Descarga de Responsabilidad: My Hero Academia/Boku no Hero Academia no me pertenece, solamente estoy usando sus personajes y algo de la trama para esta historia.
Advertencia: Este capítulo tiene una escena algo pertubadora para algunos y solamente están siendo advertidos, y no quiero que me culpen por lo extraño o descabellado que parezca este capítulo.
Evolution 0
Esto nos hace volver a un suceso que ocurrió hace 8 años, cuando en una pequeña ciudad hubo una enorme explosión que destruyo completamente todo el lugar y al parecer solo hubo un sobreviviente.
Aquella persona que sobrevivió al accidente, era solamente un niño de 7 años de edad, su cabello castaño estaba cubierto de polvo, pavimento, cenizas y sangre, sus ojos rubí inundados ya de un río de lagrimas y con toda su ropa desgarrada, chasmuscada y manchada de aquel líquido rojo que proviene de sus propias heridas. Aquel niño era conocido como Funka Ken, nuestro protagonista y en ese tiempo presenció algo que ningún muchacho de su edad tendría que haber vivido.
–Mama! Papa!–se le escuchaba decir al pobre entre sus sollozos y con el único brazo que le quedaba trataba de limpiar sus lágrimas.
A pesar de saber que sus padres ya no podrán responder a sus lloriqueos, el niño siguió y siguió hasta que las autoridades, médicos, personal de salvamento y algunos héroes llegaron a aquel lugar lleno de un horrible olor a azufre. Lo que hallaron no podía ser dicho en palabras para ver la tétrica escena de nuestro querido Ken, estando en un montículo en el medio de un lago de sangre y los cuerpos pertenecientes a aquel líquido escarlata.
Luego de sacar al muchacho de dónde estaba y ser llevado a la ciudad más cercana, los héroes que se quedaron en aquella escena solo pudieron pensar–¡Como es posible que haya sobrevivido a esto!–esas palabras a pesar de ser fáciles de decir, contienen una enorme verdad que para ellos se desconoce.
Cuando nuestro protagonista llegó a la ciudad y lo llevaron al hospital más capaz de sanar sus heridas–Donde están mi Mama y mi Papa!–gritó el niño al intentar salir del lugar y causando un enorme alboroto cuando los médicos intentaron inmovilizarlo.
–Donde?! Donde?! Donde están mis padres?!–repitió Ken cada vez más rápido e histérico y cuando alguien de seguridad trato de retenerlo para que pudieran sedarlo(si ya se sono algo mal!) no pudo ni tocarlo ya que de dónde debería estar su brazo izquierdo surgieron unas extremidades con ganchos en las puntas y cuando alcanzaron al guardia, lo empujaron tan fuerte que rompió la pared donde aterrizó y dejó un enorme agujero.
–Que diablos le pasa a ese chico!–gritó un médico aterrorizado al ver cómo quedo el de seguridad después del impacto–Acaso no sabe controlar su peculiaridad?–le preguntó a nadie en particular al mismo tiempo que levantaba al herido y trataba de salir del cuarto.
Aquel médico tenía el cabello de un color plateado mientras que sus ojos eran entre ámbar y oro. Tenía puesto una bata de doctor arriba de una remera negra con unos pantalones bordo y unos zapatos de cuero. Hasta ahora solo se le conocía como Masako.
–Donde están?!–seguía preguntando el castaño cada vez más descontrolado y causando que las extremidades que tiene empezarán a destrozar el lugar por todos lados sin importarles a las personas que había en el medio.
Justo cuando el lugar empezó a dejarse llevar por el caos, por las puertas de la habitación entró un héroe. Aquel héroe, vestía una clase de armadura con la apariencia de un caballero negro, con la excepción que en los brazos no había nada que lo cubrían permitiendo ver a la gente que su piel en ellas tenían una forma carbonizada y la cabeza, donde el rostro era cubierto por un visor rojo y solo dejando ver una enorme cabellera blanca que le llegaba hasta la espalda.
–Estén tranquilos, habitantes! Saben porque?! Porque su servidor acaba de llegar!–decía el héroe con felicidad causando que algunas personas del cuarto se sorprendieran y dejasen escapar una exitada exclamación.
