Cuando me inicié dentro de los fanfics, escribí una historia NaruSaku. Porque estaba irremediablemente enamorada del NaruSaku. De hecho fue lo que me motivo a la lectura de fics. Aun que en aquellos entonces no leía más nada, después me llamaron la atención otras parejas. El dichoso primer fic está por ahí empolvándose entre mis montones de ideas y otros fics inconclusos, claro que ese sí lo concluí y de hecho lo publiqué en varios foros (Foros DZ, Imperio Nipon, Foros NaruSaku) bajo otro pseudónimo. No me he atrevido a subirlo aquí, porque considero que necesita editarse bastante. Y tal vez un día de estos me ponga a hacerlo. Hay una enorme diferencia de lo que escribía antes, a lo que ahora. Pues, no era muy buena con la redacción (imagínense si ahora tengo un millón de errores, cómo era antes). En fin. Aquí les presento mi nueva idea, no será una historia muy larga porque me he aborasado subiendo tantas historias, pero pues, ¿qué le puedo hacer? Mi cabeza es una maraña de ideas. Tiempo es lo que me hace falta.
Espero que les guste y no me abucheen por lo que leerán en los demás caps,
Enjoy!
La razón de estar contigo.
Capítulo 1. Ironías de la vida.
"Muchos de los que viven merecen morir y algunos de los que mueren merecen la vida. ¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos"- Gandalf el Gris. El señor de los anillos. J.R.R. Tolkien.
"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante"- Oscar Wilde.
¡Esto debe ser una jodida broma! Pensó Hyuga Neji.
Soltó una risilla sardónica. Sus ojos estaban clavados en el techo blanco de aquel lugar y frunció levemente las cejas al ver lo que parecía un pájaro negro paseándose en aquella blancura. Estaba alucinando por los estupefacientes que le colocaron al suero. Soltó otra risilla como antes, precedida de una tos grave. Sus pulmones se colapsaban, la sangre se agolpaba en su pecho como un río sin desembocadura.
-¡Deja de moverte! ¡intento curarte!-dijo con la angustia palpable en cada exigencia. De sus manos temblorosas emanaba una luz verde, intentando cubrir el cuerpo del muchacho-
-Déjalo ya. No podrás hacer nada más. Tengo hemorragias irremediables-murmuró él. Estaba a punto de desvanecerse en la camilla de quirófano. Y no quería, luchaba con todas su fuerzas para mirar a la ninja médico una vez más-
La vida por fin le había regalado algo hermoso: el amor incondicional de esa mujer. Las imágenes de los días compartidos, buenos y malos, comenzaron a pasar por su cabeza como una película antigua. Era tan irónico qué, al fin conseguía felicidad y ahora..
-¡No vas a morir! ¡Escuchaste! ¡no te voy a dejar morir!-le gritó ella. Las lágrimas brotaron de sus ojos verdes a borbotones, esparciéndose en el pecho de él-
-No seas necia. Utiliza tus fuerzas para salvar a Naruto..Él todavía tiene una posibilidad-insistió. Porque era verdad. Ya más nada se podía hacer. Hizo sus cálculos, valoró la situación, como todo buen genio-
Las probabilidades eran pocas. Tenía el hígado destrozado, parte de los intestinos, y un pulmón pinchado. Y ni hablar de los huesos, su fémur derecho estaba partido en varios pedazos. Los ninja médico que ayudaban a Haruno Sakura, aseveraron aquella declaración. Ella se negaba a aceptarlo. ¡No! ¡Él no iba a morir en su mesa! ¡Él no iba a abandonarla! ¡No se rendiría! Lo dejó un instante para asegurar el Bypass. Neji le tomó por la muñeca con la poca fuerza que le quedaba.
-¡No me vas a conectar a ese aparato para mantenerme vivo! ¡Me niego!-le dijo con un tono autoritario que ella odió. Su testarudez siempre salía en las peores situaciones-
-¡Intento salvarte la vida! ¡Joder!... Déjame hacer mi trabajo-rogó desesperadamente-Voy a ponerte el anestésico y..-
Él apretó más la muñeca de la chica, evitando que insertara la inyección en el suero. Neji lanzó una mirada iracunda.
