OBSTACLES

by: Harlett
# 30

Jitomatazos, abucheos, intento de linchamiento y amenazas con armas punzo cortantes. Al final del capítulo, por favor.

Nota/Disclaimer/Negación/Aviso/etc…: Katekyo Hitman REBORNy Cía. no me pertenecen, son propiedad de Amano Akira. Esto es por mero entretenimiento sin fines de lucro.


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Un amor de sueño en un mundo de pesadillas.

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Tsuna era una persona asombrosa. Genial, maravillosa y perfecta. Era especial.

Era el cielo.

El cielo de todos y el de ella, en particular.

Vasto, inmenso y hermoso. Donde todo cabía en él y daba alojo a todos, con completa harmonía. Un precioso juego perfecto donde reinaba la singularidad de todos en su debido momento sin opacar a los demás.

Así era Tsuna.

Era admirable, perseverante. Con el corazón más hermoso que conociera y esos ojos color chocolate que lo acompañaban, que eran un perfecto espejo de su alma y sus tiernas emociones. Crecía y crecía, maduraba, pero ese halo de infancia tierna, de esa inocencia no lo abandonaba.

Por eso nunca se espero que alguien como él, como Tsuna, con todas aquellas cualidades y aptitudes, con toda esa galante gentileza en la que se iban transformando sus modos, con todo ese marco de virtudes e incluso, ¿Por qué no?, ese poderío que lo acompañaba tanto espiritual como materialmente, un día simplemente, se le confesara.

Le declarara su amor hacia ella, de sus cándidos sentimientos: desde la primera vez que la vislumbro, como el ángel que le daba un rayo de luz y esperanza a su patética vida, hasta este justo instante donde ambos estaban parados; tras todos esos tormentosos momentos y disputas vividas a lo largo del tiempo en que su amistad siguió su curso, lo que representaba su mera presencia para él. Como idealizaba las palabras de ella incluso.

Inclusive le platico, asombrosamente, de sus ilusiones a futuro; un futuro con ella.

Lo que podría ofrecerle, lo que estaría dispuesto a por ella, por su máxima. Todo. ¿La luna? ¿Las estrellas? No ¿Para qué? Para eso el cielo entero donde ellas se cuelgan y rentaban un hueco para aparecer. Era todo un panorama, un cuadro, un lienzo en blanco donde ella pintaría y plasmaría todo. Pero al lado de él. Él quería eso.

Y le confesó que él no podía seguir viviendo así. A Kyoko le dolió ver cuando el gentil gesto de él, cubierto por ese adorable rubor que tenía desde que había empezado a hablar y sincerarse, se torno compungido y culpable cuando él bochornosamente admitía que no podía seguir más tiempo así. Y que su corazón se desbocaba de alegría al verla pero de dolor al verla a la vez tan cerca y lejos de su alcance.

Que siempre había preferido preservar su amistad encubriendo sus sentimientos que a alejarla de él al declararse. Pero que simplemente había llegado a un extremo que no podía seguir negándose esto. Que era un todo o nada. Que aún sabiendo esos riesgos prefirió encarar sus consecuencias a sabiendas de un triste final pero a la vez su alma y su corazón podrían encontrar la paz que requerían por ese intenso amor.

Solo ella podría darle ese bálsamo.

Y él espero esa respuesta entonces. Con el corazón en la mano y sus esperanzas de por medio.

Con un futuro brillante, dichoso e ideal de su parte si ella accedía.

Y espero… y espero…

...

Y no hubo respuesta.

Ella se había quedado estática como desde el principio. Todo hacía eco en su mente. Su cabeza no concebía. Estaba de piedra y ni un ápice de intento de moverse y decir algo, hacer algo. ¡De aceptar algo!

El atisbo de lágrimas se asomó de pronto por las esquinas de esos ojos almendrados que seguían abiertos de par en par del shock. Ni ella misma parecía darse cuenta que estaba al borde del llanto.

Pero él sí. El esperanzado era el delusionado. Era el desahuciado.

