Los personajes son creación original de J.K Rowling y solo los tomé prestados sin fines de lucro. Este escrito participa en el reto La Musa Música del foro Del Yaoi & el Slash.

Animal Instinct: The Cranberries. Que puedo decir, amo a esta agrupación -ya extinta. Y la canción lo dice todo. Nunca he participado en un reto, es mi primera vez y espero su beneplácito.

Instintos

Por Tlacuilo

La oscuridad no contrastaba con la luz que iluminaba esa sencilla habitación, era como un oasis en medio de tanta sangre y muerte. Dentro de ella un rubio le hacía cosquillas a su acompañante que reía divertido, los pasos ─que solo ellos dos tan acostumbrados a estar alertas escucharon─ en el pasillo cercano a su puerta, los detuvieron de inmediato. La puerta se abrió y un saludo más parecido a un graznido se escuchó.

─ ¡Buenos días mis queridas mascotas!

─Buenos días tía Bella.

─ ¿Y la ratita bastarda no me saluda?

El bebé de dos años se escondió atrás del rubio, y solo asomó un ojito. Y juntando cada gramo de valor que poseía en su cuerpecito, saludó tímidamente.

─Benos díash.

La pelinegra lo miró y se giró desinteresada.

─Es lento, a esa edad tú ya pronunciabas bien las palabras, supongo que lo heredó de su padre… Quien quiera que sea.

Draco solo apretó los puños, odiaba que esa maldita mujer insultara a su pequeño, pero cualquier brote de rebeldía le acarrearía estar en las mazmorras por días, dejando a su hijo como juguete y a merced de todos los invitados eternos de Malfoy manior. Cuando la mujer salió, los dos rubios sintieron que el alma regresaba a su cuerpo, Draco se giró hacia el pequeño y le acomodó la túnica desgastada, besando su cabecita y susurrándole unas palabras que eran su credo desde que Duhr* venía en camino.

─Valor mi niño.

Más de dos años se cumplían de la derrota del bando de la luz. En una jugarreta macabra del destino, en la última batalla Voldemort mató a Harry antes de morir; así fue como una ola de terror asoló al mundo mágico sumiéndole en un infierno en la tierra, por lo menos para los que no era ni aliados, ni allegados de los mortifagos. De la ancestral línea de los Malfoy solo quedaban Draco y Duhr. Lucius había perecido en la batalla final al no contar con una varita para defenderse y de Narcissa su propia hermana fue el verdugo, pues la rubia protegió a su hijo y nieto no nato. Según las palabras de Bellatrix: Un bastardo no merecía vivir, claro que cuando todo pasó se divirtió tanto, que dejó con vida a Draco y a su ─desde ese día llamado─ bastardo, más el rubio no confiaba en la piedad engañosa del su tía y estaba seguro que lo perdonó por que las barreras de sangre de la mansión solo respondían a un Malfoy.

Desde que la victoria había sido otorgada para los mortifagos por su señor, el rubio vivía en zozobra constante protegiendo a su hijo de los golpes o hechizos de estos, pues los consideraban menos que elfos domésticos, su bebé pocas veces reía y siempre temblaba ante cualquiera que se le acercara, claro que su agilidad para esconderse era envidiable y Draco se preguntaba si debía alegrarse o llorar por eso. Él que fue educado para ser un soberbio y orgulloso heredero de renombre ahora se codeaba con los elfos y de estas criaturas recibía más ayuda y empatía que de los magos con los que tenía que convivir.

Duhr caminó más rápido jalándolo con él cuando escuchó el sonido de las voces masculinas que se acercaban y es que por si no fuera poco el infante ya había sido testigo de dos intentos de violación hacia su padre.

─Vamosh papá dápido.

El rubio se dejó conducir hasta la cocina y en esta Samy el elfo encargado de ella, los recibió afectuoso para llevarlos a la mesa dónde el desayuno ya estaba servido.

─Vamos amitos que no tardan en gritar esos trolls para que les sirvamos.

─Está bien Samy, ellos no se quedaran mucho tiempo, tienen fiesta en el castillo, al parecer han encontrado a otros pobres que enjuiciaran esta tarde.

─ ¡Oh! Acabo de recordar que se nos ha terminado la sal de rio, Noni deberá ir a comprar más.

─Entre más pronto mejor Samy. ─dijo el rubio.

Y es que la esperanza no había muerto junto con el héroe de ojos verdes, los sobrevivientes se convirtieron en una resistencia y Draco ponía su granito de arena, mandando información de un modo que no podía ser descubierto, pues él solo comentaba inocentemente con un elfo las novedades, lo que sucedía con esa información ya no era su culpa, así la Legilimancia periódica que le realizaban no encontraba nada mal en su comportamiento. Si alguien ─quien fuera─ la recibía, no podían culparlo a él.

