Anzu: hola a todos lectores de FF! me reporto con este mi primer crossover! Es una idea loca que tenía en la cabeza desde hace mucho tiempo, y ahora se las traigo. Para acompañarme, estaran dos personajes, uno de cada serie n.n

Shun: me alegra que me escogieras en vez de al pelos teñidos de Masquerade

Atem: y a mi me alegra que esribas algo sobre mi, adoro que las fangirsl lo hagan

Anzu: kyaa eres tan lindo!

Shun: genial, otro pelos parados ¬¬

Anzu: sin mas interrupciones, aqui les dejo el primer capitulo de esta rara historia

YU-GI-OH!, BAKUGAN Y SUS PERSONAJES NO SON DE MI PROPIEDAD


Hace miles de años, los reyes egipcios jugaban un oscuro juego de las sombras, estos reyes arriesgaban más que objetos materiales en dichos juegos, arriesgaban a sus sirvientes, familia, incluso su propia alma. El tiempo pasó y las criaturas que surgían de la magia de estos juegos de las sombras fueron incontrolables, la cuidad se sumió en una terrible oscuridad….hasta que un valiente faraón encerró la magia en siete artículos milenarios trayendo la paz a Egipto. Cinco mil años después, un joven llamado Yugi liberó la magia encerrada en el rompecabezas del milenio, junto con el alma de aquel faraón. Gracias a la valentía de este joven y al espíritu del faraón, la magia volvió a ser encerrada en los artículos antes de poder sumergir al mundo de nuevo en las sombras.

Ya había perdido la cuenta de cuántas veces había escuchado esa historia, había pasado ya un año desde que todo había terminado, y aun así la gente seguía hablando de aquello. No era algo que le molestara, sin embargo, aun le dolía el no poder ver a su "otro yo" de nuevo. Aun recordaba ese triste último duelo frente a la lápida sagrada, ese último ataque que lanzó hacia su mejor amigo, y lo que le dolía más era recordar el abrir de las puertas hacia el otro mundo y ver al faraón cruzarlas. ¿Por qué le costaba tanto trabajo aceptar que ya no estaba con él? ¿Acaso era tan difícil darse cuenta que eso era lo mejor para los dos? Había pasado ya un año desde que todo había terminado, y él seguía necesitando la ayuda de "su otro yo"

-Yugi….tierra llamando a Yugi… ¿podrías responderme por favor? – hacía ya 5 minutos que una chica castaña trataba de llamar la atención de su acompañante tricolor sin éxito alguno

-¿Eh? ¿Me hablabas Anzu? – por fin el pequeño ojivioleta había salido de su trance

-Sí que estas distraído hoy, te pregunté si irías a la fiesta de fin de cursos que organizó la escuela

-No lo creo, le prometí a mi abuelo ayudarlo con la tienda ese día

-Yugi, los últimos tres días has estado más distraído de lo normal, ¿pasa algo?

-No es nada, es solo que…últimamente he tenido un sueño muy extraño

-¿Qué tan extraño?

-Verás, todo sucede en el lugar del último duelo. Estoy solo, recorriendo el lugar…y de la nada, aparece Atem, con sus vestimentas egipcias, y me dice que necesita mi ayuda. Luego el escenario cambia y estoy en el vacío, ante mí aparecen los siete artículos del milenio y una voz desconocida me dice que debo encontrar lo que falta. No dejo de pensar que tal vez signifique algo.

-¿No será solamente que extrañas mucho al faraón? Recuerda que días después de que volvimos del Cairo soñaste con él. De seguro solo es eso

-Quizá sí, pero…no puedo dejar de pensar en eso

-Necesitas despejarte, salir más y concentrarte en la escuela como antes lo hacías

-Puede ser…. ¡oh no, ya es tarde! Le dije a mi abuelo que llegaría temprano a casa. Me tengo que ir

-Te acompaño, hace mucho tiempo no veo a tu abuelo

La casa del ojivioleta no se encontraba lejos del lugar donde se encontraban los dos jóvenes, no tardaron mucho en llegar a la tienda de juegos, donde les esperaba una sorpresa.

-Abuelito, ya llegue

-Llegas un poco tarde Yugi, dijiste que llegarías temprano – Salomón llamó la atención de su pequeño nieto

-Discúlpelo señor Muto, fue mi culpa, lo entretuve un rato

-Bueno bueno, pero desde un principio debiste decirme que estabas con Anzu. ¿No interrumpieron nada importante para venir aquí?

La joven ojiazul solo pudo sonrojarse por el comentario del mayor, al igual que su acompañante.

