¡Hola!

Bueno, los personajes en los que me baso no me pertencen, son de JK Rowling, pero la personalidad de algunos de ellos ¡sí, en fin¿qué más os puedo decir? No se me da muy bien explicar la historia,sólo que estará llena de sorpresas para todos los personajes y que espero que os riáis

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CAPÍTULO I: LA CONSPIRACIÓN.

"La guerra ha terminado, Voldemort ha sido derrotado y con él todos los mortífagos. Finalmente y, como de costumbre, Trelawney se ha equivocado con sus profecías y ni Harry ni Voldemort han muerto… ¿pero como lo haré?" –pensaba Dumbledore, quien, a pesar de las apariencias tampoco había muerto- "estaría mejor muerto que teniendo que resolver este dilema, está claro que no puedo matar a Voldemort así como así, un mago con buen corazón y conciencia no haría eso, y menos yo, que soy Dumbledore, de otro me lo esperaría, pero de mi no"

Eso era un problema, no podían dejar a Voldemort y sus mortífagos en Sacaban pues lograrían salir de allí, ya se había demostrado que los dementotes no eran suficiente para impedirlo, pero tampoco podían matarlos… ¿qué hacer? Desde que El señor Tenebroso había caído todo estaba muy tranquilo, bueno, lo tranquilo que se podía estar en Hogwarts con tanto crío suelto… "pero, un momento" –pensó Dumbledore- "Hogwarts, críos, risas, niños, escuela….¡Voldemort¡Eureka¡Ya lo tengo!"

Dumbledore salió disparado de su despacho en dirección a la Sala de Profesores donde se encontró con todo el profesorado tomando un café y comentando:

- ¡Jajaja, no me hagas reír Severus! –Decía coqueta la Profesora McGonahall- sabes bien que Yo nunca haría eso…

- ¿Ah, no? Pues entonces dime ¿Cómo es posible que a una alumna de Griffindorf se le meta en la cabeza que puede intentar ligar con su profesor de Pociones que es de Slytherin? –comentaba cabreado Severus, que había tenido que echar una maldición a una alumna de quinto que se encontró en su habitación con pocas intenciones de estudiar pociones.

- Pues no tengo ni idea, Sev –Contestó la profesora, que realmente sí que lo sabía, pero que sólo por verle en esa situación haría lo que fuese.

- NO me llames así, que luego nos oyen los alumnos y…..

- ¡ATENCIÓN! – gritó Dumbledore dando un portazo al entrar en la Sala.

Todos los profesores se sobresaltaron, algunos soltaron un pequeño gritito y la mayoría dejaron caer al suelo su taza e café manchando las túnicas de sus vecinos. Nadie esperaba que el Director entrara de esa forma asustándolos a todos que, en realidad, tendrían que estar dando clases, pero un café es un café… eso no se discute. Pasado el susto inicial, las caras de sorpresa fueron tonándose en caras de disgusto por sus túnicas manchadas y todas las miradas se dirigieron hacia el recién llegado.

Dumbledore estaba parado en la entrada y los miraba a todos con una gran sonrisa, algo raro en los últimos días, pues desde que el Ministerio le había concedido la responsabilidad de decidir qué hacer con Voldemort había sido muy raro verlo en público y mucho menos sonriendo, a pesar de todos los motivos que tenía para ello. Sin embargo, ahora, sonreía abiertamente.

- ¡Ya lo sé! – dijo el mago avanzando lentamente hasta el centro de la estancia, cerrando a sus espaldas la puerta y echando un hechizo insonorizador para que nadie les oyese – ya sé qué es lo que haré con Voldemort.

Todos lo miraron expectantes por saber cual habría sido la solución que habría pensado el honorable mago, "tendría que ser algo brillante", pensó Severus; "seguro que es una locura como de costumbre" se dijo para sí misma Minerva; "¿Qué, cómo, cuándo?" se preguntó Lupin, que había vuelto a dar clases de DCAO y se había quedado dormido debido a sus aficiones nocturnas.

- ¡No me miréis con esa cara! Por fin sé que hacer con Voldemort… ¿acaso no es eso una buena noticia? – la cara de póquer de sus compañeros no cambió.

- Bueno – dijo Minerva cuando consiguió recuperarse del shock- ¿se puede saber QUÉ es lo que has pensado? No vamos a utilizar legirimencia para esto Dumbledore. "Obviamente cada día está más excéntrico, vete tú a saber qué demonios habrá pensado... ¡por Merlín"

- Sí, Dinos Dumbledore – animó Lupin qué ya por fin se había enterado del asunto.

- Bueno, al verdad es que ahora me da algo de vergüenza, por lo que vayáis a pensar y eso

Los demás profesores estaban más sorprendidos por momentos, la verdad es que eso de recibir un avada kedavra debía haberle afectado al cerebro, no cabía duda, cada día chocheaba más¡y pensar que ellos le había apoyado!

- Está bien, os lo diré! – gritó Dumbledore como si estuvieran sordos.

- No hace falta que grites – contestó Minerva - te oímos de maravilla y ahora, si me haces el favor, dinos qué has pensado, algunos tenemos que ir a clase ¿sabes?

