia, no perdía la oportunidad de llegar con Beck, el exnovio de su novia, y pasaban largos minutos conversando juntos (mientras ella aún estaba en casa, con su hermana, tomando desayuno a la espera de ir a la escuela)

Bendito buffet.

—No te preocupes, Tori, ellos siempre se aíslan y conversan en su mundo— le dijo una inocente y sonriente Cat.

Conversaban, conversaban, se sonreían, se jugaban de manos, de nuevo se sonreían, conversaban, se abrazaban, se sonreían...otra vez

Sintió que toda su sangre circulaba a su rostro. Sus manos formaban unos muy lindos puños y que si no le echaban un poco de agua a su cara, explotaría pues todo el calor se había acumulado allí. Sep., su rostro se calentaba.

¿Eso sentía Jade, siempre? Porque si eso era sentir celos pues por una parte la entendía. Ya que tenía unas ganas de ir hasta ellos y darle un gran puñetazo en la mejilla de Beck sin importarle borrar su belleza, eso era lo de menos. Pero se contuvo. Una fuerte decisión pero se contuvo y continuo su camino junto a Cat, Robbie y ese maldito muñeco pervertido. Así quizá se calmaría un poco.

Pero sus celos, en ese entonces, no se comparaban con los celos enfermizos de Jade. Ella aunque tuvo la oportunidad, no fue, gritó y cuestionó el acercamiento a su novia. Con el dolor, el profundo dolor y las punzadas de la desconfianza, se aguantó. Soportó y respetó al resto. Pues luego conversó con la gótica siendo aclaradas muchas dudas y sobre todo...confió.

Límite. s. m. 1. Línea real o imaginaria que señala la separación entre dos cosas. 2. Final o grado máximo de algo. 3. Punto, grado, momento, etc., que no se puede o no se debe sobrepasar. También adj. || 4. situación límite Situación o estado de máximo peligro o gravedad.

Tomar una decisión no era complicado. Ni mucho menos era la cosa más fácil que exista. Se encontraba en la línea media entre lo bueno y lo malo. Si elegías la equivocada, simplemente debías resignarte y afrontar los posteriores hechos. De lo contrario, si elegías la correcta, sonreír era lo único que realizarías además de auto felicitarte. Para Tori una decisión, era cuestión de meditar. Pero cuando aquella decisión trazaba su futuro, necesitaba urgente ayuda. Una ayuda de alguna persona madura, en este caso. Su madre y si no, su padre.

Con características similares a las hermana Vega. Cabello castaño, piel morena y ojos chocolate. Amante de la tecnología. No era la madre perfecta, ninguna lo era, pero siempre estaba a los pies de sus hijas, quienes debían aprender mucho de la vida. Tropezando, sí, más la señora Vega estaría ahí para consolarlas.

Tomó una profunda respiración. Sus pies le pesaban y estaba segura que estos le fallarían si no se movía ya. Así que lo hizo. Avanzó hacia su madre, Holly, dejándose caer al par de la mujer. No la miró pero sintió en ella la atención de su mamá. También pudo visualizar como la mayor dejaba a un lado su móvil y se acomodaba mejor en el sofá. No todos los días tu hija llega y desea conversar contigo. Peor si son adolescentes pues prefieren hablarlo con chicos de su edad que con sus propios progenitores. Quizá el miedo de la riña.

— ¿Qué pasa, cariño?

Cariño. Perfecto ¿Dónde había oído aquel apelativo? Claro. Jade.

—Cariño no, mamá— por fin pudo observarla a los ojos y su rostro comprensivo y pasivo la mataba ¿Por qué no podía ser como ella? Tan fuerte y completamente segura.

—Bien, bien... volveré a preguntar ¿Pasa algo, Tori?

Sí. Muchas cosas. Demasiadas diría la morena. Tantas que no podría terminar en una noche, necesitaría todo un día para finalizar el relato. Eso era lo malo, que debía contarle desde el comienzo con los mínimos detalles a su madre. Ya que, toda mamá poseía el don de cambiar y exagerar los argumentos. No quería que ella se acelere.

Comenzando por ella misma. Por su inseguridad. Por su "poca paciencia" y por sus indecisiones. Y continuando con Jade. No la Jade que su madre conoció tiempo atrás en una cena familiar. Está era una Jade posesiva y celosa. Una desconocida ante los ojos de sus padres.

— ¿Cuándo una persona llega a su límite, mamá?

Su clase de coro era una de sus favoritas. No era el hecho de llevar consigo una melodiosa voz admirable con la cual sus compañeros, muchos de ellos, querían trabajar, era porque disfrutaba cantando y cada que lo hacía volaba a su mundo. Mundo donde hagas lo que hagas no trae consecuencias y culpas. Donde puedes sentirte libre y relajada. Amaba cantar. Incluso más que a su hermana.

El maestro, Pérez, les había dejado un trabajo en parejas. Que consumía gran parte de su nota. El 60% para ser exactos. Ellos debían crear la letra, música y sonidos. En este caso. Serían sus propios productores. Un gran trabajo que ameritaba tiempo y esfuerzo y sobre todo. Grupal.

Tori, confiada de que, como siempre sucedía, muchos de los alumnos la rodearían espero por un buen compañero. Pero no supo que la espera iba a ser larga y al final ella solo iría a conseguirla

No procesaba la actitud de los demás. No veía porqué está sería la excepción. Solo...no comprendía.