Draco terminó de desayunar y vio que su hijo lo hiciera también, debían arreglar las habitaciones antes de que las visitas regresaran esa noche y buscaran cualquier pretexto para llamarlos, pues si en su juicio eran una molestia, ebrios se volvían un incordio aún mayor, sobre todo su adorada pariente.

Las cortinas fueron abiertas con un pase de varita y las camas tendidas, Noni ya había regresado y ayudaba a limpiar los baños y los pisos, Duhr trataba de juntar la ropa tirada y la llevaba hasta el cesto que Noni se llevaría a lavar. Los rayos del sol entraron iluminando el cabello platino del bebé y cuando este giró a ver su progenitor la luz tocó sus irises que tornasolaron betas verdes, una sonrisa melancólica cubrió la faz de Draco. Harry estaba muerto, pero no su línea, ahí bajó las narices de los estúpidos seguidores del difunto Lord, el hijo del héroe crecía a pasos agigantados…

Una noche antes de que ellos se separaran, el moreno colocó la mano sobre el vientre hinchado de Draco y se hincó para besarlo, dejando que sus lágrimas corrieran por el dolor de separarse de sus seres más amados y encaminarse a un destino incierto.

─Promete que le hablarás de mí.

─Prométeme tú, que regresarás para que yo no necesite hablarle de ti.

Los brazos del moreno estrecharon a su familia evitando de ese modo contestar.

Dos días después el mundo mágico perdía su última esperanza, y él encerrado en su propia casa no pudo ver ni estar en los últimos momentos del padre de su hijo. Esa misma noche todo se precipitó y de pronto era arrastrado por los pasillos de la mansión, para ser postrado a los pies de los victoriosos mortifagos ─que se habían aprovechado de la muerte de Harry para conseguir la victoria─ quienes lo veían con repulsión por ser un mago anormal que podía gestar. Su adorada madre fue quien dio su vida para que su hijo y él sobrevivieran, pero en condiciones deplorables Draco aún se sentía culpable por no revelarle ─ni siquiera─ a ella quien era el otro padre de su hijo. Sintió un jalón en su túnica y vio que su hijo lo miraba nervioso temiendo que llorara.

─Este ya está, vamos al otro cariño, pero antes llamemos a Samy.

El niño asintió, sin saber para que su padre buscaba cada cierto tiempo al viejo elfo, solo sabía que este usaba su magia sobre él. Draco vio aparecer al elfo e hizo un gesto mostrando a su hijo. Samy colocó una de sus arrugadas manos sobre los ojos de pequeño, fue un roce y nada más, luego se giró hacia Draco.

─Ya está amo.

Samy desapareció y los dos rubios continuaron con su trabajo y es que la magia de los elfos sobre el menor no levantaba sospechas, en cambio la de su padre si y es por eso que Samy era el encargado de esconder el color original de ojos del bebé rubio.

Esa noche en su pequeña cama padre e hijo susurraban confidencias, Draco le contaba historias de cuando estaba en el colegio. Como Harry y él, después de medio matarse habían terminado enamorados, para el niño saber que era amado antes de nacer le daba fuerza y que su otro padre deseaba estar con él, lo llenaba de orgullo.

─ ¿Quedia?

─Si cariño desde que supo que crecías dentro de mí.

─Fue.

─Si amor se fue, pero no quería dejarnos te lo juro.

─ ¿Tú vas?

─Nunca. Nada ni nadie te apartará de mí.

Draco apretó a su hijo entre sus brazos e intentaron dormir. Los gritos e insultos se escucharon y padre e hijo se levantaron de inmediato, apenas si el menor tuvo tiempo de correr a esconderse cuando la puerta se abrió de golpe y Bella entró junto con su esposo. Rabastan tomó del cabello a Draco y lo arrastró fuera de la habitación, mientras Bella se quedó buscando al pequeño Duhr por todo el lugar.

Draco se resistió, pero sabia que entre menos molestara a esos tipos ellos dejarían de buscar a su hijo y se divertirían tan solo con él. Estaban furiosos al parecer los que serían su diversión esa noche habían escapado y no solo esos cuando los prófugos eran perseguidos unos fuegos artificiales explotaron formando letras que uniéndose eran insultos para el Lord. Draco sospechó que por lo menos uno de esos Weasley bromistas estaba vivo.