- Ok, ok, bueno, puesto que no podemos matar a Voldemort ni tampoco dejarlo en Azkaban he pensado que podríamos echarle un hechizo que le borrara la memoria tanto a él como a los mortífagos y….

En ese momento todo el claustro estalló en aplausos, era la mejor idea que había tenido Dumbledore en su vida, sino recordaba nada, no podría representar una amenaza, con suerte estaría en San Mungo como Lockhart, al igual que todos sus malditos mortífagos. Sino recordaban anda y eran incapaces de pensar ¡el mundo estaría seguro!

- Esperad, no he terminado – continuó Dumbledore lanzando un hechizo con el que alzó su voz sobre el jaleo que se había formado – mi idea no termina aquí – todos se giraron a mirarlo – también tendríamos que echar un hechizo desmemoriazante a todo el mundo mágico para que no recordara nada de nada…

Aquí las caras dejaron de ser alegres y comenzaron a mirarlo como a un loco, desmemoriar a todo el mundo mágico ¿a todo el mundo mági¡en qué Voldemort estaba pensando ese hombre! Realmente el avada kedavra le había afectado a las neuronas.

- Pe…pero…¿de qué estás… tás ha...hablando Dumbledore? –preguntó Flitwith

- Me opongo tajantemente –cortó Minerva

- Pero debí haberlo previsto… soy demasiado poderoso, no debí ser yo quien lanzara el avada kedavra –se lamentaba Snape- está así por mi culpa….

- ¡Alto, alto!- gritó de nuevo el mago intentando imponer silencio en la sala por tercera vez- nadie está loco, dejadme acabar con mi idea por favor.

- Ssssssssssi, claro, acaba, Dumbledore –le invitó a continuar Trelawney que hasta ese momento había estado callada- ya sé lo que vas a decir, por eso estaba callada, yo lo he….

- ¿Soñado esta noche¿visto en los posos de te? –se burló Mcgonahall- Sí, Sybill, ya lo sabemos, y ahora Dumbledore, continua por favor –hizo un gesto con la mano indicándole que continuara.

- Está bien, pero si esto os ha impresionado, será mejor que invoque unas sillas porque no podréis con lo siguiente –invocó unos cómodos sillones que aparecieron junto a cada profesor – ahora tomad asiento.

Todos hicieron lo que él les indicaba y acto seguido invocó un asiento más alto y se sentó en él. Miró en rededor, como si se dispusiera a impartir una clase magistral, levantó la varita y "petrificus totalis, así será más sencillo" se dijo.

- En fin continuemos¿por donde iba? – se rascó la barbilla pensativo- ¡ah, sí! Desmemorizar a todo el mundo mágico, bien, pues una vez hallamos hecho esto, vosotros también sufriréis el hechizo, menos yo –todos hubieran protestado pero era imposible porque estaban petrificados- la idea es borrar la parte de Voldemort dejando el resto de la memoria intacta. Como bien sabéis, es un hechizo muy complicado ya que podríamos borrar recuerdos que no queremos, por eso, lo haré yo. Creo que ya está.

El hechizo cesó y todos se lanzaron a preguntar, pero antes de que pudieran decir nada, Dumbledore tomó de nuevo la palabra.

- En cuanto a Voldemort y a sus mortífagos, no solo les borraremos la memoria, sino que les pondremos otros pensamientos, redecoraremos un poco su personalidad, sin perder algo de su esencia. Así por ejemplo, de Lucius Malfoy borraremos su afición a los mortífagos y su odio a los sangre sucia y todo eso, pero no podremos quitar su arrogancia y algo de su crueldad, no sé si me habéis entendido… ¡todo el mundo a cocinar!

- Espera un momento –le interrumpió Remus- una cosa ¿qué eliminarás y qué dejarás de Voldemort? Y, bueno, entiendo lo de los mortífagos, que tienen hijos y esas cosas pero ¿por qué tomarnos esa molestia con Voldemort?

- Bueno, Voldemort es el producto estrella, de él me ocuparé yo, cambiaremos algunas cosas y otras no, ya lo decidiré yo… pero lo más importante es que le daremos otra oportunidad.

Todos le miraron con la boca abierta, esto cada vez se complicaba más ¿otra oportunidad a Voldemort¿Pero de qué estaba hablando ese viejo chiflado¿y qué era eso de "ocuparse él"?

- Veréis, lo que haré será lo siguiente, además de un hechizo desmemorizante, de cambiarle la personalidad y todo, también le rejuveneceré hasta los 17 años, entonces, le incluiré como alumno en Hogwarts…¡hasta se puede hacer amigo de Potter¡Los dos tendrían la misma edad!

Todos comenzaron a mirarse entre sí, era tan absurdo que tenía que resultar, sí tendría que resultar ¿desde cuando Dumbledore se equivocaba?

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¿Qué os parece? Sí ya lo sé que suena muy pero que muy absurdo, pero me pareció interesante la teoría, pronto subiré la continuación. Espero que os vaya gustando y me dejéis muuuuuchos reviews!

Besos