-No es mi deseo-
-Pero yo..-
Se hizo un silencio pesado. El corazón de Sakura martilleaba en su pecho como un tambor sin contemplaciones, por su cabeza maquilaba un millón de técnicas para intentar mejorar la salud de Neji. No lograba concretar.
-Te amo-le soltó en medio de aquel abatimiento-
-Lo sé. Yo también te amo-dijo él ablandando el agarre. La mano vendada soltó a Sakura, no sin antes haber acariciado su brazo. Él se desmayó-
La muchacha se echó a llorar irremediablemente. Activó su chakra hacia él. Era inútil, sólo lograba aminorar pequeños puntos de sangrado. Su cerebro se nubló por completo ante la desesperación. Cada minuto contaba y ella no podía tranquilizarse. Todo ocurrió tan de prisa.
-¡Sakura! ¡Sal de aquí! ¡Perdemos tiempo valioso en tu histeria!–Dijo Tsunade-
Algún enfermero corrió a su auxilio, al prever que no podrían controlar la situación. La mujer rubia apartó a Sakura del muchacho en un empujón poco amable. Era evidente que la pelirosa entró en Shock.
-¡Sáquela de aquí!-
Los enfermeros tomaron a Sakura por los brazos, y como si eso le hubiera traído a la realidad comenzó a luchar para no marcharse. La ex Gondaime se sintió extremadamente culpable por hacerle echar, pero debía hacer algo. Los sentimientos de la chica estaban nublándole el buen juicio ante una intervención de urgencia que necesitaba lucidez. Tsunade tocó la frente a su ex alumna con el dedo índice poniéndola en letargo.
-Me haré cargo-dijo y no evitó sentir un ahogo en la garganta. Ya tendría muchos problemas por haber hecho aquello-
XxX
Enfermeras corrían de un lado a otro, trayendo gasas y herramientas de cirugía. Un médico se aseaba con rapidez para entrar al quirófano número dos a echar una mano.
-¡Mierda! ¿Dónde carajos está Sakura cuando se le necesita?-murmuró Yamanaka Ino aplicando el desfibrilador en el pecho de Uzumaki Naruto-
El cuerpo del muchacho saltó de la camilla pero siguió estático. Había perdido el color dorado de su piel, pasando a color muy pálido y no respiraba.
-¡Despejen!-gritó Ino con impaciencia. Volvió a poner las palas sobre el pecho del muchacho y aplicó otra descarga. El maldito monitor cardíaco seguía sin registrar el corazón.-
-Permíteme-le dijo una voz femenina llena de autosuficiencia. La ninja médico se quitó los guantes de cirugía-
Ino miró a la mujer con cara de pocos amigos, pero ésta no le prestó atención. Sus dedos se movieron con rapidez sobre el pecho del chico. Cuando dejó de hacerlo, Naruto tenía pequeñas marcas de sangre como si hubiese colocado agujas de acupuntura invisibles.
-Inténtalo de nuevo-
Ino enarcó una ceja incrédula, pero obedeció.
-¡Despejen!-
Esta vez, el pitido de la maquina anunció el latir débil de aquel cuerpo magullado, provocando la euforia de los presentes.
-¿Qué le has hecho Karin?-preguntó Ino quisquillosa. Odiaba a esa pelirroja y sus aires de superioridad. Lamentablemente la habían aceptado como interna en el hospital-
-Tenía bloqueado algunos puntos de chakra. Simplemente los activé. Ahora hay que normalizar su ritmo cardiaco, está irregular-
-Eso es porque tiene falla cardiaca. Parte del miocardio ha sufrido grave daño-dijo Ino con aire intelectual-
Karin le miró restándole credulidad y para corroborar lo dicho, la rubia colocó su mano en el pecho de Naruto. Extrajo una bola de chakra naranja, la cual debía ser azul. Karin frunció la frente, y mirando a la chica por encima de los lentes concluyó:
-Necesita un trasplante. Y con urgencia-
XxX
Sakura se llevó una mano a la cabeza. Le dolía como si acabara de tener la noche de juerga más pesada en toda su vida. Maldijo internamente a su ex sensei por tratarla como una niñita, pero luego pensarlo con detenimiento, tal vez fue lo mejor.