El mayor de los Malfoy fue obligado a servir el vino y soportar los insultos de esos carroñeros, cuando estos estaba lo suficientemente ebrios, le lanzaban algún hechizo menor, sin embargo el rubio ignoraba las molestias, demasiado preocupado por que Bella aún no aparecía y temía que esta hubiese encontrado a su bebé, la risa histérica se escuchó en el salón y un escalofrió recorrió el cuerpo de Draco, pues su peor pesadilla se hacía realidad, durante ese tiempo Duhr siempre conseguía llegar hasta Samy o Noni y ellos lo escondían hasta que Draco los buscaba cuando el peligro había pasado, más está vez no hubo tiempo.

Bella arrastraba al pequeño del brazo y este se resistía asustado, sus ojos estaban inundados de lágrimas, la mujer lo aventó y el niño llegó derrapando hasta los pies de la mesa, todos los reunidos ahí vieron con malicia como el pequeño retrocedía tratando de escapar. La primera fue Bella.

─ ¡Quédate quieto bastardo! ¡Incarcerus! Ahora empieza la diversión ¡Mobilicorpus!

Duhr lloró con más fuerza al sentir que lo levantaba y jugaban con él.

─ ¡Finite incantatem!

Podían insultarlo usarlo como saco de hechizos o como elfo, pero no permitiría que tocaran a su hijo ¡A él no! Se dijo Draco, por su bebé soportaba esos abusos y por él pelearía con todos esos malditos así perdiera la vida, después de todo Samy tenía ordenes de escapar y llevarse a Duhr con los rebeldes junto con una carta donde confesaba el origen de este. Corrió hasta donde su hijo y lo cargó poniéndose en guardia, los atacantes lo rodearon sonriendo anticipadamente por la pronta diversión. Las maldiciones, no se hicieron esperar, y Draco solo pudo invocar un protego que pronto se debilitó, cubrió a su hijo con su cuerpo y resistió hasta donde pudo, antes de que caer desmayado alcanzó a llamar al elfo para que se llevara a Duhr.

─ ¡Samy!

El elfo apareció y vio la situación, llamó a su compañero y crearon un escudo más fuerte escapando de ahí llevándose a sus amos, claro que no fueron muy lejos por el hechizo rastreador y como cadenas que evitaban dejar la mansión a los dos Malfoy, pero por lo menos fuera de la alcance de los mortifagos si estuvieron. Samy se acercó y le susurró algo y este desapareció, mientras el viejo elfo llegó hasta Draco revisando sus heridas, el rubio estaba inconsciente y el bebé se aferraba a él sollozando quedito y es que con tan poco tiempo de vida se había acostumbrado a tratar de no ser notado, siempre tan silencioso como un ratoncito e igual de rápido, pero esa vez no lo fue lo suficiente.

Noni apareció y con él llevaba un pergamino, Samy lo tomó y se acercó a su amo levantando la camisa de este y buscó la señal que indicaba el escrito al encontrarla recitó el encantamiento dejando salir su magia, una especie de humo negro salió del cuerpo durmiente y desapareció, el elfo se acercó luego al bebé que ya cabeceaba cansado por todo lo que había pasado, Samy hizo el mismo procedimiento. Dejó a los dos Malfoy acostados y volvió con Noni.

─ ¿Qué les dijiste?

─Todo, pero ellos aún desconfiaban y los amenacé: les dije que ya no les llevarían nada de información.

─Bien hecho. No podremos salir, pero no los encontrarán.

Los elfos desaparecieron junto con los dos Malfoy, justo a tiempo para no ser vistos por los perseguidores. El lugar era oscuro y frio, pero era el mejor escondite de la mansión, ¿quien buscaría en el sótano cerca de la cripta familiar? Los dos elfos ya tenían preparado el lugar y lo habían acondicionado, ellos ya no regresarían a atender a los invitados, pues serían capaces de torturarles para sacarles donde estaban sus amos.

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En una cueva en el bosque prohibido, la resistencia se terminaba de poner de acuerdo, el elfo que había estado ahí provenía de la mansión Malfoy y eso no se le pudo ocultar y su impotencia explotó, si no hacían algo para detenerlo o en su defecto acompañarlo, de su refugio no quedaría piedra sobre piedra…

Para los sobrevivientes del bando de la luz, que los centauros les permitieron quedarse en el bosque prohibido fue su salvación, vivían en cuevas como animales salvajes, si bien las criaturas mágicas no eran todas amigables, era mejor que estarse escondiendo de los mortifagos. Poco a poco se les unieron más personas y sus cuevas se llenaron de gente buscando salvar a sus seres queridos, pero casi todos eran familias incompletas, empezando por los que lucharon en la batalla final, al principio no se pudo evitar y la desesperanza les ganó, pero cuando un día apareció el elfo con su primer mensaje de el espía en las filas de mortifagos, la fe y esperanza cobró fuerza y más porqué con esa primer información habían podido rescatar a varios amigos entre ellos, Ron y Andrómeda con el pequeño Teddy.