–E-es el héroe blindado, Armored Shot!–dijo aquel médico sorprendido y al mismo tiempo sonriendo por la aparición del héroe.
–Aaaaaahhhh!–gritaba Ken con una mezcla de furia y tristeza, causando que las personas que quedaban girarán en su dirección.
Sin embargo, en un instante joven castaño dejo de moverse y cayera inconsciente en el suelo haciendo que los médicos y espectadores dirijan su mirada hacia el héroe, y vean como su brazo derecho estaba apuntando en su dirección.
–Que alguien se asegure que no haya ningún herido–dijo Armored Shot al mismo tiempo que empezaba a caminar hacia dónde estaba el muchacho inconsciente y al llegar se arrodillaran.
–Que raro, sus heridas ya están curadas–termino de decir mientras veía donde estaban esas extremidades con ganchos en la punta y como cambiaban de forma al de un brazo normal pero sin piel, y la parte de las manos tenía la pariencia de unas garras metálicas.
–Que clase de quirk tiene este niño?–se dijo casi para sí mismo para luego levantar al joven castaño y lo llevará hacia el médico que depositaba al de seguridad en una camilla, y cuando ve al héroe llevando a Ken.
–Armored Shot, que está haciendo?!–exclamó sorprendido al ver cómo se iba con el niño en sus brazos.
–No podemos dejar a un joven tan peligroso aquí. Por lo que me lo llevaré a un lugar más seguro–termino diciendo mientras miraba al medico desde uno de sus hombros y podía ver cómo el tipo en un rápido movimiento se ponía enfrente de él.
–Lo siento no puedo dejar que se lo lleve–dijo seriamente–Además, quien dijo que te podrías ir, hermanito Ryu–se le escuchó decir algo bajo para que ellos dos solo puedan escucharlo y luego se podía ver cómo el héroe se tensaba.
–Tch, ya cállate Hayato–decía Armored Shot para luego dejar al muchacho en una camilla cercana.
Luego de eso ninguno dijo nada mientras que el médico ahora conocido Hayato, empezaba a mirar al joven castaño y el héroe llamado Ryu se sentaba en una silla cercana a la camilla.
–Increíble, sus heridas están sanadas! Como eso posible?!–se le escuchó decir a Hayato después de revisar al niño.
–No lo sé, pero no creo que su peculiaridad sea una clase de regeneración instantánea. Mira su brazo izquierdo no es igual al otro–dijo el héroe a su hermano mientras señalaba lo que había dicho.
–Si tienes razón. Pero no parece que tampoco sea alguna clase de modificación corporal, ya que no podría haberse curados sus propias heridas–decía el médico pensativo para luego escuchar un escándalo afuera de la habitación.
–¡¿Ken donde estás?!–gritó una voz femenina antes de que entrara por la puerta una mujer.
Esa mujer de alrededor de los 30-40 años de edad, tenía el cabello azabache y sus ojos eran un chocolate claro pero sus pupilas tenían la forma de la huella de una pata de un animal. Llevaba puesto en la parte inferior un jeans ajustado pero piernas anchas de color azul gastado junto con unos tacones de un color chocolate, y la parte superior era una camisa crema suelta con mangas ¾, y en su mano izquierda tenía un anillo de oro blanco con un hermoso zafiro en medio. Ella era conocida como Masako Akiko.
–Querida, qué haces aquí?!–dijo Hayato sorprendido al ver a su esposa.
–Como que hago aquí! Vine a ver a mi sobrino!–decía preocupada la azabache y justo cuando fijó su vista en el joven castaño–¡Ken!–gritó al mismo tiempo que empujaba al medico y empezaba a fijarse de arriba a abajo en el niño.
–So-sobr-sobrino?!–se le escuchaba decir a los dos hermanos al escuchar lo que dijo la mujer.
–Pues si! Es el hijo de mi gemela que te conté que no quería saber nada de mi!–termino de decir Akiko al tratar de tranquilizarse.