Siempre pensó que podría controlarse con una urgencia de ese calibre. Lo había logrado antes, con Naruto, con Sasuke-kun. Durante la guerra. Pero nunca imaginó quebrarse así frente a él. Había tenido muchos pacientes a los que amaba profundamente y jamás claudicó en atenderlos como se debía ¿Por qué le falló a él? ¡Precisamente a él!
Le amas demasiado Sakura, solo la idea de perderlo te enloqueció.
La vocecilla de su mente no ayudaba a tranquilizarse y menos estar ahí sentada sin hacer nada. Las lágrimas volvieron a brotarle de los ojos y a pesar que intentaba contenerse, no pudo. Se echó a llorar desesperadamente rogando a todos los dioses porque Tsunade-sama salvara la vida de Neji.
No podía perderlo. No quería perderlo. Por fin era feliz ¡por fin!
A pesar de que su relación comenzó de la manera más extraña, en el día menos esperado. Ella comprendió, desde ese momento que sería un amor verdadero, profundo:
Regresaban de una maldita misión en la aldea oculta en la nieve. Y lamentablemente tuvieron que parar en la única posada que tenía una habitación disponible. Sus niveles de chakra eran bajos ya que habían sufrido una emboscada cuando escoltaron a un rico mercader de esas tierras.
-Menuda estupidez ¿Qué clase de posada es esta?-masculló Sakura para sí. No es que nunca en la vida hubiera compartido habitación con un hombre. Ya lo hizo en alguna otra misión con su ex sensei, Naruto, inclusive Sasuke-kun. Pero jamás, ni en el más loco de sus sueños, se planteó una situación como aquella con el "genio de los Hyuga"-
Y cómo para contrariarla más, la mujer encargada dijo:
-El calefactor no está funcionando. Se ha descompuesto un generador por la tormenta de nieve, y hemos guardado las reservas para el abastecimiento de agua y luz-
Les entregó algunas mantas extra y las llaves de la habitación. En su mente Sakura maldijo a la condenada tormenta, siendo que horas antes estaba alucinada por el esplendoroso espectáculo.
-Puedes usar la cama. Dormiré en el piso-le dijo en un tono que sonó más a orden que a sugerencia-
Sakura arqueó una ceja. Se sintió ofendida por el hecho de que prefiriera congelarse antes de siquiera mantener contacto con ella. Y no que le hiciere ilusión.
"Te mientes a ti misma", le dijo su vocecilla interna y picara. "¡Ese hombre te encanta!"
¡Oh cállate! Le respondió a su fastidiosa voz interna y lanzó un bufido.
-Morirás de frío en el piso. No es que te vaya a morder o algo por el estilo-soltó la pelirosa con sarcasmo, dejando las mantas sobre la cama-
Neji frunció las cejas ¿acaso estaba ofendida? Él quería ser un caballero, así lo educaron. Además estaba el hecho de que durante esos dos meses de misión, el contacto con la ruidosa pelirosa le ponía los nervios de punta. No sabía por qué detectó cierta tensión entre ambos, una bastante inapropiada.
"Se llama tensión sexual, querido" le susurró a Neji esa vocecita interna y maliciosa.
Negó con la cabeza intentando alejar esa conjetura, y recordó que entrada la madrugada, descendería la temperatura unos grados más y quizá las mantas serían insuficientes para amortiguar el suelo helado, hasta podría trasminarse la humedad.
"Calor corporal", le pinchó la vocecilla nuevamente a Neji.
-Me parece lo correcto. Tú en la cama, yo en el piso-sentenció él. Dejó su mochila en el suelo y se dispuso a rebujar ropas limpias. Se daría un baño, trataría de aminorar sus insanos pensamientos -
¿Qué sabe él de lo que es correcto o no? Pensó la pelirrosa.
