N/A: Hola, este es el primer capítulo de What the hell is wrong with me?, un fic bastante famoso para el fandom Caryl. Tiene varias traducciones a otros idiomas y por lo que he visto esta que hice es la primera al español. Si ven errores en la traducción me gustaría que me avisaran :)

Espero disfruten la lectura ^_^ Nos vemos.

Capítulo 1:

Carol suspiró por lo que tenía que ser la centésima vez en la última hora, "Recuérdame de nuevo por qué accedí a trabajar un doble turno esta noche?"

Maggie estaba haciendo clic frenéticamente con el ratón, sus ojos se movían rápidamente buscando a través de la historia clínica del paciente, "Porque aquí es un manicomio! Y te prometí unas margaritas después."

Ella se levantó, cerrando la computadora portátil y observando la estación de enfermeras, "Oh oye, ¿crees que podrías tomar al chico del cinco? Estoy abrumada ahora mismo! ¿Por favor? Tengo a un niño que se tragó un puñado de canicas! Por favor Carol! "

La mujer puso una expresión dramática, pero sonrió, "Sí."

"Gracias Carol! Eres la mejor!", Maggie ya estaba caminando lejos, sonriendo por encima del hombro, "Él es lindo también! Da un poco de miedo ... pero es lindo!"

Carol bebió rápidamente el resto de su café negro, y murmuró para sí misma "Genial".

La sala de emergencias del Hospital de San José siempre estaba animada, pero nada comparado a un viernes por la noche durante la luna llena, que era cuando parecían salir todos los locos. Carol ya había estado allí diez horas y estaba más que lista para ir a casa, darse un baño caliente y descansar sus adoloridos pies. No había planeado trabajar doble turno, pero realmente la necesitaban y además Maggie le rogó quedarse. La joven morena había estado trabajando en el Hospital desde hace dos años y de inmediato había hablado con Carol en su primer día de trabajo, Carol ayudaba a las nuevas enfermeras durante un tiempo y siempre se las arreglaba para calmar sus nervios. Carol caminó por la sala de emergencias sonriendo al recordar el primer día de Maggie y la confusión con las muestras de orina que había avergonzado a la recién graduada.

Tirando de la cortina, Carol habló sin levantar la vista de la hoja en sus manos, "Disculpe por la espera. ¿Qué podemos hacer por usted, señor ... Dixon?"

"Ya era hora! Lo que puedes hacer es sacarme de acá de una maldita vez. He estado esperando por horas. Por suerte no es nada grave o ya estaría muerto", el hombre gruñó.

Carol finalmente miró al hombre que había estado paseándose por la pequeña área con cortinas, y se sorprendió un poco, no había esperado que aquella voz ronca perteneciera a una cara tan hermosa con los ojos más azules que hubiera visto nunca. Se sentía un poco sonrojada y se regañó a sí misma 'Contrólate Carol, eres una profesional! No eres una chica de quince años! Sí, él es lindo, pero también es tu paciente! '

"Una vez más, le pido disculpas. Ahora, que trae por aquí?", Carol preguntó en un tono grave para enmascarar los nervios que sentía.

Daryl Dixon odiaba los hospitales. Odiaba la forma en que olían. Odiaba las brillantes luces fluorescentes. Odiaba esas vestimentas estúpidas que te hacían poner. Odiaba a todas las personas enfermas paseándose. Pero sobre todo odiaba la forma en que los médicos y enfermeras le miraban, como si fuera sólo otra basura, un paleto drogadicto tratando de pedir una receta de Oxy.

Si fuera por él, ni siquiera habría ido, pero él sabía que necesitaba puntos de sutura, y no podía llegar hasta la lesión por sí mismo por que o sino habría intentado coserla en casa. Y ahora, como si estar en un hospital no fuera lo suficientemente malo, tenía que explicar lo que estúpidamente había hecho esa tarde mientras estaba de cacería.

"Yo estaba cazando y subí a una cresta, algunas rocas empezaron a deslizarse y caí con ellas'. Aterricé en una maldita flecha. Fue directamente a mi costado, duele como el infierno", explicó rápidamente, sin atreverse a hacer contacto con los ojos de la mujer.

"Y pensaba que yo estaba teniendo un mal día", Carol sonrió a pesar de que el hombre no la miraba.

"¿Por qué no te sientas para echar una mirada", pensó que lo mejor es ir al grano, claramente este hombre estaba ansioso por irse, no había dejado de agitarse. Daryl miró a la mujer con cansancio, pero obedeció y se sentó en la camilla en el pequeño cubículo con cortinas.

Carol estaba de espaldas a él mientras se colocaba un par de guantes, "Quédese ahí y quítese la ropa hasta la cintura", pensó que lo mejor era no verlo, parecía un poco incómodo.

Daryl no estaba contento con esto, pero sabía que era inevitable, nunca había estado a gusto con la gente y definitivamente nunca iba a dejar que lo vieran sin camisa. Ahí es donde estaba su vergüenza, los secretos ocultos en las líneas irregulares a través de su espalda.

