Disclaimer:Happy Tree Friends no me pertenece, si no a Mondo Media, sin embargo la historia sí es de mi autoría. Hecho sin fines de lucro y de una fan para fans. La imagen tampoco me pertenece, solo la he encontrado mientras vagaba por Google.
Pequeño Drabble. Sin más que decir, enjoy!
Summary:
Como la odiaba, odiaba todo sobre y de ella. Sin embargo, se odiaba más a él mismo por sentir algo por ella. Como odiaba a esa miedosa pelirroja, pero como la amaba.
— Espero que te quede claro lo mucho que te odio.
-Te odio-
Amada pelirroja, odiada miedosa
Ahí estaba caminando como sí nada. Como odiaba todo sobre y de ella. Como la odiaba a ella. Te odio. Sin lectura entre líneas y el más puro sentimiento de odio. Torció los labios y chasqueó su lengua. Como odiaba su largo y peligroso cabello rojo, a veces se enterraba agujas rojas en su mano. Su cabello no era suave, era muy desaliñado.
— ¡Buenos días! —Saludó Giggles, para después salir corriendo.
Sintió el empujón y el rose de hombro con hombro de la pelirosada. Caminó por la acera, con la mirada en el suelo. Como odiaba esa actitud, esa estúpida actitud miedosa. Esa actitud tan compasiva con todos, incluyéndole. Se metió las manos a los bolsillos de la chamarra militar. Como odiaba esa paz que le hacía tener, esa paz que lo hacía ser él, como la odiaba.
— Permiso, permiso. —Handy comenzó a decir, se hizo a un lado.
¡Agh! ¡y su voz! Esa era una de las peores cosas, con una tonada tan suave, tan melodiosa y linda, peores, de verdad peores cosas. Sus ojos, esos ojos castaños que llegaban a la escala de lo rojo en cuanto a color. Eso ojos que ablandaban su alma, que lo hacían dudar de lo que apuñalara, mutilara y descuartizara. La odiaba. Lo que más odiaba era lo que despertaba en él por ella. Celos. Odiaba sentir celos. Pateó una lata vacía. Y como sí todo el mundo se fuera en su contra, pasó lo que él más odiaba.
— ¡Mr. Soldier! —Odiaba cuando le llamaba con ese apodo tan estúpido y gracioso.
— ¿Qué? —Masculló secamente.
Bajó su mirada y comenzó a jugar nerviosa con sus dedos.— Y-yo… ummm… Y-yo…
Se fastidió.— Te odio tanto. —La tomó por lo hombros, levantándola unos cuantos centímetros del suelo.— Te odio. —Repitió, esta vez acercando más su rostro al de ella.— Pero me odio más a mí por esto. —Y la besó, sosteniéndola por la cintura.
Flaky solo se limitó a corresponder aquel beso, cohibida por la manera en que usaba su lengua. Cuando Fliqpy se separó de ella, solo un hilo de saliva unía ahora sus bocas, el chico acariciaba con su pulgar, la mejilla de la pelirroja.
— Espero que te quede claro lo mucho que te odio.
Se separó de ella y siguió su trayecto al bosque con las manos en los bolsillos, ignorando el gran show que había dejado a ojos de algunos amigos de su imbécil contraparte y por supuesto, a la chica que había besado que ahora estaba tan roja como su odioso cabello. Muy en el fondo sabía que no la odiaba, pero eso nunca se lo diría o al menos, no directamente; porque también odiaba admitir lo que sentía por ella.
Notas de autora: Pues... ¿qué puedo decir? No sé, a un primo le gustó bastante y bueno, decidí publicarlo. Espero que les haya gustado tanto como a mi escribirlo.
¡Gracias por leer!
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