Bueno, este es mi primer fic de Monochrome Factor, espero lo lean, estará lleno de sorpresas, celos, dudas, batallas, personajes nuevos, amor, peleas de amigos… varias cosas.
Nota: Monochrome Factor no es de mi propiedad, solo esta… drama o eso… que es de mi imaginación y espero que la disfrutes. Además les advierto que este fic está basado en el anime, no en el manga, para que estén informados. Es MI continuación del anime.
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Monochrome Factor: La última batalla
Capitulo 1: La luz de la decepción.
. . . Akira. . .
La vida te puede cambiar en un minuto, la mía, cambio gracias a una sombra.
Una sombra pervertida, una sombra que nunca se me despegaba, una sombra mentirosa, una… una sombra que no he visto en más de 6 meses. 6 meses de no saber nada de Homurabi, los Kokuchi, y tampoco de Shirogane, la sombra.
-¡ .RA!- un grito de Aya me saco de mis pensamientos. Otro grito llego a mis oídos provenientes de la misma chica, no conteste dejara que ella sola me buscara… o se cansara de buscarme.
Bueno en lo que estaba pensando;
Esa mentirosa sombra había desaparecido de mi vida hace 6 meses. El se fue, desapareció ante mis ojos, una simple sonrisa, una mirada y un pequeño rozo de dedos fue su adiós.
Estaba muy concentrado viendo mi mano derecha; un pequeño rozo de nuestros dedos fue nuestro último contacto.
-¡Tks!- Rechinaron mis dientes al recordar sus mentiras.
"Siempre estaré contigo, en salud y enfermedad, hasta que nuestros cabellos emblanquezcan" Todo eso fue mentira, él ya no está aquí.
-¡Akira! ¡Akira! ¡Akira!- Aya me llamaba como una loca, ¿Que? ¿Acaso no podía estar tranquilo ni un minuto?
-¿Que quieres?- Respondí con una pregunta mientras la asesinaba con la mirada. Ella se veía como si hubiera corrido una maratón. Me preocupe un poco al verla así y más aun al ver su rostro de angustia.
-Akira- me levante de mi sitio y me acerque un paso a ella.
-¿Que pasa?- le pregunte deteniéndome frente a ella.
-¡Los Kokuchi han vuelto!- respondió al recuperar su aliento. Mis ojos se abrieron todo lo que podían al escucharla, y mi cuerpo se estremeció.
"Si los Kokuchi volvieron… eso quiere decir que… tal vez el…"
-Están en la escuela, debemos ir ¡ya!- Me tomo de la muñeca y salimos corriendo de mi casa rumbo a la escuela, esta no esta tan lejos, así que llegaríamos rápido.
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Al llegar vimos a un Kengo todo morado y golpeado tratando de defenderse.
Ahora que ya no era Shin, podía convertirme en Rei solo con pensarlo, aunque esto al principio fue difícil, pero gracias a la práctica, ya no lo era, y solo bastaba con pensarlo.
Sentí una corriente en mi cuerpo seguido de una liberación, en segundos, ya era un Rei; mi cabello ahora negro caía sobre mi espalda hasta casi tocar el suelo, mi vestimenta ya no era aquella de cuando me convertía en Shin, esta era muy diferente (N/A: La que lleva al despertar como rei), y mi arma cambiaba según se lo pidiese.
-¡Prepárense para desaparecer Kokuchi!- grite mientras mi arma se transformaba en una espada.
Con eso me uní a Kengo y Aya para acabar con estos Kokuchi, no eran tantos, pero si eran grandes. En un minuto ya estábamos acabando con el último.
-Akira, Aya- Se quejaba Kengo – ¿Por que tardaron tanto?... ¿Hmm?... Etto…- Señalo el cielo, tanto Aya como yo dirigimos nuestra mirada hacia donde kendo apuntaba, y ahí se encontraba una chica; cabello azul, tez blanca, con una delgada luz azul rodeándola, ella nos veía con una sonrisa diabólica en sus labios. No me daba buena espina, nunca antes la había visto, y no me quedaría con la duda de saber quién era.
Así que tomando fuerza salte hasta estar a su altura, al fondo pude escuchar a Kengo y Aya llamándome.
Estaba a unos tres metros lejos de ella, le dirigí la mirada más intimidante, pero en cambio ella solo me miraba divertida con esa diabólica sonrisa de lado.
