Desclaimer: No soy la propietaria de estos personajes, solo los utilizo para hacer esta historia. La dueña es Hoshino Katsura.
Bueno, esta bonita historia es por la semana de Miranda, organizado por el foro "resurgiendo entre las cenizas" si hay alguien interesado en entrar, pase a ver y así nos ayudan para que el fandom en español reviva, sin mas que decir, comencemos con la historia.
Lo mas importante
Los ojos cafés se concentraron en los objetos que tenia en mano, mas tarde y con lentitud movió la mano en donde estaba el hilo e intento hacer que entre en el agujero existente en la aguja, después de unos intentos fallidos al fin pudo poner, rompió el hijo y luego hizo un nudo al final. Mas tarde agarró a un peluche de osito de color café, el cual tenia una abertura en la parte derecha, por la cual se podía ver el relleno del osito.
Con la punta filosa atravesó la tela café, pasó por el relleno blanco y salió por otro trozo de tela, repitió ese acto tantas veces como era necesario y tal ves mas, ya que tuvo errores y tuvo que volver a hacer todo. Una ves que acabó rompió el hilo y alzó al peluche para contemplar su hermoso trabajo. Subió a una sillita para poder alcanzar la repisa de arriba la cual la utilizaba para guardar sus peluches.
Acomodó al peluche el cual parecía estar sentado y luego admiró a todos los peluches que estaban sentados, sin darse cuenta había retrocedió un paso haciendo que pierda el equilibrio y cayera de la silla. Las lagrimas se acumularon en sus ojos, por el golpe muy fuerte que había recibido, pero antes de que empezara a llorar se dio cuenta de un hecho aun mas importante, la vela se había apagado dejándola en la oscuridad absoluta, solo había la tenue luz de la luna que entraba por una ventana que estaba muy arriba.
Entró en pánico, ese cuarto olía a humedad, las paredes eran viejas y de ves en ves se podía escuchar como si alguien caminara arriba. Tembló de pies a cabeza, mientras las lagrimas cayeron de sus ojos, camino de un lado a otro en su cuarto, sin saber verdaderamente que debería hacer. Estaba segura que no podía tocar la puerta pidiendo ayuda a sus padres u otra persona que se encontrara en la casa, ya que nadie le hacia caso, entonces…¿Qué debería hacer?
En la noche, el ambiente del cuarto era tétrico, la lluvia no ayudaba mucho a que ese cuarto se viera menos feo.
Sin saber que hacer, se quedo parada en medio de la habitación llorando y…vio el techo. No sabia como no pudo darse cuenta que no estaba sola, claro, tenia sus peluches que la acompañaban siempre, los que no la juzgaban y la querían a pesar de lo torpe que era. Decidió sacar todos los peluches que descansaban en la repisa y los puso sobre su cama, eran tantos peluches que llenaban toda la cama y era mas que obvio que si ella quería dormir con sus peluches en la cama, al menos tres cayeran al piso.
Acomodó a cada uno, con tranquilidad y paciencia y una ves que todos los peluches estuvieran bien puestos en su cama la niña bostezo, sintiéndose muy cansada y fue hacia la esquina mas cercana de la cama, se sentó en el piso y apoyó su espalda en la fría pared, se acurrucó en la esquina y durmió ahí.
Los peluches eran muchos mas importantes que ella, claro que lo eran.
Fin
Bueno yo querí ponerlo antes esta historia, pero por motivos que estaban fuera de mi control no pude y me disculpo por no poner mas, ya que tenia planeado hacer unoas 2 historias mas, pero al hacerlas se borraron todo y...se acabo mi tiempo de poner, así que al menos hice algo.
Espero que les haya gustado la historia y espero ver algún comentario aquí, sin mas que decir, me despido. Hasta la próxima
