Disclaimer: Naruto no me pertenece, pero esta historia sí.

Summary: Hinata odiaba esos días de calor, pero aún en ellos podía contar con su salvador.

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Bombitas de Agua

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Genial, que mejor manera de empezar el verano.

Sí, hace calor y lo que quieras, ¿Pero es necesario?

Ahora los más pequeños se reían, y los de grados superiores sólo la devoraban con la mirada.

Que conveniente que justo pase luego de gimnasia. Cuando esos días iba directamente con el equipo deportivo a la escuela. Un deportivo absurdamente pequeño, que apenas si tapaba lo necesario.

¿A quién se le ocurre tirar bombitas de agua a la gente? Y por si fuera poco, ¡A ella le tiraron más de diez!

Una detrás de la otra, iban golpeándola a lo largo de su cuerpo. Pegando aún más las ropas deportivas a su adolescente cuerpo.

Nunca fue buena para correr, por lo mismo al tratar de hacerlo se cayó al suelo.

Aún en él le seguían lanzando más de aquellas bombitas. Por kami, Que pare la humillación, pensaba con su rostro ya rojizo.

No le gustaba llamar la atención, a lo largo del año no lo había hecho, había logrado pasar desapercibida a los ojos de casi todos.

Por fin pararon, al levantarse del suelo varios silbidos de escucharon.

Maldita suerte, su ropa estaba demasiado pegada a su cuerpo.

Trágame tierra, pensaba de nuevo.

Agachó su cabeza, justo cuando pensaba en irse corriendo, unos brazos la detuvieron, y una chaqueta fue depositada en sus hombros. Unas manos blancas se encargaron de pasar sus brazos por las mangas y subir el cierre hasta arriba.

Aquella chaqueta la cubría hasta un poco más arriba de las rodillas.

Subió la mirada y se encontró con esos ojos negros que tanto le gustaban.

Un pequeño sonrojo se posó en sus mejillas cuando el chico le tomó la mano para luego ir caminando bajo la atenta mirada de los demás.

-Hinata, deberías haberte ido corriendo enseguida... –le reprochó

-Gomen, me tomó desprevenida... arigato, Sasuke-kun.

Media sonrisa se hizo presente en aquel rostro pálido del muchacho.

Ella sonreía en sus adentros. Sí, aún en esos días podía contar con su amado salvador.

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Fin