Carol se giró hacia el hombre ansioso con una cálida sonrisa, tratando de calmar sus nervios. Ella inmediatamente se dio cuenta de las cicatrices que lejos superaban en número a los tatuajes en su cuerpo, pero se las arregló para mantener la pena que sentía bajo control, él no llegó a ella como el tipo de persona que hablaría abiertamente con ella. Ella empezó a examinar la herida de su costado, todo el tiempo fingiendo no darse cuenta de la forma en que él se estremecía y evitaba sus ojos, "Bueno, sin duda hizo todo un espectáculo. Asumo que sacó la flecha por su cuenta"

Daryl hizo un gesto rápido, todavía sin hacer contacto visual. Su cuerpo estaba tenso y estaba luchando contra el impulso de huir, él no estaba acostumbrado a que alguien lo tocara, sobre todo con tanto cuidado. Mientras que la mujer iba a auscultar y pinchar la irregular piel se tomó el tiempo para examinarla desde debajo de su cabello enmarañado. Nunca había sido bueno para juzgar la edad, pero ella parecía ser de unos cuarenta años, tal vez un par de años mayor que él. Piel clara, ojos azules en un rostro amable, con cabello corto. Él rara vez entendía lo que mucha gente veía como características deseables, pero pensó que aquella mujer era linda. Ella no parecía estar juzgándolo, no pudo encontrar repulsión o compasión en sus ojos mientras limpiaba la sangre seca de la herida. Dejó escapar un silbido fuerte cuando ella se encontró con un punto particularmente sensible, "¡Mierda! ¡Cuidado señora, ese jodido lugar duele!"

"Lo siento, definitivamente vas a necesitar algunos puntos de sutura", Carol terminó de limpiar la lesión y tiró la gasa sangrienta quitandose los guantes, completamente imperturbable por su arrebato. "Muy bien, el médico estará en breve para ponerle los puntos y así podrá seguir su camino."

Daryl asintió en silencio y dejó escapar un suspiro de alivio cuando ella cerró la cortina al salir. Ese fue el mayor contacto humano que había tenido en mucho tiempo y puso sus nervios de punta. La enfermera, Carol, lo había leído en su placa de identificación de plástico, ella había sido más que amable con él, pero él necesitaba salir pitando de ahí pronto. Incluso a través de los guantes de goma Daryl había sido capaz de sentir la suavidad de sus manos y eso puso su piel en llamas, ¿qué demonios le pasaba? Esa mujer solo estaba colocándole un vendaje para enviarlo de nuevo a su camino, nunca volvería a recordar al sureño sucio de nuevo. Él se sacudió de sus pensamientos por el sonido de la cortina que se abría, Carol había regresado seguida de un hombre mayor, el médico probablemente.

El procedimiento en sí no había tomado mucho tiempo, dieciséis puntos en total. Daryl se sentó en la camilla vestido con su propia ropa de nuevo, ató los cordones de sus botas sucias rápidamente, ansioso por salir. Carol regresó al lugar detrás de las cortinas con algunas formas para que él firmara y una receta para una crema antibiótica, "Bien, asegúrese de mantener la herida limpia, cambie el vendaje todos los días."

"Sí, está bien", dijo Daryl mientras que masticaba un pulgar, su ansiedad era claramente visible. Estaba listo para salir de allí, pero también estaba preocupado por cómo iba a pagar al hospital.

"Tómelo con calma por un tiempo, usted no querrá romper los puntos de sutura. Debería tomar un par de semanas en sanar, puedes regresar para quitarlos", Carol sabía que el nervioso hombre delante de ella estaba apenas escuchando. "No vas a volver?"

La cabeza de Daryl se levantó para mirarla y sus ojos se encontraron por primera vez, sus ojos no lo juzgaban, simplemente estaba preguntándole. Su primer instinto fue hacer un comentario duro hacia ella diciéndole que se ocupara de sus propios asuntos, pero en lugar de eso se limitó a sacudir la cabeza y mirar hacia otro lado, "No tengo seguro, ni siquiera sé cómo voy a pagar por esto."

Carol no estaba segura de cómo responder, ella se mordió el labio por un minuto, mirando al hombre frente a ella. Rápidamente garabateó algo en una hoja de notas. "Aquí, este es mi número de teléfono. Llámame en dos semanas y te quitaré los puntos de sutura", ella le entregó la hoja de papel y se dio la vuelta para marcharse, se quedó unos segundos parada unto a la cortina y le sonrió, luego se alejó.

Tres horas más tarde, Carol se sentó detrás de la estación de enfermería, con la mirada perdida en el espacio, contemplando al tímido hombre de ojos azules y más cicatrices de las que ella podía contar. No podía creer que había hecho algo así, no era apropiado y definitivamente iba contra la política del hospital, pero ella no podía quitarse la imagen de él tratando de quitar los puntos de sutura por sí mismo en algún baño sucio de su mente. Claro, ella había sentido pena por él, pero ella también vio algo de sí misma en él, ella había pasado un montón de noches cuidando sus heridas a solas en su cuarto de baño, demasiado avergonzada para pedir ayuda.

Aunque sus intenciones eran buenas, todavía no podía creer que ella le había dado su número de teléfono a un paciente. "¿Qué diablos está mal conmigo?", Se preguntó en voz alta. Silenciosamente se convenció a sí misma de que no importaba porque él nunca la llamaría, probablemente ni siquiera había llevado el papelito con él, probablemente lo haya arrugado y tirado en un bote de basura en algún lugar. "Sí, eso es Carol, ni siquiera importa, simplemente olvídate de él. '

Maggie pasó corriendo junto a la mesa, "Carol, te necesitan en el ocho. Un niño vomitó por todas partes."

Carol volvió a suspirar, "ya voy".