Este fic en realidad no es mio, simo que pertenece a Hiroto_Love_Yaoi de Amor-Yaoi. Esta chica es muy amiga mía, que dejo de escribir, pero me ha cedido la historia a insistencia mía, con la condición de que la acabará y que fuera feliz.
Este fic lo podéis encontrar en su colección de contradicciones, así que sin más disfrutad.
Capitulo 1: ¿Amor? ¿Cariño?
A veces, siento que con esto nos estamos haciendo daño, otras veces pienso, que todo el cariño que siento hacía ti, y mis ganas de no querer sentirme perdido y confuso ante el mundo que esta más allá de nuestra burbuja, es lo que me hace que me quede contigo, porqué hay veces en las que quiero acabar con esto, quiero volver a ser libre, aunque por las noches llore y no quiera saber nada del mundo exterior.
Doy un largo suspiro, y me fijo en la escena que hay ante mí, Akashi y Atsushi haciendo de las suya en la sala de descansos, comiéndose mutuamente, y eso no debería sorprender ya, después de todo, son pareja.
Vuelvo a suspirar.
Desvió mi mirada de la pareja, y la paseo por la sala, Kuroko se ajusta las muñequeras, Nebuya come uno de sus tantos tazones de carne y pausadamente, sin ningún tipo de prisa, después de todo, estamos esperando la llegada de las otras cuatro estrellas del equipo Bulls of Tokyo para poder ir hablar con nuestros entrenadores y directivos sobre una posible gira de preparación conjunta. Continuó pasando mi vista por la sala, estas tu situado a mi derecha, comiéndote con los ojos a Kuroko, y no te puedo decir nada, después de todo, segundos antes, yo también he estado comiéndome con los ojos a Atsushi.
Lentamente, y sin que tú te des cuenta, me he acercado a ti, y te abrazo por la cintura, apoyando mí pecho en tu espalda.
- No lo mires más, por más que lo mires, esto no va a cambiar, Kuroko no es gay –te susurró.
Lentamente, tu te das la vuelta, y ahora eres tu quien me abraza por la cintura, mis manos, ahora están en tu cuello.
- Ya lo se, pero no puedo evitarlo –ahora eres tu quien me susurra.
- No comáis pan frente a los pobres –exclama un exasperado Nebuya.
- No es nuestra culpa, que Mibuchi esta mañana tenga una sesión de fotos a la que no podía falta –habla cortante Akashi.
- Te aseguro yo, que si el estuviera aquí, no se salvaba de tus perversidades, e incluso puede ser que llegarais a más –esta vez es Atsushi él que habla, no esperé que fuera a decir eso.
Siento, como mi corazón se rompe en uno y mil trozos, al ver que Atsushi y Akashi se besan muy lentamente, mostrándose el amor que sienten el uno por el otro.
- No te tortures Tatsuya, si el te rechazo es que no te merece, pero no te tortures –me susurras, lentamente te empiezas a acercar a mi, y siento vergüenza, de que nos vean besándonos, otras veces no me ha pasado, pero solo de pensar, que el resto nos miran, me da mucha vergüenza.
Tu aliento choca con el mío, el beso es tan inminente, pero me separo de ti, al oír la puerta abrirse.
- Gomen por lo tarde que es, pero el trafico es terrible –se excusa Mibuchi, pero antes de poder contestarle, ya se encontraba sentado sobre las piernas de Nebuya y este comiéndole la boca, al parecer el alero se resistió un poco y al final se dejo llevar por el beso y las suaves caricias del pívot.
- Salgamos de aquí –te pido, nos marchamos con nuestras manos unidas, y siento miles de mariposas chocando de un lado a otro en mi estomago, porque estas no revolotean, chocan frenéticamente, poniéndome más nervioso de lo que ya estoy.
Hemos acabado, en una pequeña terraza, normalmente, no hay nadie, es un buen sitio para poder esconderse de miradas indiscretas. Los dos empezamos a mirar el paisaje, la ciudad de Tokio, llena de rascacielos, de gente y sobretodo bullicio, pero también de recuerdos.
- Este es el mismo sitio donde te encontré llorando a causa de Murasakibara –susurras, y entonces me doy cuenta, que tan perdido estaba en mis pensamientos, que estoy acorralado entre la pared y tu cuerpo, tus brazos a cada lado de mi cuerpo, aprisionándome más, no dejándome escapatoria, y mis manos están sobre tus brazos.
