Arthur se preparaba para la reunión que tenían esa noche todos los países en la casa de Francia, que raramente se ofrecía a hacer estas en su hogar. Aunque, realmente nadie quería ir a la casa de Francia sabiendo que varias cosas que no eran muy normales, por así decirlo. En casa de Francia se encontraba de todo, y digo, todo. Y por el deber de la clasificación de este escrito esas barbaridades no deberán de ser escritas.

Arthur esperaba con ansias la reunión, no porque fuera en casa de Francis, para nada. Esperaba esa reunión por ver a la potencia mundial, a su potencia mundial. Alfred y él no se habían visto desde mucho tiempo atrás, debido a los constantes trabajos que les eran asignados a cada uno por parte de sus superiores. Además de que extrañaba esas noches en las que se abrazaba con fuerzas al cálido cuerpo de Alfred, no solamente para mantener calor.

Tomó sus posesiones para irse a la estación de trenes en la que se iba. Lo único bueno de tener a ese pervertido cerca de su territorio era que no tenía que tomar algún avión sino un tren. Al cerciorarse de que la casa estaba completamente cerrada, emprendió su camino. Se preguntaba si algunas cosas habían cambiado en Alfred. Se preguntaba si estaba bien y si n tendría ningún contratiempo en llegar, puesto que últimamente muchos aviones que salían de aeropuertos de Estados Unidos caían y no dejaban rastro alguno. Arthur estaba preocupado, inventando mil historias sobre qué cosas podrían pasarle a su querido Alfred en un avión. Y por eso, a Arthur se le considera un chico muy afeminado.

Al llegar a Francia, fue recibido por los ayudantes de Francis y fue llevado al hogar de este. Como siempre había sido el primero en llegar. Se sentó en el sillón de la sala y espero a que alguien llegara a atenderle como era debido.

-¡Oh! Mon cherie Arthur esta aquí temprano~~~

-¡Cierra la boca!

-Tenias ganas de verme, oui?

-¿No deberías estar diciendo eso a Matthew?

Francis empezó a reír.

-No. Porque a mi petite Matthew le digo cosas mucho mejores, cejotas. No me complace el solo hecho de verte aquí.

-¡A mí tampoco me complace que sea en tu casa! ¡¿Sabes qué cosas tienes botadas por ahí?! ¡ENCONTRE UN MALDITO CONDÓN USADO EN TU MALDITO SILLÓN! ¿QUE CARAJO HACES CON…CON…?

-Con Matthew…

-Si, como sea.

-Recuerda que Matthew tiene una parte francesa~~~

-¡Recuerda que también tiene parte inglesa!

-¡Me alegro de que no haya heredado tus habilidades culinarias!

-¡Cierra la boca, bloody git!

-¡Cuánto me alegro de que lo nuestro terminara!

-¡Cuánto me alegro de que Alfred haya crecido y no hubiera heredado tus asquerosos atributos!

-¿Por qué decimos esto si ni siquiera los diste a luz?

-¡Porque éramos como sus padres y lo sabes! ¡Yo también me alegro de que me haya desenamorado de ti y me hubiera enamorado de alguien más! ¡Y me apena el pobre Matthew! ¡Tener que lidiar con una mosca de alcantarilla pervertida como tú!

-¿Ah si? ¡Pues me apena el pobre de Alfred por tener que ser alimentado CON TU COMIDA!

-¿QUE TIENES CONTRA MI MALDITA COMIDA?

-¡LO QUE TU DIJISTE, QUE ESTA MALDITA! ¡TODOS PIENSAN LO MISMO!

Arthur volteo la cabeza en dirección contraria a Francis. Odiaba al tipo, con todo su corazón. Aun no entendía por qué el ángel de….De….Del que se parece a Alfred acabó con ese pervertido.

Aunque, si lo pensaba un poco, el también había pasado por lo mismo. Con la misma rata callejera.

No encaró a Francis ni siquiera cuando el timbre de la casa sonó. Se alivio mucho cuando vio entrar a Kiku tranquilamente y sentándose a su lado. Kiku era su mejor amigo, y él era muy bueno para parar las discusiones, especialmente entre Francis y él.

-Buenos días, Arthur-san.

-Buenos días Kiku.

Se mantuvieron en silencio, mientras que Francis se quedaba observando por la ventana cercana a la puerta, esperando a Matthew.

-¿Cómo van las cosas con Yao?

-Yao-san está bien.

-Ya veo… ¿Por qué no está contigo?

-Es lo que le quería preguntar a usted, Arthur-san… Yao-san se estará a punto de llegar, al parecer… No me ha comunicado si ha de llegar un poco más tarde de lo normal, con su país lejos…

-¿Lo extrañas?