En la derrota todos habían perdido familiares y la esperanza, por eso cuando una tarde lo vieron llegar en brazos de Bane quien había estado presente en la batalla de esos dos poderosos magos fue como si las nubes que ocultaba el sol desparecieran. Bane al culminar la contienda creyendo que Harry estaba muerto atacó las filas de los mortifagos y junto con Firenze y Magorian, lograron rescatar el cuerpo de héroe, pues los seguidores de Voldemort no dejarían ni cenizas que recordaran que hubo alguien que se le enfrentó a su Lord. Ronan se acercó a ellos y les dijo.

─El potro está vivo, lo dejaremos con ustedes, nosotros hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance, si el sobrevive será por que las estrellas ya lo tenían escrito.

¡Harry estaba vivo! si bien aún no despertaba, respiraba y eso fue lo importante. Con los cuidados y ayuda de los medimagos que tenían entre los refugiados, el chico se recuperó si no del todo por lo menos abrió los ojos y estaba consciente, pero su cuerpo no se podía mover. Con sus sentido despiertos Harry les contó su relación con Draco y su pequeño milagro, todos quisieron ayudarlo a recuperar a… su familia, sin embargo no tenían la fuerza ni la gente suficiente para hacerlo, consideraron que Draco y el niño no corrían tanto peligro estando en su mansión y por lo menos no sufrirían privaciones como ellos… Nada más lejos de la verdad, pero eso no lo sabían.

Pasaron años y con la última noticia Harry ya no se detendría, no cuando se enteró que Draco y su hijo ya no estaban seguros en ese lugar. Cojeando y con un brazo inmóvil iría por ellos, sus instintos le gritaban que su familia estaba en grave peligro y él no se quedaría escondido sin hacer nada.

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Samy colocó más paños fríos sobre el cuerpo que hervía de fiebre, el pequeño dormía inquieto en brazos de Noni, la magia negra inundaba la mansión y aún los buscaban, pero el elfo no pensaba moverse de ahí hasta que su amo se recuperara, si bien ellos tenían magia no sabían muchos encantamientos sanadores y solo habían intentado dejar más cómodo a su amo. De pronto un fuerte estruendo se escuchó, incluso el suelo tembló y con eso Duhr despertó llorando de miedo, los elfos usaron cada miligramo de magia para fortalecer las defensas de su escondite y esperaron el desenlace de todo.

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Las defensas estaban activadas y fueron difíciles, pero no imposible con Bill y Charly ayudando con eso, una vez dentro todo fue un intercambio de maldiciones; los gritos, sangre y persecuciones siguieron, dejando un reguero de cadáveres…

Los guardianes fieles no estaban en la cripta y con eso las defensas tampoco, entre la inconciencia escuchó el llanto de su hijo, debía despertar y protegerlo no se lo quitarían no a él, a tientas buscó el cuerpecito que se acercó de inmediato, lo abrazó y rebuscó su varita. No permitiría que torturaran a su bebé… si el final era inminente él mismo lo haría, apuntó a la cabecita de cabellos platinos y susurró…

─Ava… da

─ ¡No Draco!

Escuchó la voz, pero era imposible, Harry no podía estar ahí. Unos brazos lo rodearon y sintió humedad en su cabello. Las lágrimas corrían a raudales por la tez morena, llegando hasta el cabello rubio de Draco.

─Perdóname amor, tardé, pero ya estoy aquí mis niños…

Los ojos plata se abrieron de par en par y miraron maravillados a los verdes, las bocas se unieron en un roce, al separarse Harry buscó la carita escondida de Duhr y al encontrarla la admiró embelesado.

─ ¡Por Merlín eres perfecto!

El niño sintió dentro de su cuerpo que su sangre, su magia, gritaban seguridad y tranquilidad al ser observado por esa persona de cabello negro. El bebé se dejó acunar por los brazos de esos hombres que lo protegerían con uñas y dientes siempre.

La victoria era suya y con eso la recompensa fue poder estar juntos.

Fin

¡Oh! creo que conté bien y no me pase de tres mil palabras –espero─, un saludo y agradecería que comenten.

*Duhr: (δ Leonis / δ Leo / 68 Leonis) es una estrella en la constelación de Leo, El nombre de Duhr, también escrito como Dhur, proviene del árabe Al Thahr al Asad y significa «la espalda del león». Fuente Wikipedia.