-¡Abuelo! No digas esas cosas, sabes que Anzu es mi mejor amiga

-Lo siento Yugi, ahora pasen a la sala hay alguien que quiere hablar con ustedes, más bien contigo pequeño

Haciendo caso al mayor, ambos jóvenes entraron a la residencia Muto, topándose con una cara muy familiar para todos, aunque extraña de ver por ahí

-Ishizu, ¿Qué estás haciendo aquí?

-A mí también me da gusto verte Yugi

-Perdóname, fue por la impresión

-Siento no avisar sobre mi visita, pero no había tiempo para eso

-¿A qué se debe que vengas? – preguntó la castaña a la vez que tomaba asiento junto con su pequeño amigo enfrente de la pelinegra

-Me alegra que preguntes Anzu, escucha Yugi….el faraón necesita tu ayuda

Esas palabras resonaron en la mente del tricolor, estaba en lo cierto, no había sido un simple sueño. Atem en verdad se había comunicado con él para pedir la ayuda, Ishizu ya lo había confirmado. Lo único que tenía que averiguar era… ¿Qué tenía que hacer para ayudar a su mejor amigo? ¿Qué clase de aventura tendría esta vez?

-Que…¿Qué clase de ayuda podría necesitar el faraón de mi? El está….en el otro mundo

-Eso lo sé Yugi, pero….hace poco mi hermano y yo descubrimos algo muy importante, algo que es un peligro

-¿Qué descubrieron?

-Como tú sabes, la familia Ishtar ha cuidado la tumba del faraón durante generaciones, esperando su regreso. Hace unos días, Marik y yo fuimos a la tumba del faraón para asegurarnos de que todo estuviera en orden, nunca nos imaginamos lo que íbamos a descubrir

La ojiazul tomó una breve pausa, para luego seguir con su relato

-Lo que descubrimos fue una antigua lápida que jamás habíamos visto. La lápida, como muchas otras en la tumba del faraón, tiene tallados jeroglíficos relacionados con los siete artículos del milenio. Al parecer, cuando el rey Aknamkanon, el padre de Atem, fabricó los artículos del milenio ocultó el hecho de que había un octavo artículo.

-Si es que era un secreto, ¿Cómo lo supieron ustedes?

-La lápida en la que está escrito esto estaba oculta, no fue hasta que inspeccionamos cada rincón de la tumba que la encontramos. Según las escrituras, a parte del rey Aknamkanon el único que sabía de esto era su consejero. Se supone este artículo sería heredado al príncipe de Egipto una vez este cumpliera los 18 años y él se lo tendría que dar a la doncella con quien contrajera matrimonio. Debido a que el faraón Atem jamás llegó a esta edad, no se le informó de tal articulo.

-Si solo es un artículo que se hereda, no debería haber problemas…cierto

-Temo que te equivocas Yugi. Al igual que los otros 7, este artículo tiene un poder oculto. La lápida no revela cual es, solo menciona que es peligroso si cae en manos equivocadas. Yugi Moto, has salvado el mundo innumerables veces, lograste evitar que la oscuridad dominara y ayudaste al faraón a volver a su mundo después de cinco mil años, esta vez, como cuidadora de tumbas que soy, te pido busques este artículo y nos salves de lo que sea pueda causar.

El pequeño ojivioleta meditó un poco su respuesta. Era un poco arriesgado, ¿Qué clase de persona se habría apoderado del místico objeto? No lo sabía, pero si era paya ayudar al faraón, no dudaría en aceptar

-Acepto hacerlo Ishizu. Dime donde empiezo mi búsqueda y lo haré

-Sabía que dirías eso. Tenemos que ir al Cairo lo más pronto posible, haremos que el faraón regrese una vez más a este mundo, el te ayudará a encontrar el artículo milenario.

Hacer que el faraón regresara….hasta ese momento esa idea le había parecido imposible. Si importar si era imposible o no, iría para averiguarlo.

-Iré contigo Yugi – le dijo Anzu decidida a su mejor amigo

-¿Segura que quieres ir?

-Por supuesto, necesitaras ayuda de una amiga. Además, quisiera ver al faraón una vez más

-Está decidido – mencionó la pelinegra a la vez que se levantaba de su asiento – partiremos mañana, traeremos al faraón de vuelta y recuperaremos el artículo perdido.


Anzu: hasta aqui el capitulo, por ahora no se nota mucho la mezcla pero pronto se verá

Atem: voy a volver! eso es posible?

Anzu: aqui si Atem-kun n.n

Shun: este tipo me cae mal ¬¬

Anzu: callate y dejalo en paz

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Anzu Kazami