La mañana era molesta, el sol le daba de lleno en la cara y debido a la gran cantidad de tarea que les dejó Kakashi sensei ayer, se durmió bastante tarde. Así que sus ganas de levantarse de su cómoda cama disminuían exponencialmente.
Quería que el sábado llegara pronto para poder dormir un poco más.
Lástima que apenas estaban a martes.
-Hinata, cariño, ya es hora de que te levantes -dijo amorosamente su madre, mientras entraba a la habitación de la chica y se dedicaba a acomodar su uniforme escolar.
Tenía que lucir siempre impecable, Akatsuki era la preparatoria más costosa y exclusiva de toda Asia.
-Voy, mamá - decía mientras lanzaba un largo bostezo y se dedicaba a estirarse en la gran cama.
Quería evitar por todos los medios que su padre entrara y le empezara a reclamar por no levantarse rápido.
"Vaya primer pensamiento del día"
pensó sarcásticamente, al menos en su mente se atrevía a ser un poco más extrovertida.
Ya bañada y cambiada, y tras una pequeña crisis de flojera y una guerra con su cabello, el cual, a pesar de ser largo y sedoso -envidiable- como dirían muchas, siempre traía en una coleta perfectamente acomodada.
Nunca se había esmerado demasiado en su aspecto físico, y hoy no iba a empezar.
-No es como si a alguien le fuera a interesar, de todos modos. –
se dijo a sí misma, viéndose por última vez en el espejo de cuerpo completo sin poder quedar satisfecha con la imagen.
-Buenos días, familia- dijo Hinata, llegando al comedor con el resto de la familia.
-Buenos días, hermana - contestó enérgicamente Hanabi.
Gracias a la universidad y las clases particulares, rara vez podía tener alguna especie de -contacto- con su hermana, así que el desayuno era un momento que apreciaban demasiado.
-Es tarde, Hinata, deberías de esmerarte más en levantarte a tiempo - decía el patriarca Hyugga, sin siquiera dignarse a despegar la vista de su periódico cuando empezaba a lanzar el primer reclamo de la mañana.
¿A sí?, yo pensé que los dos estaríamos más contentos sin tener que estar respirando el mismo aire.
Pensó ofuscada, aunque estaba más que acostumbrada a que nada de lo que hiciera fuera suficiente para su padre, no por eso dejaba de ser doloroso.
Mejor no pensar más en eso, solamente se amargaría -más- la mañana.
-Así será, padre - contestó educadamente mientras tomaba asiento al lado de su hermana.
De sobra estaba decir que era Hanabi quien se sentaba al lado de su padre, no ella, la primogénita torpe y poco honorable.
-Recuerden que hoy en la noche tendremos una cena muy importante, así que quiero que se comporten adecuadamente - mirando de soslayo a sus dos hijas, sabía que Hinata se comportaría callada, reservada y educada.
La advertencia iba hacia la menor.
- ¡Pero padre! - dijo inflando los mofletes - ¡Es imposible no querer irse de ahí, esas cenas son muy aburridas! - cruzándose de brazos.
Ella y Hinata odiaban con todo su ser esas reuniones, les parecían una vil excusa para reunirse con gente hipócrita para fingir que les interesaban las amistades y la caridad social.
Pero como Hanabi sabía que su hermana mayor jamás se atrevería a decir una sola palabra de reclamo, sentía que debía esforzarse por las dos, por eso siempre se la pasaba gritando y enfrentado a su padre.
Sin Hinata, ni siquiera tendría un verdadero motivo para darse a notar.
-Fue una orden -endureciendo la mirada ante la actitud aniñada de su hija - aprende a tu hermana mayor, ella sabe cómo debe mostrarse una dama educada y callada - dando por zanjada la conversación.
Hinata, en vez de sentirse entusiasmada por el comentario de su padre -como lo hubiera hecho en antaño- sólo logró sumirse más en su poca confianza.
A comparación de ella, Hanabi era abierta, inteligente, fuerte y altiva. Nunca se guardaba su opinión y no se dejaba menosprecias por nadie.
Todo lo contrario a ella.
Así sin más, entre el sonido de los cubiertos y las opiniones de su padre sobre las expectativas que tenía de ellas dos, o más concretamente de Hanabi, terminó esa fatídica mañana.
Era hora de partir a la escuela.
.
.
.