-¿Quién eres? Y ¿que haces aquí?- Le pregunte mientras ajustaba mi espada en mis manos listos para atacar, ella dirigió su mirada a mi espada y luego la volvió a mis ojos, nunca quito esa perturbadora sonrisa. Y sin decir o hacer algo, desapareció.
Cuando mis pies tocaron el suelo, era yo otra vez, el chico normal.
-¿Quién crees que sea?- pregunto Aya acercándoseme.
-No se- conteste. –Pero sea quien sea, no me agrada- aclare volteando a verla.
-A de ser una nueva ayudante de Homurabi- Opino Kengo con una semblante serio, que cambio por una boba sonrisa al añadir; -Pero sí que era muy sexi- Lo próximo que vi fue a Aya golpeándolo en la barbilla y este volando lejos de nosotros.
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-¿Vamos al bar Still?- Pregunto Kengo cuando ya empezaba a divisarse el bar a lo lejos.
-No- fue mi seca y fría contestación.
-¡¿Eh?! ¿Pero entonces a donde vamos?- volvió a preguntar. Esto ya estaba molestándome, quería ir solo y al parecer la indirecta solo Aya la entendió ya que se fue a su casa con la excusa de que tenia tarea, si es una verdadera excusa o no, no lo sé. Al parecer Kengo no lo entendió ya que a él si lo llevaba pegado.
Como no le contestaba, volvió a molestar (o preguntar).
-¡Eh Akira! ¿Donde vamos?-
-¡YA DEJA DE PREGUNTAR, BAKA!- Le grite molesto mientras lo encaraba, para ese momento ya estábamos frente al bar Still.
Kengo y yo volteamos nuestra mirada al sujeto que salía por la puerta del bar, era nada más que Kouni.
-¡Eh, Aki, Ken!- Nos saludo con una sonrisa y movimiento de mano al vernos.
-Kouni- murmure extrañado al verle.
-¡Kouni!- Grito alegremente Kengo mientras corría hacia él para abrasarle, pero este lo detuvo poniendo su mano en la cara del rubio de bote.
-¿A que vienen por aquí?- Nos pregunto el adulto, yo abrí la boca para contestar, pero Kengo que se había logrado escapar de la mano de Kouni, se adelanto a contestar.
-Ahora que los Kokuchi volvieron, Akira venia para ver si Shirogane también lo había hech… aahhh!- No termino su oración ya que lo patee.
-¡Cállate, mocoso!- Kouni solo rio entre dientes ante esto, y hablo, llamando por completo nuestra atención.
-Pues no, ese Shin no ha venido por aquí- Solo lo escuche, pero no dije o hice algo, solamente dirigi mi mirada al piso.
-"Ese bastardo"- pensé mientras apretaba mis puños y rechinaba los dientes.
-¡Yo te consolare, Akira!- exclamo Kengo caminando con los brazos extendidos para abrasarme.
-…"Rugido como león"…- Fue lo que le gruñí a Kengo como advertencia de que no se acercara.
-Akira- Lloriqueo este encogiéndose.
-Ya, ya- interrumpió Kouni moviendo su mano derecha para arriba y abajo. – ¿Por que no mejor entran? Master estará encantado de verlos… bueno…- Bajo su voz al caer en cuenta que Master no nos puede ver. Así que aceptamos su invitación y todos entramos al bar Still, para ver a nuestro viejo amigo.
. . . General. . .
En el mundo de las sombras, justo donde todo parece olvidado, se encontraban dos seres, una era la chica de cabello azul que hace unos momentos se había mostrado ante Akira y sus amigos. El otro ser era oculto por una sombra negra, debido a esto no se le podía ver nada, ni siquiera su compañera frente a él podía verle, pero si sabia quien era el ser oculto.
-Hice lo que pediste- Informaba la chica peli azul a la sombra. –Pero no corría ni un peligro, se ve que es bastante fuerte… ¡y guapo como dijiste!- Canturreo en voz alegre -…Pero no tanto…- Susurro esto último solo para ella misma.
. . . Akira. . .
-Y ¿que paso con el portal de la escuela?- Nos pregunto Master mientras pulía una de sus tantas copas.
-¿Eh? …Se cerró el solo- contesto Kengo para luego tomar de su bebida.
-¿En serio?- Kouni parecía muy sorprendido ante lo dicho por Kengo.
-¿Por que te sorprende tanto?- Trate de sacarle una respuesta, pero el solo contesto un "No importa".
Obviamente no me dejo tranquilo eso, aquí había algo escondido, y averiguaría que era.
. . . . . . . .
Bay, bay! ;)
