Aclaración

Naruto y sus personajes no me pertenecen. (Y si me pertenecieran no habrían muerto Itachi, Sasori y Neji T.T)

Esta historia no es mía es una pequeña adaptación al sasusaku de la autora Elizabeth Hoyt con la saga: La leyenda de los cuatro soldados de la primera novela tentación irresistible.

La novela alterna con la historia de los personajes principales de tentación irresistible con la del cuento corazón de hierro, uno de los caballeros que protagonizan un libro de cuentos infantiles.

Posible spoiler.


Prólogo

Érase una vez, hace mucho, mucho tiempo, cuatro soldados que volvían a casa después de muchos años de guerra. Trin tran, trin tran, trin tran, sonaban sus botas mientras marchaban con la cabeza bien alta sin mirar a derecha ni a izquierda. Porque estaban acostumbrados a marchar, y no era fácil olvidar un ritual de tantos años. Las guerras y las batallas habían tocado a su fin, pero ignoro si nuestros soldados habían ganado o perdido, y tal vez ello no importe. Llevaban la ropa hechas jirones, sus botas tenían más agujeros que cuero y ni uno solo de ellos volvía a casa como se fue.

Marchando, marchando, llegaron a un cruce de caminos y allí se detuvieron a pensar qué hacían. Un camino derecho y bien pavimentado llevaba al oeste. Otro conducía al este, hacia el interior de un bosque umbrío y misterioso. Y el ultimo apuntaba hacia el norte donde se cernían las sombras de solitarias montañas.

— Bueno, amigos – dijo por fin el soldado más alto, quitándose el sombrero para rascarse la cabeza— ¿lanzamos al aire una moneda?

—No – contesto el que estaba a su derecha —. Yo llevo ese camino -Y, tras despedirse de sus compañeros, emprendió la marcha hacia el este y se adentró en el oscuro bosque sin mirar atrás.

— Yo prefiero esta ruta –dijo el soldado de la izquierda, y señaló las montañas que se alzaba a lo lejos.

—Yo, por mi parte – repuso el soldado más alto, riendo —tomaré el camino más fácil, como he hecho siempre. Pero ¿y tú? – le preguntó al último de sus compañeros — ¿Qué camino tomarás?

— Ah, yo –suspiro el otro —Creo que tengo una china en la bota. Me sentaré aquí para quitármela, porque hace muchas leguas que me viene molestando. –Y, dicho y hecho, buscó allí cerca una peña en la que apoyarse.

El soldado más alto volvió a ponerse el sombrero.

—Entonces, está decidido.

Los demás se estrecharon las manos cordialmente y siguieron su camino. Pero no puedo contaros las aventuras que les sucedieron, ni si sus viajes les condujeron a casa, sanos y salvos, porque está no es su historia. Es la del primero del soldado, el que se aventuró en el bosque umbrío y tenebroso.

Se llamaba Sasuke Corazón de Hierro.

De Sasuke Corazón de Hierro