-Como gustes. Me daré un baño-
Sakura se le adelantó ¡Joder! Ahora tener una imagen de ella bajo el agua tibia no daría paz mental. Se pasó una mano por la cara.
-¿Qué demonios pasa contigo?-murmuró Neji-
Cuando entró al cuarto de baño, Sakura se recostó de la pared y empezó a darse suaves cabezazos con ella.
-¿Por qué estoy tan alterada?-se preguntó a si misma-
Luego de calmarse se dio un baño "rápido", teniendo la consideración que el agua caliente no duraría mucho y su compañero también merecía un delicioso chapuzón.
El muchacho se estaba impacientando ¿Quién se tomaba más de 20 minutos en una ducha? ¡Por kamisama!
Neji frunció levemente las cejas al verla salir en pijamas. Nunca pensó que tendría aquel atrevimiento y agradeció a todos los dioses que las prendas fueran tan poco sensuales y demasiado anchas como para denotar alguna característica de la mujer.
-¿Qué?-le dijo ella-
-Bueno, seré la envidia de Naruto. He visto a Haruno Sakura en el pijama más extravagante del mundo-ironizó para sorpresa de ella, inclusive la suya. Quizá se había extralimitado con el comentario-
La chica abrió tanto los ojos que parecía saldrían de las cuencas y gesticuló un "oh" con los labios.
-¿Hyuga Neji haciendo una broma? ¡El infierno va a congelarse!-
El chico entrecerró los ojos y le miró con desaprobación. La tensión generada en el ambiente se podría cortar con un kunai.
-Con permiso-le dijo Neji. Al pasar de su costado atropelló su hombro. Ambos sintieron un chispazo que les aceleró el corazón-
¡Mierda! Se dijo la chica.
Caminó hasta la cama tratando de tranquilizarse.
A los quince minutos, él salió en un yukata grueso, o lo que parecía uno. La parte superior estaba amarrada en su cintura, dejando el tórax completamente al aire. Sakura no pudo evitar tragar saliva al ver como las gotas de agua resbalaban por la espalda desnuda del muchacho. Irremediablemente se ruborizó.
-¿Qué?-fue el turno de Neji en preguntar-
Ella solo negó con la cabeza y desvió la mirada al colchón. Ese gesto fue evidencia de una zozobra irracional, Neji sonrió.
"No tientes al destino", le dijo su vocecita interna y sensata, pero antes de hacerle algún caso, habló:
-Hazte a la izquierda, que la cama está mal orientada hacia la puerta. No dormiría ahí ni por petición del Hokage-
-¿Crees en el freng shui?-respondió ella sorprendida-
Neji asintió ¿Quién no creería en esas cosas? Las energías positivas eran vitales. Tomó asiento en el espacio que ella antes ocupaba.
-¿Y dormirás solo con eso puesto?-le interrogó ella-
¡Oh maldición! Tenía una visión perfecta de esa piel blanca y aparentemente suave. Se enfocó embelesada en las líneas de cada músculo bien trabajado en la espalda de Neji. Sakura tragó saliva, la garganta se le secó tan de repente y su corazón acelerado le retumbaba en el pecho.
-Sí-
-Te morirás de frío-sentenció ella-
"Calor corporal" le volvió a sonar la voz maquiavélica en su cabeza a Neji.
-Tú no lo permitirías ¿o sí?-aquella declaración le salió en un tono de voz ronco. Sakura hasta podría apostar que algo sugerente-
Se giró un poco para mirarla. Esos ojos verdes estaban fijos en él. Escrutando su mirada pálida como si quisieran leerle la mente.
-N-no-murmuró dudosa-
Neji observó el brillo natural y precioso de los ojos verdes. Era como un par de esmeradas que cualquier aventurero sería feliz de encontrar, de admirar, de ser dueño. Después se fijó en sus labios ligeramente entre abiertos y que desplegaban un vaho.
El frío se le había pasado él. Ahora sentía calor. Un calor abrazador que le recorría el cuerpo y le exudaba por los poros.