Kiku se sonrojo inmediblemente.

-Si…Yao-san y yo no hemos hablado desde hace algún tiempo. He de suponer que ha de estar ocupado, aunque las suposiciones son solo suposiciones…

-Sí, lo mismo me pasa con Alfred.

-¿Con Alfred-san?

-Si…Muchos problemas están pasando en Estados Unidos…

-Pero sin importar lo que esté pasando, Alfred-san siempre ha de verle, Arthur-san.

-Kiku….

-Lo lamento, no soy de mucha ayuda….

-No, está bien… ¡De veras!

De repente, Francis entró en la habitación con una taza de café y un plato de galletas.

-¿Sabes Kiku? Ahora que estamos solos…

-¡Hey! ¡Estoy aquí!

-Angleterre no cuenta aquí… ¿Quién es el "Seme"? Digo, tu siempre te refieres así a Alfred, a mí, a… Bueno el punto es… ¿Quién es el "Macho" y quien es el "Princeso"? Porque ambos, Yao y tu son muy afeminados, es imposible ver a alguno como el "Líder"

-¿Princeso….?-Arthur, de un momento para otro, se sintió intrigado por saber la respuesta.

Kiku miraba al piso, completamente sonrojado. El sabía perfectamente bien la respuesta. Francis y Arthur observaron al japonés para que contestara.

-Bueno…Yao-san es mayor que yo. Aunque en algunos casos no se aplica, como en el caso de Arthur-san… Pero por lo general el más fuerte es el "Seme". Entonces…Francis-san, su pregunta es demasiado intima….

-Eso no responde mi pregunta, Kiku.

-¡No le fuerces a contestar, bloody git!

-¡Si tu lo estabas haciendo hace un momento!

-¡Basta! Por favor, Arthur-san, Francis-san… Solo diré la verdad. Yao-san es mi "Uke". Espero les sea suficiente.

Si no hubiera sido por el sonido del timbre, toda la sala se hubiera mantenido callada.

Y esos tres no hablaron tampoco cuando todos los demás llegaron.


Estados Unidos no había dado una idea ese día, lo cual era extraño. Aunque, muchos sabían que la razón era Arthur, al cual no había visto durante muchas semanas. Ambos estaban juntos, agarrados de la mano y abrazados, sin importarles que los demás les vieran pensando que eran indecentes.

Al igual que todas las parejas presentes en la reunión.

Ivan y Toris estaban sentados juntos, la cabeza de Ivan en el hombro de Toris. Lovino golpeaba a Antonio en el estomago, para después ser besado por el mayor. China jugaba con su lápiz mientras Kiku le acariciaba el cabello. Matthew estaba sentado en el regazo de Francis. Feliciano gritaba por todas partes "Ve~, Pasta~ y Ludwig~", mientras que este solo hablaba cosas que nadie prestaba atención. Gilbert jugaba con su pollito mientras que Roderich dormía en su regazo. Mathias le lanzaba papelitos a Lukas, y este apuntaba el papel para que le diera en el ojo, y después abriera el papel y dijera un "Te amo idiota". Islandia buscaba con la mirada el área de los asiáticos, buscando a Kaoru, que en ese momento hacía lo mismo. Berwald abrazaba posesivamente a Tino. Sadiq intento hacer lo mismo con su Heracles, pero este le dio un golpe y lo mando para atrás. Letonia platicaba con Estonia acerca de cómo Peter y él iban avanzando, y esperaba que se le declarara pronto. Y nadie, absolutamente nadie, hacía caso a Ludwig.

-¡PRESTEN ATENCION! –Grito Ludwig, desesperado de no ser escuchado.

Todos los demás se callaron, esperando no hacer enojar al alemán.

-¡TENEMOS PROBLEMAS ECONOMICOS MUY GRANDES EN ESTOS MOMENTOS! ¡Y QUE DECIR DE EL CALENTAMIENTO GLOBAL QUE ESTA ACABANDO CON LA TIERRA! ¡Y USTEDES HACIENDO COSAS INAPROPIADAS EN PLENA SALA DE JUNTAS! ¡AUSTRIA! ¡DESPIERTATE DE UNA VEZ! ¡ESTE NO ES LUGAR PARA ESO!

-Ludwig-san. Tranquilícese.

-¡AHORA, TODOS DEBEN DE DARME UNA SOLUCION COHERENTE PARA QUE TODOS NOS VAYAMOS DE AQUÍ! ¡Y SI NO LO HACEN NO SALDREMOS DE LA SALA DE CONFERENCIAS!

-Kesesese. Te preocupas demasiado, West.