—Hey Matt

El chico alto, con unos resaltantes ojos verdes y cabellos negros le regaló una seca y nerviosa sonrisa. No soltando palabra alguna. Tori esquivo su carácter singular. Y fue a lo suyo.

—Me preguntaba pues... como el maestro dejó en claro que se agrupen en pares...

—No puedo, Torí...yo...lo siento— el muchacho apenado y con el rostro gritando un notable "¿Qué has hecho idiota?" le brindó una sonrisa más a la morena. La última, por simple que era no podía descifrar su actitud. Hace solo semanas el mismo Matt le había dicho que en cualquier proyecto podía contar con su apoyo y le recalcó que él era una buena opción como integrante de algún grupo. Y luego sale con esto.

—Ok, está bien...pensé que podíamos ayudarnos.

El de cabellos negros no perdía el momento de vigilar y girar su cuello a todas direcciones. Se fracturaría algún huesillo si continuaba con aquella acción.

La morena no podía seguir conversando si Matt seguía con ese miedo haciendo creer que Tori era un delincuente y por lo tanto debía estar al acecho de algún suceso. Le molestaba.

—Yo...debo irme, debo resolver algunos asuntos. Nos vemos Tori.

Y se alejó con el mismo nerviosismo.

Se tomó un tiempo para darse cuenta del por qué. Al menos esa era su hipótesis. Una hipótesis que si bien podría ser errónea pero tenía más posibilidades de ser la correcta.

Jade días antes había cruzado la línea. Golpeó a un chico que le coqueteaba, porque en verdad lo hacía, con Tori. Consiguiendo que el pobre despierte en enfermería y con un pavor de volver a cruzarse con la gótica. Toda la escuela ya estaba al tanto del acto y las miradas a la morena eran cada vez menos. Fue cuando Tori se sintió furiosa, molesta, llena de ira.

Solo sus amigos tenían el valor de acercarse y entablar una conversación por más de media hora. Lo que hizo Matt, ya era mucho comparado con lo que los demás hacían. Pues el miedo de que una pálida llegue con un porcentaje mínimo de 0.001 y no les haga daño, era tener demasiada suerte.

— ¿Por qué la pregunta, bebé?—interrogó Holly, turbada en absoluto por el humor repentino de su menor hija.

—Tampoco bebé...es que ¿No puedo acaso preguntar?

— ¡Mamá! ¿Has visto mi secadora de cabello? Porque estoy segura que-

Imprudencia. s. f. 1. Falta de prudencia. 2. Cosa imprudente. || 3. imprudencia temeraria La que por representar un peligro para alguien constituye un delito.

Tener un abuelo que te consiente a espaldas de tus padres, para un niño, es lo mejor que podría pasarle. Tener un tío al que puedas contarle alguna pequeña cosa minuciosa, para un púber, era fantástico. Tener un primo cómplice de tus actos de "vandalismo", para un adolescente, es poseer a un amigo más. Pero tener un hermano confidente, presente en cada instante de tu vida y visualizar por las piedras que tienes que esquivar, para cada persona habitante de la Tierra, es una conciencia visible que carece de miedo al decirte si estas o no haciendo bien tus cosas.

Sin embargo, un hermano sin joderte la vida no es un verdadero hermano. Eso Tori Vega, lo podía confirmar las veces que se lo pidan. No era que ansiaba desaparecer a su hermana con solo pedir un deseo. No era que quisiera colocarle un cierre en la boca para callar la de una buena vez. No era que deseaba arrancarle las cuerdas vocales impidiendo que 'cante' una vez más. Era que moría por regalarle a su hermana un gramo de prudencia, esa que le hacía falta urgente.

¿Quién no se fastidiaba cuando en aquel momento donde contabas a alguna persona algo importante llegaba otra he interrumpía? Trina era esa persona que suspendía en cualquier lapso sin interesarse, hablando solo de ella.

—No Cat, mañana no puedo porq-

— ¡Tori! ¡Tori!

Música para los oídos de la Vega menor. Llegaba el ogro.

— ¿Me puedes explicar lo que están diciendo los demás?

La morena la observo molesta. Estaba conversando con Cat, amenamente y en la parte más interesante del relato. Y a su hermana eso le valió nada. Se notaba que pertenecían a la misma familia.

—Trina...estoy con compañía, así que puedes ir moviendo tus pies con rumbo a las escaleras directo a tu cuarto—respondió suspirando pesado.

—Duuuh...no me importa, solo quiero que respondas algo.

Sí, eso tenía que aguantar todos los días.

—Adiós Trina.

— ¡Solo responde!

— ¡No!

—No me iré de aquí si no me respondes.

—Entonces con gusto veré como te salen raíces.

— ¡Tori!

— ¡Trina!

—Cat está aquí— dijo la pelirroja levantado su mano. Consiguiendo la mirada extraña de las Vega.

—Y Cat se puede ir yendo porque Tori debe contarme algo muy importante.

Decía Trina mientras empujaba a la pequeña hacia la salida. Enserio que la morena no soportaba a su hermana en momentos como estos.

— ¡Ya te dije que no te diré nada!

— ¡Estas saliendo con Jade!


Vine a darme un paseo por aquí :3 y entonces merece continuación?

Nos vemos y Saludos! xo