–Y ahora Ken, no tiene a sus padres y te estoy seguro que su madre no le contó nada sobre mi–decía entre sollozos mientras caía de rodillas al suelo y ponía sus brazos en la camilla para ocultar su rostro en ellos.
Al pasar un tiempo solo escuchando los lloriqueos de la azabache, alguien ya se hartó de lo que estaba sucediendo–Maldicion! No tengo tiempo para esto me largo!–dijo el héroe conocido como Armored Shot con fastidio al levantarse y luego empezar a caminar hacia la puerta.
–Espera Ryu, todavia no te pu–intentó hablar Hayato pero un sonido detuvo a ambos hombres y giraron él la dirección donde supuestamente estaba la fuente del sonido.
–Ugh–se quejaba Ken al salir de la inconsciencia y luego al abrir los ojos lo único que las tres personas podían ver era como iban cambiando sin control, y cuando alguien iba a decir algo fijo su vista en Akiko y en un instante saltaba hacia ella.
–¡Mama!–dijo el muchacho mientras refregaba con afecto su rostro empapado de lagrimas contra la camisa de la azabache y se podía ver cómo ella se tensaba en la acción del niño.
Luego de eso la mujer se relajó y rodeo al castaño con sus brazos, y empezaba a decir–Tranquilo, aquí estoy–decía Akiko con una mezcla de amor y cariño al mismo tiempo que daba algunas palmadas en la espalda del muchacho.
Pero antes de que pudiera seguir hablando, Ken, salió disparado hacia atrás y dirigió su mirada ahora con no sólo confusión sino con una ira que ni él mismo conocía que tenía, para luego al tratar de gritar sintió un pequeño golpe en la parte trasera de su cabeza y luego caía en la camilla boca abajo.
–Ryu! Porque hiciste eso?!–preguntó impactado el médico al ver quien fue que dejó otra vez al pobre Ken inconsciente.
–Lo hice por culpa de tu esposa. Porque si no lo hacía iba a perder el control de sí mismo, de nuevo!–dijo el héroe fastidiado al mismo tiempo que miraba a la azabache.
–Ya dejen esto! Ryu, no Armored Shot ya te puedes ir de aquí, yo me encargo del chico. Y Akiko, luego hablamos de esto–termino de decir mientras empujaba a las dos personas hacia afuera de la habitación y luego salía con el castaño en la camilla, y empezaba a caminar hacia una dirección.
–Eh, querido qué haces?!–dijo la mujer a su esposo y trataba de alcanzarlo después de despedirse del héroe que se fue sin decirle adiós al medico.
–Lo llevó a una habitación privada para poder hablar con él sin que cause un accidente–se le escucho decir a Hayato justo antes de parar y causar que su mujer chocase contra su espalda.
–Y una cosa más. Porque vienes conmigo?–le preguntó a la azabache, la cual dio una pequeña risa nerviosa–Olvídalo–dijo después de un sonoro suspiro y entonces abrió la puerta entrando con Ken en la camilla, y Akiko atrás suyo.
Luego de eso, ambos hablaron de diferentes temas durante horas mientras esperaban que el niño despertara y justo cuando ya era hora mediado de las 8 de la noche, se despertara asustado y cuando iba a decir algo fue interrumpido–Ken-kun, soy Masako Hayato, un médico. Si me podrías hacer el favor de tranquilizarte y escucharme seria un placer–dijo calmadamente para tratar de hacer que el nombrado se tranquilice.
–O-ok-okay–susurró el castaño para luego toser por tener la boca seca.
–Ten–se le escuchó decir al medico mientras le extendía un vaso con agua, la cual fue aceptada sin decir nada y tomársela todo rápidamente por el niño de 7 años de edad.
–Ken-kun, me gustaría preguntarte algo. Puedo?–le preguntó Hayato, el cual fue respondido con un asentimiento–Puedes decirme si conoces a algún familiar para poder ver si podemos hacer que venga hacia acá–termino de decir antes de sentir como a sus espalda recibía una clara intención de enojo por parte de su esposa, lo que causó que tragase duro por reflejo.