-Además, nunca nadie ha dado respuesta coherentes sin tener ningún problema con alguien más, aru. Y como si tú no hicieras esas cosas con Feliciano, aru…-Dijo Yao, sin darse cuenta de que Kiku le suplicaba que se callara.

-¡Es cierto! ¿Por qué el hero tiene que quedarse sin su damisela en peligro si tú haces eso todo el tiempo?

-Estoy de acuerdo. El amour es para todos lados, y es para todos.

-¡Tipico del macho-patatas!

-Lovi~~~

-¡Déjame en paz, bastardo!-Grito Lovino.

-Estoy de acuerdo con Alfred-san.

-¡Maldita sea Japón! Te lo he dicho varias veces, di tu propia opinión.

-¡KESESESE! EL ASOMBROSO YO ESTA AQUÍ.

-¡Tonto!

-¡Hey, el asombroso yo siente que falta alguien!

-Cierto aru. Falta alguien aru. ¡Ah sí, aru! Bulgaria aru.

-Bulgaria nunca viene. Ha de estar con Romania.

-¡Vino la reunión pasada aru!

-¡GUARDEN SILENCIO!-Grito Ludwig. -¿POR QUÉ TODAS LAS REUNIONES TIENEN QUE SER ASÍ? ¡ALGUIEN DEME UNA SOLUCION!

-Yo culpo a Yao, el es el que más contamina.

-Si mal no recuerdo, Alfred-san, usted es el que más contamina.

-¡Hay que dar soluciones aru! ¡Ivan aru! ¡Has algo aru! ¡Tú también eres potencia mundial aru!

-¿Qué? ¿Yo? Yo solo quiero ver a…..-Ivan se calló. Le era tan normal decir la frase en cada reunión, aunque, ahora que salía con Toris y sabía lo molesto que este se ponía, dejo de hacerlo.

-¿Qué te voy a hacer Ivan?

-Kolkolkolkolkol.

-Peter.-Susurró Raivis, esperando que con ese llamado el otro llegara a rescatarlo.

-Heracles. ¡No te duermas!-Dijo Sadiq, molesto ante la situación.

-¡Estoy despierto! ¡Estoy despierto! ¡Donde esta Neko-san! ¡Sadiq! ¿Qué le hiciste a Neko-san?

-¡Yo nada!

-¡Esto es un desastre! –Exclamó Tino. -¿Qué hacemos Su-san?

-N´ te pre´cup´s F´n.

-PASTA~~~

-¡Alfred! ¡Este no es momento para comerte una hamburguesa!-Exclamó Inglaterra.

-Honhonhon. Si Alfred, a Arthur no le gusta gordos.

-¡Cállate, maldita sea!

-¡Si no le gustaran los gordos no me habría elegido en primer lugar! –Después de lo dicho, Alfred empezó a reír. –Espera….¿Qué? ¿Me acabo de llamar gordo? ¡Yo no estoy gordo! ¡Soy de huesos anchos!

-Espero que alguien me note. –Dijo Matthew en un susurro.

-¿Quién eres?

-Soy Canadá.

-¡ALGUIEN! ¡UN MALDITO RESUMEN!

-¡Soy el héroe!

-CALLATE.

De repente, Ivan levanto su mano, esperando poder ser escuchado. Fue observado por todos los presentes.

-Tienes permiso para hablar Ivan.- Dijo Ludwig, ahora más tranquilo.

Ivan sonrió "inocentemente".

-En resumen todos serán uno conmigo, tarde o temprano.

Poco después, Ivan se encontraba tirado en el piso, inconsciente, después de que Alfred le lanzara su silla.

Así sucedió la junta, con mucho habladero y ninguna solución. Hasta que Bulgaria entro como alma que lleva al diablo en la sala.

-¿Bulgaria? –Pregunto Ludwig, extrañado

-¡Ivan! ¡Escóndeme!-Grito el aludido.

-¿Qué le sucede, Dimitar-San?

-¿Dimitar? –Preguntó Ivan, que ya estaba despierto y sentado en su silla.

-¡Es Nikolai! ¡Lo lleve a tomar y ahora se ha vuelto loco! ¡ESCONDANME!

-¿Nikolai? ¡Pero si la magia de Nikolai es pura mentira!- Dijo Inglaterra.

-Coincido con Arthur. –Le secundó Lukas. –La magia de Nikolai no molesta ni a una mosca…

-¡¿QUÉ DIJISTE RULITOS?!

Todos se voltearon para encontrarse a Romania, completamente rojo, desnudo y con una varita parecida a la de Harry Potter. A Alfred le recordó a Arthur cuando borracho.