Hinata dobló la esquina y siguió derecho por el pasillo, ese semestre, su salón fue el más alejado de todos, así que tenía que medir demasiado bien el tiempo para no llegar tarde a sus clases, no quería ser expulsada del salón por no cumplir con las normas de horarios.
Sin embargo, cuando estaba a punto de abrir la puerta, un ligero empujón logró desestabilizarla un poco, ya que del otro lado, iba saliendo un rubio que no se había fijado que alguien más iba entrando.
- ¿Ehh? ¡Lo siento' tebbayo, no te vi! - dijo a modo de disculpa el chico.
Hinata no pudo evitar sobresaltarse y terminar sonrojada ante las palabras de Naruto.
Desde que tenía memoria, estuvo enamorada del chico, su forma de ser y la gran personalidad que tenía, lograron captar la atención de la Hyugga enseguida, sin embargo, nunca se había atrevido a hablarle.
A pesar de haber compartido la secundaria y lo que llevaban de preparatoria, aunado a los años en que tuvieron que asistir a los mismos eventos por parte de sus familias, Hinata dudaba mucho que Naruto supiera siquiera su nombre.
-N-No te p-preocupes, Naruto- kun -contestó sumamente nerviosa.
Naruto estuvo a punto de contestarle algo a esa rara chica, sin embargo, cualquier intento de conversación quedó cortado tras el llamado de alguien que logró captar de inmediato la atención del rubio.
-Naruto ¿Qué haces ahí parado? Ya casi empiezan las clases y no quiero que te estés quejando de que no te dejaron entrar por llegar tarde del baño – se acercó reclamándole una hermosa rubia a Naruto, el cual sólo se rascaba nerviosamente la parte trasera de la cabeza mientras asentía divertido.
Al parecer Ino aún no notaba la presencia de la otra chica, y si lo hizo, simplemente se dedicó a ignorarla.
-Tranquila Ino, ya estaba por irme, sólo le pedía disculpas a Hinata por casi arrollarla con la puerta' tebbayo - señalando con el pulgar a la única morena presente.
-Ohh, ya veo - dijo dirigiendo su azulada mirada a la chica- disculpa Hinata, Naruto a veces es bastante distraído - usando un tono de voz que, aunque amable, era bastante distante.
Bueno, en realidad Naruto e Ino, si bien no eran groseros ni nada por el estilo, solían ser bastante reservados y algo distantes con los demás.
Siempre estaban juntos, y rara vez se les veía con alguien más.
Hinata estuvo a punto de contestarle que no había ningún problema, pero de nuevo, Naruto le ganó la palabra.
-Bueno, damas, yo me retiro que la naturaleza me llama y no quiero que Iruka me prohíba entrar -recordando con un aura deprimente las anteriores veces que quedó fuera de la clase.
- ¡Pero apúrate! - regañó por última vez la rubia - ¡Y me traes algo de beber! - pidió anhelante la a sombra que desapareció por el pasillo.
Hinata no estaba muy segura de que hacer, si bien, intentar sacarle conversación a la chica más popular de la escuela, o conservar un poco de su dignidad y dirigirse a su pupitre sin haber sido ignorada por esta.
Aunque no se esperó que Ino fuera quien rompiera el hielo y la sacara de sus cavilaciones.
-Oye, Hinata, deberías de soltarte el cabello, te verías mejor - dijo tras dirigir por unos cuantos segundos su azulina mirada a ella.
antes de poder inventar alguna excusa tonta que explicara el porqué de su falta de confianza hacia su aspecto, la otra simplemente se retiró y se fue directo a su pupitre.
Eso sí que fue extraño.
Pensó confundida.
No era por el comentario en sí, ya bastantes personas se lo habían dicho antes, sino por la extrañeza de que fueran justamente ellos dos quienes le hubieran dirigido la palabra.
Mejor no pensar demasiado las cosas, quizás, lo que ella veía como un gran y extraordinario momento en el que dos de las personas más populares la notaban, para ellos fue algo sin importancia.
Y fue así que el día pasó sin más inconvenientes, dos horas de matemáticas, dos de literatura, una de filosofía y la última hora de educación física. Un día cualquiera, aunque no estaba en sus planes del día olvidar torpemente su libreta de matemáticas en el pupitre que tenía asignado, así que, disculpándose con su chofer por tener que regresar a la escuela, tomó rumbo rápidamente a su salón.