No necesito palabras ni mayores gestos. Había sido rechazado. ¿Qué esperaba? Su cobardía tras tantos años tenía recompensa. Su poco valor a ser más directo con sus acciones y palabras durante ese tiempo daba frutos. Su nula asertividad se hacía presente. Ya sabía de antemano que esto podría pasar. Que esto pasaría. Entonces tendría que vivir con ese peso y seguir adelante. Cuando menos el misero consuelo de haberlo intentado le quedaba.

Su quebrada pero gentil mirada, sus dulces facciones adoloridas asomaron una amarga y rasgada mueca similar a una comprensiva sonrisa y sus labios se abrieron para decir un "Lo siento" justo antes de darse la media vuelta e irse en sentido contrario.

Se iba.

La derrota a sus espaldas.

Y algo en el pecho de ella se rompió en mil fragmentos al verlo irse de ese modo ¡pero la voz no le venía! Estancada y perdida en algún recoveco de su pecho donde su corazón latía tanto que dolía.

De emoción, de alegría, de no caber de felicidad por esa confesión pero su cuerpo seguía en negación como parte de su mente al no creerse que alguien como él, sintiera tales cosas por alguien como ella

¿Cómo ella se merecía tales palabras de su boca? ¿Tales sentimientos sinceros de su corazón?

No lo entendía. ¿Ella era digna?

No había hecho más que callar para no interrumpir las tórridas palabras que él le expresaba junto con promesas de felicidad y amor. Quería grabarlas en su mente. No podía y a la vez se negaba a entorpecer el momento. Pero tanto en ensoñación le habían prohibido soltar palabra alguna y responder a su confesión.

¿Cómo podía poner ella en palabras, como él, todo lo que ella sentía por él?

¿Cómo podía ser tan expresiva y decirle que sentía lo mismo?

Pero al verlo marcharse, cabizbajo y con el corazón roto por su poca respuesta, la despertaron de su sueño para convertirla en la antesala de una pesadilla.

Fue horrible verlo darle la espalda y sentir un mundo de distancia entre ellos a cada paso que él se alejaba. Escuchaba el eco de cada pisada como un cañonazo en sus oídos que la aturdía horrible.

La voz seguía atascada. Las lágrimas de felicidad y sorpresa, que no se había dado cuenta había soltado durante su fantasía, se estaban tornando amargas y desesperadas al no ser capaz de alcanzarlo por los torpes pasos que daba al querer correr tras él

Él parecía no escuchar sus entrecortadas e inentendibles suplicas de que parara, de que esperara y ella le diera su respuesta.

Traspié tras traspié y al final cayo de rodillas contra el frío y duro concreto de la calle. El ruido seco del golpe fue lo único que lo hicieron detenerse y voltear a verla tirada en el piso tratando y temblando de ponerse de pie, pero su cuerpo seguía entumecido de tantos sentimientos contradictorios en su ser que solo la entorpecían más, las lagrimas no se paraban.

Él corrió a verla, despavorido.

Y antes que él lograra preguntar si estaba bien o se había lastimado, ella lo sorprendió sujetándose a él como si su vida dependiera de ello, aún temblando y con los ojos nublados de lágrimas, tratando de no tartamudear, mirándole directamente a los ojos le contesto:

— Te amo también —

Su voz fue tan dulce pero firme en ese susurro que parecía mejor dicho, como una plegaria desesperada para que le creyera.

Fue un instante eterno.

Él fue quien ahora se había quedado sin palabras y sin expresión.

¿Conoces la expresión en la cara de alguien, cuando sus esperanzas y su sueños vuelven a su cuerpo, cuando la dicha regresa a su ser?

Porque la cara que se vislumbro en el rostro del joven Sawada Tsunayoshi era el epitome de todo ello y más.