Le respondió negando con la cabeza antes de hablar–No conozco ningún familiar, mis padres nunca dijeron nada sobre sus parientes, ni cuando le preguntaba–se le escuchó decir entre tartamudeos y con algo de tristezas en sus palabras.
–Ya veo–dijo pensativo con la mano en la nuca en forma de que estaba pensando–Sabes, pensaba decírtelo después. Pero déjame presentarte a mi querida esposa y la hermana gemela de tu madre, Masako Akiko–termino de decir justo cuando movió la persiana que tenía a sus espaldas y dejaba ver a la nombrada la cual estaba completamente estupefacta por lo que hizo su marido.
–Espera, que es una mama?–decía confundido el niño al mismo tiempo que se agarraba la cabeza con su mano derecha–¿Quien soy yo?–susurró para luego levantar volver su mirada al medico y lo único que recibió el susodicho fue una mirada completamente vacía y sin vida en esos ojos rubí.
Después de eso pasó unos minutos en completo silencio y cuando Akiko iba a decir algo–¡Necesitamos ayuda de inmediato! ¡Esto no es una broma!–gritó Hayato completamente asustado y alarmando a su esposa.
–Que ocurre querido? Que le pasa a Ken-kun?–le preguntaba ala azabache al medico y lo que recibió era una mirada de que no lo sabía.
–No se querida, pero necesitamos ayuda para ver que tiene–dijo en voz baja justo antes de que apareciera por la puerta unas enfermeras y un doctor con la apariencia de un reptil.
–Al parecer, tiene un quirk un tanto especial–decía el doctor al ver unos papeles, antes de volver su mirada hacia Ken, el cual estaba dormido en una camilla.
–A que se refiere, doctor?–le preguntó Akiko preocupada mientras miraba a su sobrino.
–Lo que quiero decir es que su peculiaridad es un caso un tanto extraño. Es totalmente independiente, lo que le permite defender al muchacho de todo peligro que piense que podría lastimarlo–termino de decir antes de entregar los documentos a Hayato, el cual los tomo y empezó a leer su contenido.
–Increíble, nunca vi un caso así–se le escuchó decir al medico sorprendido para luego pedir al doctor que si podría dejarlos solos y el susodicho se despido de la pareja antes de salir de la habitación.
–Hayato, dime por favor que le está pasando a Ken-kun!–medio grito al azabache antes de que él nombrado le extendiera los papeles, lo cual acepto obviamente antes de fijar su vista en ellos.
–C-co-como es posible que exista algo así!–decía impactada luego de leerlo y dejar caer los documentos al suelo.
–No se. Pero por culpa de su peculiaridad causó que olvide todo sus recuerdos al igual que la amnesia como autodefensa–susurraba el médico seriamente–Si te soy sincero, creo que es algo intrigante que alguien tenga un quirk como ese–termino de decir para luego dirigir su vista al niño que estaba dormido en la camilla.
–Que le va a pasar? No tiene a nadie a quién recurrir. Nosotros no podemos adoptarlo y no creo que sea seguro que se quede con nosotros, cierto?–le preguntó su esposa a su marido.
–Creo que podem–Hayato quiso hablar pero antes de que pudiera alguien abrió la puerta y dijo–Yo me haré cargo del chico. Como ya dije no puedo dejarlo en este lugar–se le escuchó decir a Armored Shot, quién estaba con los brazos cruzados.
–Ryu, porque estás aquí?–preguntó el médico al héroe y como respuesta se dirijio hacia Ken y se sentó en una silla que había a lado de donde estaba dormido.
–Simple, lo voy hacer mi hijo y lo cuidare hasta que sea lo suficiente capaz de cuidarse solo–termino de decir como si no fuera nada.
–Te estas dando cuenta lo que estás diciendo!–gritó furioso Hayato mientras se paraba enfrente de su hermano.
–Si–respondió Ryu calladamente y causando que todo este tema se cierre al instante.
Luego de esto nos vamos 4 años después de este suceso, donde nos encontramos en una comisaría de policía y se podía escuchar un enorme escándalo en una de las jaulas donde mantenían a algunos villanos y presos.
