Llegó el día. Un día que en la vida de Sesshomaru Taisho, parecía imposible de llegar.
Una hora más y su vida sería diferente.
Se encaminaba a tomar las llaves de su auto cuando el timbre del interfón sonó.
¿Quién demonios sería? ¿Acaso no sabían que día era?
—Cuñado ¿Estás ahí? Tu coche aún está aparcado.
Su hermano y su cuñada eran las personas más impertinentes que conocía.
Respiro hondo, no podía desquitarse con su cuñada, su hermano era el que debía pagar por ocultarle la carta de su amada. La primer mujer que hizo latir su corazón.
—¿Que pasa?
—Verás, he tenido un problema con el vestido, ya sabes. Tener un bebé recién nacido y una celebración es muy complicado. Necesito me prestes un momento tu centro de lavado.
—¿Acaso no sabes que hora es?
—Lo lamento, pero tu apartamento es el único lugar que me queda de paso, Rin se moriría si llego a la boda con mi vestido de dama de honor lleno de vomito.
—Sube, pero que sea rápido.
Sin más colgó la bocina. Lo que le faltaba, tener un bebé llorón en brazos de su inútil hermano, lo que servía de protección para evitar que lo golpeara como se lo merecía.
Tenía que relajarse, su día había sido difícil, más ahora que se había despedido de ella para siempre.
Dos golpes sonaron en la puerta. Abrió rápidamente, entre más rápido salieran de su apartamento mejor.
—Hola Sessh —Kagome entró al lugar con un bebé en brazos y sin decir más salió en dirección a la cocina. ¿Que no se supone le había ocurrido un incidente a su vestido?
Detrás de ella InuYasha apareció. Sin dudarlo le lanzó un golpe a la cara.
InuYasha apenas tuvo tiempo de apartarse.
—¡Imbécil!—Exclamó mientras se llevaba la mano al rostro buscando un signo de fractura. —Pudiste romperme la nariz.
—No lo hice por que Rin me mataría si se entera lo que acabo de hacer.
—Cuánta benevolencia de tu parte, ¿me pregunto en donde quedo el hombre despiadado y frío que conocí?
"Murió con ella" quiso responder, pero lo que salió de su boca fue diferente—¿Que quieres?
—Kagome, ya sabes...— Sesshomaru lo observó incrédulo, cosa que no pasó desapercibida por InuYasha. —Está bien, quería saber si leíste la carta.
—Lo supiste todo este tiempo y jamás me lo dijiste.—Respondió con furia contenida.
—Se lo prometí el día que fué a buscar a Naraku, el día que le tendieron una trampa. —InuYasha suspiró exasperado para continuar con su relato —La conocías perfectamente, no pude detenerla.
—Pudiste obligarla que se quedara contigo hasta que yo llegara.
InuYasha caminó con sigilo hacia la puerta de la cocina y escuchó a su esposa cantar una canción de cuna para su hijo.
—No pude hacerlo, así como tampoco ayudaste a Kikyo y la dejaste morir ¿Lo recuerdas? —Mencionó en voz baja.
—Cuando llegué ya era tarde, yo no sabía que estaba en peligro.
—Que ironía ¿cierto? Me pregunto qué pasaría si ellas siguieran vivas.
—Naraku también seguiría vivo, sabes muy bien que Kikyo tenía sus formas muy extrañas de resolver sus casos, jamás le gustó trabajar en equipo.
—Sé muy bien que tú también querías trabajar solo, y no debiste hacerlo. Kagura conocía todos sus sucios secretos y al ser su cómplice no le quedó de otra que matarla.
InuYasha suspiró y caminó nuevamente en dirección de su hermano mayor.
—Estar tarde, no podemos lamentarnos eternamente por esto, es hora de irnos. Solo has Feliz a Rin, se lo merece.
Sin decir más se encaminó a la cocina, después de unos segundos más InuYasha y su esposa salieron de su apartamento.
Gracias por estar aquí, esta serie de viñetas es un regalo para mi amiga Dafne del grupo en Facebook "Taisho Fans Club" como parte del reto Navideño y como algunas ya saben, mi especialidad no es el SesshXRin (Me cuesta bastante escribir sobre ellos) Espero subir la siguiente viñeta en las próximas horas.
Sugerencias y dudas en los comentarios, estaré respondiendo ;)