Las manos temblorosas de Sakura apretaron las mantas. Aquel nerviosismo era hilarante, estúpido, pensó. Intentaba controlarse pero el tenerlo tan cerca no le dejaba pensar. Ella abrió los ojos cuando le miró acercarse lentamente. Quizá con esa parsimonia, le estaba dando espacio para apartarse, pero ella no deseaba hacerlo.
Sintió los cálidos labios del muchacho presionarse con los suyos, en una caricia efímera. Una corriente eléctrica le recorrió cada parte de su cuerpo y se concentró en su parte más íntima. No era algo antinatural, era deseo sexual, lo había leído en los libros. Se lo había explicado Ino. Pero lo que le produjo curiosidad es qué, eso no lo percibió antes. Ni con un beso de Sasuke-kun.
Se quedó estática. No podía creer que él le estuviera besando.
Cuando Neji se percató que Sakura no correspondía, quiso apartarse pero una ágil mano en su nuca, le hizo regresar a lo que hacía. Esta vez, el beso se profundizó. Haciéndose más cálido, más húmedo. Hundió sus manos en el cuello de la chica comprobando lo que ya en alguna ocación se preguntó. Era suave como el satén, cálido al tacto, y deliciosamente encantador.
Con la vehemencia del movimiento, cayeron a la cama.
Ella le permitió introducir la lengua y saborear su boca con pasión desmedida. Neji colocó un brazo sobre el costado de Sakura y se acomodó sobre su pequeño cuerpo, abriéndole las piernas lentamente con la mano libre. Sakura constató la suavidad de esa piel blanquecina así como la baja temperatura en la espalda que minutos antes admiró. Neji dejó sus labios para apoderarse de su cuello
- Estas helado-le murmuró ella-
La afirmación le trajo a la conciencia. Neji se alzó, cuando miró aquel rostro sonrojado y los cabellos rosas alborotados, se sintió culpable por su modo de actuar. Debió reprimir esos malditos impulsos que le gritaban desesperados por sentirla.
-Lo lamento-
Iba a levantarse pero ella no se lo permitió.
-¿Te arrepientes?-la pregunta le salió ahogada-
Los ojos verdes le miraron suplicantes. Después de lo ocurrido, lo que menos merecía era que mintiera.
-No-
¿Por qué no? Él no era un hombre que correspondiera a esos instintos, siempre bastó con una ducha de agua fría. Al parecer, esta vez no. Ella le sonrió.
-Déjame darte un poco de calor corporal. Estás helado-dijo en un murmullo sensual-
Temió que la etiquetara como una desfachatada, pero luego de recorrerle el rostro con una caricia lánguida, nada más le importó. Si él se dejaba hacer, lo disfrutaría.
Lo necesitaba. Necesitaba sentirse atractiva para él. Porque ya no quería negar, que Neji le atraía demasiado. Su dedo índice terminó el recorrido en el mentón del muchacho con una caricia mesurada.
Neji sonrió de una forma bastante atractiva, no era una sonrisa burlona ni altanera, más bien era una sonrisa de satisfacción. Aquel gesto de Sakura fue el total indicativo para ayudarla a desvestirse entre besos y caricias. No supo con exactitud cuánto llevaba deseando aquello hasta que lo tuvo en su totalidad.
De pronto la luz se fue. La tormenta, seguramente acabó con el otro generador.
-Tal vez, si me hace falta un poco de tu calor-le dijo Neji. Su voz sonó grave y sensual-
Y volvió a besarla abrazadoramente.
Allí en medio de la penumbra, todo aquello sucedía y se sentía como en un condenado sueño. La mano ardiente de Neji se cerró con suavidad sobre uno de sus senos, produciendo que su espalda se arqueara hacia aquel contacto. Luego, Sakura se sintió desfallecer al sentir la boca cálida y ardiente del muchacho cerrarse sobre su pezón. Lo lamió, succionó y mordió a su ritmo, a su gusto y gana.
Era algo para llevarla a la locura. No tardó en darle el mismo tratamiento al otro seno. La chica se movía y se removía a causa del placer recibido, en cualquier momento explotaría. Era una experiencia totalmente nueva para ella, y para él.