–Oigan déjenme salir ahora! Fueron ellos lo que empezaron con la pelea!–gritó un joven castaño de unos 11 años de edad mientras señalaba a otra jaula donde había 3 hombres que estaba alrededor de los 30 y cubiertos de arriba a bajo de vendas.
–Ya deja de mentir! Maldicion Ken, ya es la décima vez que tuvimos que apresarte este mes!–le respondió un policía con apariencia de cíclope.
–Eh, como puedes decirle eso a un niño inocente de 11 años–se le escuchó decir con un tono de inocente y actuando como si estuviera herido, y al mismo tiempo formando una sonrisa maliciosa en su rostro.
–Ya llegue–dijo despreocupadamente un Ryu con ropa de civil entrando en la comisaría junto con una chica albina de la misma edad que nuestro protagonista.
–Ah, Ryu-san por qué tardaste tanto? No lo puedo aguantar más, llévatelo de aquí!–decía el policía al nombrado y poniéndose en rodillas al suelo mientras juntaba las manos pidiendo un milagro.
–¡Ken!–medio grito el héroe mientras se acercaba a las rejas donde el susodicho estaba mirándolo con enojo antes de mirar hacia la chica que esperaba cerca de ahí y bajase la mirada al suelo con tristeza.
–Si no fuera que seas mi hijo, te dejaría en este lugar pudriéndote el resto de tu vida–termino de decir para luego señalar que abrieran la jaula y sacase al castaño de ahí.
El chico no dijo nada y se dejó llevar hasta que pasaron a la chica la cual los siguió a ambos varones, y caminaron hasta salir del lugar no sin antes despedirse de los policías y actualmente estaban caminando hacia algún lugar. Pero los tres se detuvieron y el adulto dejó escapar un pesado suspiro mientras soltaba a Ken.
–Escucha Ken, ya tienes que madurar y dejar de causar tanto escándalo por algo tan simple–se le escuchó decir a Ryu y cruzando los brazos para después mirar a su hijo.
–Tch–se quejó el castaño girando la cabeza hacia otro lado, sin embargo causando que fijase su vista en la aquella albina con ojos azules marino, los cuales le estaban viendo esperando algo de él.
–Lo siento–fue lo único que dijo recibiendo de parte del héroe en ropas de civil un golpe en la cabeza sin quejarse y de la parte de la chica una pequeña sonrisa causándole un pequeño sonrojo en sus mejillas.
–Bueno, viendo la hora que es. Shiro-chan quisieras cenar con nosotros antes de llevarte con tus padres?–preguntó el adulto a la albina y como respuesta tuvo un pequeño asentimiento.
Alrededor de las 8 de la noche, vemos como los tres estaban comiendo un guiso de lentejas sin decir ninguna palabra hasta que terminaron–Shiro-chan como te va en la escuela–preguntó Ryu después de tragar su último bocado y a cambio obteniendo unas señas con las manos de parte de la chica.
–Dijo que le va bien y que recibió un reconocimiento de un maestro por al ver terminado un examen primera–decía Ken traduciendo lo que dijo Shiro con las manos.
–Ya veo–se dijo para sí mismo–Sabes Ken, siempre me pregunté porque aprendiste el lenguaje de señas?–le preguntó al nombrado y causando que la chica también fijará su vista al chico de su misma edad.
–No es de tu importancia–dijo rápidamente para luego levantarse y empezar a subir unas escaleras que llevaban al segundo piso de la casa.
Ryu dejó escapar un suspiro y dijo–Shiro-chan, vamos que te llevo a tu casa–decía cada palabra con algo de pesar antes de ver cómo la albina negaba con la cabeza y al mismo tiempo escuchaba una bocina afuera de la casa, causando que apareciera una sonrisa en la cara de ambas personas.
–Je, aveces me sorprendes, chiquilla. Nos veremos en otro momento y también salúdame a tus padres de mi parte–se le escuchaba decir mientras que Shiro ya estaba saliendo de aquel lugar y cerraba la puerta después de asegurarse que entrara al auto donde estaba su padre.