Las lágrimas se contagiaron, sus ojos castaños nublados por tierna agua salada y la sonrisa más preciosa y nerviosa, propia de alguien que no cabía de gozo, se dibujo en sus labios. Temblaba él también. No podía parar de hacerlo como si la felicidad que sentía dentro de él quisiera escaparse de su cuerpo, y la única salida que tuvo para dejarla libre poco a poco y no explotar de alegría fue reir, reir como el loco enamorado como él lo era y después cubrir de besos a la chica que le había entregado la dicha de ser correspondido y sentirse completo.

Beso sus mejillas, su mentón, sus ojos, la nariz y al final su frente mientras ella también sonreía entrañablemente. El pego su frente con la de ella, aún allí los dos sentados en el piso, encerrados en su mundo perfecto donde las imperfecciones y malestares ni siquiera eran concebidas. Disfrutando de su momento. Pareciendo un par de tontos enamorados a ojos de transeúntes y niños de preescolar que salían de paseo con su maestra.

— Gracias — fue lo que él le dijo — Gracias… —

Y ambos rieron, burlándose del absurdo dolor e incertidumbre pasada. Como si jamás hubiera existido y como si jamás la hubieran conocido.

Estarían juntos. Pasará lo que pasará serían felices y no se abandonarían el uno al otro.

Era un dichoso porvenir el que vislumbraban rodeado de sus seres queridos.

Tanta era la luz en su mundo de ensueño y perfección, que olvidaron mirar a su alrededor las negras y podridas sombras que aparecían poco a poco y la envidia que soltaban sus oscuras auras entorno a la linda pareja.

Debieron haber sido más precavidos. Debieron haber sido más atentos, debieron haber sido más consientes que su felicidad era una amenaza.

Que quizás no siempre había finales felices.

No en el mundo de la mafia.

° O ° O ° O °
Meses después.

.:. Noticias de último momento .:.

La embajada de Japón en Italia sufrió un ataque terrorista apenas hace unos minutos. Coche bomba estalla en la entrada del recinto.

Iniciaba uno de los cortes informativos en los noticieros italianos. Prontamente se esparcieron por todo el Globo y comunidades en Internet.

El caos reina por las calles. Explosiones sucesivas han ocurrido por toda la zona cercana a la Embajada Japonesa. Las autoridades y equipos de emergencia entraron en acción y han acordonado el lugar...

En toda Italia.

... toda Italia esta consternada. Roma esta en la mira del mundo. El Consulado en Milán esta resguardado. No se conoce aún la identidad de las víctimas y el grado de daños en el área...

Por toda Europa.

El Primer Ministro de Japón en representación de su Emperador y su pueblo, expresa la indignación por el cobarde acto contra su soberanía. Piden respuestas. Exigen justicia y castigo a los responsables...

El país afectado.

... mientras tanto otros dirigentes del mundo han condenado el ataque...

Se buscaban responsables.

Ningún grupo se ha adjudicado el ataque. No existen hasta el momento líneas de investigación para explicar el súbito ataque contra…

El Papa ora por todos aquellos inocentes...

"No hay culpables hasta el momento. Ni razones claras. Es incomprensible que causo esta bajeza..." — explicaba un funcionario italiano a los reporteros apilados a su alrededor. Si era un mero acto al azar o el inicio de algún movimiento rebelde. Pero ¿por que Japón? ¿En Italia?

Inconcebible.

La información no paraba de fluir en los medios de información y las dudas e indignación de igual forma.

Eso era. Para dominio público así lo era. Para otros no. Era más que obvio.

Razones suficientes y demasiados sospechosos.

Sin embargo, nadie sabía que tormenta se desencadenaría. La caja de Pandora había sido abierta y nadie se imaginaba las consecuencias.

Vongola no se iba a quedar de brazos cruzados ante tan evidente ataque por la espalda.

...

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...

El número de víctimas mortales aumenta hora con hora. Entre ellos se encuentra la que iba a ser la futura esposa de...

...

...

...

Ese era una de las líneas que un reportero leía para la cámara desde el lugar de los hechos.

¿Decimo iba a sentir a todos su furia ante el daño a lo que era suyo?

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Quejas, comentarios, sugerencias, traumas y criticas caben bien todas en un review.

Cuídense.