-¡Hey! No le digas "Rulitos" a mi Norge. –Exclamó Mathias, mostrándose visiblemente molesto.

-¡QUE MI MAGIA NO SIRVE! ¡JA! ¡MI MAGIA DEJARÍA AL PROPIO ARTHUR TIRADO EN EL PISO SOLLOZANDO Y CHUPANDOZE EL DEDO!

-¡Oye!

-¡LES MOSTRARE LO QUE LA VERDADERA MAGÍA ES CAPAZ DE HACER! ¡Y TU BULGARÍA! ¡ME LAS VAS A PAGAR!

Aunque, con todo y que logro asustar a algunos cuantos, todos los demás se quedaron callados. Y eso hizo que Romania se enfadara aun más. Agito su varita y la dirigió en dirección a la mesa de juntas. Luego de hacer el conjuro, empezó a reír histéricamente. Se formo un humo en la sala de juntas.

-Este será el castigo de los líderes de la pareja. ¡Les tocara ir abajo! ¡JA!

Bloody hell! ¡Romania, te voy a partir tu *****!

-¡Arthur! ¡Las damiselas no parten caras, sino los héroes!

- ¡No veo nada!

-¡Mon petite Matthew! ¿En donde estas?

-¿Qué es esto aru?

-Yao-san, cálmese por favor.

-Ve~~~ Ludwig, tengo miedo.

-¡Feliciano! –Le regaño Ludwig.

-¡Ayúdame bastardo!-Grito Lovino, en busca de su amante.

-LOVI~~~ Voy para allá Lovi.

-Kesesese. ¿El señorito tiene miedo? –Se rio Gilbert.

-¡No te burles Gilbert! ¡Eso no es aristocrático!

-¡Al diablo la aristocracia!

-¿Toris? Kolkolkolkolkol.

-¡Osea, como que tipo muy raro!-Exclamó Feliks.

-¡IVAN! ¡IVAN MALDITA SEA!

-Kolkolkolkolkolkolkol.

-¡Neko…..-San!

-¡Al diablo tu gato Heracles!-Grito Sadiq.

El sonido de un balazo disparcio el aire, y después calló a todos. Vash agarraba de la mano a su hermana, Lili. Después, ambos salieron de la sala de juntas, siendo seguido por los demás países.

Todos salieron ilesos, sin ninguna marca de que algo les había pasado.

-Les dijimos que su magia no hacía nada.

-De hecho, amor. No existe la magia.

-¡Guarda silencio!

Todos se fueron a sus casas, y a casas de otros compañeros, a descansar y dormir un poco. Suficiente habían tenido con la junta de ese día.


Alfred despertó de su cama con brusquedad, después de haber soñado que en la noche se había convertido en una mujer. Respiraba fuerte, su corazón latía con fuerza. ¿Qué carajo era ese sueño? Volteo su mirada para encontrarse con un durmiente Arthur, que abrazaba su almohada como niño pequeño. Alfred acarició su cabeza y camino en dirección al baño. Restregó sus ojos, para luego buscar a Texas. Se sentía raro, apretado. Y aun así sentía que la ropa no le quedaba del todo chica.

Cuando llegó al baño, se sorprendió al ver que no necesitaba a Texas, que veía bien. Y se sorprendió aun mas al encontrarse con una hermosísima mujer de cabellos rubios, que le llegaban a los hombros y de ojos azul cielo.

Alfred observo su cuerpo, para encontrarse con un cuerpo esbelto, con curvas perfectas, pechos perfectos, deseados por cualquier mujer. Alfred debía aceptarlo. Estaba buenísima. Pero ese no era el punto.

-¿Alfred?

No contesto.

-¿Alfred, que sucede?

-Arthur…-Dijo apenas con un hilo de voz.

-¿Alfred? Tu voz suena rara. No estarás enfermo. ¿O sí?

Hubo silencio por un rato. Hasta que Alfred se decidió por hablar.

-Arthur. ¿Recuerdas que dijiste que la magia de Nikolai no servía?

-Si claro. Como olvidarlo si fue ayer. ¿Por qué?

Hubo otro silencio, lastimoso para ambos.

-Arthur…

-¿Si?

Y entonces, Alfred salió del baño, completamente sonrojado. Arthur casi se cae de la cama al ver a una hermosa mujer en su habitación. El inglés se había sonrojada incluso más que el estadounidense.

-Al parecer si funcionó.


Hetalia no es mia, es de Hidekaz. Aviso de una vez que el capitulo final sera de preguntas a los países, pueden preguntarles cosas como ¿Como se sintio ser una mujer?, etc... Dejen reviews porfavor. Y espero que les haya gustado.