I've got and adiction
Harry
Potter no me pertenece.
No espero que entiendan esto, porque ni
yo misma lo hago.
Tengo una adicción que no puedo controlar, no puedo resistir y mucho menos puedo olvidar. Son 12 meses, 365 días. 60 minutos, cada hora, de cada día, de cada mes, para finalizar y empezar en 12 meses. No puedo detenerme, es un frenesí que siento, el alcohol nublando mis pensamientos y tus manos vagando por mi cuerpo. Armonía.
Perfección y armonía, incapaz de negar u ocultar. ¿Dónde estás? Dime dónde estás, te necesito, aquí y ahora. No te escondas no hay escapatoria, no hay salida, es un laberinto y podrás pensar… los laberintos tienen salida. Pero no, yo diseñe esté especialmente para ti y para mí, para que no puedas huir, para que te quedes junto a mí. No me intimida el temblor en tu cuerpo, los espasmos de dolor. Eres mío y soy tuyo. Nadie cambiará eso. Deja de rogar. Qué bien sabes lo vas a disfrutar. Hipócrita, fingiendo miedo y temor, cuando esos temblores son consecuencia y reacción del placer, deslizándose por tu vientre, expresado en sudor.
No me saciaré, nunca superaré está pequeña adicción que no me deja pensar con claridad, solo me puedo guiar por mis instintos, lástima que estos sean algo salvajes. Arrancó tu camisa y los botones salen disparados en distintas direcciones, podría detenerme y observar la gracia con la que caen (si claro) pero en estos momentos la opresión que siento en mi pecho en combinación con mis pupilas dilatadas te da claro ejemplo de que no puedo contenerme, de que es imposible detenerme a pensar en algo que no seas tú.
Porque eres hipnotizante, cautivante, exquisitamente adictivo. Te inmovilizo rápidamente con una sola mano, gimes y gritas al mismo tiempo y cuando rozó tu cuello con la yema de mis dedos te estremeces y vuelves a creer que me compadeceré y te dejaré ir.
¡Tan equivocado estás!
En un certero movimiento clavo mis preciosas cuchillas blancas en tu blanquecino cuello, no llegó a escuchar tu grito pero sé que gritaste, es confuso y difícil de explicar, supongo que lo sé pero no lo asimilo ¿me entiendes? ...Que me vas a entender, estás sufriendo y yo estoy disfrutando. 365 días durante 150 años ¿qué esperabas? ¿Preparación? Lastimosamente, cuando la sed llama, contesto. Debo admitir que quizás me pase de la raya, el líquido carmesí brota de ti como un manantial, tendré que esperar a terminar para poder ir por las sobras. No puedo desperdiciarte, no creo que quieras que te desperdicie.
Ahora que lo pienso bien Potter, la abstinencia es una adicción, tu más bien eres una obsesión – te guiño un ojo y salgo de ahí, fundiéndome entre los mares de gente que van y vienen. Espero que alguien se apiade y te salvé, lastimosamente ya yo hice mi parte.
Escucho un leve jadeo y sonrío de lado, me detengo un momento, para observar como esas orbes verdes van perdiendo vida. Es una lástima, tan joven… tan hermoso. Te grabaré eso de epitafio. Puto niño que vivió, sobrevive al mago más tenebroso de todos los tiempos y no logra alzar pero ni un dedo en contra de un vampiro.
Debe ser lo que pasa cuando no tienes gente a tu lado para que haga el trabajo.
Mal-Malfoy… - te ignoró y simplemente salgo de ahí.
