Tenía a penas trece años cuando se percató de que su relación no era más que el cariño y la amistad acumulada desde que con nueve años las niñas asiáticas con sus dibujos les hicieran ver como gays y no solo eso, les hicieron pensar que lo eran. A estas alturas él no sentía deseo alguno de besar a su novio, lo hacía, pero nunca más allá de castos toques entre sus labios, en más de una ocasión tuvo que apartarse cuando el rubio intentaba llevar más lejos aquellos besos.
Por ello ahora estaba mirando a Tweek seriamente, tomando sus manos entre las propias mientras sostenía la mirada verdosa del chico ante él. Suspiró rompiendo el silencio que se había creado entre ellos produciendo un tic en el opuesto.
-Tweekers, yo no puedo seguir con lo nuestro.- Cubrió los labios del más bajo con la palma de su mano para evitar que le interrumpiera. Cuando le vio cooperar se decidió a seguir la charla. -No soy gay, me encanta pasar tiempo contigo, siendo pequeño era fácil, ahora se que no soy gay y que lo que nos une es solo amistad.- Finalizó retirando su diestra para permitirle hablar.
-P..pero Craig… ¡Agh!- Los temblores no se hicieron esperar tironeando de la sudadera verde que llevaba puesta. -Entiendo, pero…. ¿Seguimos siendo amigos?- Cuestionó intentando de manera casi inhumana contener no sólo sus nervios, si no la avalancha de sentimientos en su interior.
-Claro que sí Tweek.- El moreno revolvió un poco las doradas hebras, ya de por sí despeinada. Tal vez fue cruel, pero no podía seguir, por ello huyó dejándole sólo.
Se alejó sin mirar atrás, sabía que aquello había dolido a su mejor amigo, porque sí, después de todo el tiempo juntos eso era en lo que se había convertido. Aún así Craig se sentía mal, pero era lo mejor, evitar que el dolor fuera mayor conforme crecieran. Poco a poco sus pasos aceleraron, corría por las calles del pueblo sin pensar en un destino, sólo dejar salir el malestar que se apoderaba de él, tan progresivamente como había iniciado su carrera esta se fue deteniéndose frente al parque. Miró al interior dando de lleno con una mirada sorprendida, los ojos rasgados y oscuros de la chica parecían estudiarlo a fondo, la reconocía, su cabello bicolor la delataba, esa chica había sido parte del grupo que dibujaba yaoi.
-¡Tú!- La señaló sin alzar mucho la voz, solo lo justo para que lo oyera y así avanzar hacia ella.
-¿Yo?- La muchacha ladeó la cabeza sin entender del todo que era lo que quería.
-¿Por qué tuvieron que usarnos a nosotros?- Cuestionó con molestia como hacia 4 años atrás. -¿Por qué?-
-Creía que eso se solucionó en cuarto, no sabría decirte, erais lindos.- Se encogió de hombros haciéndose a un lado en el banco para que el chico se sentara.
-¿Éramos lindos?¿Qué quieres decir con eso…?- Frunció el ceño ligeramente sin recordar el nombre de la fémina, tomando asiento a su lado.
-Kelly, llámame Kelly, y me refiero a que erais una pareja adorable, bueno por separado también, eran cosas de niñas, pero resultó ser cierto, sois pareja.- Murmuró distraídamente ladeando con suavidad su cabeza haciendo caer mechones negros y rojizos sobre sus hombros.
-Ya no, no éramos gays, solo nos dejamos llevar por lo que todos querían, o al menos yo. -Susurró bajando la mirada al suelo, no había tenido el valor de preguntar a Tweek sobre ello y no lo tendría. -Creo que nunca tendré una cita con una chica.- Se quejó ante lo obvio, todos pensaban que era gay y ninguna chica querría estar con él.
-Yo soy una chica Craig, tengamos una cita.- No sabía si lo hacía por animarle o simplemente para restarse culpabilidad de que el moreno estuviera pasando por ese mal momento. -Si quieres claro.- Su voz menguó hasta ser un mero susurro.
Craig abrió los ojos sorprendido, mirando a su acompañante sin ser capaz de desviar su atención, ¿Iba a tener una cita con una chica? ¿Acaso soñaba? Asintió con suavidad sin saber qué podría hacer en una cita, cuando había tenido citas con Tweek estas se basaban en jugar videojuegos o cuidar a Stripe. Kelly se puso en pie tomando la mano del joven comenzando a caminar por el parque hasta incorporarse en la acera con el resto de transeúntes que los miraban extrañados. Podía sentir las miradas en su nuca, volvía a notar la presión que le hizo salir con Tweek pero al visualizar su mano sostenida por la joven asiática se relajó, alzando la mirada para que sus orbes ámbar visualizaran el trayecto.
-¿A dónde podríamos ir?- Cuestionó Zhou jugando con un mechón de cabello que a penas sobrepasaba la altura de su hombro.