Neji viajó por el pecho de la chica, dejando un rastro de besos hasta volverse a encontrar con sus labios. Sin previo aviso, rosó un dedo en su clítoris, cortándole la respiración. El chico la besaba al compás de sus movimientos: primero lento, luego rápido, otra vez lento y más rápido. Podía sentir los gemidos de Sakura agolparse en su boca.
Cansada de no hacer nada más que recibir, Sakura colocó una de sus manos tras el cabello castaño y suave, la otra fue deslizándose atrevidamente sobre su torso y siguió descendiendo hasta encontrarse con el inicio del Yukata. Neji aguantó la respiración cuando ella introdujo su mano.
Estaba duro, mucho más que duro, listo.
Con vacilación, deslizó su mano delgada sobre el miembro de Neji. Arriba y hacia abajo. En un movimiento casi tortuoso que lo estaba volviendo loco.
Después, ella recorrió con su lengua los labios del muchacho, descendió por su cuello, su pecho y dejó rastros de besos hasta donde tuviere alcance. Él apartó de su cuerpo el rostro de Sakura para besarla fieramente mientras introducía sus dedos en ella. Sakura gimió al compás de la salida y entrada de los dedos intrusos. Ella le mordió el labio inferior de Neji, mientras le clavaba las uñas en la espalda.
La sintió llegar al orgasmo cuando su cuerpo tembló debajo de él. Neji sacó sus dedos del cuerpo de ella para abrazarla, deseaba sentir el calor prometido. Ella recostó la cabeza en aquel pecho duro hasta que logró apaciguar su respiración. Levantó su rostro y le miró, la luz de la luna que entraba por la ventana le regaló un perfil sensual de Neji.
Él se había controlado, lo sentía tenso como cuerda de guitarra.
-Yo..-
-Esto no ha hecho más que comenzar-sentenció él con la voz sensual y atrayente-
Lo sintió erguirse y postrarse sobre sus piernas. Neji pensó en la dificultad que seguía a continuación. Ella era virgen, sus castos movimientos la delataban. Y no es que el fuera un gran experto, pero había tenido la mala suerte-o buena, desde el punto en que se viera- de encontrarse con los libros que Kakashi sensei prestó a Maito Gai. Él y su condenada curiosidad.
-¿Estás bien?-preguntó con vacilación-
¿Qué si estaba bien? Por supuesto que no. Se dijo.
Luchaba con su interior para no comportarse como un desgraciado y robarle su honor. Eso no era digno de él. Ella no se merecía aquello. Además era bien sabido por todos, del amor incondicional que profesaba al Uchiha.
¿Estaría correspondiéndole solo para olvidarlo? Neji se acuclilló en la cama.
-Sólo una cosa-acto seguido volteó el rostro y frunció las cejas-¿Aún amas a Uchiha Sasuke?-
Sakura parpadeó confundida ¿a que venía Sasuke-kun? Tenía meses sin siquiera pensar sobre él. La muchacha, comprendiendo aquella pregunta respondió:
-Hace mucho que Sasuke-kun dejó de importarme de ese modo-
Ella se sentó en la cama, tomó el rostro de Neji entre sus manos.
-Solo me ha bastado un minuto contigo para saber lo que es la verdadera atracción-
Le dio un lánguido y largo beso en los labios.
-Me gustas mucho Hyuga-san…además tengo mucho frío. Necesito de ti, de tu calor-le murmuró al oído antes de mordisquear el lóbulo de la oreja-
Suficiente confesión para que él cediera y dar paso a una noche calurosa, a pesar de que fuera de esa habitación se daba la nevada más fuerte que la aldea hubo tenido jamás.
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Sakura sacudió la cabeza para deshacerse del recuerdo, luego se miró las manos. Le temblaban. Algo no estaba bien. Un mal presentimiento se le sembró en el pecho. Se acercó a la ventana de la habitación para salir de ahí, la puerta tenía prestillo.
Frunció el ceño al ver un ave negra desvanecerse en el cielo.
Neji.