Cuando entró, se alivió de que el salón ya estuviera totalmente vacío, no quería que nadie notará lo torpe que era al olvidar sus cosas, y aliviada de que todo siguiera intacto y la limpieza aun no hubiera llegado, salió tranquilamente.
Bien pudo haber regresado por el mismo largo corredor, pero ese día prefirió tomar un pequeño atajo que encontró uno de esos días en que quería alejarse de todo, así que caminó al lado contrario y dobló por la salida que había en el almacén de limpieza, donde descargaban todos los productos necesarios para el mantenimiento de la escuela.
Esa tarde, hubiera querido jamás haber olvidado su libreta, y por ende, jamás haber tomado ese camino, así, de esa manera, no se hubiera encontrado con una escena que le cambiaría la vida.
Puede que ella no fuera la primera persona que se encontrara a dos alumnos de algún colegio follando apasionadamente sobre unos de las mesas de aquel cuarto, pero estaba totalmente segura de que, jamás, nadie más de la escuela había visto antes a Naruto penetrando salvajemente a Ino.
Penetrando salvajemente...a su hermana.
Si, estaba segura que ninguna otra persona había contemplado a los mellizos Namikaze compartiendo un momento que rebasaba por mucho los límites de lo fraternal, y lo podía comprobar por la mirada sorprendida y asustada que le dirigieron tras escuchar como tropezó con una caja tras intentar huir por donde vino.
Hinata salió apresurada, la habían visto.
¡Mierda, me vieron!
Pensaba alterada, eso que vio estaba mal, era incorrecto, inmoral, iba en contra de todo lo establecido, pero por alguna jodida y extraña razón, eso la había, la había...excitado.
Podía sentirlo claramente por el cosquilleo en su bajo estómago y en la pequeña humedad que sentía en su ropa interior.
Así que, intentando alejar lo más posible de si esas inmorales sensaciones, subió apresurada al carro, y casi le grita al chofer que se fueran de ahí.
No dijo nada en todo el camino, a pesar de la mirada preocupada que le dirigía el conductor, se quedó callada.
Estaba demasiado sumida en la visión de los mellizos, en cómo Naruto tomaba fuertemente de la cadera a Ino para hundirse en ella sin piedad, en los gemidos de placer que salían de la fina boca de la rubia, de la perversión que inundaba los dos pares de ojos azules.
De lo asombrosamente tentadora que se le mostraba esa imagen.
-Señorita Hinata, ya llegamos- dijo extrañado Toneri, su chofer.
No era común ver a la chica en ese estado.
Cosas de adolescentes.
Pensó alzándose de hombros.
- ¿Ehh? ¡Ohh, si, gracias Toneri- San! -dijo avergonzada.
Se convenció a si misma que lo mejor era dejar esas cosas de lado, tenía cosas más importantes en las que ocupar su mente que en sus pecaminosos pensamientos.
Por ejemplo, la cena de caridad que se efectuaría esa misma noche en el gran salón de su casa.
Lástima que el destino era cruel, y que unos de los invitados principales sería la familia Namikaze- Uzumaki.
Y Naruto e Ino no se quedarían de brazos cruzados respecto a Hinata, ella había descubierto su pequeño secreto, y ahora la morena no podría librarse de ellos.
¡Holiwis!
Si llegaste hasta aquí, gracias.
Creo que este capítulo es uno de los más cortos que he escrito, casi nunca subo nada que no haya llegado, como mínimo, a las 3,500 palabras. Pero como esto es una introducción a la verdadera historia, sentí que no hacía falta más, eso sí, los demás capítulos serán más largos.
Este es el primer hetero que escribo y termino publicando, pero tenía demasiadas ganas de publicar un trio sobre ellos tres, que no pude soportarlo más XD
Sí, sé que no es nada raro encontrar a este par siendo hermanos, pero es que son tan lindos que no pude evitar imaginarlos juntos :3 Además, quiero poner un punto de vista distinto al de la Hinata de siempre, independientemente de todo lo tímida e insegura que sea, también es un ser humano que se enoja, es sarcástica y siente deseo sexual.
Así que los hermanos tomarán cartas en el asunto y guiarán a Hinata a través de un camino lleno de lujuria y desinhibición.
Además, mostraré también las cosas desde el punto de vista de los rubios.
Comentarios, ideas, correcciones, todo es muy bien recibido y me alienta a seguir con la historia, así que, si me dejas un comentario, me harás muy feliz :3 lol
Besos.
Ann.