-Bueno… No sé, ¿Quieres ir a los recreativos?- Aunque por dentro estaba nervioso, como siempre la actitud de Craig era indiferente hacia todo lo que le rodeaba.
-Está bien, pero, si te gano con los videojuegos me debes otra cita ¿Sí?- Kelly sonrió dejando que dos hoyuelos se formaran en sus mejillas y sus ya rasgados ojos se volvieran dos finas líneas.
Tucker se sorprendió ante semejante confianza, estaba seguro de que él ganaría con suma facilidad, al fin de cuentas Kelly Zhou era sólo una chica, por ello no sólo aceptó, si no que tendría sí o sí otra cita, para tomar revancha claro.
Ambos chicos llegaron a la sala de recreativos debatiendo que juego sería el más apropiado, tras unos minutos de una pequeña guerra entre ellos un juego de disparar a aliens fue el ganador y pieza clave en su apuesta. Los morenos se colocaron en sus posiciones tomando la pistola de tipo futurista con la mirada puesta en pantalla, una leve sonrisa se formó en Craig cuando comenzó a disparar a diferentes alienígenas de colores, escuchando a su lado bajas quejas de parte de la chica. La alarma de fin de juego sonó mostrando en las pantallas el resultado obtenido, Tucker abrió los ojos de par en par, entreabriendo la boca cual pez fuera del agua al contemplar su derrota por cincuenta puntos de ventaja.
-Me debes otra cita.- Kelly sonrió asomando el ápice de la lengua entre sus labios a modo de burla, sorprendiéndose cuando sin pudor alguno el contrario tomó esta entre sus dedos, sonriéndole de tal forma que la hizo sonrojar.
-Cumpliré mi palabra.- Afirmó el mayor soltándola para señalar una máquina de air-hockey. -¿Te apetece?-
No tuvo respuesta verbal, la chica tomó de nuevo su mano arrastrándole hacia el juego mencionado.
Fue una tarde de lo más entretenida, pocas veces se había divertido tanto estando con una fémina. Craig sonreía levemente mientras caminaba aún de la mano de Kelly, que sostenía con ella un enorme osito de peluche negro que habían conseguido con los tickets que ganaron en los recreativos. Algunos pasos más antes de detenerse por completo ante la puerta de la coreana que volteó hacia él antes de abrir la puerta.
-Fue una tarde muy divertida, gracias.- Abrazó al peluche con ambos brazos hundiéndolo ligeramente contra su escaso pecho.
-Gracias a ti, por la oportunidad y eso.- El chico del chulo se rascó la nuca desviando la mirada de la persona ante él.
Kelly se acercó a Craig dejando un casto beso sobre sus labios, entrando en su casa antes de que este pudiera reaccionar. La cara del chico se tornó de un intenso tono rojizo que le llegó hasta las orejas, tomando el borde de su chullo bajándolo hasta cubrir su rostro y dejar el cabello azabache a la vista. Aquel acto había dejado algo muy claro en él, Craig Tucker no era gay.
### 4 años después ###
El timbre de la vivienda resonó un par de veces antes de que una mujer de escasa estatura y ojos rasgados abriera la puerta principal.
-Hola señora Zhou.- Craig saludó ingresando en la casa cuando la mujer le dio paso. Los años le habían tratado bien y se había vuelto un joven apuesto, su cabello ya no era cubierto por ningún chullo, y su complexión física no tenía nada que envidiar a un deportista.
-Kelly está en su habitación.- Sonrió la jovial mujer cerrando la puerta.
-Gracias.- Hizo una pequeña inclinación con la cabeza antes de subir las escaleras directo al dormitorio de su novia.
Tras un par de toques en la puerta entreabrió la misma para asomar la cabeza y ver a una joven de no mucha estatura y figura de bailarina de ballet sentada sobre la cama pintando sobre un lienzo, manteniendo su característico cabello bicolor sujeto en un moño. Esta sonrió al verlo, dejando a un lado su trabajo para saltar de la cama y correr hacia él, saludándole con un suave beso.
-¿Ya son las seis?- Miró su reloj y de nuevo a los ojos ámbar del chico. -Se me fue la hora volando.-
-Ya veo.- Susurró limpiando la mejilla de la fémina recordando tras eso lo que llevaba consigo. -Por cierto, mira.- Sacó de su bolsillo un par de panfletos de colores llamativos. -Me los dio Thorn, hay una fiesta en la casa de Fields, ¿Quieres ir?-
-¿Fiesta? ¿Es su cumpleaños?- La morena ladeó la cabeza sin comprender muy bien el motivo de aquella fiesta.
-No sé, pero ha invitado a todo el mundo.- Encogió los hombros al hablar dejando los papeles en las manos ajenas. -Podemos ir si quieres.-
-Lo pensaré.- De nuevo una sonrisa se forjó en los belfos de la joven Zhou que no tardó en besar de nuevo a Craig.