–Siento que tendría que hablar con el chico–pensaba el adulto al llegar a la puerta donde está el dormitorio de su hijo y la abría para ver cómo estaba sentado en su cama, y mirando a ningún punto en particular.
–Ken–intentó llamarle la atención y al parecer funcionó por qué sus ojos rubi ahora estaban mirandolo fijamente.
–Que pasa, papa–respondió indiferente mientras se removía un poco en la cama para dejarle espacio para que se siente.
–Eemmmm, es complicado–decía al mismo tiempo que se rascaba la parte trasera de su nuca con una mano–Ya sabes que no se me dan estas cosas–termino de decir y aceptando la sugerencia de sentarse.
Esta vez no le respondió en cambio esperaba a que quisiera decirlo–Veras quisiera hacer una apuesta contigo, si quisieras–lo decía algo incómodo mientras se removía. De nuevo no recibió ninguna señal pero pudo ver desde la esquina de su ojo como lo miraba algo diferente que antes tomándolo para que siguiera hablando.
–La apuesta es que si la cumples te contaré "aquello"–se le escuchó decir y enfatizando la palabra "aquello" causando que el niño abriera los ojos como platos, y que tragara dura como respuesta.
–Q-qu-que tengo que hacer–trató de decir Ken con un nudo en la boca y viendo si estaba intentando bromear con el.
–Es simple, tienes que...–decía apagando la voz mientras sus labios subían hacia arriba–Graduarte con el título de heroísmo en la Academia Yuuei–termino de decir con una enorme sonrisa en su rostro y dejando al chico algo estupefacto.
–L-lo prometes?–dijo nerviosamente y a cambio recibiendo una mirada de que no estaba mintiendo.
Ken, no dijo nada durante unos minutos hsta que subió su visión que la había bajado al ver cómo lo miraba y de su boca salió.
–Espero que lo cumplas–levantó la mano después de hacer eso y el adulto hizo lo mismo, donde ambos hicieron un apretón de manos.
–De Acuerdo–
-Cuatro Años Después-
–Así que esto es Yuuei, eh?–se decía a sí mismo un Ken de 15 años al ver el edificio de dicha academia y girando hacia una albina de su misma edad.
–Y vamos o que?–le preguntó recibiendo un asentimiento y luego un par de señas de la chica.
–Ja, que graciosa eres. Porque lo preguntas si ya sabes la repuesta, Shiro–se le escuchó decir un poco alto llamando la atención de otros adolescentes de sus alrededores.
–Venga que se nos está haciendo tarde–dijo el castaño mientras caminaba y por no ver chocarse contra un rubio de ojos rasgados.
–Oye maldito! Fíjate por dónde vas, mierda!–se le escuchó decir a aquel rubio muy enfadado y empujando en el proceso a nuestro querido protagonista.
–Ah, lo siento. No veía por dónde iba–trató de decirle pero el tipo ni siquiera lo escucho ya que empezó a caminar hacia dónde tenían que ir todos los jóvenes que estaban ahí.
–Que le pasa?–se preguntó algo fastidiado para sí y cuando dijo su vista en la albina, la susodicha se encogió de hombros como respuesta.
Luego de eso y de que pasara la asamblea de cómo era la prueba escrita del examen, ahora se encontraba enfrente de una enorme puerta donde había una imitación de una ciudad y pudo notar que aquella persona con quien se peleó en la entrada del lugar.
–Es una pena que Shiro, no estaba en la misma ciudad–pensó mientras se rascaba la nuca y sintió como el rubio lo miraba con ganas de matarlo.
–Ah, menudo problema me he metido–fue su último pensamiento antes de escuchar algo ensordecedor.
–Y Comiencen!–gritó alguien por unos altavoces cercano confundiendo a algunas personas que había ahí.
Sin embargo, nuestro castaño ya estaba saliendo a la par con el tipo con los ojos rasgados, y se le pudo escuchar una maldicion antes de que se separaran–Esto va a ser interesante–pensaba antes de esquivar a un robot que tenía pintado el número 1 en el cuerpo.
–Cada vez falta menos–ese fue lo último que dijo antes de continuar con lo que estaba haciendo.
...Continuara...