- Puede ser, hace tanto de eso, que ni me acuerdo –susurró.
Tu sonríes al darte cuenta, que todos mis recuerdos sobre esa tarde están borrosos, lo mejor, tras ese fatídico día fue olvidarlo todo, esconderlo tras una bruma.
- Tienes mala memoria, a lo mejor necesitas que te la refresque –dices en tono pícaro.
- A lo mejor si, porque no me lo recuerdas –digo en el mismo tono. De aquella tarde recuerdo poco, solo recuerdo estar en esa misma terraza llorando, después tú me consolaste, y horas más tarde, recuerdo estar gimiendo tu nombre, mientras frenéticamente, me penetrabas una y otra vez, sin descanso.
Te acercas lentamente, casi nuestros labios se rozan.
- Uy lo siento, parece que este sitio también está ocupado –nos separamos sonrojados, y miramos a Aomine, quien venía entrando con Momoi, esta se sonrojo ante la escena que estábamos dando, y porque seguramente, ella iba a estar en esa misma escena dentro de unos minutos, si nosotros no hubiéramos estado ahí, lastima por ella.
Por suerte, la horrorosa charla ha acabado, ahora estamos en mi apartamento, para mi suerte, las fechas no coinciden, por lo tanto, las giras serán por un lado Saitama fighter y por otro Bulls of Tokyo, quizás coincidamos en alguna ciudad, pero unos seremos recién llegados, mientras que los otros ya están por marcharse, así que seremos dos equipos totalmente independiente el uno del otro.
- Estoy muy cansado –exclamas lanzándote en mi sofá.
- Yo también –digo desde la cocina, donde estoy empezando a preparar la cena.
- Sabes tu y yo tenemos algo pendiente –me dices, y entonces me doy cuenta, estas en la cocina apoyado en el marco, te ves realmente sexy y apetecible, pero tú lo has hecho sin darte cuenta.
Ha pasado un rato desde que llegamos a mi casa, tú has estado mirando la tele, mientras que yo he estado preparando la cena para ambos.
- Yo no recuerdo eso –digo desviando el tema y la mirada también, siento mis mejillas calientes, por lo tanto, me he sonrojada.
- Tatsuya, no te hagas el sueco, tu fuiste quien sacaste el tema esta mañana, pero para nuestra mala suerte, Ahomine nos interrumpió por segunda vez –dices con fastidio.
- Yo no me acuerdo de nada de eso –empiezo a colocar en los platos la cena.
- No intentes evitarme Tatsuya –me abrazas la cintura, apartándome de la cocina, ferozmente, me lanzas en el sofá de la sala y te posesionas encima de mí-. Tatsuya, hablo enserio, si necesitas decirme algo hazlo, sabes que por encima de esta relación eres mi hermano mayor, y te aconsejaré y te ayudaré -me acaricias dulcemente la mejilla, y entonces, me sonrojo más.
Doy un fuerte suspiro e intento tranquilizarme, en cuanto puedo te miro a los ojos, estas ansioso por saber lo que tengo que decirte.
- Sabes tigre -frunces el ceño, no te gusta que te llamen así, pero yo lo hago, creo que soy al único que se lo permites-. No se porque continuamos con esto, no los hemos olvidados –digo serio.
- Tienes razón, no los hemos olvidado, y nos estamos haciendo daño –siento como mi corazón es apretado fuertemente, tus palabras me hacen más daño del que creía que me harían.
- Al menos, échame un polvo por última vez -te pido, siento mis ojos llorosos, pero no lloraré, no sé lo que siento y lo último que quiero es que me veas llorar.
El sol ha salido, me levanto y me encuentro que tú ya te has marchado, todo ha acabado y vuelvo a sentir mi corazón destrozado, como cuando Atsushi me rechazó, quizás es peor, cien veces peor.
Parece ser, que si funciono, me olvide de Atsushi, solo que no quise verlo tigre, te amo, y eso ya no lo puedes saber, estas palabras, se quedarán anudadas en mi garganta, porque después de todo, te quiero tanto que no voy a romper tu felicidad, porque al fin estas con Kuroko, porque al final quien ha salido perdiendo con todo esto he soy yo.
Espero que lo hayáis disfrutado tanto como yo lo hice en su momento y como lo disfruto mi amiga al escribirlo. Hasta pronto.
